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sábado, 23 de septiembre de 2017

La huella del Diablo ( I )















La huella del diablo, es una serie de varios post, en los cuales iremos comprobando la existencia de determinados ritos y la impronta que estos dejaron a su paso. En ocasiones existen una serie de crímenes o hallazgos, con extrañas connotaciones, muchas veces no esclarecidos, que bien podrían haber sido encuadrados dentro de la denominada criminalidad “esotérica”. Una criminalidad desconocida y muy poco estudiada en nuestro país. Invisible en los medios, pero que está ahí desde hace décadas, a poco que se rebusque.

Extraños credos, ceremonias o ritos, realizados por grupos herméticos e inaccesibles, cuyas oscuras actividades trascienden en contadas ocasiones a la opinión pública. Asentados desde hace décadas y con una fuerte implantación a lo largo de todo el arco mediterráneo.


La Comunidad Valenciana según todos  los expertos, es precisamente una de esos lugares “vivero” de este tipo de prácticas. Al igual que provincias lindantes, como Tarragona.

Lo que sí parece estar comprobado es que en aquellos lugares dónde existe una proliferación de este tipo de actividades relacionadas con el amplio espectro esotérico –videntes, sectas, etc- parecen sucederse casos con tintes criminales/rituales asociados a este tipo de prácticas desconocidas.

Cabe recordar el conocido Caso Almansa, que costó la vida a una pequeña de sólo 11 años, Rosa F. G.  fallecida durante el transcurso de un horrible exorcismo o extraño acto ritual que provocó la muerte por terribles desgarros producidos por las manos de su propia madre en compañía de otras dos mujeres, en la madrugada del 18 de septiembre de 1.990 en el domicilio de la Calle Valencia nº4 de este mismo pueblo.

La descripción de los hechos es tan aterradora, que es mejor no entrar en demasiados detalles, pero es conveniente resaltar algunos –aunque son especialmente escabrosos ya les prevengo- por sus especiales “connotaciones”.

“..A La menor le habían arrancado las vísceras, había sido “vaciada” y desgarrada mediante la introducción de las manos en su interior a través de los orificios sexuales. “Le metió el puño entero por el ano. Según comentaron el el juicio”…


Según el forense sólo el hígado y el bazo se salvaron de esta aberración sin límite.

Un auténtico “aquelarre” dónde además de todas las barbaridades descritas, los prolegómenos y los días previos, estuvieron aderezados de sexo y  plantas chamánicas:


El aciago crimen se desarrolló además durante una orgía lésbica en la que la progenitora y su amante se drogaron y mantuvieron repetidas veces relaciones sexuales, además de otras extrañas prácticas, sobre la cama de la vivienda

Destrozaron todos los muebles de la casa, rompieron los espejos, caminaron descalzas sobre los cristales rotos, se revolcaron por los suelos, orinaron en la cama, vomitaron y se echaron por encima todos los frascos de colonia y jabón que encontraron en el cuarto de baño.






Se dedicaron a tomar sustancias psicotrópicas recogidas por la misma curandera. «Uno de los conocimientos de Rosa era saber las propiedades de diferentes hierbas que se dedicaba a recolectar en el campo. Estas las usaba para hacer brebajes que daba a sus pacientes o dar masajes y, en su caso, para entrar en un trance psicótico»

Las mismas hierbas chamánicas o plantas visionarias de las que tantas veces hemos hablado en este blog, que siempre parecen estar ahí presentes como aderezo de estos horribles y extraños casos críminales. En sus distintas preparaciones: ungidas, bebidas, o consumidas.

De hecho en este ritual emplearon una muy conocida por los lectores de este blog:

“..Tal y como me dijeron luego las personas que las conocían, se fueron a recolectar hojas de beleño…”

La planta de las brujas.

En fechas próximas a cometer el diabólico crimen, según se pudo saber posteriormente por testigos,  realizaron en el mismo domicilio otras prácticas de este tipo, dónde estuvieron involucrados otros menores –los propios vecinos relataron a la prensa que durante meses realizaron rituales de este tipo con distintas personas-

 «En ese estado –bajo fuertes alucinaciones de las plantas ingeridas- afirmaron que tenían el puñal de Dios dentro de su cuerpo y que tenían que liberar al resto del mundo del mal. Llevadas por ese estado cogieron a los dos hijos de Mari Á. y les metieron los dedos en la garganta hasta hacerles sangrar por el esófago. Decían que querían liberarles del maligno porque lo tenían en su interior. Por suerte, estos niños pudieron escapar de aquella locura gracias a que su padre, Martín T. que entró en la casa para liberarles y sacarles de allí.

La pequeña Rosita desgraciadamente no tuvo tanta suerte, y no pudo huir lejos de los depravados y aberrantes planes, que tenían reservados para la niña.





Almansa es una localidad de Albacete, situada en el linde con la comunidad Valenciana –de hecho limita con el municipio valenciano de Fuente de la Higuera del que también hablaremos en otro post-. Esta pequeña población contaba con una próspera industria del calzado, y por aquel entonces se encontraba infestada por videntes, curanderos, espiritistas…una amplia oferta con un amplio abanico de actividades “esotéricas” para atender la fuerte demanda que parecía existir de este tipo de prácticas. Se llegó a hablar de docenas de consultorios espiritistas asentados en la población. Otros investigadores elevan considerablemente ese cantidad. Una auténtica “locura colectiva”.

«Almansa tenía entonces más de 350 curanderos y curanderas que vivían de prácticas como la imposición de manos y la sanación. Y recibían no solo a personas de esa localidad, sino también de los pueblos cercanos», explicó –en declaraciones a ABC- Juan I. B. -el conocido criminólogo e investigador del Caso Alcásser-.

  
No sólo Almansa, El Albaicín en Granada como relataba el artículo de prensa eran lugares “marcados” por la tragedia. No parecían ser ubicaciones dónde se desencadenaran estos trágicos hechos “por azar o casualidad”.
Más bien, parece que sucedieron por que se daban en ellos una serie de determinadas circunstancias favorables o propicias para que estas tragedias se desencadenaran.





Eran lugares con una fuerte concentración y arraigo de decenas de médiums, espiritistas, o mediadores entre esos “dos” mundos: el que ves, y el que no ves. La ley de la oferta y la demanda. Si existían tantos “mediadores del más allá” es porque también existían demasiadas almas necesitadas de esa mediación.

