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domingo, 29 de enero de 2017

La Valencia del más allá. La estrecha relación de una tierra con el ocultismo.















“…Nacemos desnudos, con las manos vacías. Con el primer llanto nuestra alma desciende a la dimensión del mundo terrenal, un auténtico laberinto para ojos que no pueden ver más allá del plano físico….
Liu Zheng









Existe muy poca información sobre los orígenes de ese  estrecho vínculo o relación de la Comunidad Valenciana con las ciencias ocultas. Sin embargo, de todos es conocido lo enraizadas  que están allí este tipo de creencias.

En mis manos cayó por casualidad un ejemplar titulado “La Valencia del más allá” (editorial carena). Un libro muy bien documentado escrito por Rafael Solaz, que repasa distintos episodios de ese mundo oculto o esotérico en la ciudad de Valencia y las zonas rurales, realizando un recorrido histórico desde la época medieval.

Es un libro “denso” de los que dan para leer y releer. En esa segunda lectura he podido apreciar  algunos de esos detalles, a los que en un principio no había dado importancia.
Por su interés para los seguidores del blog, y por la vertiente mágica o esotérica que  ha sido atribuida a determinados sucesos criminales ocurridos en toda esta zona, he recopilado algunos extractos de los pasajes, que a mi modo de ver, puedan tener algún viso de relación –aunque solo sea “casual”- con la temática que nos ocupa.

Desgranaré alguno de los relatos condensados en el libro citado, ampliados con palabras del propio autor recogidas en entrevistas de prensa, y algunas aportaciones del blog, que no son más que meras “curiosidades” referidas a determinados elementos hallados en alguno de los crímenes ocurridos en Valencia.



Veamos entonces, de forma resumida,  el contexto histórico dónde se empieza a larvar la fuerte conexión histórica de Valencia con ese “otro lado” oculto o sobrenatural.



Superstición valenciana:

Siempre la ha habido y mucha
¿Valencia es supersticiosa?
Lo fue, y bastante, a pesar de su carácter abierto, festivo y luminoso. Quizá heredamos esta superstición tan arraigada de los musulmanes. Muchos de los viajeros extranjeros, en sus crónicas, dejaron constancia de las costumbres más supersticiosas. Por ejemplo: a principios del siglo XIX el literato alemán Augusto Fischer, dedicó un extenso capítulo a la superstición valenciana en su libro de impresiones sobre la visita a Valencia.

“…El viajero y literato alemán Fischer ya advirtió, en su viaje a Valencia a principios del siglo XIX, la especie de superstición que era el mal de ojos. Decía que su presencia era más fuerte en Valencia que en ningún otro lugar.








¿Y qué nos asustaba más?
Quizás sea el mal de ojo, que estuvo muy arraigado y que ya venía de la Valencia musulmana. Fischer decía que le llamaba poderosamente la atención que casi todos los ciudadanos se valían de las "nóminas" y de las manecillas protectoras contra el mal de ojo que llevaban colgadas en su vestimenta. También las bolsas con oraciones elaboradas por los santeros, e incluso santificadas por curas.

¿Cómo nos protegíamos?
A los niños nada más nacer se les dejaba unas horas en total oscuridad, porque decían que en las primeras horas de vida estaba expuestos a ser cautivados por algún ser maligno. Era una protección que seguía con la propia vestimenta y los sonajeros y lazos que preservaban de los malos espíritus. Esas creencias marcaron incluso la forma de vestir a los bebes, y de ahí el origen de los «bolquers», las capuchas que les tapaban la cabeza, cuya primera misión fue proteger a los niños del mal de ojo.

“Las practicas no han cesado…la superstición valenciana que está viva y subsiste como embarcada en poderosa estela, no sólo en la conciencia pagana, sino en la arraigada devoción religiosa. Devociones y rituales se siguen realizando para solicitar ayuda exterior, la sobrenatural y la divina.

“..Por lo que en tierras Valencianas se desarrollaba la bruixería, o mejor dicho, la hechicería de ir por casa, aquella en la que la fama de sus practicantes, no sobrepasaba los límites de un círculo reducido de creyentes que se dejaban llevar por la ignorancia y la superstición. Predominaban las prácticas populares, con su estela de adivinaciones, conjuros, supersticiones y hechizos amatorios o curativos, con sus rituales que se ajustaban a un modelo mediterráneo, que podríamos titular como “brujería doméstica”, aquella que nos era común. No obstante, su ciencia mágica variaba según las épocas y la procedencia de sus habitantes, según fueran cristianos, judíos, o musulmanes. “






“…Sus practicantes eran mujeres y hombres que hacían pactos con el maligno, adorándole y sirviéndole en sus empresas maléficas a cambio del sobrehumano poder que de él recibían…”

“…En el antiguo reino de Valencia, fue en el Maestrat* dónde existieron numerosos creyentes de prácticas y rituales procedentes de épocas antiguas, conviviendo la fe, el paganismo y la propia superstición. También en pueblos y zonas rurales cercanas a Valencia se detectaron creyentes en la superstición y la práctica agorera…”

*El nombre de Maestrazgo (El Maestrat en valenciano) deriva del término maestre, ya que estos territorios se encontraban bajo la jurisdicción del Gran Maestre de las órdenes militares del Temple, San Juan y Montesa.




