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martes, 26 de febrero de 2019

Sincronía. Números y fechas. Una teoría alternativa.





“…Entre las llamadas ciencias sagradas –astrología, magia, alquimia, cábala, etc.- cuya finalidad es revelar al ser humano el sentido oculto de la creación, no hay ninguna que prescinda de los números” 

“…sincronía: alude a una coincidencia en el tiempo o a la simultaneidad de hechos o fenómenos…”

“…Algo cíclico, por lo tanto, es aquello que se reitera de manera periódica o que, tras una cierta cantidad de tiempo, regresa a un estado o a una configuración precedente…”





En el anterior post abordamos los momentos decisivos de la desaparición de las tres niñas de Alcásser. Las tres pequeñas aparecerán muertas enterradas en una fosa, el día 27 de enero de 1993.


Imagen de archivo del 27-01-1993, un vehículo de la Guardia Civil de Llombay transporta los féretros de las tres niñas el día que aparecieron en el paraje de 'La Romana' cerca de la presa de Tous (Valencia) 

  



Uno de los precedentes del Caso Alcásser, más llamativos, son los sucesos de Macastre. “Otra triada de menores” desaparecidos y hallados muertos en extrañas circunstancias en la misma cadena montañosa –Sierra del Caballón- con los dos “escenarios finales” a escasos 20 kilómetros de distancia en línea recta  y con sólo cuatro años de diferencia entre ambos sucesos.
Pero es que además, a partir del hallazgo del primero de los cadáveres –Rosario- en la caseta de Fuente-Cuerna-Macastre, el día 19 de enero de 1989, comenzarán a sucederse una serie de acontecimientos anómalos e inexplicables:







En Febrero del año 1989, se producen una serie de terribles hallazgos en Valencia capital.


-El día 27 de enero de 1989 –la noticia es del día 28- y refiere: “el hallazgo de una mano de pequeñas dimensiones, posiblemente de una mujer, sesgada con un corte longitudinal –profesional-, fue encontrada ayer, en un banco –de una parada de autobús* urbano- en la céntrica calle Gran Vía Fernando El Católico, alrededor de la una y media de la madrugada, frente al inmueble número 37” La noticia relata que el hallazgo fue casual, efectuado por una transeúnte, que descubrió un bulto en el banco situado en la marquesina de autobuses. Picada por la curiosidad, decidió abrir el paquete, para averigurar que contenía, descubriendo la citada mano humana cortada. Procediendo a avisar a la policía de inmediato. Como curiosidad, la mano desprendía un fuerte olor a formol, lo que evidenciaba que había sido “conservada” artificialmente, desconociéndose el origen. Fue trasladada al depósito forense.


-Apenas con unas horas de diferencia ese mismo día 27 de enero de 1989, cuando una mujer se dispone a estacionar su vehículo, encontró otros restos humanos. El hallazgo se realizó en la Calle Alcácer (Más que curiosamentel la fecha del hallazgo coincide con la fecha en que son hallados los cuerpos de las tres niñas de Alcácer/Alcásser  enterradas en la fosa de La Romana, cuatro años después: 27 de enero de 1993). Del hallazgo en cuestión se sabe que se trataba de un pie con parte de la pantorrilla, que pertenecían a una mujer de pequeña estatura, ya que el pie correspondía a una talla pequeña de calzado. Se pudo saber que la víctima se había depilado días antes.
Y que el corte lo había realizado alguien “inexperto”, dado que fue realizado con un serrucho o con un hacha, y que tuvo que emplear hasta tres intentos para fracturar o cortar el hueso. Como ya comentamos entonces, el pie se encontraba manchado de una extraña “tierra rojiza”, por lo que se suponía que el cuerpo fue “arrastrado”. Lo que estaba medianamente claro, es que el pie había sido amputado en otro lugar, y había sido trasladado hasta ser depositado en la citada calle Alcácer. También se pudo saber que había sido seccionado recientemente –unas 48 horas antes- ya que presentaba sangre coagulada. Al parecer la mujer que descubrió los restos observó como en ese momento un vehículo pequeño y de color blanco encendía las luces y huía del lugar. El pie estaba depositado en mitad de una acera, junto a una agencia de viajes. Quería asegurarse que los restos iban a ser hallados rápidamente. Y por lo que describe la testigo, no sería descartable que el autor de los hechos, estuviera “observando” y cerciorándose de que estos eran hallados.

El pie pertenecía al cadáver hallado en la acequia canalizada o tubería de Turís. Había sido seccionado perimortem. Unas mutilaciones realizadas según afirman algunos autores*, con la intención de dificultar la identificación de la víctima: Sin embargo nosotros creemos que en este tipo de mutilaciones subyace otra motivación distinta. Mutilar una mano o desfigurar el rostro –como ocurrió con el cuerpo hallado en la tubería- sí pueden atender a dificultar la identificación, o lo que es lo mismo un “acto de precaución”. Pero mutilar un pie, no parece responder a esa finalidad concreta de dificultar la tarea de cotejar la identidad de la víctima. Es algo que además nos pone en el contexto de hechos tan atroces como las mutilaciones de las niñas de Alcásser. Son actos “accesorios”, no necesarios. Una especie de firma, dónde el sujeto criminal se “expresa”. Pueden también atender a la necesidad de  obtener un trofeo de la víctima, o incluso a aumentar deliberadamente su sufrimiento –ya que ambas mutilaciones –Alcasser y Macastre- fueron realizadas "todavía en vida o en un momento muy próximo al fallecimiento". Nos muestran por lo tanto un grado de sadismo pocas veces visto en nuestra historia criminal.





Esa obtención de trofeos, queda perfectamente plasmada y reflejada en la posterior disposición de alguno de estos restos humanos seccionados, en las calles de Valencia. Y como bien saben los seguidores de estos casos, no en cualquier calle. En calles con nombres muy “concretos” y “certeros”.


Esas sincronías, esos ciclos y esa numerología a la que aludíamos al principio del post, por alguna extraña razón, parecen seguir presentes en sucesos más recientes y de actualidad.






“…Numerosos vecinos de Alcàsser han compartido en diferentes redes sociales un comunicado firmado por la dirección del Colegio Santísimo Cristo de la Fe de Alcàsser en el que explica “Estimadas familias, hoy 28 de enero, ha tenido lugar un suceso alarmante en nuestra localidad, que aunque no ha tenido consecuencias, debemos tomar medidas. A la salida del colegio, en la calle Calvario cerca de la calle Colón, ha habido un intento de coger un niño y subirlo en un coche a la fuerza. Os recomiendo que acompañéis a vuestros hijos al cole o por lo menos evitad que vayan solos por la calle. La policía está al tanto del suceso y esperamos que se resuelva pronto. La dirección, Colegio Santísimo Cristo de la Fe de Alcàsser”. (El Meridiano L’horta –diario digital)

“…Después de la alarma creada en determinadas publicaciones informamos que Policía Local y Guardia Civil están investigando en estos momentos lo que allí se relata.
Seguiremos informando, y desde aquí nos gustaría enviar un mensaje de tranquilidad a la población quedando a la espera de resultados de los profesionales
…” (Facebook Policía Local Alcásser).









