“…Las fases lunares tienen su origen en el continuo
movimiento del Sol, la Tierra y la Luna. Son cuatro, duran siete días de
promedio y en su conjunto completan un mes lunar de 28 días y medio,
aproximadamente. Los meses lunares son trece, su punto de partida
siempre será el día de luna nueva. En las cartas del Tarot 13 es el
número del Arcano que representa la Muerte, el fin natural de un ciclo…”
Tres días después de finalizar las fiestas del Santo Cristo
de Alcásser del año 1992, durante las cuales intentaron secuestrar a Mirian
-una de las tres niñas desaparecida el viernes 13 en Alcásser- ,
es encontrada muerta en un “junqueral” de la localidad valenciana de Bétera, la
joven Cristina LL.P. que contaba sólo 22 años de edad.
Otro viernes negro, el 28 de agosto de 1.992. El día
de luna nueva.
“…La Luna Nueva: la ausencia de Luna es propicia para
hacer desaparecer, menguar y eliminar todo aquello que queramos…”
El cuerpo de la malograda
Cristina fue encontrado por un agricultor. Estaba maniatado y amordazado. Había
recibido 6 puñaladas. Y había sido degollada. Se desconocen más
datos: ropas, pertenencias, posición, ocultación, agresión sexual. Nada más
sabemos. Porque nada más quieren que sepamos.
…"Aquí hay sabiduría: El que tiene entendimiento
calcule el número de la bestia, porque es número de un hombre; y su número es
seiscientos sesenta y seis." (Apocalipsis 13:18). Ya que aparece como la
plenitud de la maldad al ser tres veces seis…”
El paraje dónde aparece el cuerpo es el “junqueral de
Bétera”.
La Guardia Civil debió entender, que aquel crimen tenía los
elementos necesarios, para establecer algún tipo de conexión con el “asunto Alcásser”.
Las cuerdas, que maniataban a Cristina,
eran idénticas a las que hallaron los investigadores en el Crimen de Alcásser.
De la misma composición y espectro –polipropileno- y del mismo color. ¡Qué
casualidad¡. Pero además como desgranamos en los anteriores post, el hallazgo
de Cristina se produce tan sólo tres días después de finalizar las fiestas
de Alcásser de ese año 1.992, dónde se produce el extraño suceso del
encapuchado, que agazapado, intentó abalanzarse sobre Mirian.
Las casualidades, sabemos que en estos temas, siempre vienen concatenadas. El mismo día
que aparece el cadáver de Cristina, ese fatídico día 28, un funcionario de la
Generalitat Valenciana –dpto de Heráldica-,
un hombre muy joven, es también
asesinado de un disparo a bocajarro, en la calle Alberic de Valencia. Era
natural de Calpe-Alicante. Un crimen sobre el que no hay tampoco más
datos. Sólo se sabe que unos desconocidos se acercaron a la víctima y le
dispararon a muy corta distancia en el pecho. Una especie de ejecución o
venganza. Nunca trascendió el móvil criminal, ni si hubo detenidos. Un historiador reconocido, licenciado en la Universidad
de Valencia.
El sumario 5/93 que instruyó el
juzgado de Lliria, sobre el caso de Cristina, continúa a día de hoy, siendo un
auténtico enigma. Inaccesible.
Recientemente supimos por otros
investigadores -que ahondaban en este espantoso crimen- que el misterioso
expediente judicial estaba “desaparecido”. No sólo en los juzgados de Lliria,
sino también en los de Valencia capital. Desaparecido. Como las personas,
también desaparecen los papeles. Especialmente, los papeles importantes. Se pierden. Se
olvidan.
Es como si todo fueran
dificultades a la hora de revisar esta época negra de la criminalidad española. Y el
crimen de Cristina, por alguna misteriosa razón, está "desindexado" de las hemerotecas. Desaparecido, borrado, perdido como el sumario. No
es posible que el hallazgo del cadáver de una joven, no hubiera transcendido a las
ediciones autonómicas de los periódicos “potentes” con hemeroteca digitalizadas
de la época. Algo raro pasa aquí. Además
la prensa provincial, tampoco colabora, si pides información para investigar este caso,
ni tan siquiera se dignan en contestarte. Es un asunto “tabú”. Huele a cuerno
quemado. Apesta.