Con fuertes raíces árabes, ambos lugares destilan “historia” por los cuatro costados.
En el caso de Almansa topónimo que deriva del árabe: «al-manaf»)  viene a significar «la mitad del camino», y en el caso del Albaicín cuyo topónimo proviene también del árabe: al-bayyīzīn, que significa “el arrabal de los halconeros”.
El fin del milenio también estaba cercano, lo cual era caldo de cultivo en los años noventa para que en determinados lugares de España se multiplicaran exponencialmente los adeptos a este tipo de creencias y extrañas prácticas “rituales”.








Alcásser-Valencia cuyo topónimo también proviene del árabe القصر al-qasr, «la fortaleza», es también un pueblo de contenidas dimensiones, situado en la Horta sud, y muy próximo a la capital.
¿Podía Alcásser reunir alguna de estas características anteriormente descritas?.



O ampliando el zoom a otros enclaves limítrofes plantearnos:

¿Podría esta zona geográfica concreta y bien delimitada, dónde se suceden otros “extraños” crímenes albergar algún “factor” desconocido y con este tipo de connotaciones, que influya en la existencia de esa criminalidad “anómala y extraña” ?





En Alcásser videntes y médiums, como todos recordarán, se harán especialmente visibles, durante el periodo que abarca desde el momento en que las tres niñas desaparecen hasta el macabro hallazgo de sus cuerpos en la fosa de La Romana-Tous.

Videntes que daban datos muy precisos y parecían dar todo lujo de detalles de los lugares que describían. Algunos de ellos, más que posiblemente, afincados en la misma zona.
Sobre esta  temática concreta, -la afición de los valencianos a los asuntos “esotéricos”- ya hablamos en un post anterior muy interesante, el cual les enlazo, por si no tuvieron la ocasión de leerlo:




Los cuerpos de las tres niñas de Alcásser como todos recordarán, serán hallados con multitud de heridas y con extrañas mutilaciones. Tres pobres niñas que fueron sometidas a cautiverio y masacradas en una interminable orgía de sangre y sexo, para ser finalmente ejecutadas con un tiro de gracia en la nuca sin ningún tipo de compasión. Un crimen de una crueldad infinita, y sin parangón en Europa. Con unos hallazgos durante la segunda autopsia realizada por el profesor Frontela, que a día de hoy siguen dejándonos atónitos.


  



Como todos recordarán en el interior de la cavidad de uno de los cadáveres el Dr. Frontela encontró una misteriosa “Cruz de Caravaca” incrustada o depositada el interior del cuerpo. Las menores presentaban además dilataciones sobrecogedoras de sus órganos sexuales. Se habló de introducción de objetos –palos- pero sorprendentemente no parecían existír heridas en los bordes de los órganos, propias de un hecho tan traumático, algo que llamó poderosamente la atención de los forenses.

¿Cómo se habían producido entonces todos estos hechos a priori “inexplicables” para la propia ciencia?.

Una serie de sobrecogedores misterios que a día de hoy no tienen una explicación lógica y siguen planeando sin que nadie parezca verdaderamente interesado en ofrecer respuestas. Preguntas que todos nos hacemos más de una vez:   

¿Como pudo llegar la cruz al interior del cuerpo?
¿A qué tipo de extrañas “manipulaciones” fueron sometidos los cuerpos de las tres niñas durante las torturas/cautiverio para provocar las sobrecogedoras dilataciones en los órganos sexuales?
¿qué hacía colocado ahí ese objeto? ¿que mensaje simbólico venía a representar esa carismática cruz de caravaca?.

Una cruz de Caravaca que como se cita en el artículo anteriormente enlazado tiene especiales cualidades y connotaciones esotéricas.

Cruces de Caravaca, escorpiones –como los presentes en los tatuajes descritos en el post, que precede a esta entrega-. Posesiones y exorcismos. Recuperaré dos alusiones del citado post de este blog “La Valencia del más allá. La estrecha relación de una tierra con el ocultismo”.






“…Ya en el siglo XX un libro que tuvo mucha aceptación en Valencia fue el llamado de La cruz de Caravaca “Unico y verdadero tesoro de milagros y oraciones de la SS Cruz de Caravaca”. Que según decía su título era un verdadero tesoro de milagros y oraciones para curar todo tipo de dolencias y para librarse de hechizos y encantamientos. Anónimo, constaba editado en Roma, ciudad e imprenta falsas, para así despistar a las autoridades eclesiásticas, ya que el libro no era en absoluto autorizado por la iglesia. Existían remedios diversos, que había que repetir tres veces, y rezar tres padres nuestros a la santísima trinidad. También se incluían exorcismos y el modo de hacerlos expulsar a los demonios, los espíritus inmundos y las potestades satánicas. De esta obra se imprimieron varias ediciones, todas ellas secretas….”


En otras ocasiones como podremos comprobar en otros post futuros, las propias videntes utilizan esta misma cruz para detectar la presencia de fuerzas “maléficas” en lugares impregnados por presencias o “cargados” por su pasado trágico –ligados a crímenes sin explicación-.









Es sólo de esta manera, -abriendo los ojos a otras realidades ocultas- como observaremos que determinados hechos, podrían tener una “doble lectura”

De todos es sabido, que en determinados casos criminales, existen una serie de “dogmas” inamovibles, generados por el propio relato de los hechos, la versión oficial, y por una serie de interpretaciones “lógicas”. Casos dónde el análisis racional de los hechos no trasciende más allá de esa realidad “palpable” “material” “existencial” “empírica”. Pero en la criminalidad esotérica existen otra serie de posibilidades como hemos venido observando. Lesiones ligadas a extraños ritos.





Por ejemplo si analizamos el extraño asunto de la introducción de objetos en los órganos íntimos de la víctima con algún tipo de connotación sexual, estaríamos ante una práctica especialmente aberrante y peligrosa propia de disciplinas sadomasoquistas extremas/bizarras,  o de parafilias enfermizas, en el que cabe recordar que además de objetos son utilizadas partes de la propia anatomía humana –manos, puños, brazos, etc-. Prácticas conocidas como “fisting”. Como hemos podido observar, esta práctica “anómala” y bizarra, parece tener otra posible “variante” con connotaciones de otro tipo: Esotéricas o rituales.