“Casi” exactamente 30 años después del hallazgo del pie amputado en la calle Alcácer de Valencia y 26 años después del hallazgo de los cuerpos de las tres niñas de Alcásser en la fosa de la Romana, se sucede en la misma localidad: Alcásser un intento de rapto de un menor a la salida de un colegio. Un colegio diocesano -religioso- con el mismo nombre, que las fiestas grandes de agosto.

“…Santísimo Cristo de la Fe: El lunes siguiente al 15 de agosto "Mare de Déu d'Agost", se celebran las fiestas del Santísimo Cristo de la Fe, siendo ésta el día grande de la fiesta -el "Día del Cristo" (Despertá, pasacalles, misa, mascletá con traca kilométrica, procesión, concierto y finalmente el Castillo de fuegos artificiales) cabe destacar que la procesión es multitudinaria con la salida de todas las imágenes veneradas en la parroquia…”


Como abordamos en el anterior post es precisamente durante las citadas fiestas en honor al Santísimo Cristo de la Fé, del año 1992, cuándo se sucede el intento de rapto de Mirian, una de las tres niñas asesinadas pocos meses después.

Un episodio, al que en “un principio” no se le dio la suficiente importancia. El hombre del pasamontañas, vestido de negro que  estaba escondido o agazapado e intentó abordar a la pequeña. Mal asunto.


“…Era un día de fiestas que bajaba…y le salió un señor de debajo de las escaleras, con un pasamontañas, vestido de negro…”Matilde madre de Mirian-

  
“…No mamá no me lo he imaginado…y además ha venido a cogerme… –Mirian-


“…Estamos hablando de un mes de Agosto, con un pasamontañas, no hay muy buenas intenciones…” –Fernando padre de Mirian-


“…Ella bajaba a buscar a las amigas, porque estábamos en la semana de fiestas de Alcácer, y le sucedió esta “anécdota”, que bueno, parece que no se le dio demasiada importancia”… -Fernando padre de Mirian-

Declaraciones extraídas del vídeo de youtube –entrevista Pepe Navarro a los padres de Mirian-. (A partir del minuto 14’).









La madre de Mirian pensó que había sido fruto de la imaginación de su hija, dado que esta era “muy miedosa”. Sin embargo, parece demostrado por el testimonio de la propia niña, que la  intentaron abordar, apenas dos meses y unos días antes de consumarse el rapto y asesinato de las tres adolescentes. Sólo la suerte –llevar una bolsa de basura que pudo arrojar al agresor para zafarse- consiguió evitar algo mucho peor.

Intento fallido de llevarse a la pequeña, que posiblemente era el “objetivo”. Tentativa frustrada. Por lo que es de suponer que la niña se haría  todavía “más desconfiada”, miedosa, cautelosa y reticente a irse con “cualquier” desconocido o extraño, debido a este traumático episodio. Algo que no hace más que apuntalar la teoría de la “proximidad” a las víctimas, en los sucesos que tendrán lugar el 13 de noviembre de 1992, y que ya desgranamos en el post anterior.

Como también pudimos verificar en ese mismo  post anterior, de forma “sorprendente” al poco de finalizar las fiestas grandes de Alcásser, de aquel fatídico año   -15 de agosto al 25 de agosto de 1.992- periodo en el que se llevó a cabo la citada tentativa de abordaje/rapto/agresión a Mirian, se producirá otro hecho trágico. Con tan sólo tres días de diferencia –el 28 de agosto de 1.992- se sucederá en Bétera, el “hallazgo” del cuerpo de la joven Cristina Ll. P. maniatada con unas cuerdas de idéntica composición a las halladas en el caso Alcásser.

Como podemos observar las fechas, incluso la numerología, parecen tener gran importancia en el devenir de los hechos. Nosotros antes de abordar los casos descritos en este blog éramos especialmente “escépticos” en muchos frentes, pero el tiempo y las indagaciones realizadas a lo largo de estos años, nos han confirmado que en Valencia, algunos hallazgos y sucesos son  altamente sospechosos de seguir  “un patrón”, o “un código” no descifrado.







Es decir, como si los autores actuaran “por alguna razón y motivación concreta”. Como si trataran de decirnos o expresar “algo” –a los miles y miles de seguidores de estos “casos” y a los investigadores- . Como si jugaran a “un juego macabro”.
  

Sobre la fecha concreta del hallazgo del pie en la calle Alcácer, como veremos, hay cierta confusión. Si bien se creía que el hallazgo se produjo el 27 de enero –debido al “otro” hallazgo inmediatamente anterior (24 hs. antes) de la mano pequeña amputada encontrada en la parada de “autobús”-, como veremos todo parece indicar que el pie de la calle “que marca o señala el pueblo de las tres niñas”,  fue encontrado el día posterior:








Por lo tanto, algunas fuentes citan que el pie apareció el sábado día 28 de enero de 1989.  
Es decir, treinta años después, el 28 de enero de 2019, se producirá la citada tentativa de rapto de un menor, en un colegio de Alcásser.

Repasemos de nuevo toda la cronología aparentemente “asociada”:

27 enero de 1.993: hallazgo tres niñas alcásser fosa de La Romana.
27 enero de 1.989: Hallazgo mano “pequeña” cortada en una parada de autobús Avda. Fernando el Católico-Valencia.
¿27/28 enero? de 1989: hallazgo pie seccionado de una joven en calle Alcácer-Valencia.
28 enero de 2019: tentativa de secuestro de un niño en el colegio Santísimo Cristo de la Fé, de Alcásser.

15 de agosto a 25 de agosto de 1992: fiestas Santísimo Cristo de la Fé en Alcásser: episodio del encapuchado: asalto a Mirian en el portal de su casa de Alcásser.

28 agosto de 1.992: aparece cadáver maniatado y acuchillado de Cristina LL. P. en junqueral de Bétera-Valencia.

Algunos autores* citan 27 casos de desaparición en esta zona durante los años 80 y 90.

Pero sin duda si hay algo “objetivo” y “palpable” es que a partir de la desaparición y posterior hallazgo del cuerpo de Rosario en la caseta de Macastre (19 enero 1989), se sucederá una secuencia de hallazgos cíclicos e incesante en Valencia capital. Algunos de los cuales llegan hasta nuestros días.







El hallazgo del pie entre el día 27 y 28 de enero de 1.989, encierra además otro enigma y alguna “pista” de interés. El pie fue amputado aproximadamente 48 horas antes. 







El cadáver hallado en la acequia de Turís a finales de mayo del 89, por el estado en que se encontró –en muy avanzado estado de descomposición- se estimó que su muerte -violenta- sucedió unos cuatro meses atrás, algo que podía corresponder con la fecha en que desaparecen los tres de Macastre. 

