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sábado, 19 de agosto de 2017

El enigma de las siete monedas. La cortina de humo.




“EL SÍNDROME TÓXICO ES EL ÚNICO TEMA DE LA TRANSICIÓN QUE NO SE TOCA”


A esta aseveración habría que añadir si cabe, otro asunto más. El caso Alcásser.
Rara vez, los verán ustedes en programas de televisión estos dos casos. Ni tampoco en esos exhaustivos reportajes de investigación. Dos temas “sentenciados”. Cerrados a cal y canto. Con el candado de la verdad, bien cerrado. Como diría Jon Sistiaga, dos asuntos “Tabú”.



El Caso Alcásser y el Síndrome Tóxico. Dos casos horribles e inclasificables,  que golpearon de lleno a la sociedad española en los años noventa y ochenta. Dos de los asuntos sin duda  “más graves” tanto por su repercusión, como por su errática resolución. Plagados de multitud de sombras e incógnitas, jamás despejadas, y que no han hecho más que retroalimentar y acrecentar todo tipo de teorías alternativas a las oficiales.

Sobre el caso Alcásser hemos hablado largo y tendido. Sobre Alcásser y todo lo que rodea a este triple crimen. Concretamente sobre los “otros” crímenes nunca esclarecidos. Conectados o no, pero extrañamente ubicados o acaecidos en esas mismas montañas o en parajes demasiado cercanos. En fechas también inquietantemente próximas.
 Hemos podido comprobar los peligros que acarreaba ser menor en esa época en determinados lugares. Hemos visto errores incomprensibles en investigaciones defectuosas. El propio Caso Alcásser, con pruebas biológicas y con una dinámica de triple crimen abominable sin parangón  apunta directamente a la existencia de unos partícipes de los hechos que nunca se llegaron a sentar en el banquillo de los acusados.

¿Qué tienen en común el Caso Alcásser y el Síndrome tóxico o el  llamado caso de la “colza”?. Aparentemente nada. Un triple crimen y un envenenamiento masivo no parecen aproximarse demasiado.  Pero quizás ese “aura” de tema intocable o maldito, los convierte en primos hermanos de una misma época, y por desgracia con una resolución final bastante similar.








Si profundizamos un poco más, descubriremos que ambos casos compartieron un nexo común. El ilustre catedrático de medicina legal D. Luis Frontela, fue el encargado de emitir –a petición de las partes: encausados o familiares de las víctimas-, sendos informes que pusieron en “tela de juicio” otro tipo de actuaciones o valoraciones médico legales.









Catedrático de Medicina Legal, Especialista en Medicina Legal y Forense, Especialista en Cirugía General, Especialista en Traumatología y Ortopedia, Director del Instituto Universitario de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla. Es uno de los forenses más reconocidos del país. Se formó en Italia y EE UU. Y en Scotland Yard en investigación de incendios.


En ambos casos (Alcásser y Síndrome Tóxico), este hombre de ciencias, especialmente metódico y perfeccionista en su trabajo –lo cual le ha deparado no pocos encontronazos con sus colegas de profesión-, trabajó siempre contracorriente, y pareció toparse con una inmensa cortina de humo. Como si esta hubiera sido tejida por algún tipo de razón desconocida. Para tapar las negligencias en el hallazgo de los verdaderos causantes, o para difuminar otras realidades ocultas e inabarcables.
  



Muchos de ustedes, por su juventud, no conocerán esta parte de nuestra “historia negra”. Historia al fin y al cabo, que viene a ilustrar una época especialmente sombría en la que algunos asuntos gravísimos se despachaban con una pasmosa frialdad.


Un breve resumen del síndrome tòxico:

Calificado como el «mayor envenenamiento de la historia de España» o «la mayor catástrofe desde la Guerra Civil».
En la primavera de 1981 fueron envenenados más de 60.000 españoles
Se estima que fallecieron más de mil personas en nuestro país. Otras cifras elevan a varios los miles los fallecidos como consecuencia de las secuelas sufridas por el envenenamiento, durante los años posteriores.  


A lo largo de 30 años, ha matado a más de 4.000 personas y afectado a otras 25.000, de los cuales 17.000 aún hoy presentan lesiones irreversibles. (fuente ABC)



El síndrome tóxico, también llamado «neumonía atípica», fue detectado en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz el 1 de mayo de 1981, al morir en brazos de su madre durante el trayecto al hospital el niño de ocho años Jaime G.V.



En pocos días, la epidemia alcanzó a otras trece provincias españolas, todas ellas situadas en el noroeste de la Península, salvo Galicia y Cantabria, y afectó sobre todo a personas de clase media-baja residentes en las zonas periféricas de las ciudades. Se cebó especialmente con las dos Castillas.