  

Así pareció suceder durante el extenso y complejo ritual que se desarrolló durante casi un día completo -23 horas- en un domicilio del Albaicín-Granada. Un auténtico “calco” del caso Almansa, que también tuvo consecuencias fatales para la víctima. De hecho se llegó a hablar de “empalamiento” de la víctima. Sucedió el 1 de febrero de 1990.



Indagando sobre este hecho, pudimos conocer que la víctima: Encarnación, al parecer estaba obsesionada con la magia negra, y acudía con frecuencia a las reuniones espiritistas del Albaicín. De hecho la víctima actuaba ella misma como una “medium” en las sesiones, lo que implica conocimiento y práctica. Al parecer se había introducido de lleno en ese peligroso y complejo mundo “de oscuridad”, durante sus estancias en un pueblo –no desvelado- de Francia*. En esas reuniones del Albaicín, también participaba una vidente de Castellón.





*Encarnación según se recoge en distintas informaciones, al parecer  había trabajado en Francia en un hotel durante ocho años. El dueño de ese hotel estaba relacionado con prácticas espiritistas y de magia negra, en las que Encarnación participaba activamente. En uno de esos rituales hay una orgía de los adeptos a estas prácticas oscuras durante la cual la víctima cree quedarse embarazada, del mismísimo “demonio”. Una idea que la atormentará en los meses posteriores.



De hecho el verdadero motivo del ritual, fue arrancar a la víctima, el hijo que habría engendrado. Un macabro aborto ritual. La mujer que se creía poseída por el diablo, aseguraba que el hijo que llevaba dentro era un vástago de Lucifer engendrado durante una de  esas orgías francesas salpicadas de magia negra.





“…Cuando la crisis cesó, tras suministrarle más vasos de agua con sal, se dispusieron a "matar" al demonio. Para ello calentaron una aguja de punto y, mientras le sujetaban las piernas, se dispusieron a introducírsela por la vagina. El informe forense indica que no hubo resistencia ante esta invasión. Cualquier agresión provoca una resistencia que deja unas marcas inequívocas, pero en el caso de Encarnación, el análisis forense indica que no había rastro alguno de oposición, lo que demuestra un total convencimiento de que estaba engendrando al hijo del diablo.
A continuación se procedió a la expulsión del demonio destrozando el recto de la poseída con una barra de hierro y desgarrándole con las manos la vagina para extraerle el paquete intestinal, con el propósito de "desprender del interior de su cuerpo el engendro de Satanás"
“…Metió la mano en la vagina de Encarnación en muchas ocasiones, al menos díez…”
“Tenía lesiones ligamentosas en el cuello. El cuello estaba destrozado prácticamente, por lo que no era extrañó que girase como una peonza…”


Este hecho –el del posible embarazo- sorprendió al Ministerio Fiscal, que al parecer exhumó el cuerpo de la víctima, para comprobarlo. La mujer víctima del macabro ritual, estaba embarazada de mes y medio –otras fuentes señalan sin embargo que la víctima no estaba embarazada-.


Aunque lo más intrigante de este asunto es el informe del forense que realizó la autopsia.


“…El análisis forense dictaminó que tenía los músculos del cuello aflojados hasta el límite, como si su cabeza girase en redondo 360 grados. Los forenses iban tomando fotografías, tanto en película normal como en instantáneas Polaroid que servirían para avalar los hallazgos del doctor García Blázquez y los otros especialistas. Las diferentes imágenes se fueron depositando sobre una mesa, vueltas hacia abajo para evitar que la luz de los tubos fluorescentes dañara la emulsión. Al terminar el estudio, bien entrada ya la madrugada, se dispusieron a comprobar el resultado obtenido en las instantáneas. Inexplicablemente, la mayoría de éstas aparecían veladas, y las que habían logrado impresionar alguna imagen las mostraban tan borrosas y distorsionadas que no resultaban válidas.
Por fortuna aún quedaban los dos carretes de 36 exposiciones que contenían el material más interesante y que serian revelados al día siguiente.
Pero al igual que los anteriores, éstos amanecieron defectuosos. La filmación de vídeo que se realizó también apareció velada, aunque pruebas posteriores demostraron que la videocámara se encontraba en óptimas condiciones. Se dirigieron nuevamente en compañía de la magistrada encargada del caso al Instituto Anatómico Forense para realizar un nuevo reportaje fotográfico. Pero, una vez más, el material fotográfico apareció velado.
Esta inaudita sucesión de errores se achacó a la iluminación defectuosa. La voz gutural, muy ronca, de la poseída, fue atribuida por el forense a un edema encontrado en las cuerdas vocales.
Encarnación tenía una lesión muscular en el cuello debido a una torsión exagerada, como si girase la cabeza en redondo, los forenses estimaron que una lesión así sólo pudo producirse “cuando la víctima era ya cadáver”. El único fenómeno inexplicable para el forense fue el del erizamiento capilar. No se conoce ningún fenómeno que explique que un cabello pueda erizarse hasta quedar rígido como un alambre…”





Sobre este forense existe una interesante entrevista en la prensa:

“…El médico forense en este caso, en tanto que católico practicante, admite la existencia del diablo, si bien matiza que los casos de posesión son rarísimos y que muchos de los descritos son simples ataques de histeria

"Las personas que participaron en el falso exorcismo conocían perfectamente cómo tenían que actuar. Si a Encarnación le hubieran dado en primer lugar la sal diluida en agua hubiera muerto en menos de dos horas. Sin embargo, primero le administraron vinagre y pimienta, que impiden la absorción inmediata por el estómago de la sal, con lo que la sesión de exorcismo se prolongó varias horas, desde la noche del 31 de enero a la madrugada del 1 de febrero"

Sólo hay un dato para el que el médico no ha encontrado una justificación verosimiI: la erización de los largos cabellos de Encarnación.

"Unos días más tarde de la muerte de la mujer visité a los detenidos, que estaban en celdas separadas, y todos coincidieron en el detalle del pelo. Eran cabellos largos, de 40 o 60 centímetros, y los músculos capilares no tienen fuerza para erizarlos”…


Pero en el Albaicín –que es una fuente de sorpresas- existe al menos, otro caso que encierra una especial significación, por la fecha en que fallece otra víctima de estos extraños ritos:


Si bien el ritual comenzó dos días antes, la víctima fallece un día especialmente señalado: el 13 de noviembre de 1.995. El cuerpo de la víctima aparece en una bañera. En un principio se barajó la posibilidad de un crimen sexual. Pero la realidad era otra:  la víctima falleció durante un extraño ritual de magia negra.  Presentaba también lesiones en el cuello, así como golpes en el pecho y genitales. La víctima un hombre de 28 años, fallece a consecuencia de una fractura de cuello.