*Los talismanes / amuletos: las monedas, la enigmática cruz de Caravaca:

También utilizaban talismanes, del árabe “talasim”, que eran igualmente amuletos que se guardaban cuidadosamente. Se construían con el metal que se deseara, según el planeta cuyo influjo se pretendía recibir. Podían fabricarse de diferentes tamaños, siendo preferible el de una moneda grande. En el centro llevaban grabado un escorpión encima de una cruz doble






Se habían de construir en época de luna llena y en vueltos en un pergamino virgen y tenerlos por espacio de cuarenta días –esto ya es magia negra- en el sepulcro de un suicida o de un ajusticiado”..







“…el talismán designaba un objeto: una joya, un mineral, una tabla de madera o metal, con caracteres misteriosos, signos o representaciones simbólicas que le conferían ciertos poderes”…”debe sus poderes particulares a las condiciones que se dieron en el momento de de ser elaborado, teniendo que ver con la influencia astral o el ritual realizado”… La Valencia supersticiosa muy pronto se decantó por los sortilegios, amparados en las oraciones que de boca en boca circulaban, empleando amuletos de todo tipo así como la realización de rituales basados en una creencia popular cada vez más arraigada.

En el triple crimen de Alcásser, son hallados durante el desenterramiento unos extraños maderos y piedras -Dos piedras de río/ luego descritas “eran piedras regulares, lisas, o sea que eran unas piedras que no formaban parte del entorno” (desaparecidas) halladas en el interior de una camiseta. MUESTRA 20-F: Dos trozos de madera de 65 x 6 x 7 centímetros, y 60 x 9 x 2 centímetros, recogidos en el borde la fosa, presumiblemente procedentes del interior de ésta, que son descritas así “aparece una madera, un poquitín próximo a esto, una madera triangular/ un trozo de madera con una cuerda como de uno sesenta/Y luego una tercera madera que tenía unas zonas correspondientes a la entrada de otra madera como una tabla. Como cuando se pone como si fuera una estantería, un travesero”. (ni fotografiadas ni exhibidas durante el juicio) -.
También las niñas portan diversas monedas, y en uno de los cadáveres –durante la realización de la segunda autopsia, pues en la primera no es detectada- es localizada una misteriosa “cruz de Caravaca” con su cadena situada sobre la cara anterior de la cuarta vértebra lumbar-. Un hallazgo increíble por el lugar dónde fue depositada y por ser un objeto ajeno a la niña -la cruz no pertenecía a la víctima según el padre de esta-.

En las inmediaciones de la fosa también fue hallado por un testigo en octubre de 1993 –después de haber sufrido un incendio forestal el paraje- otro objeto llamativo: “…a mi izquierda vi algo que brillaba entre los matorrales, y me dijo el concejal, mira a ver qué es esto, una moneda de veinte duros y un estuche y dentro una medalla con unas bolitas semiderretidas, y en esta medalla había una cruz y TRES vírgenes y el Cristo en medio,* llamé a la guardia civil a la policía judicial vinieron dos policías y les hice entrega de todo el tema este. Que comentamos un poco por encima lo que era eso, y lo que ellos me dijeron que en la descripción que habían dado los padres de las chicas no habían dicho nada de esto, o sea que probablemente no sería de ellas…”
* Es realmente "curioso" este detalle de la medalla, las TRES vírgenes. Además de curiosa, es escasa y rara esta iconografía que se detalla. (No he podido encontrar una medalla similar, para ilustrar estos hechos). ¿Podía contener algún simbolismo especial aquel extraño hallazgo?. El hecho de estar semiderretidos parece confirmar que estos objetos se encontraban allí -inmediaciones de la fosa- antes citado incendio forestal que desoló la zona .
Lo confirma el propio testigo que halla el estuche con la medalla: "Que eso debía estar ahí antes del incendio. Ahí en el 93, en el verano del 93 hubo un incendio que venía de la zona de Buñol - Alborache, casi Tous, esa zona se quemó toda, incluso hacia dentro del pueblo, vino el incendio y no llegó a lo que es el pueblo.  Uno de los apicultores que encuentra a las niñas lo cita también: "...Que después de encontrar a las muchachas hubo un incendio que destruyó la arbolada ..."