En los primeros días surgen diversas teorías sobre el origen de esta epidemia. Finalmente el gobierno anuncia por televisión que la culpa de todo la tiene una partida de aceite de colza desnaturalizado, distribuido en venta ambulante. Los industriales y comerciantes que han intervenido en el proceso de importación, manipulación y distribución de este aceite son los únicos que se sentaron en el banquillo de los acusados. Este aceite había sido importado de Francia para uso industrial, pero distribuido para el consumo humano, de forma fraudulenta y desde un almacén de Alcorcón, después de haberle extraído la anilina a alta temperatura



  
EL JUICIO

El sumario no se concluyó hasta el 4 de marzo de 1986 (el mayor de la historia procesal española, con 150.000 folios) y hasta el 30 de marzo de 1987 no comenzó el conocido como “juicio del siglo”.


El juicio fue definido de la siguiente manera por un Doctor, perito del caso:

“Extremadamente escandaloso y moralmente hipócrita y prevaricador, tanto en la fase de Instrucción como en el de la Vista Oral; sin embargo judicialmente inatacable, dado que se parapetaron en los pronunciamientos de los ‘científicos’ que, en último término, pivotaron en el ‘parecer’ conclusivo emitido por el informe realizado en 1987 por Sir Richard D., informe que contradecía su informe previo de octubre de 1985 en el que concluía ‘hay, sin embargo, demasiadas lagunas de evidencia como para poder concluir definitivamente que el aceite sea la causa del Síndrome Tóxico”.





Denuncia de irregularidades. Destrucción de las pruebas de cargo.

“…también fue muy criticada la instrucción del sumario y el proceso judicial, debido a graves irregularidades entre las que destaca el sorprendente hecho de que el 27 de julio de 1981, el juez instructor del sumario XXX, autorizara la destrucción del aceite por el que se juzgaba a 38 personas. Afortunadamente, tanto el fiscal como abogados de la defensa presentaron sendos escritos para exigir la no destrucción de las principales “pruebas del delito”.




  


Pero a lo largo de estos años ha habido una serie de científicos que han evidenciado que el aceite presuntamente tóxico no pudo haber sido el causante de la tragedia.

Entre esos científicos se encontraba el forense que realizó las segundas autopsias  -las más exhaustivas, completas y esclarecedoras-  a las niñas de Alcásser, gracias a las cuales conocemos muchos esclarecedores “detalles” de este triple crimen que por alguna extraña razón habían pasado desapercibidos o habían sido “ocultados” a la opinión pública.



El Dr. Luis Frontela junto al Dr. Antonio Muro, entre otros científicos mantenían que otro “agente” distinto al aceite de colza, había sido el causante del envenenamiento masivo. Se referían a un potente pesticida organofosforados fabricado por una multinacional.

Curiosamente, este pesticida era fabricado en Valencia. Concretamente en una fábrica situada en Quart de Poblet y desde allí distribuido a distintos puntos de España. La producción del pesticida en esta planta, se calcula que era de unas 700 toneladas anuales.
El empleo de este potente pesticida de uso agrícola estaba  autorizado para numerosos cultivos, como naranjo, manzano, viñedo, parrales de vid, tomate, pimiento, judas, melón, pepino, patata, algodón, tabaco, remolacha, plantas ornamentales y viveros de plantas leñosas.

  

¿Cuál era la función del Dr. Frontela en este proceso?


El Dr. Frontela había sido contratado por los abogados de la defensa de los encausados -aceiteros- para poder demostrar que el aceite no era el causante del mal,  según se detalla en la prensa:

  

“…La defensa de los acusados en el juicio de la colza está firmemente decidida a demostrar la culpabilidad de los productos de XXXXX (multinacional). Por eso ha pedido que el XXXXX y el XXXXl (nombres comerciales de los pesticidas) sean administrados convenientemente a un grupo de 30 monos importados del Reino Unido para este efecto El perito forense Luis Frontela se encargará del experimento, en un intento de mostrar que los pesticidas causaron el síndrome…”
Los directivos de la multinacional XXXXX  creen que los monos morirán, como puede morir un ser humano ingiriendo medio kilo de azúcar "Pero lo más probable", bromean, "es que los monos se mueran de aburrimiento"…

(fuente “El País”)



El resultado de los experimentos fue el siguiente:

El aceite adulterado supuesto causante del síndrome, administrado a los monos, no tuvo ningún efecto negativo para la salud de los animales.

“…Los principales disidentes, aún hoy día, de la versión oficial, son -una vez fallecido el doctor don Antonio Muro, al que se le llegó a llamar lunático y falsario- el médico forense sevillano Luis Frontela, que asegura que ni las anilinas ni las anilidas del aceite adulterado producen envenenamientos de este tipo, pues él lo ha experimentado con monos y en largas y grandes dosis, y los animales no han mostrado intoxicación alguna. El coronel médico Luis Sánchez Monge y los epidemiólogos Javier Martínez y María Jesús Clavera van más allá, y aseguran que la intoxicación se debe a pesticidas organofosforados que se emplearon, sin el debido control, en cultivos de hortalizas en invernaderos, seguramente en la provincia de Almería. Y hay quien afina más y señala un pueblo de esa provincia llamado Roquetas de Mar, en donde algún agricultor utilizó pesticidas organofosforados en el cultivo de tomates en invernadero. Hoy día son ya muchos más los médicos y los químicos que sostienen que el origen de la enfermedad por envenenamiento está en el uso de pesticidas organofosforados. Y aportan pruebas de laboratorio realizadas en animales. Su trabajo de investigación no coincide con la tesis oficial, pero están reuniendo datos y elaborando informes por su cuenta y riesgo. La hipótesis del aceite de colza desnaturalizado, dicen, no puede sostenerse científica mente, pues carece de rigor. Y hay quien habla del montaje del síndrome tóxico para ocultar las responsabilidades de una importantísima empresa de productos químicos y farmacéuticos…”
(La Vanguardia) 