Como curiosidad citar, que la única acusada, era familiar de la víctima del caso anteriormente citado ocurrido en 1991 –Encarnación- y además el fallecido –el día 13 de noviembre- residía en el mismo barrio del Albaicín dónde falleció también Encarnación.
De nuevo los hechos vienen a cimentar esa hipótesis de que determinados sucesos relacionados con este mundo “oscuro”, no se suceden de forma casual o aleatoria.







La acusada,  tras haber pasado por prisión por estos hechos, posteriormente fijó su domicilio en Valencia.
Esta mujer, era también muy aficionada a este tipo de prácticas esotéricas –se cita brujería- y la muerte de este hombre según se estableció durante el proceso penal, estuvo relacionada con este tipo de prácticas de magia negra.

Pero la acusada no estaba sóla:

La noche que fallece el hombre –el día 13 noviembre- había numerosas personas en la casa. No pudieron ser identificadas.
Así se cita textualmente en la prensa,  por parte del Fiscal del caso, que en el citado ritual “…participaron junto a la acusada personas desconocidas del ambiente de la brujería y el exorcismo que no han podido ser identificadas en los cinco años de investigación policial y judicial…”

Personajes como podemos observar especialmente “escurridizos” cuya identidad no pudo ser desvelada durante años de instrucción e investigación.




La criminalidad “esotérica” esa gran desconocida. Una criminalidad que transita por ese mundo “paralelo” lleno de sombras y enigmas.
¿Podría esta “rama” de la criminología donde se entremezcla la ciencia, el mundo terrenal, con otros mundos “abstractos” como el ocultismo, ayudarnos a desvelar alguno de los misterios presentes en crímenes tan horrendos como el de Alcásser?

En España existen contados profesionales especialistas en esta temática. Una de ellas es Pilar Abeijón. Criminóloga, grafóloga y fundadora del Centro de Investigación y Análisis de la Criminalidad Sexual y Violenta (CIAC). Ha publicado varios libros entre los que se encuentran los siguientes títulos “Asesinos en serie” y “Sicarios”. Miembro del equipo de Mundo Misterioso desde sus inicios, coordinaba todos los monográficos, especiales y reportajes sobre crímenes esotéricos, sectas, fraudes paranormales, y otros aspectos delictivos del mundo del misterio. Mantiene colaboraciones periódicas sobre crímenes esotéricos y de actualidad en diversos programas.
Con motivo de una entrevista publicada por “el ojo crítico” acerca de su trayectoria, la experta en este tipo de temáticas, es preguntada acerca del famoso crimen de Alcásser.
Como reflexión final, les dejo su respuesta:


 Si un solo asesino, como “La Bestia de Rostov” (Andrei Chikatilo), asesinó a más de cincuenta personas (mutilándolas y devorándolas parcialmente), ¿por qué se dice que dos asesinos como Ricart y Anglés no pudieron asesinar a las niñas de Alcasser?

P.A.- Vamos por partes. Un asesino en serie sí puede matar a muchas víctimas mientras no es detenido. Tenemos casos de psicópatas en los que el número de cadáveres sobrepasa los cien. También tenemos casos espectaculares en que el asesino comete las atrocidades más impensables con pocas víctimas, por lo que sí que es posible que unos Anglés y Ricart asesinen a tres niñas. Para mí el caso Alcasser es mucho más complejo que todo eso. Personalmente estoy convencida que ellos no son los asesinos, y a la razón me remito, puesto que no tengo pruebas para culpar otra persona/s. Por un lado, no hay ninguna prueba convincente que les acuse como los autores más que un testimonio por parte de Ricart, que fácilmente pudo ser comprado por un módico precio, y un papelito de la seguridad social con el nombre de Anglés que estuvo a la intemperie en el lugar del crimen durante meses y allí permaneció hasta que “casualmente” alguien lo encontró… no sé pero a mí me huele mal. Luego las autopsias en las que por “despiste” de los médicos se tiran pruebas tan importantes como los restos en los cuerpos que podrían aportar el ADN del culpable, una verdadera aberración para cualquier médico forense.

Finalmente, por los pocos datos que tengo de los acusados si analizo su perfil y pienso en el estado de los cadáveres, no me parece que dos personas como ellos hayan podido idear un crimen tan desmedido, con un ritual tan elaborado, digamos. Volviendo a la pregunta, por poder sí que pueden haberlas matado ellos, pero yo no me lo creo.







B La








martes, 29 de agosto de 2017

El hombre sin rostro. Vallecas/Carabanchel/Picassent.




“A veces creo que el mal es todo y que el bien es sólo un bello deseo del mal.”                                                                               Antonio Porchia





*El expediente Vallecas. Veronica. Los peligros de jugar con la oscuridad.

Recientemente ha sido estrenada la película basada en unos espeluznantes hechos reales: “Verónica”. Película dirigida por el director valenciano, Paco Plaza, creador de famosa saga de películas de terror “Rec”.
El escenario se enmarca en el relato costumbrista de los principios de los 90 y con perspectiva autobiográfica que el director quería transmitir.

“…La película comienza con una sesión de güija de tres estudiantes en un sótano de un colegio católico. A partir de ahí, el filme aborda, en palabras del director, “el traumático paso a la adolescencia” de Verónica, el personaje principal…”

Ambientada en los “oscuros” años noventa, relata los coqueteos de un grupo de adolescentes con el esoterismo.

“…En el colegio, todos los alumnos aguardan en la azotea a un eclipse total. Un momento de atractivo misticismo. En el sótano, Verónica y sus amigas juegan con una ouija comprada en un fascículo de quiosco. A partir de ese momento, se desencadena el mal…”


    fotograma: "Verónica".


-El caso real de Estefanía G. L. El verdadero expediente Vallecas.

Estefanía era una asidua practicante del espiritismo. Un día de marzo de 1991 la joven Estefanía que contaba con 16 años, decidió hacer la ouija en el instituto con unas amigas –una de ellas estaba especialmente interesada en contactar con un novio fallecido en accidente de moto-. Al parecer una profesora interrumpió la sesión de forma inesperada, rompiendo el tablero y cayendo el vao al suelo. Al parecer el vaso contenía un extraño humo blanco que al romperse se adentró en la nariz de la joven.