Incendio forestal en la "Sierra del Caballón" que recoge la prensa, fechado el día 28/8/1993









Por cierto, este mismo testigo aporta unos detalles sumamente “inquietantes” sobre otros hallazgos macabros en este mismo área "Que es un trozo de metal fundido, son las 3 cosas que yo encontré ahí. Que esa cruz que acabo de ver, en Catadau que yo sepa no ha tenido significación. Que en el pueblo la existencia de la cruz y de estos símbolos al lado la fosa, no ha extrañado. Que en la zona de Catadau, con síntomas de decapitación, lo único que recuerdo así es un señor mayor que desapareció del pueblo, y apareció meses después en un estado de esqueletización, y se comentó que las manos estaban separadas y la cabeza también, eso fue bastante antes de ocurrir lo de las niñas.


  
Precisamente relativo a la cruz de Caravaca, encontramos un pasaje muy interesante en el libro:

Ya en el siglo XX un libro que tuvo mucha aceptación en Valencia fue el llamado de La cruz de Caravaca “Unico y verdadero tesoro de milagros y oraciones de la SS Cruz de Caravaca”. Que según decía su título era un verdadero tesoro de milagros y oraciones para curar todo tipo de dolencias y para librarse de hechizos y encantamientos. Anónimo, constaba editado en Roma, ciudad e imprenta falsas, para así despistar a las autoridades eclesiásticas, ya que el libro no era en absoluto autorizado por la iglesia. Existían remedios diversos, que había que repetir tres veces, y rezar tres padres nuestros a la santísima trinidad. También se incluían exorcismos y el modo de hacerlos expulsar a los demonios, los espíritus inmundos y las potestades satánicas. De esta obra se imprimieron varias ediciones, todas ellas secretas.









Dientes y muelas:

Entre los amuletos que servían para alejar los malos espíritus o los sucesos nefastos se encontraban los indispensables ajos, la inestimable ruda, sal, herraduras, cordones rojos, cintas verdes, determinadas piedras…uno de los objetos más apreciados eran los dientes y muelas, que arrancados a los reos ahorcados, les parecían constituir unos amuletos poderosos.”

A las niñas de Alcásser le faltan numerosos dientes que nunca fueron hallados en la fosa de La Romana. Nunca aparecieron. En uno de los cadáveres de las niñas, son localizadas en el cráneo dos extrañas piedras de color negro y rojizo, algo que llamó particularmente la atención a los expertos de toxicología: "Al limpiar la muestra, aparecieron dos piedras de aristas marcadas de 11 y 12 mm, una impactada en la zona posterior de la fosa nasal izquierda, y otra en coanas. No encontramos otras piedras de mayor o menor calibre, ni tan siquiera tierra, ni en el magma de las fosas nasales que recubría a las anteriores, ni en cuencas orbitarias, por lo que es difícil explicar cómo llegaron allí, ya que son demasiado grandes como para haber atravesado la apertura piriforme y la zona media de las fosas nasales sin romper los cornetes".
De estas dos enigmáticas piedras ya hablamos en otras ocasiones, y en concreto destacamos su particular “parecido” morfológico, con los denominados “jacintos” hematoideos –por su color “sangre”- hallados por buscadores de minerales en montañas, cuevas y oquedades de la zona de Real de  Montroy.









Trozos de prendas:
“También los trozos procedentes de prendas de un ajusticiado, traídos del cementerio cercano a la calle de Transits o del mismísimo barranco de Carraixet, según las épocas, se utilizaban para realizar conjuros que evitaran las muertes violentas”.


Cuenta que los amuletos más codiciados estaban relacionados con los ejecutados.
En torno a la horca, que estaba en el Mercado Central, había siempre quien se dedicaba a coger cualquier prenda de los ahorcados. También iba mucha gente al barranco del Carraixet, que era donde estaba el cementerio de los ajusticiados. Allí, antes de enterrarlos, permanecían colgados durante mucho tiempo, hasta que los huesos caían al suelo y la gente se aprovechaba de ello. Creían que los restos de los ajusticiados tenían poderes extraordinarios. Incluso en los años 30 del pasado siglo era muy famosa la Tía Toneta, que afirmaba poseer el rosario de Manolet, el último verdugo de Valencia, un amuleto muy requerido por las embarazadas para tener un buen parto.





Como curiosidad en esta misma zona se han realizado macabros hallazgos:
Una semana después de que unos huesos humanos fueran encontrados en la playa valenciana de la Patacona, la Policía Nacional halló el viernes en una calle del distrito de Trànsits de Valencia –Marqués de Montortal- un corazón dentro de una especie de copa sobre un vehículo.