Si el pie corresponde al cadáver de la acequia, como parece ser, y fue amputado 48 horas antes del día 27/28 de enero de 1989, la mutilación “todavía en vida o próxima a la muerte” tuvo que suceder aproximadamente en fechas 25/26 de enero de 1.989. El primer cuerpo de los tres de Macastre -el de Rosario- aparece en la caseta de Fuente Cuerna el día 19 de enero, pero lleva ya dos o tres días muerta. Es decir si esta joven mutilada era Pilar, hay que preguntarse qué hicieron con ella y dónde la retuvieron, durante los aproximadamente 10 días que median entre el fallecimiento de Rosario y el trágico y cruento final de la joven desmenbrada. 

La Guardia Civil sabía que el pie había sido trasladado, que tenía tierra rojiza de arrastre sobre el terreno, por lo que todo indicaba que este, había sido amputado en otro sitio. Pero esa es la clave, el meollo de la cuestión, la solución a todos los enigmas de estos casos: la “base” sin localizar o identificar dónde estos depravados cometían con impunidad, tiempo y seguridad, todas sus barbaridades -violaciones, torturas, mutilaciones, y ejecuciones- con las menores. 

¿Dónde estuvo en cautividad la niña mutilada, dónde la torturaron y dónde la desmembraron “en vida”*? ¿Dónde está esa cámara de tortura? ¿Ese lugar especialmente tétrico?. ¿Dónde carajo está ese escenario "intermedio"?. 

*Algo que nos da una idea de la extrema peligrosidad y patología de estos sádicos. Y que a su vez nos reconecta con las tres niñas de Alcásser. Su firma. Su acto accesorio. Su fantasía: Idéntica y despiadada, implícita en cada uno de sus actos más crueles, en este caso expresado en el cuerpo de otra adolescente: “el pezón” arrancado de la misma forma: “todavía en vida o próxima a su muerte” a una de las tres crías del Caso Alcásser.


Una vez acabaron con ella (con la cría que podría ser “Pilar” pero nunca llegó a ser identificada) el relato de los hechos parece indicarnos que se deshicieron de su cadáver mutilado y desfigurado en la acequia de Turís, y posteriormente se trasladaron a Valencia a dejar el pie que habían seccionado previamente al cuerpo. A dejar el mensaje. El recado. En la calle Alcácer. No era una calle cualquiera. Porque en Valencia, todo parece indicar que las calles "hablan". Nos cuentan cosas. Cosas horribles.


Los tres de Macastre vinieron de Valencia a Catadau en su último viaje como atestiguan los tres billetes de bus encontrados a Valeriano, y los restos de Pilar o los restos sin vida y despedazados de “otra niña” desconocida de similar edad, parece que viajaron en sentido inverso esparciéndose primero en Turís y luego haciendo parada, en la calle Alcácer de Valencia. Si los restos no eran de  Pilar –algo que no es descabellado- nos vendría a demostrar además una actividad “serial” en esta zona,  algo que desde este blog siempre hemos apuntado.Un hecho corroborado con los “huesos de más” hallados en la fosa de la Romana, que no eran de las niñas de Alcásser, y  que pertenecían a otra adolescente de ese mismo rango de edad. A "otra" adolescente también "desconocida". ¿Cuántas adolescentes "desconocidas" nos hemos topado en estas páginas?

 Un auténtico "almacén" de restos humanos. La pregunta de nuevo es ¿dónde?

  
Ahí, precisamente en ese círculo del  mapa, que intentaremos acotar, es dónde posiblemente hay que meter bien la lupa. Ampliar y buscar.  El riesgo que conlleva para cualquier criminal llevar cadáveres desmembrados y miembros amputados de aquí para allá, es evidente. Lo ilógico sería un recorrido distinto, o desde puntos más alejados de la geografía valenciana. Algo sucede allí, en esta zona. No hay que irse muy lejos, ni apuntar a las alturas. Lo hemos venido comprobando en el blog, lo hemos venido verificando con datos reales. No es una película o una serie de moda. Es algo “real”.


Este es un detalle relevante y de importancia. La perfilación geográfica nos habla de estas cosas en criminología. Existen teorías, existe base “científica”. Hay que estudiarlo, hay que profundizar en este “hecho significativo” que nos llama poderosamente la atención. Lo haremos en otro post. Hay mucho todavía por investigar e indagar, no nos cabe la menor duda. 
La zona a analizar nos habla por sí sola, no hace falta añadir ninguna leyenda o explicación salvo que las dos estrellas del mapa situado abajo, son Fuente Cuerna y La Romana. Dos escenarios "finales". Nada más.
Imaginemos por un momento el recorrido de ese “viaje inverso” de los chicos de Macastre. Ese viaje funesto que los llevaría directamente “al matadero” de estos sádicos despiadados y crueles. Posiblemetne en algún lugar intermedio e indeterminado hasta el momento.






  


La mano cortada aparece en una marquesina de autobús. A su vez, Tres billetes de autobús –Valencia a Catadau- son hallados en las ropas de Valeriano (Caso Macastre). Una especie de billete o ticket también es hallado en la cazadora de una de las niñas de Alcásser. La joven Cristina LL. P. se disponía a coger un autobús para trasladarse a pasar el fin de semana en su pueblo de Alicante.






Esa misma mano cortada aparecerá en una calle:  la Avda. Fernando el Católico de Valencia.  Fernando el Católico visitará la famosa Cruz de Caravaca en el año 1488.

“…Fueron estos cruzados y después los de la Orden de Santiago (a partir de 1344), los que convirtieron a Caravaca en un destino de peregrinación de primer orden mundial. No en vano, el trozo de la cruz de Cristo fue visitado por el Rey Fernando el Católico en 1488 ...”

La misma cruz de Caravaca que aparecerá incrustada de forma inexplicable a través de las cavidades internas, en las vértebras de una de las niñas de Alcásser.









El resto de hallazgos se suceden como ya analizamos en otras ocasiones en calles como: Marqués de Caro –cráneos- marquesado que a su vez conecta con el marquesado de “La Romana” (nombre de la fosa de las tres niñas de Alcásser)-. O el hallazgo de un corazón metido en una copa ritual en la calle Marqués de Montortal –ligado también a la baronía de “Alcácer”-.Montortal a su vez es la población de dónde venían otra triada de menores adolescentes –varones- fallecidos en extrañas circunstancias, cuándo se dirigían a Alculdia de Carlet. Y es que Carlet –es la población a dónde iban con frecuencia los tres de Macastre desde Catadau-. Es como si las triadas de adolescentes "se esfumaran" en esta zona del mapa. Ya hemos hablado sobre este particular en otras entradas del blog. Al final todo se reduce a una parte del mapa. Y ese mapa a su vez se reduce a una localización "clave". Por desgracia desconocida.

La estrella amarilla indica el posicionamiento de la fosa de La Romana-Caso Alcásser.












Carlet a su vez también reconecta nobiliariamente con Tous. Cárcer –y los hallazgos de mujeres maniatadas en acequias de Sumacárcer-, etc, etc.