 A partir de ese fatídico día la joven empieza a manifestar comportamientos extraños: convulsiones, que dejaban a la joven con los ojos en blanco y balbuceando. Ningún hospital fue capaz de ofrecer un diagnóstico a los síntomas que presentaba la joven.
Por las noches la joven, decía que observaba presencias en su cuarto. Según sus descripciones se trataba de un grupo de hombres alrededor de su cama, personas altas, famélicas, delgadas, que dándose la mano la llamaban, hombres con el rostro vacío, hombres “sin rostro”***, que la reclamaban por su nombre y le decían… “ven con nosotros”... En otras ocasiones la joven hablaba con una voz ronca de hombre, y profería insultos.

En la noche del 14 de agosto, Estefanía sufre un extraño episodio, otro ataque, esta vez más grave, una especie de catalepsia, convulsiones y gritos, que la llevan a entrar en un coma, y a fallecer en un hospital de Madrid.  La autopsia tampoco arroja luz sobre la causa de la muerte:  “muerte súbita y sospechosa”.
  
A partir del fallecimiento de Estefanía se desencadenan en el domicilio familiar, sito en el barrio de Vallecas-Madrid, una concatenación de sucesos paranormales. En la casa se comenzaron a oir gritos de la joven llamando a su madre, y su cama aparecía inexplicablemente revuelta. Los electrodomésticos se encendían y apagaban solos, las puertas de los armarios se abrían y cerraban de forma violenta.
La madre de la joven absorta por estos extraños sucesos y presencias, llegó a echar harina sobre el suelo. Observando atónita la existencia de unas huellas de zapatilla de hombre –en la casa se oían también carcajadas de un anciano que podrían corresponderse con el abuelo de la niña-. Colocó hilos entre las puertas de la casa, y estos aparecieron rotos. Instalaron una alarma y esta se activaba, empezando a sonar con la casa aparentemente vacía.

La madre de Estefanía notaba presencias en su cama, alguien le tocaba las manos y los pies.

Toda esta situación de desesperación la llevó a tal extremo que intentó suicidarse. Pero no sólo ella observaba estos fenómenos extraños.

Las hermanas pequeñas de la joven fallecida despertaron una noche oyendo un lamento, y pudieron observar una silueta masculina sin rostro que se arrastraba por la habitación mientras las muñecas de las niñas eran arrojadas contra la pared.




Con la policía de toda España buscando por esas fechas, a las tres niñas desaparecidas en Alcásser, el día 27 de noviembre de 1992 a las 02:00 horas de la madrugada, se recibe una extraña llamada de socorro en la Comisaría del 092 de Madrid.


Trasladados al lugar los agentes, fueron testigos de algo que superaba con creces todo lo que habían visto hasta entonces en su dilatada carrera policial.

El, inspector jefe de la policía en 1992 relata que lo tiene en la memoria y no se le olvida aunque hayan pasado veinte años.

“Lo primero que me impresiona es que llego a la casa y veo a la familia en la calle con un frío espantoso y la madre con un niño de pecho así que  intenté tranquilizarlos”, nos cuenta José Pedro quien reconoce que nunca tuvo la impresión de que mentían y se ofreció a subir al piso para ver lo que ocurría.
“Entramos seis policías y nos sentamos en el salón, empezamos a hablar y la familia empieza a contar lo que le había pasado a la hija. Apagan las luces y no pasaron más de dos minutos cuando una de las puertas se abre de una forma violenta. Encendió la luz e hicimos una inspección para determinar por qué había ocurrido aquello”.
Recuerda que en ese momento los otros compañeros se marcharon a la calle y sólo aguantó uno de ellos. José decide preguntar en qué otros sitios se producían los fenómenos y era en el cuarto de la hija. Van para allí y oyen un ruido estrepitoso, “como una cacerolada en la terraza pero no vimos nada. En el cuarto de baño, que no lo utilizaban, se me puso el pelo de punta y noté un frío interior que nunca había sentido.
Observaron también un crucifijo al que el fenómeno le había dado la vuelta, arrancándole el Cristo. Según manifiesta uno de los hijos, tomó el Cristo del suelo y lo adhirió detrás de la puerta de la habitación junto a un póster produciéndose, también de forma súbita y extraña, tres arañazos sobre dicho póster y cayendo el Cristo de nuevo al suelo».

Así lo recogieron en el correspondiente atestado, una de las pocas veces que estos acontecimientos quedan plasmados en papel oficial.

La conclusión de los agentes es significativa: «Hay una serie de fenómenos de todo punto inexplicables».






Pero sin duda uno de los fenómenos más escalofriante sucedió una noche de difuntos. El retrato de la joven fallecida, que estaba situado encima de un mármol –cubre radiadores- se quemó de forma totalmente irracional. Inexplicablemente lo único que se quemó fue la foto de la joven, no afectando el fuego ni al cristal ni al marco que la contenía.


Un año antes de estos sucesos, con Estefanía todavía con vida, agentes del CNP, acudieron al mismo domicilio por un requerimiento similar.

«En la casa había un grupo de gente. Estaba la chica, que luego murió (se refiere a María Estefanía G.), los hermanos, los padres, unos amigos y su novio, Demetrio C, quien se revolvía por el suelo mientras echaba espuma por la boca y tenía unas fuertes convulsiones. Habían hecho una sesión de ouija, y después el joven había caído en aquel estado. Según la familia, estaba poseído»











La película “Verónica” cuyo relato pivota sobre estos hechos reales, describe según su director un entorno social, económico, propio de esa época. 

“…Una época de aperturismo y de reivindicación del progreso de un país que buscaba el reconocimiento internacional para quitarse los complejos. Y, según Plaza, también una época de "ebullición paranormal en Madrid…"

  

Cómo veremos en las próximos relatos, no parece desencaminado el director en esta afirmación final. Sin embargo el director valenciano se olvida, que en esa misma época –los noventa- su propia tierra de origen fue el epicentro de una serie de crímenes especialmente macabros. Algunos, más que posiblemente,  marcados por alguna extraña connotación esotérica o ritual, que los hacen distintos a todos los demás. Esa “ebullición paranormal” podría perfectamente trasladarse también a otros lugares "fuera" de Madrid.