Sin embargo el Dr. Frontela sí pudo probar los demoledores efectos del pesticida de uso comercial en ratones:


«Según mis investigaciones y las de mi equipo de colaboradores -asegura el doctor Luis Frontela Carreras a CAMBIO16-, el XXXXXX –nombre comercial del pesticida-  es con mucha probabilidad el agente causante del envenenamiento masivo conocido como "síndrome tóxico"».
«Yo utilicé el XXXXXXX -se ratifica Frontela ante CAMBIO16- en plantaciones de pimientos dos semanas antes de la recolección. Administrados a lotes de ratas, reproducían fielmente la sintomatología de los afectados por las "neumonías atípicas" de mayo-junio de mil novecientos ochenta y uno, y morían a los pocos días».

“…El aceite no tuvo en realidad nada que ver con el síndrome tóxico. Nada, excepto que formaba parte en muchos casos del mismo plato que también contenía los tomates que llevaban el tóxico…”

“…Sólo tres de cada mil personas que consumieron la colza supuestamente envenenada han resultado afectados...”

 

Esto podría explicar la anormal incidencia dentro de una misma familia o dentro de un mismo edificio dónde el aceite era vendido por garrafas, a granel. Y dónde inexplicablemente al haber ingerido alimentos elaborados con “el mismo aceite” unos resultaban afectados y otros no.

El aceite era simplemente el aliño de las hortalizas contaminadas por el pesticida.

 

También podría explicar las anomalías en la distribución de los casos a nivel geográfico. Dado que hubo otras zonas como en el caso de Cataluña dónde grandes lotes de ese mismo aceite fue distribuido a granel, y no se detectaron casos de afectados.

 

Los tomates contaminados eran semiselectos de la variedad 'lucy', razón por la cual su consumo no había afectado a clases o zonas urbanas adineradas.

 

Los aceiteros fueron los únicos condenados a distintas penas de cárcel. Las penas a 13 de los 37 procesados oscilaron entre los seis meses de arresto y los 20 años de cárcel.

 La teoría “B” que ponía el foco en el citado producto pesticida y que era avalada por distintos científicos, fue desestimada.

 

¿Qué suerte corrieron algunos de estos investigadores e implicados?

El doctor Antonio Muro, que defendió la tesis de un envenenamiento por vía digestiva, fue cesado en su cargo como director en funciones del Hospital del Rey (Madrid) y, posteriormente, falleció de un cáncer de pulmón.




   Higinio O, colaborador del Dr. Muro en sus investigaciones, falleció de cáncer de hígado. Otros dos componentes del equipo de Antonio Muro tuvieron que ser intervenidos quirúrgicamente y se les extirpó sendos cánceres.         Especial mención merece el investigador Andreas Faber-Kaiser  cuyo libro “Pacto de Silencio”, fue citado en los sumarios del Juicio del Síndrome Tóxico, denuncia y documenta que el aceite de colza no pudo ser el causante de la intoxicación colectiva del Síndrome Tóxico, y que muchos de los afectados podrían estar curados si no se hubiera ocultado la verdadera causa de la intoxicación.     

En su último artículo, publicado en el número 56 (octubre de 1993) de la revista “Más Allá de la Ciencia”, bajo el título de "Confesiones de Andreas Faber-Kaiser entre la vida y la muerte", reconoció que era portador del VIH,  sin poderse explicar cómo había podido infectarse, y relacionándolo con sus investigaciones sobre el Síndrome tóxico, ya que tanto él como otros investigadores y médicos que intentaron avanzar realmente en el origen de esta extraña dolencia murieron o padecieron súbitas y mortales enfermedades.

Andreas Faber-Kaiser murió de sida en el hospital barcelonés de Can Ruti el14 de marzo de 1994 a los 49 años de edad.

Las víctimas de esta tragedia, las que no se han quedado en el camino, y llegan hasta nuestros días siguen alzando sus voces para denunciar su situación actual:

"En el transcurso de los años nos han ido abandonando en todos los sentidos, tanto en el ámbito político, como sanitario, como investigación de la enfermedad. Todos nuestros órganos internos están afectados y muchos de los enfermos no han podido trabajar". Esta víctima considera una "vergüenza" que todavía no hayan tenido un reconocimiento por parte del Gobierno y que no estén "presentes" en la sociedad. "No estamos ni en los libros de historia".  (El mundo 30-3-2017)



 «--Tengo la certeza de que el aceite no mató a nadie. Cuando empecé a descubrir, con ensayos sobre chimpancés, que el causante de tanta muerte era una sustancia química del grupo de los organofosforados, llamé al secretario general de la Organización Mundial de la Salud para decírselo y su respuesta fue: "--Ya lo sé"».