A veces viendo toda esta secuencia de datos, fechas, números, nombres, poblaciones y hallazgos, nosotros al igual que muchos seguidores de estos casos nos planteamos, si “todo” forma parte de una especie de “plan” preconcebido. 

Si partimos de esa hipótesis, podríamos preguntarnos si hallazgos tan relevantes como el de los cadáveres de las tres niñas de Alcásser en la Romana, podrían responder a este mismo planteamiento.

Es decir, podríamos llegar a cuestionarnos determinados hechos probados, no sin múltiples riesgos, en un ejercicio de auténtico equilibrismo entre lo que nos dicta la sentencia y el sumario del caso y lo que parecen contarnos unos hechos extraordinarios, que rozan casi lo  paranormal, lo esotérico, lo desconocido.






  


 ¿Pudo el macabro hallazgo del pie amputado realizado en una calle tan concreta como Alcácer, en unas fechas tan señaladas como fueron el 27-28 de enero “condicionar” de alguna manera el posterior hallazgo de las tres niñas de Alcácer en la fosa de La Romana el día 27 de enero?.


Con un escenario final, la fosa de la Romana, que a todas luces parece ser el prototipo de una “escena amañada”. Con pruebas incriminatorias “sembradas” en los alrededores de la fosa –papeles troceados-. Trozos de papel con la perentoria y apremiante necesidad de ser “descubiertos” (pues poco tiempo más podrían permanecer allí sin ser diseminados por los vientos o desaparecer de su ubicación  por efecto de las tormentas y las lluvias). Unas pruebas con unos datos indiciarios suficientes para dirigir las pesquisas hacia unos delincuentes comunes concretos, sin señalarlos directamente, pero apuntando a su entorno a través del cual se llegaría con facilidad a ellos. Delincuentes que a la postre fueron los únicos implicados en el caso. Pegando carpetazo a un asunto con muchas más derivadas sin resolver, y con lo que parece evidente: más implicados todavía sin atrapar.

Si partimos de la premisa de que en otros casos precedentes como el Caso Macastre -según ha desvelado recientemente un libro que ha tenido acceso al sumario judicial de la investigación*-, una llamada anónima alertó sobre la localización exacta del cuerpo mutilado hallado en la acequia canalizada de Turís -cuerpo “no identificado” por la familia ni mediante ADN- . Hecho este, que a su vez reconecta con el hallazgo de la calle Alcácer, pues el pie se corresponde y coincide plenamente con el seccionado al cuerpo de la acequia de Turís. Mutilado, envuelto y transportado hasta Valencia capital, para ser colocado en la calle Alcácer un día 27/28 de enero. 
¿Pero porqué tomarse tantas molestias?. Una llamada anónima que además, al parecer, también informaba de un sospechoso. 

Es decir daba datos concretos: localización del cuerpo y un posible autor.

Si trasladamos este mismo razonamiento al Caso Alcásser, podríamos preguntarnos:

¿Y si alguien realizó también una llamada anónima el día 27 de enero de 1.993 para indicar que en un lugar inhóspito, pero muy concreto –La Romana- había unos restos humanos enterrados?
  
¿Y si esa misma mano esparció los trozos de papel del parte médico del hospital La Fé de Valencia, para que fueran "inmediatamente" encontrados por los investigadores al llegar al lugar?

¿Es entonces posible que siguiendo esta misma “teoría” o “hipótesis” , alguien “forzara” los hallazgos de las tres niñas el día señalado?  El día 27.

¿Explicaría esto la utilización de los dos apicultores por parte de los investigadores, por “su especial conocimiento de esa zona tan concreta, inhóspita y despoblada  –ya que tenían sus colmenas allí, y eran de los pocos que conocían el terreno y transitaban este lugar alejado de todo…un lugar al que por no ir… no iban “ni los lobos”-.



¿Podría explicar esta teoría la inclusión de los apicultores en el relato de los hechos, como halladores “casuales” y toda la inexplicable concatenación de contradicciones, errores o situaciones rocambolescas e inverosímiles que se vivieron durante el periplo del hallazgo y la inspección de los alrededores de la fosa?.

Si marcaron el pueblo de las niñas, “a conciencia” dejando el pie en esa calle Alcácer. Y dejaron esos restos, con la clara intención de que fuesen vistos y descubiertos de inmediato en esa fecha “señalada”, el 27 de enero ¿porque no iban a seguir “jugando” con los investigadores cuatro años después?

De esta forma alcanzaban dos objetivos:

Por un lado hacer que la profecía macabra de la calle Alcácer, se transformara en una fatídica realidad, el 27 de enero de 1993, con el hallazgo de las tres niñas del  mismo pueblo, diabólicamente torturadas en el interior de la fosa.

Por otra parte conseguían señalar unos hipotéticos culpables –al igual que sucedió con el cadáver de la acequia de Turís y la misteriosa llamada anónima-.

La presión mediática y la insistencia de las autoridades en esclarecer rápidamente el suceso, obligaban a los investigadores a tirar por el camino más diáfano.  Los trozos de un parte médico, hallados, no por la policía judicial sino por uno de esos apicultores “conocedores del terreno” se lo ponían demasiado fácil. Un crimen tan complejo, con una solución tan sencilla. Algo parece no cuadrar.









La única prueba “indiciaria y sólida” que alguien, perfectamente pudo encargarse de esparcir en La Romana un 27 de enero de 1993, al igual que pudo haber esparcido cuatro años antes, el pie de una adolescente mutilada en la calle Alcácer de Valencia.


Todos los razonamientos, e hipótesis, son por lo tanto posibles, allí dónde lo imposible parece transformarse en algo palpable, sólido y verificable.




La vida y la muerte son uno, como uno son el río y el mar

Khalil Gibran.





  


*¿Qué pasó en Macastre? Felix Ríos y Amós Vanacloig, editorial Círculo Rojo.  Un libro que desde este blog les recomendamos, por la labor de investigación realizada y por desvelar datos desconocidos pertenecientes al sumario del denominado “Caso Macastre”. Un libro muy interesante y de obligada lectura.

Mapas: Google maps. Fotografías: Pinterest. Música y vídeo: Youtube. Fotografías: Google. Prensa: “ABC” y “El Meridiano”. Libros: numerología-Gloria G. Ramos.


jueves, 31 de enero de 2019

Valencia años noventa: Los agujeros negros. Black sun. Home.




"...Las discotecas estaban ubicadas a las afueras de la ciudad, entre los arrozales. Esos cultivos están rodeados de acequias, estrechas rieras por las que se evacua el agua..." 

“…una época en la que las discotecas españolas aún tenían moqueta…”
 (El Español)



Aquella tarde-noche del viernes 13 de noviembre de 1.992, en el pequeño trayecto–apenas tres kilómetros- que separa Alcásser del vecino pueblo de Picassent, es como si se hubiera abierto un agujero negro por el que las tres adolescentes del pequeño pueblo agrícola de la horta sud, se esfumaron sin apenas “dejar rastro o constancia de su paso”.