De hecho hay noticias que circulan por la red, como auténticas leyendas urbanas, pero al rebuscar con paciencia, se acaba comprobando que son más reales de lo podríamos imaginarnos. Noticias que nunca nos dejan indiferentes, porque lo que sucede en estas tierras, es casi siempre, sencillamente sorprendente (en el próximo post abordaremos algunos hallazgos y sucesos “inquietantes” en la C.Valenciana referidos a esta temática esotérica)






En cuanto a los “hombres sin rostro” hay que hacer una puntualización:

***Los denominados “hombres sin rostro” que visitaban a la víctima de Vallecas en sus visiones o alucinaciones nocturnas son todo un mito en EEUU. Una especie de “hombre del saco” que se oculta en los bosques para acechar entre las sombras a niños y adolescentes.
Como siempre contamos por estas páginas la realidad en estos “asuntos” parece superar la leyenda.

El mito, ya de por sí retorcido, tomó un giro tétrico el 31 de mayo de 2014. Morgen G. y Annisa W., dos niñas de 12 años residentes en Waukesha (Wisconsin), se conocen e intiman cuando comienza el curso. Crean entonces una amistad muy especial. Annisa y Morgen tienen una imaginación desbordante y, ambas, comparten aficiones literarias comunes: son fans de los creepypastas y de la literatura de terror. Entre ellas estalla una amistad que retroalimenta sus fantasías.

Las amigas deciden asesinar a otra niña –Payton- aprovechando el barullo del cumpleaños de Morgen, ya que las tres van a dormir en la misma casa para hacer una fiesta de pijamas. Van un parque que tiene una zona boscosa cercana y con la excusa de que van a jugar al escondite, la llevan a la zona más profunda y allí le asestan 19 puñaladas con un cuchillo de cocina. Las autoras dejan en estado agonizante a la víctima y se escapan del lugar del crimen. Payton se arrastra hasta una carretera cercana donde es recogida por un ciclista a la que narra los hechos y es trasladada a un hospital donde le salvan la vida.



Mientras todo esto ocurre, Morgen y Annisa son detenidas por un policía al que le resulta sospechosa la presencia de dos niñas tan pequeñas caminando solas por el arcén de la Interestatal 94. Annisa le cuenta al policía que acaban de asesinar a Payton L. y que se dirigían a la Reserva Natural de Nicolet donde se encuentra la mansión de Slenderman para reunirse con él. Los antecedentes y los precedentes de este caso criminal tan extraño son narrados con todo lujo de detalles y mucha pericia por Irene Taylor Brodsky en su documental Beware the Slenderman que acaba de estrenar la cadena HBO en nuestro país.






  


Y en esa “fiebre” por lo sobrenatural citada por el director de “Verónica” en la entrevista,  podríamos situar este otro asunto, todavía más sombrío y lleno de incógnitas. Más terrenal que paranormal, porque se trata de un crimen atroz,  pero conectado con esa “mundo paralelo”. Como citó en una ocasión, un lector de este blog: … las dos realidades… “la que ves y la que no ves”…









El distrito de Vallecas -dónde se suceden los hechos descritos en la película “Verónica”- tiene como vecino a otro distrito sobradamente conocido: Carabanchel. Un extraño hallazgo, tiene lugar en una de sus calles.





El 11 de septiembre de 1997, un vecino del lugar encontró de noche en un contenedor de basura de la calle de Gallur (Carabanchel) un cuerpo descuartizado. El cadáver, de un hombre desnudo de unos 30 años, estaba estrujado en una caja de cartón del tamaño de un televisor. Al abrir el paquete, la policía sacó varias bolsas de plástico de color azul con distintos trozos del cuerpo. Los agentes no hallaron la cabeza, las manos ni los pies a pesar de que rastrearon los contenedores de la zona y los alrededores de la calle de Gallur, enfrente del cerro de la Mica.
Nadie en el barrio había visto nada, pese a que los agentes aseguraron que para echar un paquete tan voluminosos se necesita, al menos, dos personas. Un miembro de la comisión judicial que acudió al lugar indicó a los vecinos que el cadáver correspondía a un hombre de complexión fuerte, de unos 30 años y de una estatura de 1,70






El vecino que descubrió el cuerpo,  explicó anoche que confundió éste "con un cerdo". "Al ver que era un hombre me asusté mucho y llamé a la policía y el Samur", afirma. En las bolsas no había ni restos de sangre ni documento que pueda conducir a la identificación.

El crimen fue cometido, a tenor de las pesquisas, el mismo día en que se halló el cuerpo. Los descuartizadores, sólo dejaron el tronco y las piernas, serradas a la altura de la región inguinal. Y por lo que se describe tuvo que ser “desangrado” en otro lugar.








La cabeza, las manos y los pies nunca fueron hallados, lo que ha dificultado la identificación.

El caso comenzará a conocerse con un peculiar nombre:

***El caso del “hombre sin rostro”.


Los extraños tatuajes:

Las mutilaciones que presentaba el cuerpo, hacían que la identificación fuera imposible, por lo que la Policía realizó incansables gestiones para dar con el nombre de la víctima:

El cadáver –lo que quedaba de él- presentaba unos curiosísimos tatuajes –en aquellas épocas los tatuajes no estaban de moda como en la actualidad, y eran escasas las personas que presentaban estos símbolos grabados en la piel-:

Tres meses después de su descubrimiento, la policía sigue sin conocer la identidad de ese hombre, cuyo pecho tatuado ha despertado inquietantes sospechas: en el pectoral derecho llevaba marcado el signo del diablo (el número 666) y de sus acólitos (una estrella de cinco puntas dentro de un círculo).Para completar el enigma, junto a otros signos cabalísticos, la víctima lucía en su hombro un tatuaje que representa un escorpión.






Ante la falta de pistas sobre este oscuro crimen, en el que se ha barajado la participación de sectas satánicas, la policía ha solicitado la colaboración ciudadana

La investigación:

Este crimen con claros vínculos esotéricos, tuvo una investigación realmente compleja, un rompecabezas de difícil reconstrucción.

Poco a poco se fueron conociendo más datos y detalles del macabro crimen:

  

Se empezó a hablar sin tapujos, por parte de los investigadores de un más que posible “crimen ritual”, cometido por una comunión de fanáticos.