Profesor Luis Frontela –extraído entrevista “gente del puerto” “De la clínica al forense”



Paralelamente a este trágico asunto, se suceden una serie de extraños sucesos en la provincia de Tarragona -lindante con la Comunidad Valenciana-.

El viernes 13 de enero de 1.984, aparece en los periódicos las primeras  noticias relativas a la desaparición en extrañas circunstancias pocos días antes de la  mujer de un industrial “aceitero” condenado por el caso del síndrome tóxico. En las inmediaciones de la estación de Salou, apareció el coche de la mujer abandonado, con un abrigo de piel en su interior y otros efectos personales.



  

Aparición del cuerpo/ macabro hallazgo:

Dos semanas después de haber sido desaparecido, es hallado en un vertedero, en un descampado de Reus el cuerpo sin vida de María Teresa M. de 44 años de edad.
El cadáver se hallaba seccionado y los restos de la mujer estaban repartidos en distintos puntos por el campo. La cabeza y el torax -con las manos atadas al cuello- por un lado y en otro lugar fueron encontrados el abdomen y las piernas cortadas a la altura de las ingles. El cuerpo sólo llevaba puesto la ropa interior. Los dedos de la mujer mostraban signos de “congelación” de lo que se deducía que el cadáver había estado introducido en algún frigorífico. Portaba los pendientes y una cadena de oro al cuello. El cuerpo además de las mutilaciones descritas presentaba numerosos golpes en distintas zonas: cabeza, manos, y en la cara, por lo que la pobre mujer tuvo que ser sometida a un auténtico suplicio.
Según la autopsia habría muerto cuarenta y ocho horas antes de ser hallada, de lo que se deduce que estuvo varios días cautiva y sometida a todo tipo de torturas. La muerte le habría sobrevenido por fractura del cráneo, y el cuerpo había sido mutilado con una sierra





El hallazgo fue comunicado a su marido que cumplía por entonces prisión en la cárcel de Tarragona, por estar implicado en el denominado asunto del síndrome tóxico, dado que poseía una importante empresa de aceites, y estaba relacionada con la presunta comercialización del aceite de colza desnaturalizado.


Hipótesis:
La familia había recibido una carta de un posible secuestrador reclamando una cantidad de dinero, pero los investigadores descartaron cualquier relación con el desenlace.
Según la prensa, se barajaban otras hipótesis: la acción de un sádico sexual –también descrito como un maníaco “altamente peligroso”- , o que el crimen tuviera relación con algún tipo de rito extraño. Satánicos en concreto, según se describe.

El propio Gobernador Civil daba más credibilidad al posible “crimen ritual” por un extrañísimo hallazgo realizado en el cadáver, y que se interpretó como “un mensaje” que el autor-es de los hechos lanzaban a alguien.




Un hallazgo inesperado:

Al parecer el cuerpo tenía en su mano izquierda un guante de color gris en cuyo interior se encontraron siete monedas. La mano derecha presentaba más golpes que la izquierda.

Al parecer la policía seguía una línea de investigación relacionada con el esoterismo, dado que la fallecida era aficionada a visitar con frecuencia una vidente. La mujer padecía un cáncer y al parecer consultaba a esta mujer, con la esperanza de obtener algún tipo de ayuda en la curación de su enfermedad.
De hecho se cita la posibilidad de la existencia de un sádico perteneciente a algún tipo de secta.

  






“…El 7 es considerado un número mágico porque se compone del sagrado número 3 y del terrenal número 4 estableciendo, así, un puente entre el cielo y la tierra
“El número siete -dijo Hipócrates- por sus virtudes ocultas, tiende a realizar todas las cosas; es el dispensador de la vida y fuente de todos los cambios, pues incluso la Luna cambia de fase cada siete días: este número influye en todos los seres sublimes”.
Su simbología se obtuvo, probablemente, a partir del cielo, donde los siete planetas clásicos forman un todo: el septenario. El Sol, la Luna y los planetas visibles: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La inmensa mayoría de símbolos de siete elementos en el mundo entero derivan de este modelo celeste de las siete esferas.

Los pecados (o vicios capitales) también se pueden asociar con el septenario: la soberbia al Sol, la avaricia a Saturno, lujuria a Venus, la ira Marte, la gula Júpiter,  la envidia  a Mercurio, la pereza a la Luna…”



Las siete monedas. ¿Mensaje o parte de algún Ritual?.

El cadáver de la mujer del empresario aceitero, presentaba una curiosa atadura –que parece propia de disciplinas sadomasoquistas o similares-. Las manos estaban atadas al cuello. No se detalle si por delante o por detrás de este. El cuerpo estaba en ropa interior, lo que también parece denotar algún tipo de actividad o connotación sexual, si bien no se conoce si la mujer sufrió algún tipo de agresión sexual.
  
