Pero ¿que pasaba fuera de España a finales de los ochenta y en la década siguiente. Una etapa
plagada de extraños crímenes y desapariciones grupales en nuestro país
–Macastre 1987, Alcásser 1992, Aguilar de Campoo 1992-. De hecho se produce un
espectacular repunte de casos criminales con menores víctimas de salvajes actos
criminales en dichas fechas.
Durante este recorrido por los
casos criminales acaecidos en Valencia, al investigar a fondo las hemerotecas, me topé curiosamente con muchas noticias similares ocurridas en países de
nuestro entorno.
¿Existió entonces un fenómeno a nivel global
que pudiera explicar y conectar esta auténtica cadena de barbaridades?
¿Existen conexiones internacionales implicadas
en la desaparición de menores Europeos con fines ilícitos indeterminados?.
Si echamos un ojo a lo que
ocurría entonces a nuestro alrededor, observaremos nexos y elementos comunes en
muchos de los casos. Tramas, grupos ocultos, sectas. La prensa da fé de que
existieron y cometieron actos criminales especialmente sádicos y perversos, durante
esos años.
ITALIA:
En el año 1988 en el centro de
desintoxicación de San Patrignano, un hombre joven interno resultó muerto
después de recibir numerosos golpes y haber sido torturado salvajemente. Su
muerte fue acallada por los responsables del centro. En el año 1993 después de
varias denuncias y con el hallazgo del cadáver en un vertedero cercano al
Vesubio, son detenidas dieciséis
personas por estos hechos. Entre ellos el director del centro terapéutico por
encubrimiento. Esta institución sita en Rimini, fue investigada por la
fiscalía. El asesinato fue premeditado.
Lo encerraron en una cámara frigorífica entre reses muertes, y lo pincharon en
diversas partes del cuerpo incluídos los genitales con un punzón eléctrico,
además de vejarlo sexualmente. Según un sacerdote de la zona, detrás de estos
centros de desintoxicación existía una trama implicada en la desaparición de
numerosos jóvenes internos en los centros. Según se extrae de sus declaraciones
a la prensa, el sacerdote denunciaba la práctica de abusos sexuales y crímenes
ocurridos entre las paredes de estas instituciones terapéuticas “Yo os animo a que excavéis pues se
encontrarán los cadáveres” el sacerdote añadió “no es verdad que todos hayan
huido, los han hecho desaparecer, y os digo más, en algunas comunidades ha
habido abusos sexuales contra los muchachos”.
En Florencia sucedieron también
salvajes crímenes rituales con mutilaciones y extrañas connotaciones
esotéricas. De hecho estos inspiraron al creador del popular personaje del cine
Hannibal Lecter.
La noticia de “The Guardian”
habla sobre la reapertura de una secuencia de casos criminales que se creían
cerrados.
La policía italiana acaba de
reabrir la investigación del caso del Monstruo de Florencia, autor de los
asesinatos en serie que inspiraron la creación de Hannibal Lecter. En la región
de Toscana todos pensaban que la historia estaba acabada; las últimas víctimas
habían sido asesinadas hace 16 años, mientras que el “monstruo” que supuestamente
las mató, murió en 1998. Pero esta semana, los detectives en Florencia dijeron
que había nuevas sospechas por el asesinato y mutilación de ocho parejas entre
1968 y 1985. La policía ahora cree que un
grupo de entre 10 y 12 sofisticados y ricos italianos orquestaron los
asesinatos rituales a lo largo de tres décadas y no fueron descubiertos,
permitiendo que sus carreras y sus reputaciones florecieran hasta hoy. Los
detectives, que fueron advertidos con una serie de cartas anónimas, están
interrogando a un testigo clave y han mandado a los magistrados un archivo que
se cree nombra a alguno de los sospechosos, incluyendo a un médico y un
artista.
Los requerimientos de la secta era precisos: ejecuciones
nocturnas de parejas de enamorados seguidas por la mutilación; se ayudaban con
un revólver del calibre 22 y un bisturí.
Sospechosos:
Pietro P. un campesino
analfabeto, fue condenado en 1994 por siete de los ocho asesinatos dobles. La
condena fue revocada y él estaba esperando un nuevo juicio cuando murió. A
pesar de sus reiteradas negativas, pocos dudaban de que el macizo toscano, que
en su juventud había asesinado a un viajante a cuchilladas, era en realidad el
Monstruo de Florencia. Un mes antes de su muerte, dos amigos, Mario V. y
Giancarlo L, fueron condenados y llevados a prisión por ayudarlo a asesinar a
las parejas: uno de ellos fue sentenciado a prisión perpetua y el otro a 26
años. Parecía ser un caso cerrado.
Pero algunos investigadores
estaban inquietos. Había factores inexplicables y pistas que no se siguieron.