Cristina había estudiado en la
Universidad de Valencia. Se había licenciado ese mismo año.
“...La chica se había
licenciado ese año en Ciencias Químicas y se dirigía a coger el
autobús para pasar el fin de semana en El Ràfol d'Almúnia, donde le
esperaba su abuelo. La joven llevaba una vida ordenada y no tenía novio…”
(Las Provincias)
La Universidad estaba en
Valencia. Pero no sabemos dónde residía Cristina. Suponemos que residía en
Bétera, ya que se dirigía a viajar en autobús. Un autobús, que nunca llegó a
coger. Un/os individuos desconocidos –nunca fueron atrapados- se encargaron de
que la cría no llegara a su destino: El Rafol d’Almunia en Alicante.
Una cría con una vida ordenada,
sin novio, y que dedicaría buena parte de su tiempo libre a estudiar esa
complicadísima carrera de Químicas en la que acababa de licenciarse ese mismo verano del 92.
Un perfil victimológico aparentemente
de riesgo muy “bajo”. ¿Porqué vemos repetidamente ese mismo perfil de niñas y adolescentes “normales” que acaban siendo víctimas de auténticos
monstruos?. ¿Qué explicación hay a todo esto?. Ninguna explicación “normal”. Porque
todo es “anormal”. Y todo está por resolver.
Como desconocemos datos, tenemos
que buscarlos en ese entorno que nos es descrito a pequeñas pinceladas en el único y reciente artículo de
prensa existente sobre el caso: Universidad de Valencia,
Bétera y el pueblo de dónde era originaria en Alicante.
Empecemos por la Universidad de
Valencia, dónde la joven estudiaba. En el repleto archivo de casos criminales con que contamos en este blog -fruto de muchos años de trabajo paciente y constante-, existen al menos tres casos “extraños”. En la misma Universidad de Cristina.
Se trata de una serie de suicidios
inexplicables, atribuidos “a la presión de los estudios”. Con métodos de
suicidio además, muy anómalos. Suicidios a lo “bonzo”. Autoinmolándose. Quemándose
vivos. Con cartas de despedida.
Realmente desconozco que haya suicidios
“semejantes” en otras universidades de nuestro entorno. Es curioso. Los métodos de suicidios
usuales en nuestro país son: ahorcamiento, precipitación, sobredosis de
medicamentos, etc. Pero los suicidios a
lo “bonzo” parecen propios de otras latitudes, de otras creencias. Es muy llamativo.
Una de las víctimas, que se
suicidó en el año 1991, residía también en Bétera. Dos de ellas compartían además el mismo
origen: Murcia.
En Bétera, hay muchos datos acumulados,
que se agolpan en nuestro mapa de criminalidad de la provincia. Su espacio
geográfico nos habla de un lugar propicio al hallazgos de cuerpos. Una zona
“cementerio” como la denominamos en la radiografía criminal que realizamos
sobre la provincia de Valencia. Existía
también en esta localidad un controvertido Psiquiátrico. Un psiquiátrico que llenó por aquel entonces, muchas páginas de sucesos. Muertes y desapariciones en extrañas
circunstancias.
“…Un convento franciscano
que se convirtió en psiquiátrico…” (las Provincias)
“…Los episodios documentados
en el entorno del recinto hospitalario no fueron pocos: muertes sin explicación
clara, relaciones sexuales sin control, embarazos no deseados, fugas…” (diario
El Mundo)
Clínicas Psiquiátricas.
Gloria, la cría alicantina, ingresada en la clínica psiquiátrica de Alfaz del
Pi, desaparecerá “otro” nefasto viernes 30 de octubre de 1.992. Es decir
apenas dos meses después del hallazgo del cuerpo Cristina. Trece días antes de que
lo hagan las tres niñas de Alcásser.