Hemos revisado y de todos es conocido los escasos y confusos testimonios, que dicen o aseguran haber visto a las niñas aquella tarde. Otros investigadores del caso, sin embargo, aseguran que aquella tarde las tres niñas no se dirigían a la discoteca de Picassent, como apunta la versión oficial.

  
La familia de las niñas tampoco creía que hubieran acudido a la famosa discoteca aquella tarde, al parecer no estaba entre sus planes:

La madre de una de las niñas aseguraba en la prensa, que su hija “…iba a jugar a los recreativos, como otras tardes, sin mencionar que iba a ir a una fiesta…”, otra de las madres afirmaba que “…mi hija no llevaba dinero para ello –refiriéndose a las discotecas- además ninguna tenía carnet y son demasiado jóvenes para entrar en esos locales…
“…Una niña que asiduamente salía con las desaparecidas para jugar en los recreativos del pueblo aseguró desconocer la idea de sus amigas de acudir a la fiesta de la discoteca, pues había quedado con ellas en la plaza dónde siempre se reunían…”
 (“Abc” ed. Sevilla: 17/11/92)

Otro amigo de Mirian, comentó que vio a la niña ese mismo día 13 de noviembre de 1992, que cruzaron unas palabras a la una de la tarde. Que posteriormente el chico la llamó por teléfono a las tres de la tarde, sin que esta le comentara nada sobre la fiesta.

¿Fue una decisión de última hora? Parece una decisión no planificada de antemano.
  
Una de las amigas de las niñas –la cuarta niña que se salvó de un destino fatal por estar enferma-, fue además una de las últimas que las vio con vida, además de la “pareja del rocambolesco periplo del coche averiado”. La cuarta niña, afirma por el contrario que estas sí tenían intención de dirigirse a la discoteca de Picassent aquella tarde. Y pretendían hacerlo “a dedo”, en autostop.







Posteriormente según la prensa declarará : “Al parecer las muchachas le dijeron que no estaban demasiado seguras de ir a la fiesta del instituto dónde estudiaban, organizada en el local, aunque tampoco lo descartaron

Indecisión. No tenían un plan predeterminado. Dudas.

Pero si iban a ir a la discoteca aquella tarde noche o a “otro” lugar de ocio, ¿qué medios utilizaban para desplazarse?


La “cuarta niña” parece darnos de nuevo las claves de este asunto, en la fase inicial –la desaparición-:

  





Negación:

-Nunca subían en un coche con DESCONOCIDOS.
-Si los ocupantes eran jóvenes que NO CONOCÍAN no se subían

Afirmación:

-Sí subían en coches, si estos les resultaban familiares –CONOCIDOS-
-Sí subían en coches, si estos eran ocupados por MATRIMONIOS Y PERSONAS MAYORES.

Conclusión:

Si las niñas subieron aquella tarde noche a un coche “a dedo”, lo tuvieron que hacer en el coche de alguien CONOCIDO, de algún MATRIMONIO –la pareja del coche averiado- o en el que fueran PERSONAS MAYORES - ¿Pelo cano hallado en las autopsias?-.









Las niñas eran desconfiadas, y alguna de ellas especialmente miedosa. Eran también muy jóvenes apenas 14 y 15 años, no tenían carnet de conducir. Si se desplazaron “a dedo”, tenían poco tiempo disponible aquella tarde. En apenas dos o tres  horas tenían que estar de vuelta en sus casas. Poco margen de maniobra.

Tenía que ser un sitio cercano. Nuevamente todos los indicadores “acotan” el territorio dónde ocurren los hechos. El factor de “la proximidad” geográfica y de la proximidad a las víctimas parecen sobrevolar constantemente este suceso. Si alguien tendió la trampa, tuvo que ser alguien de su círculo cercano. Y esa primera fase tuvo que suceder en la población o cerca de la población de las niñas.  

Pero además de ese círculo de amistades –adolescentes o amigos-as de edades similares- haría falta la colaboración de alguien de más edad. Mayor de edad, con carnet para conducir un vehículo en el que “sacar” a las niñas de la población, o del lugar dónde fueron raptadas.

Cabe también la posibilidad de que acudieran engañadas y  por cuenta propia a alguna cita en la propia localidad o sus aledaños. Cercanía. Trampeadas para luego a posteriori, ser “trasladadas” a otro lugar en contra su voluntad.

Ese tándem menor-mayor de edad en la primera fase del suceso podría tener su lógica. Alguien conocido de su edad, y alguien de más edad para conducir un vehículo.

Lo hemos visto en más casos en la propia Comunidad Valenciana. Adolescentes que trabajaban para redes de menores, eran los mismos que hacían de ganchos para captar a otras adolescentes, y llevarlas directamente a la “boca del lobo”. 

Chicos-as atractivas o con el suficiente carisma o poder de persuasión de ese rango de edad, que accedieran a ese círculo de confianza, o de alguna manera ya formaran parte de él.  

Esa proximidad, parece quedar patente en el hecho del propio asesinato. En el hecho en sí del crimen. ¿Porqué matarlas, si el fin era abusar sexualmente de ellas?. ¿Alguien conocido de las niñas, podría estar implicado?. 
No podían dejarlas con vida o hablarían. Podían haberlas secuestrado, mediante intimidación / encapuchados, o por medio del engaño hacerlas llegar a un lugar dónde consumar la agresión. Pero este tipo de agresión sexual no es sinónimo de crimen. De hecho esta secuencia se da en “contadas” ocasiones, un porcentaje mínimo acaba de forma fatal para la víctima.





“…How could something so fair

Be so cruel

When this black sun revolved

Around you…”











El vínculo “afectivo”. Black Sun


“…Especialistas en criminología han comentado que el enterramiento del cadáver es una técnica utilizada por algunos asesinos con algún tipo de vinculación afectiva hacia la víctima…” (diario “el País”)


A las niñas las enterraron en una fosa. Pero lo hicieron de una forma determinada: recubriendo sus cuerpos con una especie de sudario –moqueta/alfombra- y además las  niñas estaban “completamente vestidas”. El hecho de “vestir a las vìctimas” podría estar en esta misma línea “vinculación afectiva”. Un acto “undoing” o de remordimiento. Tapar, arropar o envolver la desnudez, colocar a la víctima en una posición no degradante, una especie de “despedida” final. Si bien este tipo de acto, por desgracia, está poco o nada estudiado en nuestro país a nivel criminológico –psicología criminal- y sin duda es uno de los “detalles claves” del Caso Alcásser, al que se le debería de haber dado muchísima más importancia. Cualquier buen investigador, sabe que “en los pequeños detalles” están las mejores pistas, para resolver casos complejos y espesos como este.

  
Y en el caso Alcásser, hay muchos “pequeños detalles” que nos ayudan a confeccionar un boceto de la personalidad y del comportamiento criminal de los agresores o partícipes.