Además de las mutilaciones descritas, había una serie de heridas muy peculiares. El cuerpo presentaba 16 heridas punzantes realizadas con un estilete, sólo dos de estas fueron mortales de necesidad, las otras 14 habían sido inferidas en el mismo lugar. En el omoplato izquierdo. Lo cual implicaba algún tipo de dinámica ritual o ceremonial de tipo demoníaco, según los investigadores. Se descartaba el crimen pasional, ya que en estos casos las heridas son desperdigadas o dispersas, debido a la ofuscación del acto criminal de estas características. Por lo tanto estaban claramente dirigidas a esa región concreta del cuerpo.  La utilización de esta arma concreta, un estilete, también podría indicar la presencia de elementos típicos de este tipo de ceremoniales o ofrendas. De hecho se describen como heridas profundas pero pequeñas, sin desgarros. Un trabajo “bien hecho” con regodeo, torturándolo en una lenta agonía propia de este tipo de actos rituales.




Se llegó a hablar que la víctima podría ser de hecho, algún sacerdote de alguna congregación oscura, y que podía haber sido sacrificado por adeptos en medio de algún ceremonial. El crimen sucedió en una noche marcada por una luna en cuarto creciente. El cadáver fue descuartizado con una sierra. El cuerpo apareció sin cabeza, sin manos, y sin pies.


-El código de barras:

La caja que servía de improvisado ataúd de cartón, y que contenía los restos de la víctima, se correspondía con un televisor de grandes dimensiones. En una de las etiquetas, los investigadores hallaron un código de barras, y procedieron a comprobar la trazabilidad del producto, para determinar el lugar de origen de la caja. Al parecer la policía tenía claras algunas cosas:





-el crimen no había sido cometido en Madrid.
-el cuerpo habría viajado en un vehículo recorriendo bastantes kilómetros.
-la víctima había fallecido dos horas de ser encontrada en Carabanchel.
-el crimen había sido cometido en una casa de campo o fábrica abandonada  los escenarios más adecuados para haber realizado todo el largo proceso que engloba este tipo de crímenes rituales, y lejos de miradas indiscretas -según detalla el artículo-.





Finalmente la pista del código de barras, no condujo a ningún lugar. Se pudo cotejar que la caja procedía de Zaragoza, pero las gestiones realizadas allí, no despejaron ninguna incógnita.

La pista más fiable, seguía siendo la de los tatuajes. Los propios forenses descartaron que estos hubieran sido realizados en la cárcel. Eran tatuajes muy concretos, y realizados profesionalmente.
   
Para la policía el “hombre sin rostro” era un sacerdote de Satanás. Y además pertenecía a la “alta burguesía”





Las pesquisas se trasladan a INTERPOL, y se baraja la posibilidad de que la víctima desconocida sea de nacionalidad extranjera. Podría pertenecer a un grupo con carácter “itinerante” que practican sus extrañas ceremonias en distintos países.









Los signos cabalísticos hallados en la piel de la víctima, eran propios de rituales de magia negra, o satánicos. Según el Padre Pilón –Jesuita-, y una autoridad reconocida por la iglesia en temas de satanismo, destacó la existencia de dos vertientes o corrientes dentro de este tipo de logias o sectas oscuras:


 -satanistas: lo conforman gente de baja condición social
 -luciferinos: cuyos integrantes suelen ser individuos que viven en ambientes sociales de un alto poder adquisitivo.

Según la simbología de los tatuajes que presentaba podría pertenecer a alguna asociación satánica extranjera.



Las mutilaciones eran descritas como perfectas o profesionales, se habló de una sierra eléctrica. Conocimientos. Quizás esas “destrezas” implicaran a alguien relacionado con el ámbito médico-quirúrgico. El hecho de que dejaran el torso con tantos tatuajes esotéricos, indicaba que los autores, querían que quien descubriera los restos viera que allí estaba presente la mano del diablo –así lo describe la prensa-.

Se llega a detallar que las mutilaciones podrían obedecer a algún tipo de rebelión contra el jefe del grupo sectario, para posteriormente cortar la cabeza y extremidades, con el objeto de conservarlas como “trofeo”.

También describe –según documentos incautados a una secta “oscura”- como se realizan este tipo de ofrendas  voluntarias –suicidio o inmolación – y las involuntarias –asesinatos-








Se analizaron también los robos sacrílegos –hostias sagradas, cálices, etc-, profanaciones de cementerios, por si estaban relacionados con el crimen.


Toxicología:
Se enviaron muestras de la víctima, para comprobar si había restos de tóxicos. La idea era determinar si la víctima había consumido algún tipo de psicotrópico o drogas, para comprobar si era adicto o consumidor de este tipo de sustancias. O si estos habían sido consumidos en alguna “orgía de muerte”.
 También comprobar si había rastros de somníferos, lo que podría indicar que podría haber sido inducido a tomar contra su voluntad algún tipo de sustancia, para realizar este tipo de rituales.
Se enviaron trozos de piel con los tatuajes para identificar el tipo de tinta con el que se realizaron.
También fueron remitidos otras partes de la dermis y epidermis para conocer si podría haber absorbido drogas por los poros de la piel debido a que ancestralmente se utilizaba una mezcla de belladona, sangre y grasa o sebo que se aplicaba directamente sobre la piel para ser asimilada –unguentos-.



También se enviaron muestras para detectar la existencia de plantas visionarias –beleño, belladona, etc- o hongos alucinógenos –amanita muscaria- mordisqueados o consumidos durante este tipo de aquelarres.






La investigación fue muy exhaustiva y completa en esta ocasión, como hemos podido comprobar, pero a veces el éxito de este tipo de asuntos necesitan también de un golpe de suerte, o de un pequeño detalle insignificante. En este caso parece que la suerte fue esquiva para los investigadores y a pesar de haber trabajado muy duro, no consiguieron su objetivo. Identificar y esclarecer el crimen.

Identificación nula.
Los únicos datos de los que disponía la policía española, para identificar a la víctima eran sus posibles características físicas.
Varón, raza blanca, entre 35 y 45 años, de un metro setenta/ ochenta de altura, y de complexión fuerte, con abundante vello castaño en el pecho.