De muchos de los casos del psiquiátrico
de Bétera, ya hablamos en su día.
Recapitulamos, analizamos y extraemos por lo tanto, sólo aquello que nos es de
interés para seguir indagando. Para poder seguir avanzando.
Existen al menos dos casos, dónde
las víctimas aparecen calcinadas. Supuestamente también, misteriosamente “autoinmoladas”.
Pero en uno de ellos fueron encontrados “otros” indicadores de muerte violenta,
de etiología “no suicida” y con posible móvil sexual. Se trataba de una mujer
joven, cuyo caso tampoco parece haber sido resuelto. Año 1981.
En medio de esos dos años: 1981 y
1979. Un crimen sin resolver, de una mujer en Bétera. Su cuerpo aparecerá un 12
de noviembre de 1.980 muy cerca del junqueral dónde aparece el cadáver de
Cristina.
La carretera dónde aparece el
cuerpo es la vía provincial 604, actualmente se trata de la carretera CV-333 Bétera-Olocau.
Un lugar muy próximo al junqueral dónde aparece Cristina.
Pero es que también hubo
desapariciones inquietantes. Hubo un caso desconcertante en el que los familiares
llegaron incluso a hablar de algo tan fuerte, como el “tráfico de órganos”. No
existen noticias de que este paciente fuera encontrado, seis meses después seguía
“desaparecido”. Tampoco que se hiciera demasiado –no hubo registro de la clínica-
por solucionar el caso. Curiosamente el interno
había sido trasladado desde una clínica de Alicante a Valencia.
En Bétera, pasaron muchas cosas
en aquellos años negros. La pequeña Verónica, la hija del cónsul Belga, también
fue secuestrada, y apareció
semienterrada con indicios de agresión sexual. Asesinada cruelmente en esta
misma zona. En algunos artículos de prensa se describe, que la niña fue enterrada
viva. Atroz. Recordemos su caso. Nunca se encontró al culpable.
Otra pequeña también fue
asesinada cerca de allí. Se llegó incluso a hablar de un asesino en serie, de
un sádico que actuaba, secuestrando, violando y asesinando niñas en Valencia. El dato más llamativo lo encontramos
recientemente al volver a indagar sobre este terrible caso, y encontrarnos con
un detalle significativo. La niña había muerto por asfixia por inmersión.
Esto sí parece ser un dato relevante. Agua dulce-hongo verde-acequias-molinos-junquerales-marjales.
La secuencia tantas veces presente en este blog.
Cristina nunca cogió ese autobús, que la tendría que llevar
al pueblo de su familia. Algo siniestro se cruzó en su camino. La maniataron y
la amordazaron. ¿Porqué y para qué?. Desconocemos cuantos días llevaba
desaparecida, pero este tipo de método de control de la víctima, podría indicar
un posible “cautiverio”.
El método de control: es decir,
“el modo” en que se relacionó con ella mientras la tuvo con vida.
“…Métodos de control, y actos
ejercidos sobre la víctima antes y después de su muerte.
El método de control utilizado:
Materiales utilizados: cuerdas,
cadenas, grilletes, prendas de la víctima –Alcasser ligaduras y cazadora—El
criminal usará en sus crímenes métodos y materiales que sean “familiares”
para él, y sobre los que tenga habilidad y conocimiento suficiente.
También es interesante examinar
el Grado de complejidad –p.ej. en el Caso Alcásser el nudo de doble lazo, un
lazo “elaborado”-.
La utilización de un sofisticado sistema para controlar a
la víctima nos indica la aptitud mental del agresor y su grado de sadismo.
(Apuntes del autor sobre
Psicología Criminal)
Las ligaduras y la mordaza son parte de ese método de
control empleados en el caso de Cristina, también la presencia del método
físico de agresión –en este caso un arma blanca con el que le propinaron seis
puñaladas y la degollaron-.