Igualmente extrañísimo, es que ambas manos estuvieran cubiertas por unos guantes de color gris, y que en el interior de la mano izquierda como ya hemos citado se encontraran siete monedas de curso legal.


Se llega a detallar que entre el guante y los dedos fueron halladas dos monedas: una de 50 y otra de 25 pesetas. Según el Gobernador Civil, desconociéndose cual podría ser el significado, dejando también abierta la posibilidad de un “ajuste de cuentas” relacionada con la “mafia del aceite de colza”. Se incidía por la investigación en el carácter mágico del número 7, y su asimilación con rituales o casos de exorcismos.







Un asunto verdaderamente “peligroso”

Un corresponsal de un periódico de Barcelona, Tomas C. fue objeto de diversas amenazas tras hacerse cargo de la investigación correspondiente a este terrible y extraño asesinato. Concretamente se cita que fue advertido personalmente en una cafetería de Tarragona. Con posterioridad tanto él como su esposa fueron amenazados con varias llamadas telefónicas. No será la única persona en recibir "amenazas", por este caso.


Resolución: contradicción / autoconfesión.


Por este horrible crimen fue detenida una persona. Un joven de 22 años, vecino de la víctima en el mismo edificio. Hijo de un juez, y con una hermana pequeña muerta también en extrañas circunstancias –cayó por una claraboya-.  
Un personaje misterioso, y descrito como extraño. Según el relato del joven, que incurrió en numerosas contradicciones, invitó a la mujer a entrar en su domicilio, allí la golpeó con una herramienta, y descuartizó con una sierra de mano su cuerpo en la bañera (la sierra nunca llegó a aparecer)
Para completar el rocambolesco relato de los hechos, el joven declaró que subió al piso de la mujer, y le pidió a la propia madre de la víctima una cuerda… Con esa cuerda ató posteriormente los sacos dónde introdujo los restos de la víctima. Según este habría dado muerte a la mujer el mismo día que desapareció –quince días antes de ser encontrada- , algo que no cuadraba en absoluto con el relato de la autopsia como se puso de manifiesto en el juicio –que indicaba que habría muerto 48 hs antes del hallazgo-

 Nunca se pudo determinar el “móvil” del crimen. De hecho un responsable policial llegó a declarar que “era el primer crimen que conocía sin un móvil”.

  


Muy al estilo del Caso Alcásser, el autor de los hechos, Angel M. se declaró culpable en varias manifestaciones realizadas ante la policía, pero luego en el juicio oral se declaró inocente, no ratificando esa culpabilidad, en un extraño alegato ante las insistentes preguntas del Fiscal durante el juicio oral.


-“Soy inocente”
-ante las pregunas del Fiscal: “no puedo hablar, no puedo hablar”.
-Fiscal: porqué calla, le voy a dar tres motivos: por amor, por temor o por dinero.
-“No puedo hablar, no puedo decírselo
- Preguntado sobre la explicación a que hallaran en su poder el bolso de la víctima:
-Me lo dieron
-¿Quiénes?
-“Eso no puedo decirlo….Hay penas peores que la cárcel”

(fuente: La Vanguardia)



Había más testigos que ponían en duda de que fuera el único implicado en un asesinato tan macabro.




Ni los investigadores, ni el condenado, pudieron dar jamás una explicación al enigmático hallazgo de las  7 monedas, que se encontraron en el interior de la mano y el guante que portaban la víctima. 



La memoria en ocasiones falla, y en otras por alguna extraña razón nos retrotrae con demasiada facilidad a otros asuntos. Viejos asuntos como los que dan nombre a este blog. El Caso Alcásser, en el que como ya apuntamos, también participó el Dr. Frontela.


  
Entre los enseres hallados a una de las víctimas –Mirian- fueron halladas 7 monedas de curso legal. Entre ellas también había una moneda de 50 y una de 25 pesetas, además de otras cuatro de quinientas y una de cien. También fue hallado un reloj de “esfera dorada”. Un reloj negro marca Casio-Athena, con esfera dorada de increíble similitud al que portaba la joven desaparecida en Alfaz del Pi, Gloria Martínez en algunas fotos, como ya detallamos en otro artículo del blog.


 "...No llevaban dinero para entrar en la disco, que cuesta cuatrocientas pesetas la entrada. Entre las tres no juntaban las mil doscientas..." -testimonio amiga niñas de Alcásser-



“…Luis Frontela me comentó que había 27 en las ropas, que también fueron lavadas. La mayoría de ellos eran púbicos. Pero es que a la autopsia realizada por Frontela asistieron los seis forenses que habían hecho los informes anteriores, para vigilarle. Un documento escrito por Frontela, que tengo yo, muestra que uno de ellos le dijo: "Profesor Frontela, está haciendo una autopsia muy minuciosa, y eso no es lo acordado..."