Con estos datos, nadie reclamó jamás el cuerpo de esta persona. Su caso parece que continúa siendo un misterio. Un auténtico expediente X.  Pero la policía parecía tener claro cual el era el posible móvil del crímen:







Sólo parece tener vigencia, en este extraño caso sin esclarecer, la pista de los tatuajes:





    ilustración de la noticia -ABC-
    
  

Descripción realizada por el experto sobre los tatuajes que presentaba  la víctima:

Un círculo –la representación del advenimiento del anticristo- asociado probablemente con la llegada del milenio –propio de la época en que suceden los hechos-. En su interior un pentáculo o estrella de cinco puntas que enmarcan un pentágono utilizado para invocar al Diablo, Belcebú o como quiera llamársele. El 666 el número de la bestia. El triángulo equilátero en su vértice superior indica el nivel de conocimiento adquirido en estas prácticas diabólicas. El resto de los símbolos aunque parecen simples “emes” son en realidad el “alfa y el omega” el principio y el fin en el alfabeto griego. En cuanto a la curiosa inscripción situada en el centro del pentágono puede tratarse de una cruz griega no muy lejana a otras cruces que posteriormente fueron tomadas por otras órdenes.

Se trataría en resumen de una secta satánica muy críptica, en la que el hermetismo sería la nota predominante, ya que sus conjunciones son muy extrañas, habría de investigarse en órdenes de esta índole inglesas o orientales.

Presumiblemente en esta secta para realizar sacrificios se ha tenido en cuenta las fases astrológicas más que las lunares e indudablemente quienes realizaron el crimen tenían conocimientos de anatomía, tal como se demuestra por el tipo de cortes que presentaba el cadáver de la víctima.

(fuente: diversos artículos diario ABC  y El País)





Como en tantas ocasiones les he descrito, a veces las “casualidades” se suceden, y un crimen parece mirar a otro por el espejo retrovisor. Las similitudes, los ítems coincidentes, saltan en el archivo mental y se entrecruzan por alguna extraña razón desconocida. Si en el post anterior hablamos sobre las enigmáticas siete monedas del caso de Tarragona y las monedas que portaba una de las niñas de Alcásser, en esta ocasión los enigmáticos tatuajes del “hombre sin rostro” nos sitúan de nuevo ante un escenario valenciano. Concretamente en los barrancos de la localidad vecina de Picassent –Valencia-.

En el año 1995, fue encontrado mutilado el cadáver de un hombre en el barranco del Segur junto a un campo de naranjos en Picassent.
En enero del año 1995 es encontrado en un huerto de Picassent el cadáver de un hombre descuartizado. Un agricultor encontró primeramente el tronco apuñalado el cual estaba semienterrado con plásticos y cartones. Al día siguiente cuándo las FCSE rastreaban la zona fueron hallados en un barranco de la localidad, los restos que faltaban : cabeza, piernas y manos.* El cuerpo había sido descuartizados con cortes “limpios” y quien se encargó de despedazar a la víctima sabía perfectamente lo que hacía según fuentes de la investigación. Profesionales. Según la prensa el cuerpo estaba salvajemente acuchillado, y presentaba signos de tortura. Se empleó un estilete o similar. 





Cita también que los autores tuvieron bastante tiempo, para deshacerse del cadáver pues los restos aparecieron en puntos muy dispersos entre sí. El cuerpo presentaba un avanzado estado de descomposición e iba indocumentado.

*el hallazgo de los restos humanos que faltaban: cabeza, pies, y manos – permitían "completar" e identificar a la víctima- y el análisis del patrón de heridas de la víctima no hacen sino corroborar que en este crimen pudo haber otro tipo de factores “desconocidos” y que las mutilaciones NO obedecían a una intención por parte de  los autores de los hechos de dificultar la identificación –las denominadas heridas de tipo “precautorias”-, sino que estas podrían formar parte de otro tipo de dinámicas. Heridas que también podrían encuadrarse dentro de la “firma” ya que no son necesarias para consumar el crimen –había sido apuñalado en el torax, igual que el caso de Carabanchel- y forman más bien parte de un “ritual” ya que muestran mutilaciones sin la intención de ocultar la identificación.


Este crimen también tiene un cúmulo de curiosidades. Noticias posteriores que amplían la información citan que al parecer el hombre apodado “el loco” Raúl V.P. 43 años, habría sido engañado por sus asesinos. La víctima, relacionada con asuntos de drogas,  habría sido invitado a una “orgía” dónde pudo ser drogado por una mujer, para luego ser asesinado y descuartizado.
Dos personas fueron detenidas por estos hechos – un hombre de nacionalidad argentina – con negocios de sadomasoquismo en Valencia, como pudimos comprobar investigando su rastro en nuestro país. Individuo al cual la investigación adjudicaba el rol de hábil descuartizador- y su compañera, de curioso apellido, la cual ejercía la prostitución y habría sido la encargada de engañar y drogar a la víctima durante el desarrollo de esa hipotética “orgía”-.


No obstante existen divergencias sobre la autoría de los hechos, y la situación procesal de los detenidos –quedaron en libertad en dos ocasiones- Posible móvil del crimen: ajuste de cuentas.


Lo especialmente característico de este crimen, además de las mutilaciones tan peculiares y el arma empleada, eran sin duda la multitud de  tatuajes que presentaba –al igual que en el caso de Carabanchel-  la víctima descuartizada.

La noticia está fechada un 27 de enero de 1995:





Entre estos cabría destacar los de tipo astrológico: media luna y el signo de cáncer.
Y sobre todo la estrella de cinco puntas, la cola de escorpión, y el extraño símbolo de las dos líneas en forma de V que no llegan a unirse por la base.




El 11 de octubre de 1997 –es decir justo un mes después de la aparición en Madrid del cuerpo descuartizado del “hombre sin rostro”- es degollada en un garaje sito en las proximidades del barranco de Picassent una mujer de 48 años. Lo curioso de este caso, todavía sin resolver a día de hoy, es que la víctima había sido monja, durante diez años –entre los años 1985 y 1995- en la congregación religiosa “Hermanas de la Consolación”.

Es decir colgó los hábitos sólo dos años antes de ser asesinada. su asesino le propino un golpe en la cabeza y luego la degolló. La víctima consiguió salir a la calle y pedir auxilio, pero murió desangrada en cuestión de segundos. El agresor un hombre de unos veinticinco años, pelo largo y camisa verde huyó tras esquivar un coche que casi le arrolla en la huída. Nunca fue encontrado. Su caso sigue sin resolver.


    fotograma: "Verónica"



Los “profesionales del horror” parecen superar con creces, el guión más endiablado, de cualquier película de terror.


    Fuente: La Vanguardia.