El cuerpo de la víctima es una
extensión de la escena del crimen:
No sabemos cómo estaba el
cadáver. Su posicionamiento. Pero sabemos que estaba maniatado y amordazado. Posiblemente
trasladado y abandonado en un campo cercano a una zona recreativa de la
localidad de Bétera –junqueral- muy frecuentada por familias los fines de
semana de verano. Muy cerca incluso de la comisaría de Policía del pueblo,
según Google maps. A la vista para ser “descubierto”.
El dejar a las víctimas con
claros y evidentes signos de violencia –maniatada, amordazada, apuñalada varias
veces- en espacios abiertos o exteriores para su localización también tiene su
interpretación. El criminal se expresa “de esta manera”: No oculta el cuerpo.
“…Ritual del propio criminal como un mensaje.
El asesino revelaba que estaba tratando a la policía como
a sus enemigos, y demostraba con la ayuda de los cuerpos de las víctimas que no
sólo ejercía un absoluto control sobre ellas, sino también sobre la policía. La
policía no era capaz de capturarle a pesar de que dejaba los cuerpos a plena
vista, y en una posición que parecía decir a los investigadores “soy una
víctima de asesinato”. Y en efecto, a cada nuevo asesinato la policía aparecía
ante la opinión pública como más ineficaz, lo que reforzaba la mentalidad del
asesino que era alguien superior…” (La investigación Criminial. Vicente
Garrido-Jorge Sobral, referida al caso Wayne D. Willians)
Desconocemos si medió en el caso de la joven algún tipo de agresión sexual. Pero las ataduras y el acuchillamiento repetido pueden indicar esa “motivación sexual”. Las ligaduras pueden tener también otro tipo de interpretación, con “otras” connotaciones de tipo sadomasoquistas.
“…Conductas de esclavitud sexual: bondage con la víctima.
El apuñalamiento repetido también está ligado a actos relacionados con la
satisfacción sexual del autor…” (Apuntes psicología criminal del autor)
Muchas víctimas de esa
criminalidad sexual, son violadas y algunas también acuchilladas por resistirse
– presentan heridas defensivas en brazos - o para evitar la
identificación del autor. La intimidación con un arma corta/o de fuego, y la
fuerza del agresor/ superioridad numérica de asaltantes, parecen indicar que el
acto de “maniatar a la víctima” sea algo más accesorio o elaborado, que implique más tiempo y otro tipo de
intencionalidad: abuso continuado en el tiempo, tortura, cautiverio, etc...
Todos estos datos evidentemente
son muy subjetivos, ya que como hemos podido comprobar existen escasísimos datos sobre las
circunstancias en que se produjo el hallazgo. Por lo que es muy difícil
analizar tanto el escenario del crimen, como la situación en que se encontraba
el cuerpo de la joven.
Si tuviéramos que poner en
relación con “otros casos” este crimen –aunque con diferencias en cuanto al
medio en que son encontradas: agua dulce-, podríamos citar que nos recuerda a los
dos casos de mujeres muy jóvenes maniatadas
flotando en las acequias de Sumacárcer –una de ellas vecina de
Alcásser-, o al caso del pozo de Santo Bernart –antiguo molino abandonado- en
Alborache dónde la mujer hallada en su interior presentaba curiosamente también
“media docena de puñaladas” es decir 6 puñaladas. Las mismas
que recibió Cristina.
El hallazgo del viejo Molino de
arroz abandonado cercano a Alborache y a la población de Macastre, está datado
en el verano del año 2.000. Una época por cierto, en la que el enemigo público
número uno: Miguel Ricart estaba ya
“entre rejas”. Los investigadores ya no podían entonces, preguntarle ni por este ni por
los otros crímenes sin resolver en la zona. Unos cuantos. La actividad criminal
en esta zona del mapa seguía siendo muy preocupante. Los asesinos de mujeres jóvenes parece que seguían sueltos y
campando a sus anchas.
Muchas veces me pregunto, cómo
podrán lidiar con estos asuntos los lugareños de estos sitios especialmente
azotados por estos hallazgos macabros. Si no se cuestionan algunos “poderosos
mantras” en torno a la seguridad ciudadana y si la intranquilidad no perturba
su descanso pensando en que pueda haber “algo más” ahí afuera, verdaderamente
maligno, que sigue haciendo de las suyas, y que todavía no ha sido puesto a
buen recaudo.