¿Cuánto tiempo cree que duró el martirio?
R. Quizás seis, siete, ocho o nueve días. Así lo cree el profesor [Luis] Frontela [catedrático de Medicina de la Universidad de Sevilla, que realizó un análisis pericial de los cadáveres a petición de Fernando García]. Tienen cicatrices en las muñecas... y sabemos que una herida no puede cicatrizar en un cuerpo muerto. Cicatrizaron porque estaban vivas.


“…Y las ataduras son muy profesionales. Las colgaron del techo con las manos hacia atrás…

(Fernando García- Cambio 16)













miércoles, 19 de julio de 2017

100.000 visitas.








Desde el 7 de marzo de 2.015 que comenzó esta incierta aventura, con más de un centenar de entradas publicadas,  el blog poco a poco ha ido sumando lectores hasta conseguir superar las 100.000 visitas. Muchas gracias a tod@s por vuestro interés y seguimiento.  

Por nuestra parte, continuaremos con la labor de aportar nuestro pequeño grano de arena, para que muchos de estos casos salgan de nuevo a la luz,  tras décadas durmiendo en el cajón del olvido.

Con nuevos post. Rescatando del fondo de las hemerotecas informaciones veraces, interesantes y novedosas de la época. Consultando todo aquello que pueda ser de interés sobre esta temática –libros, documentales, series, películas- para intentar construir un relato coherente y veraz.

Un relato de los hechos, que nos traslade por unos instantes a aquellos escenarios marcados por la tragedia. 

Los  “oscuros” años ochenta y noventa.


“Sí, este es un frente en el que se ha de luchar, el de retornar el sentido de la dignidad al oficio que uno debe ejercer. Yo lo creo importante y ligado al tercer punto, al de la entrega, el dar a la sociedad. Aquí ya no se trata del cumplimiento del deber. Aquí la cuestión es: ¿cómo puedes contribuir tú para una sociedad mejor?

"La Ciencia y la Vida" J.L. Sampedro y V. Fuster.









        

jueves, 13 de julio de 2017

El tren de las nueve.

















Revisando casos “grupales” en la provincia de Valencia, el buscador nos sorprendió hace tiempo con una extraña y confusa noticia dónde las víctimas nuevamente volvían a ser tres adolescentes.
En algún momento anteriormente abordamos este tema muy superficialmente en el blog. Simplemente reseñándolo. Pero dado que se trata de un suceso bastante desconocido, y con un número de víctimas muy peculiar –tratándose de la provincia de Valencia-, decidimos profundizar un poco más para conocer todos los detalles posibles sobre esta tragedia.



El día 29 de diciembre de 1.983 tuvo lugar un terrible suceso entre las poblaciones de Montortal y Alcudia de Carlet (Valencia), en una ubicación conocida como “Noti Molí”, distrito judicial de Alzira.

Tres adolescentes desaparecidos desde el día anterior, eran buscados infructuosamente por toda la comarca. En la mañana del día 30 de diciembre fue localizado el cuerpo sin vida de uno de ellos, posteriormente serían localizados los dos otros cadáveres.
Los tres jóvenes varones de 17, 15, y 13 años de edad respectivamente yacían en un descampado en las proximidades de las vías del tren de vía estrecha, en un lugar cercano a población de Alcudia de Carlet (población que posteriormente pasará a llamarse La Alcudia).
El hallazgo de los cuerpos fue realizado por un labrador que se dirigía hacia la localidad próxima de Montortal y que avisó a la Policía Municipal y a la Guardia Civil.

Primeras impresiones e hipótesis:

1-Hecho “criminal”:




Las primeras noticias eran muy preocupantes y contradictorias:

Incomprensiblemente “…Los cadáveres no revestían signos externos de violencia –otros medios sí citan que presentaban numerosos golpes- ni se advirtieron mutilaciones en sus miembros. En un primer momento se barajó la posibilidad de que el hecho tuviera carácter criminal, hipótesis que luego se iría descartando por la investigación…”





2-Atropello / arrollamiento por el tren de vía estrecha.

“…Según señalaron fuentes de la Guardia Civil, los tres jóvenes pueden haber sido arrollados por el último tren que circulaba en dirección a Valencia el pasado miércoles. Al no ofrecer los cadáveres signos externos de violencia ni tener destrozados los miembros -estado habitual en que queda un cuerpo humano al ser arrollado por un tren, como veremos en otros casos similares-, se baraja la hipótesis de que, por su proximidad a la vía, hayan sido arrastrados por la bolsa de aire que se crea cuando el tren lleva alta velocidad. Dos de los cadáveres parecían haber sido golpeados por un poste, contra el que parecen haber sido despedidos…”

El atropello supuestamente se produjo de noche ( se barajó las 21’00 horas como la hora en que fueron arrollados, hora de paso del último tren FEVE), es extraño que los tres jóvenes no se hubieran percatado de la presencia o cercanía del tren –luces, ruido- (la noche precisamente agudiza todos los sentidos –vista, oído- por esa falta de estímulos ajenos y la menor presencia de ruidos procedentes de otras actividades).