Podían haberlas dejado con vida como hemos visto. Maltrechas y violadas, pero con vida. La triste realidad es que no fue así, pues las ejecutaron a sangre fría. No había vuelta atrás.

Como hemos apuntado, de todo ello se podría desprender que alguien “cercano” podría estar implicado en alguna fase del  hecho y que la forma de captarlas posiblemente no fue violenta, sino mediante algún tipo de trampa o engaño. A cara descubierta.


También cabe la hipótesis que durante aquella maldita orgía salvaje,-un auténtico aquelarre sadomasoquista extremo y brutal- alguna de las crías hubiera fallecido precipitadamente, algo que incluso las autopsias no parecen descartar. Todo ello hubiera desencadenado la inexorable ejecución de las otras dos niñas, testigo de todos los hechos. 
Pero viendo el caso con perspectiva, todo parece formar parte de un proceso prolongado y elaborado. Un catálogo de aberraciones y torturas sexuales desconocido, que requiere tiempo. Un “show” macabro, que parece destinado a hacer sufrir a las tres pobres niñas, para deleite de auténticos sádicos depravados –su forma de excitación sexual es precisamente esa: el sufrimiento extremo de sus víctimas, en el que se recrean una y otra vez-. O una agresión sexual bestial filmada, con “otros” fines indeterminados: snuff, chantaje a los participantes, venta de este material enfermizo en círculos reducidos y  elitistas, etc.

El encapuchado que atacó a Mirian meses antes del crimen, es una buena muestra de lo anteriormente relatado. Un asalto frustrado sin consecuencias punibles.

Acto de precaución del agresor: pasamontañas/ consecuencia: no identificación/ resultado: impunidad.


"...Dos meses antes de producirse la desaparición de ellas, Miriam ya se vio acosada por un hombre ataviado con un pasamontañas que aguardaba oculto en el hueco de la escalera de su casa.

El encapuchado, agazapado a la espera de sorprender a su víctima, recibió el impacto de la bolsa de basura que lanzó Miriam al darse cuenta de su presencia. La joven, según el relato de su amiga, alcanzó la calle y se refugió en el interior de una cabina telefónica desde donde llamó a sus padres.

Claro que no sólo Miriam sufrió el acoso de un desconocido. Sus amigas y vecinas han sufrido en repetidas ocasiones las miradas casi obsesivas de dos muchachos desde un vehículo...”

(El Periódico)

  
Parece que los “depredadores de menores” estaban merodeando a las niñas del pueblo. Los antecedentes de este hecho, son sumamente inquietantes.

Posiblemente en la segunda ocasión que lo intentaron “no fallaron”, y utilizaron otro tipo de métodos más efectivos y menos comprometedores para su seguridad, a la hora de llevarse a “esta niña”. Y también a sus dos amigas.

Depredadores de menores que no tienen porque ser “pederastas al uso” -que gustan de víctimas de corta edad, o hasta un determinado rango de edad-. Las niñas al ser unas adolescentes, abren un abanico mucho más amplio de posibles agresores y motivaciones. Desde adultos y maduros, a un grupo o manada de jóvenes de su misma edad. Este tema está bastante bien estudiado, es muy interesante desarrollarlo, y lo haremos en otro post.




  
Dinero y pintalabios: Contradicción

  
"....Las tres niñas apenas tenían dinero..." (ABC)

Sus madres parecen confirmarlo en alguna entrevista realizada en la prensa. Las madres de las niñas descartaban la posibilidad de que estas fueran a Coloors, y de ninguna manera a una segunda discoteca al salir de la fiesta estudiantil de la discoteca de Picassent. Además relataban que las niñas : 


“...no se maquillaban”. ( ABC)


Lo cierto es que al encontrarse los cadáveres de las tres niñas en La Romana, estos son hallados de forma sorprendente, “vestidos por completo”, y con “todos” sus objetos personales. En sus ropas son hallados distintos efectos personales: entre ellos dinero y pintalabios.







Entre las tres portaban en total una cantidad cercana a las 2.700 pesetas de entonces.

Cada entrada de la discoteca costaba aproximadamente 400 pesetas, -según lo apuntado por algunos investigadores del caso-. Pero según sus madres entre las tres no juntaban esa cantidad, pues apenas llevaban unas monedas: 
Desirée tres o cuatro duros, Mirian según su madre apenas 50 pesetas para jugar en los recreativos, Toñi según su madre era la que más dinero llevaba: 500 pesetas.
  
Efectos hallados en las prendas de las víctimas:

A Toñi le son encontradas en sus pertenencias un total de 485 pesetas –lo cual se aproxima bastante a la cantidad que se suponía que portaba- así como un pintalabios de color rosa. En la ropa de Desireé fueron halladas tres monedas: 35 pesetas –lo que también se aproxima a lo descrito por su madre: “tres o cuatro duros”. Se encontró entre sus pertenencias también un pintalabios de color rosa.
Mirian en cambio, llevaba en sus prendas, varias monedas arrojando una cantidad total de 2.175 pesetas –algo que no coincide con lo relatado por su madre:apenas 50 pesetas para jugar en los recreativos”. No portaba pintalabios, al contrario que sus dos amigas.


Ni los efectos ni el dinero fue “sustraído” por sus agresores. Además las monedas tampoco se perdieron, o cayeron, durante las violaciones brutales, y todo el trasiego y complejo proceso criminal, algo que llama y mucho la atención.

Las barras de labios, también podían haber servido para escribir alguna anotación o mensaje durante el cautiverio de las tres niñas.

O quizás todos los efectos que portaban fueron “puestos” por sus agresores en sus ropas, al proceder de nuevo a vestirlas (post-mortem).

Una idea que no parece ilógica si tenemos en cuenta cómo aparecieron las niñas: una de las cazadoras estaba puesta del revés, los cordones de los zapatos mal anudados, faltaban calcetines, todo estos detalles nos hablan de "precipitación" "prisas" "posible intervención de terceros". 

Además existían una serie de lesiones que no se correspondían con el estado de las ropas, y que nos hablarían de una desnudez total y una exposición a la intemperie o  un posible depósito previo en  “otro escenario final” distinto al conocido de La Romana:

“…revelan una intervención animal … “.en el dorso del cadáver Nº 2, mayormente, y menor en los otros dos, lo cual sería imposible de no haber estado depositados previamente los cuerpos desnudos en otro lugar, puesto que la ropas aparecen intactas paradójicamente.

  
Y volviendo a esos pequeños detalles curiosos, recuperamos otro asunto del que ya hablamos en su día:

Mirian llevaba un reloj peculiar. Un reloj marca “Casio-Athena” de esfera dorada:




un reloj sorprendentemente similar –como pudimos comprobar en un artículo anterior del blog- al que portaba en algunas fotos la joven Gloria Martínez desaparecida de la clínica psiquiátrica de Alfaz del Pi-Alicante- apenas una decena de días antes de hacerlo las tres niñas de Alcásser.