Esta zona geográfica parece la pequeña “Juarez” valenciana:
Esta zona geográfica parece la pequeña “Juarez” valenciana:
“…Un vecino de Turís halló el pasado viernes por
la tarde en el interior de un pozo, en el término de Alborache, el
cadáver de una mujer apuñalada. La víctima, que aún no ha sido identificada,
recibió media docena de cuchilladas repartidas entre el tórax y los brazos. Fuentes
del caso sospechan que puede tratarse de un ajuste de cuentas vinculado al
mundo de la prostitución…A un vecino de Turís, que se encontraba dando un
paseo, le llamó la atención el "olor pestilente" que procedía del
pozo de un molino de arroz abandonado, en la partida de Santo Bernat, a
medio camino entre Turís y Alborache. Convencido de que se trataba de algún
animal muerto, el hombre se asomó al pozo. A primera vista no vio nada extraño
en su interior, pero tras mirar detenidamente descubrió un cuerpo que
flotaba en el agua a unos dos metros de profundidad, según declaró a los
investigadores…Fuentes de la investigación detallaron que la mujer asesinada
tenía una estatura y un peso medio, se encontraba desnuda y estaba
indocumentada. Por ahora, los forenses sólo han podido precisar que tenía
entre 18 y 50 años, y se desconoce el tiempo que llevaba muerta.
Para poder identificarla, la Guardia Civil dispone de algún objeto personal
hallado junto al cadáver, así como sus huellas dactilares, que se encuentran en
buen estado. Los agentes, que van a cotejar los datos con los de otras
mujeres desaparecidas en la zona, creen que el homicida conocía muy bien
la zona porque no hay muchas personas que supieran de la existencia del
pozo.
(Fuente: Diario el País)
Del caso de la mujer hallada muerta en el Molino de Santo
Bernat, se hizo cargo el juzgado de Requena, según el diario La Vanguardia, No existe más información al respecto. Parece otro crimen sin resolver.
Lo más intrigante del caso del Molino Santo Bernat, es nuevamente el
espacio geográfico dónde está situado. Si nos fijamos en el siguiente mapa, su
situación –en color verde fosforito- es
“estratégicamente llamativa”, ya que está a medio camino entre Macastre y la acequia de Turís, dónde como todos recordarán se sucedieron
hechos y hallazgos terribles. Otro lugar de los que denominamos “cementerio”, porque allí se agolpan las
cruces, los hallazgos de cuerpos, como pudimos comprobar en
nuestro peculiar mapa de criminalidad de la zona.
Pero además de estos casos existía otro precedente al caso de Cristina y en esa misma zona de Bétera, dónde el “modus operandi” fue demasiado similar. En este caso la víctima -un hombre-, también fue acuchillado y degollado como Cristina. Su cuerpo fue hallado igualmente en un campo. En un antiguo molino –como la mujer desconocida hallada en el molino de Santo Bernat-, y cerca de una acequia. Año 1988. Cuatro años antes que Cristina. No hay noticias de que este caso tampoco fuera esclarecido.
Cristina se disponía a realizar
un viaje, a coger un autobús. Un autobús al que nunca llegó a subir. Un autobús que la tenía que trasladar hasta la localidad alicantina de Rafol d’Almunia dónde residía su
familia. Realizaremos en el próximo post ese viaje imaginario, que nos llevará desde Bétera hasta
la zona norte de la provincia de Alicante. La zona sur de la provincia de Valencia.
La zona según los expertos con mayor densidad de
sectas, ritos ocultistas y logias de toda la península.
Sobreviví a la noche y de un modo secreto
entro en el día.
Le basta al que está a salvo, saber que fue salvado,
aunque no sepa el cómo.
Tomo, pues, mi lugar entre los vivos,
como quien deja que lo lleven,
candidata al azar de la mañana
pero citada con los muertos.
Emily Dickinson (1830-1886). Poeta.