El punto kilométrico de la vía dónde se produjo el hallazgo es el 39’900 –imposible de ubicar mediante Google maps, ni tras consultar diversas páginas ferroviarias-. Tan sólo disponemos de algunos datos más de prensa de la época para aproximarnos al punto exacto dónde se produjo el  suceso:


Los tres jóvenes muertos se encontraban junto al punto kilométrico 39,900 de la línea ferroviaria de vía estrecha que enlaza Valencia con Vilanova de Castelló, perteneciente a la empresa Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (FEVE). Este punto se encuentra entre el apeadero de Montortal y la estación de Alcudia de Carlet, en el término municipal de esta última población.

Si echamos un vistazo aéreo –mediante google maps- al tramo de vía que discurre desde Montortal hasta la localidad de Alcudia de Carlet –hoy L’Alcudia-, observamos que se trata de un tramo de vía prácticamente recto en su totalidad, con dos pequeñas variaciones muy suaves, pero sin curvas cerradas. La vía discurre paralela a la antigua carretera nacional en un terreno llano y sin obstáculos. La visibilidad por lo tanto parecería óptima, tanto para los muchachos a la hora de percatarse de la aproximación del tren como para el maquinista a la hora de observar a los tres jóvenes en las inmediaciones de la citada vía.





Indagando un poco más la prensa nos ofrece algún detalle más sobre el lugar y una hipótesis un tanto singular

Los tres jóvenes no se percataron de la llegada del tren por su espalda. El momento en que cruzaban un pequeño puente de la línea ferroviaria sobre un barranco debió coincidir con la llegada del tren, en la misma dirección que llevaban los jóvenes, y su arrollamiento, al no retirarse, pues no tenían otra opción que seguir por la vía para no ir a parar al barranco.
La reconstrucción del itinerario de los tres jóvenes en sus últimas horas se resume en una tarde de ocio. El regreso a casa lo emprendieron por la vía del tren en vez de tomar la carretera .

Según lo descrito ninguno de los tres jóvenes se percató ni oyeron llegar el tren, además optaron todos ellos por tomar la peor decisión posible: permanecer en la vía, no saltando –ninguno de los tres-  desde ese “pequeño” puente al barranco. Escogieron también regresar andando por la vía, a pesar de tener la antigua carretera nacional, a escasos metros -discurre paralela a esta-. Una concatenación de desgraciadas circunstancias y decisiones erróneas.





Al revisar de nuevo el citado tramo de vía –Montortal a La Alcudia- desde la aplicación Google maps, y observar los puntos dónde esta vía salva algún barranco, el único punto que merece ser significado y que supuestamente se podría corresponder con lo descrito por la prensa es un tramo pequeño de puente y de escasa altura sobre un barranco de también pocos metros de profundidad. Este punto se encuentra cerca de la localidad de Alcudia de Carlet. A su lado se observa la antigua carretera nacional.
(He optado por no poner imágenes de este punto, debido a que no es posible cotejarlo con total seguridad con el punto kilométrico de la vía que cita la prensa. Pero es el único lugar que se aproxima a lo descrito).

Este tipo de sucesos, tienen una explicación bastante más factible en lugares “cerrados” que en espacios “abiertos”, es decir cuándo se suceden por ejemplo en el interior de un túnel, dónde se dan buena parte de este tipo de “arrollamientos o atropellos” accidentales.



Causa oficial de la muerte:

"...El juez instructor del sumario, que es competencia del distrito judicial de Alzira, ha asegurado, después de realizarse la autopsia, que el origen de la muerte fue el arrollamiento por tren. También se ha procedido, al tiempo que se realizaba la autopsia de los tres cadáveres, al interrogatorio del conductor del tren sospechoso de originar el suceso..."


La autopsia según lo relatado  por la prensa debió ser realizada en el  depósito del cementerio municipal. Algo similar a lo que ocurrió en el caso Macastre. Lugares, que los propios forenses describen en aquella época, como poco o nada apropiados y sin medios.

Lo extraño de este caso descrito oficialmente como un “accidente” es que uno de los principales involucrados –el maquinista del tren implicado- no se hubiese enterado absolutamente de nada.

La versión de FEVE (Ferrocarriles de vía estrecha):

Fuentes de la estación de FEVE en Vilanova de Castelló manifestaron que durante la noche del miércoles no tuvieron conocimiento de ningún accidente.
Fuentes de FEVE aseguraron que ese tren pasa exactamente por el señalado punto kilométrico a las 21.07.

Fuentes próximas a la dirección de FEVE en Valencia mostraron su extrañeza por el hecho de que el convoy de las 21.00 horas hubiera arrollado a los tres jóvenes sin percatarse su conductor del hecho. Por ello, para emitir una opinión sobre la causa del suceso, se remitieron a las diligencias instruidas por el juez.


No menos llamativo en este asunto, es que el maquinista -el cual no se percató del accidente-, no hubiera sentido ningún golpe –uno de los faros al parecer estaba roto y podía haber restos de sangre-. Ni tan siquiera se percató de la presencia de un grupo de tres jóvenes en la vía, en un lugar tan delimitado y peculiar – al pasar por un pequeño puente-.