¿Cómo había ahorrado Pietro P. más de 70.000 dólares y comprado dos casas? ¿Qué
hizo con los cuerpos? ¿Quién era el misterioso doctor Lotti a quien se había
hecho referencia en la Corte como el hombre que ordenó los trabajos? El novelista
Thomas Harris, sentado en la sala durante las audiencias originales, parecía
compartir las sospechas de que una figura de la sociedad había sido el “genio”
autor de los asesinatos y así creó a su asesino de ficción, Hannibal Lecter, un
médico psiquiatra.
El jefe de la fuerza de
detectives de Florencia, creía que Pietro P. no era suficientemente inteligente
para haber planeado los crímenes. Comenzaron en agosto de 1968 cuando una
pareja fue asesinada a balazos en su automóvil. El patrón quedó establecido: siempre
era en una noche sin luna durante un
fin de semana, en un sendero aislado. La última pareja, francesa, fue muerta en
septiembre de 1985 mientras acampaba en un viñedo cerca del pueblo de Scopeti.
Los detectives han encontrado
evidencias de lo que creen era un grupo
oculto que dirigía a los tres
campesinos, sospechosos (que eran conocidos conjuntamente como “mirones”
por sus paseos nocturnos) para cometer los asesinatos. Dos de estos, también
fueron acusados de haber participado en
misas negras donde se usaban partes
de cuerpos femeninos en la casa de un supuesto brujo en San Caciano. Las
enfermeras de una clínica que había contratado a Pietro P. como jardinero declararon que él
les había dicho que un médico presidía ceremonias satánicas. Un artista suizo,
ahora interrogado por la policía, era supuestamente parte del grupo. Después de
irse de la zona, en 1997, la policía encontró dibujos de mujeres mutiladas y
recortes de periódicos sobre el juicio de Pietro P. en la casa de campo del
artista.
La dudosa muerte del principal
sospechoso:
El magistrado a cargo de la
investigación, creía que el ataque al corazón de Pietro P. en febrero de 1998
fue provocado de forma intencionado con drogas para silenciarlo, y que no
revelara los verdaderos nombres de los implicados en la trama.
Los detectives hicieron pocos
progresos hasta hace unos pocos meses, cuando una serie de cartas anónimas, con
detalles sobre los asesinatos que nunca se habían hecho públicos, revelaron que
una mujer en Génova tenía información útil. Los medios italianos sugirieron que
ella era una de las prostitutas que Pietro P. visitaba durante sus viajes a la
zona roja de Génova en la década de 1980. Los
detectives están averiguando por qué fue interceptada la última carta y abierta
por alguien en la estación de policía.
Un historiador de la religión que
ayudó a la policía durante la investigación original y asesoró al FBI, afirmó
que la región de Toscana, que en parte inspiró al poeta Dante para escribir su
clásico sobre el infierno, tenía una larga
tradición de brujería. “Hay elementos que hacen que la hipótesis de la
policía sea posible. La experiencia nos
dice que estos grupos existen,” dijo el profesor. Subrayó que las sectas ocultas no eran necesariamente satánicas y que
la naturaleza “ritual” de los asesinatos sugería que los culpables serían
fetichistas. Los magistrados ahora deben decidir si piden el procesamiento
de aquellas personas nombradas en el archivo policial.
En el año 1993 en EEUU sucedió un hecho terrible. Un TRIPLE
CRIMEN con tres menores víctimas de un extraño ritual.
Tres niños que realizaban una
excursión en bicicleta en Menphis, fueron hallados muertos y salvajemente
mutilados. La policía ante el cariz de los hechos, y el estado de los cuerpos
sospechó inmediatamente que el triple crimen podía ser obra de alguna de las
sectas que conforman el panorama esotérico religioso estadounidense. El relato
de uno de los detenidos parecía confirmar esa hipótesis.
Según el testimonio de un joven
de 18 años detenido en relación a estos hechos, aseguró en el interrogatorio
que tanto él como otros dos jóvenes menores de edad participaron en los hechos.
Al parecer eran integrantes de una secta satánica y los tres niños fueron
sacrificados en el estado sureño de Tennesse.
Además los investigadores
consiguieron obtener una declaración con un listado de miembros de la secta
participantes en dicho crimen ritual. Alguno de los menores detenidos pudo ser uno
de los autores materiales del triple crimen,
que incluyeron horribles actos de mutilación en los pequeños, que no voy a entrar
a detallar.
¿Pudieron suceder hechos como los
descritos en nuestro país? ¿Es factible desechar sistemáticamente hipótesis tan
escabrosas como la existencia de grupos que practican este tipo de crímenes o
sacrificios rituales que implican la desaparición de menores, cuándo está
acreditada la existencia de numerosos casos de idénticas características en
nuestro entorno?
En la siguiente entrada del blog,
continuaremos repasando otros casos similares ocurridos en la floreciente y
pujante Europa durante la década de los ochenta y noventa.