También aparece una especie de billete de cartulina o ticket apelmazado en la cazadora de una de las tres niñas de Alcásser, con unas inscripciones ilegibles –sólo se lee el número 67- que pudiera corresponderse según el informe con un billete de autobús, discoteca, cine






(foto billete antiguo autobús Valencia, no relacionado con el caso/ google images)



Lo cierto es que en el caso Macastre, también aparece un billete de autobús, al parecer empleado al realizar el trayecto de ida- Valencia-Catadau-. Lo que nadie es capaz de desvelar es quién pudo llevar a los niños desde la discoteca de Montroy-Catadau a Fuente Cuerna-Macastre. Esa es la gran incógnita. Desplazamiento. Carretera.

De nuevo vemos como la triada de adolescentes “es desplazada” desde un “lugar aparentemente seguro” o "un lugar de ocio", a un “lugar indeterminado” para ser asesinados.








Pero como siempre venimos insistiendo, en estos casos hay “pequeños detalles” que  parecen ser una “constante” y que se repiten por alguna extraña ¿casualidad?:

El caso Cristina Ll. P. una joven asesinada en Bétera –la población del “psiquiátrico”-  ese mismo año 1992, apenas dos meses y unos días, antes del asunto Alcásser, o lo que es lo mismo: cuando ocurre el episodio del “encapuchado” en el portal de Mirian-.



“…Cristina recibió seis puñaladas y un profundo corte en la tráquea. La chica se había licenciado ese año en Ciencias Químicas y se dirigía a coger el autobús para pasar el fin de semana en El Ràfol d'Almúnia, donde le esperaba su abuelo. La joven llevaba una vida ordenada y no tenía novio…” (diario “Las provincias”)







Autobús, desplazamiento, carretera.

El encapuchado de Alcásser, que intentó agredir a Mirian, durante las fiestas del pueblo, lo hizo según lo descrito por la madre de esta, en las Fiestas del Santo Cristo de la Fé. Las fiestas grandes del pueblo, que son a mediados de agosto.


“…Yo creo que se trataba de un ladrón, porque era en fiestas y, aparte de nosotros, no quedaba nadie en el inmueble…” 
(“Sin Piedad”-Martínez Lainez)
           

“…Agosto: Las Fiestas Mayores están dedicadas al Santísimo Cristo de la Fe, con una variada programación organizada por el Ayuntamiento con la participación y colaboración de las entidades y asociaciones locales, con actividades para todas las edades y gustos…”


“...Ayer 15 de agosto, se daba el pistoletazo de salida a las Fiestas Mayores en honor al Cristo de la Fe…”


Las fiestas mayores de Alcásser se prolongan por espacio de aproximadamente 10 días. Es decir llegan hasta el 25 de agosto del calendario. Con lo cual, el año en que ocurren los hechos del “encapuchado” que acechaba a Mirian en el portal de su casa de Alcásser, las fiestas tuvieron que transcurrir aproximadamente entre los días 15 al 25 de agosto de 1992.

El cadáver de Cristina LL. P. “es descubierto” en el junqueral de Bétera, el día 28 de agosto de 1.992. 

“…El 28 de agosto de 1992, un agricultor encontró el cadáver de la joven de 22 años en un campo de naranjos de la partida del Junqueral en Bétera. La víctima estaba maniatada y amordazada…”  
(Las Provincias)


Pero además de la inmediatez de las fechas existente entre ambos sucesos -encapuchado de Alcásser y hallazgo de Bétera-, Cristina Ll. P. como recordarán todos ustedes, aparecerá maniatada con unas cuerdas idénticas en composición y aspecto a las encontradas en el triple crimen de Alcásser.
                                     
“…Una prueba realizada en el Instituto Nacional de Toxicología confirmó que las cuerdas halladas en la fosa donde enterraron los cuerpos de Míriam, Toñi y Desirée eran iguales a las que maniataban a Cristina, pero no fueron «obtenidas de un mismo rollo», según el informe…”.
(Las Provincias)


¿Es posible que puedan existir tal cúmulo de casualidades enlazadas? o por el contrario se trate de: 

Depredadores seriales de jóvenes y además “viajeros”. Depredadores que pudieron desistir de seguir cazando mujeres jóvenes o adolescentes en la misma zona tras el intento fallido. 

Esta hipótesis entra dentro de la “lógica” de los patrones de actuación criminal: no volver a actuar en una zona “quemada”. 

¿Buscaron entonces otra víctima, otra chica joven en “otro” punto del mapa valenciano?

Nada es descartable. Todo es absolutamente posible en este complejo y macabro puzzle.


Si recapitulamos, las tres niñas de Alcásser llevaban pintalabios, dinero suficiente, ¿tenían planes para esa tarde? ¿escogieron ir a algún lugar de ocio?. Es posible, las tres niñas tenían como hobbie preferente y común: bailar. Algo frecuente en las adolescentes de la época. Más si cabe,  en una provincia como Valencia plagada de discotecas en aquellos años, auténticos templos de la música, a los que acudían jóvenes de toda España en peregrinación.


“Fíjate si se satanizaría la cosa, que cuando mataron a las niñas de Alcàsser y pusieron en busca y captura a los autores, en la tele y en los diarios empezaban las noticias diciendo que los dos asesinos eran habituales de la “Ruta del Bakalao
(El Español)

Según declaró Miguel Ricart a la Guardia Civil,  Anglés y él, solían acudir a otras discotecas:

“…Teníamos por costumbre ir a Arabesco, en la carretera de Ademuz, en el término  de Paterna; a Cancela, en Sueca; y a otra de Turís de la que no recuerdo el nombre…”


(Interesante también la discoteca citada de Turís por su proximidad a Catadau, y Montroy, lugares todos ellos que reconectan con lugares frecuentados por los tres de Macastre)

Algunos viejos usuarios de otras discotecas, los sitúan también con asiduidad en discotecas como “Spook” sita en Pinedo.

Precisamente cerca de la citada discoteca de Pinedo, aparecerá asesinada una joven de 24 años. El denominado “Caso Dolores”, que hemos tocado tantas veces en el blog por su especial peculiaridad. Su cuerpo aparecerá en un cañaveral, semioculto, en avanzado estado de descomposición, apenas a  10 kms de Alcásser, en el verano de 1993,  con signos de haber sido salvajemente torturada, violada, y sodomizada brutalmente con algún objeto.


Torturada, y con unas lesiones sexuales características:

“…Presentaba dilataciones anales de 9 cm…”          ( ABC)


Acciones o patrones criminales semejantes a los descritos en el Caso Alcásser, dónde alguna de las niñas, tenía dilataciones anales similares. 