Es importante conocer la opinión de los ferroviarios, para entender qué sucede en este tipo de sucesos “traumáticos”:

(Extraído del artículo “el drama del maquinista” diario “El Mundo”)
“…Sus informes dicen hay arrollamientos todos los días (emplean el verbo «arrollar» porque no les gusta hablar de «atropellos»). El 90% de los casos son suicidios. Está desde el tipo que se tumba en medio de la vía hasta el que se esconde en un arbusto y salta en el momento que llega el tren. El resto de los accidentes son, salvo casos excepcionales, imprudencias de los viandantes.
El último fue a un chaval de Bilbao al que unos chicos le arrojaron a las vías del tren por la noche después de darle una paliza.
¿Cuál es la primera impresión que se siente tras vivir un arrollamiento?
Notas que has chocado con algo -dice Francisco, el veterano y el más rápido en responder-. Y después viene un bache incómodo. Pero no sabes si ha sido un animal o una persona…”

Suicidios, imprudencias, homicidios simulados. 

O extrañísimos casos como el descrito u otros,  como el ocurrido en Pinos Puente-Granada en 1.979, dónde cinco menores fueron arrollados por un tren cuándo estaban “semiinconscientes”, dormidos y tendidos al lado de la vía.




Pero volviendo de nuevo al caso de Montortal-Alcudia de Carlet.



Inmediaciones del lugar dónde se produjo el fatal “arrollamiento” Tramo Montortal-Alcudia de Carlet.


En la ciudad de Valencia, el viernes 18 de septiembre de 2015 se sucede un extraño hallazgo:

“…Una semana después de que unos huesos humanos fueran encontrados en la playa valenciana de la Patacona, la Policía Nacional halló el viernes en una calle del distrito de Trànsits de Valencia un corazón dentro de una especie de copa sobre un vehículo.

Este nuevo hallazgo se produjo a las 10.30 horas del viernes en la calle Marqués de Montortal* de Valencia. El citado corazón se encontraba sobre un vehículo** modelo Ford Escort. Hasta el lugar se trasladaron agentes del grupo de policía científica.

*en la noticia de prensa del periódico alicantino “Diario Información” figura por error Montartal, dicha calle no existe en el callejero de Valencia, la calle aludida se trata por lo tanto de Marqués de Montortal


.



**relativo a este tipo de hallazgos “sobre un vehículo” presenta muchas similitudes con otro hallazgo de restos descrito en el año 1.989 en la misma ciudad de Valencia al poco de producirse el caso Macastre:
Lugar: Avenida del puerto-Valencia ;  fecha: Viernes 3 de febrero de 1.989; tipo de hallazgo: una tráquea hallada sobre un coche de color blanco.


Siguiendo con el hilo conductor de las vías de tren, en una vía que discurre “paralela” a la anteriormente indicada –la del tramo Montortal-Alcudia de Carlet- se sitúa otro extraño caso del que ya hemos hablado en otras ocasiones en el blog. La joven de tan sólo 17 años, natural de Algemesí que aparece muerta en abril de 1.994, en las inmediaciones del Penal de Picassent –en un campo de naranjos entre la vía de tren y el penal-. La muchacha, según cita la prensa,  se habría desplazado entre ambos puntos a pie caminando al lado de la vía de tren.  El cuerpo de la infortunada joven apareció con una “naranja en la boca”. Según se cita el lugar del hallazgo del cuerpo se sitúa en el término municipal de Picassent, pero cerca de Almusafes, junto a la vía del tren.







Leyenda: Acc tren –tramo Montortal-L’Alcudia- / Na: lugar hallazgo chica de Algemesí en Picassent, en rojo itinerario descrito por la prensa, que la joven realizó a pie al lado de la vía de tren..



La causa de la muerte de la joven –a pesar de que se barajaron varias hipótesis- no pudo ser determinada con total claridad. Se habló de tóxicos, pesticidas, pero las cantidades halladas según barajaron varios expertos no eran suficientes. Se habló también de un suicidio por celos. Pero la familia siempre sostuvo que la joven pudo ser drogada y víctima de un hecho criminal con algún tipo de connotación sexual. La madre manifestaba a la prensa que a su hija "la habían matado". 






En abril del año 1996 se produce otro espantoso “suceso”.
Dos adolescentes de 14 y 15 años fallecen en Alfafar (Valencia) al ser arrolladas por un tren de pasajeros que recorría la línea La Encina-Valencia. Según los primeros indicios, las chicas se quitaron la vida arrojándose contra el tren.






En este caso los indicios apuntaban claramente a un suicidio “planificado” por las dos adolescentes. Pero la pregunta es ¿Qué puede llevar a dos jóvenes a acabar con sus vidas de esta manera? No existe una explicación al respecto sobre las motivaciones presentes en este trágico caso.

Una mujer que se encontraba en el lugar de los hechos declaraba a la prensa:


“…Eran chicas “normales”, algo muy gordo les ha tenido que mover a hacer esto…”