Y volvemos a insistir en las casualidades, pero es altamente improbable que existan dos grupos de agresores distintos en un espacio/ tiempo tan reducido como el que estamos hablando -meses de diferencia y misma zona geográfica-. Además con las mismas "querencias" sádico-sexuales. Y todavía menos posibilidades, de que se dediquen a dejar esparcidos por la zona cadáveres con unas dilataciones anales tan inéditas o bizarras como las descritas.
Y ahí es precisamente dónde más incidimos también desde este blog. En la urgente necesidad de revisitar el caso, a nivel criminalístico, psicológico y criminológico. 
Es en esos detalles "bizarros" o extraños, dónde también están las claves sin descifrar de estos casos concatenados en el tiempo y espacio. Son su "sello" o "marchamo" particular y criminal. Que los hace únicos y distintos a todos los demás. Los hace por lo tanto "reconocibles". Es una muy buena pista a seguir. 

La "firma".


Lugares de ocio  y torturas con lesiones sexuales con una “firma” muy peculiar: dilataciones anales realizadas con un “objeto” indeterminado –en ambos casos se habló de la utilización de un mismo objeto: un “palo”-.

De forma “serial”.  Las obsesiones criminales. Las fantasías sádicas plasmadas en el cuerpo de las víctimas. La escenografía.  Un hilo por el que hay que seguir tirando.

En el Caso Dolores, hubo ciudadanos de una etnia concreta con contactos en el barrio Chino de Valencia y Paterna: “el gitano” o “el rey de la droga” –la misma etnia que manejaba la prostitución y tráfico de menores con fines de explotación sexual en los ochenta en Valencia-,  tuvieron “algo que ver”, o estuvieron supuestamente implicados en este hecho truculento, si bien la resolución judicial no está clara. Varios sospechosos, detenidos, autoinculpados “en falso” en primera instancia, pero no parece existir condena judicial. La Guardia Civil de hecho, según citan las noticias, buscaba más partícipes en los hechos, porque este tipo de hechos: la tortura, agresión sádica, debía tener implícitas “connotaciones” grupales.

Barrio chino, y una etnia que dominaba el mercado de menores y drogas. Posiblemente también el de las armas. La triada perfecta*.  El Barrio chino y contactos similares, también podrían formar parte de la agenda de Antonio Anglés, según citan algunos artículos de prensa de la época –cuando se fuga lo buscan allí merced a esos “contactos”-.

La víctima –Dolores- de hecho era prostituta. Se prostituía con el nombre de “Yolanda”.
La pobre joven también acabó sus días –al igual que las tres niñas- torturada, estrangulada y salvajemente empalada, en “otra” orgía de sangre, sexo y muerte.

La noche de autos fue al parecer “un viernes”. Otro “viernes negro”. Viernes de marcha, de discotecas que acaba fatal. Y sucedió apenas unos pocos meses después de aparecer los cuerpos de las tres niñas de Alcásser destrozados en Tous

¿Podían ser los mismos? ¿Seguían “cazando” en sitios distintos?, pero a la vez  “cercanos”. Es toda una incógnita. 


Con todos los hilos existentes de los que tirar, podríamos hacer “un traje nuevo” al Caso Alcásser. Confiemos en que “todos ellos” fueran suficientemente investigados.


*La triada perfecta: recientemente un documental de la noche temática abordó un tema tabú y escabroso. “Los  mercados oscuros en el corazón de Europa”.  En resumen el documental giraba en torno al tráfico de menores en Europa, un asunto de dimensiones alucinantes y desconocidas. Un problema “tapado” y acallado. Detrás de él, están las mafias, las redes de menores –las mismas que campaban a sus anchas en Valencia en los ochenta y noventa-. Según el documental los culpables operan a nivel global, no sólo en un país concreto.
Un superintendente de la Policía Alemana describía que los niños y adolescentes se han convertido en una “mercancía”, la oferta y la demanda de niños para la prostitución en hoteles y discretos apartamentos, es una realidad. Insistía el policía retirado que los medios convencionales no sirven para luchar e investigar el tráfico de menores. La trilogía de factores presentes en esta tipología delictiva, son: el tráfico de armas, el narcotráfico y el tráfico de personas por este orden.

En Valencia se daban todos estos factores. Además existía una pujante demanda de menores en la época, algo que es sumamente llamativo. Valencia a su vez es el epicentro de todas estas tragedias dónde están implicados “menores”. En el fondo, todo tiene un porqué. Las cosas no suceden por azar. Suceden porque se dan determinados factores propicios para que sucedan.  


El mercadeo. La oferta y la demanda. Orgías salvajes, bacanales de sexo extremo y sadomasoquismo con menores, dónde la pobre víctima acababa reventada, con heridas gravísimas –existen casos documentados en prensa como hemos podido comprobar- o en el peor de los casos muerta.

¿Podía Antonio Anglés trabajar para alguna de estas mafias valencianas? Es posible. Quizás sea esa precisamente la razón de que este “haya desaparecido”  para siempre. Si existía algún hilo entre estos entramados y el Anglés delincuente común “pequeño traficante”, este hilo tenía que ser cortado de raíz y para siempre, después del revuelo mediático que supuso el Caso Alcásser.

                        












 


Quizás Miguel Ricart, sabía a lo que se exponía si “tiraba de la manta” y decía todo lo que sabía del crimen. Correr la misma suerte que A. Anglés. 

La "mafia" es la mafia: 

En el “Caso Dolores” uno de los implicados afirmaba que llegó a autoinculparse “por miedo que los ciudadanos de esa etnia se le echaran encima y lo mataran por delator” (diario “abc”).

Porque en el tema Alcásser, Miguel Ricart miente y se come un buen marrón como él mismo grita a los cuatro vientos. Pero todo apunta a que participó o colaboró en “alguna” de las fases “secundarias” del suceso –hemos trabajado durante unas cuantas semanas en el estudio de las distintas declaraciones de Ricart, y hemos intentado analizarlas desde la perspectiva de la psicología jurídica: psicología del testimonio. Un trabajo complejo, que publicaremos cuando esté totalmente revisado- .

Mejor la cárcel, que una fría tumba, de la que nunca se sale.


“…Fernando García, padre de Míriam, y sus colaboradores sostienen que Ricart fue un mero enterrador para una supuesta red en la que estarían involucrados personajes de relevancia social…” (Diario El País)

“…Estoy convencido de que Ricart sabe muy poco del asunto… (Abc)

Por no hablar de otro asunto tabú: las mafias policiales en aquellos años oscuros. Manzanas podridas, confabuladas con las redes de menores o redes de prostitución. Este tema, es “otro” asunto pendiente a desarrollar algún día. Un asunto, como entenderán perfectamente, sumamente “delicado” de abordar. Peligroso.

Todo lo que rodea a los sucesos de esta época concreta en Valencia–finales de los ochenta y principios de los noventa-, parecen sacados del guión de una película de terror. 


Ellas nunca pudieron regresar a casa. 

Ni Mirian, ni Toñi, ni Desiree, ni los “tres de Macastre”.
Tampoco regresaron jamás, Dolores, ni Cristina. 
Todas se esfumaron en esos malditos  “agujeros negros”,  una tarde noche,  de vuelta al hogar.

Durante todos estos años, nadie ha sido capaz de cerrarlos. De ponerles nombres y apellidos.