Sobre la utilización de prendas de ahorcados en muchos grimorios y manuales de magia podemos citar la mano de gloria, objeto espeluznante que aparece en muchos procesos por brujería. El hechicero envolvía la mano del ajusticiado en un trozo de sudario, lo estrujaba para escurrir la sangre que quedara y ponía a macerar el miembro en un recipiente de barro con sal y salitre. Al cabo de dos semanas sacaba la mano y la ponía al sol hasta que se cuarteaba o la secaba en un horno con verbena y helechos. Según una antigua receta debía utilizarse la mano como candelabro para sujetar velas fabricadas con la grasa de un hombre ahorcado, cera virgen y ajonjolí. De hecho, por mediación de la mano de gloria se podía dejar inmóviles a cuantos eran iluminados con su luz. El empleo de miembros u objetos que pertenecieron a personas sentenciadas a muerte, se convirtió en algo muy común para las practicas de hechicería, tanto, que incluso buscaban en los lugares más insospechados.






El padre de una de las niñas de Alcásser cita lo siguiente:
“…A mi hija le falta una mano, una mano que no se encuentra en ningún sitio; no está. Algunas personas entendidas me han dicho que al final de la orgía, los más fetichistas desembolsan una suma de dinero y se llevan una parte del cuerpo. La mano de mi hija está en el cajón de alguien, que la tiene de trofeo…”

El cuerpo hallado en una tubería próxima a Turís, atribuído a una de las víctimas del Caso Macastre –cadáver que nunca fue reconocido por los familiares como tal- estaba mutilado con una sierra mecánica –faltaba un pie, y una mano, además de tener el rostro totalmente desfigurado-. El pie se correspondía con el hallado posteriormente en la calle “Alcácer de Valencia” pero la mano nunca fue encontrada.



Hierbas o plantas empleadas para todo tipo de rituales:

El enfermo diabólico debía tomar un vomitivo, o sea, altramuz, betonia, beleño y puerro.

La mandrágora: es un planta altamente venenosa y que desde antiguo fue utilizada como especie medicinal. Pero sobre ella se crearon fabulosos mitos y supersticiones que fueron introducidos en Europa desde tierras orientales. Fue en la edad media cuando alcanzó gran difusión e importancia en el mundo mágico, ya que se le atribuían ciertas virtudes relacionadas con el entorno de la brujería. Algunos también la llaman mano de gloria a la raíz de la mandrágora por esta forma considerada vagamente humana o antropidea. Al ser una planta netamente mediterránea, se utilizó en la zona valenciana para las practicas de hechicería. La mandrágora se utilizaba tanto como ungüento de brujas, como para darnos buena suerte.






La ruda: era utilizada para quitar el mal de ojo. Se le ha considerado planta mágica, para elaborar filtros o procesos mágicos, atribuyéndole efectos alucinógenos utilizados como defensa contra hechizos y trabajos maléficos. En zonas valencianas próximas a Aragón se la venera por tradición.

La sal: su empleo en las prácticas mágicas es antiquísimo –sacrificios paganos-. También se utilizaba en rituales dibujando un círculo con ella alrededor de quien se quisiera proteger del demonio. El llamado círculo mágico.


En ocasiones a estos preparados se les añadían otras plantas como la adormidera o cascall, beleño o plantatge, la harina de liñaza o llinós, todo formaba parte esencial de cataplasmas y emplastos.

El consumo o la utilización con algún extraño fin del Beleño -como veremos en futuras entradas- fue relacionado y atribuído a un consumo tóxico con fatales consecuencias, en el caso “Macastre” dónde tres adolescentes son hallados muertos en extrañas circunstancias.






Velas  o cirios

Pero el objeto por excelencia que no podía faltar en toda invocación benéfica o maléfica, era la figura de la cera, aquella que se tenía que moldear con los restos de cirios que habían servido para un funeral.
En las costumbres funerarias era constante el empleo de luminarias y velas que se encendían en la tumba. Las velas estarían presentes en todo ritual fuera religioso o mágico. La tradición supersticiosa decía que la luz que desprende una lámpara iluminaba las tinieblas alejando los espíritus…




Hasta tiempos recientes, en muchos lugares de la costa mediterránea y también de su interior, todavía era costumbre decir los responsos de a muerte para maleficiar. La ceremonia era llevada a cabo por una mujer con poderes o conocimientos de hechicería. Se quemaba una vela con la cabeza hacia abajo, salmodiando la fórmula mágica.

Caso Alcásser:  MUESTRA 17 F. Cabo de vela con mecha quemada, situado a unos 2 o 3 metros al borde de la fosa por su parte próxima al camino.   MUESTRA 2-H: Restos de cera derretida, recogidos en el camino, a unos 300 metros de la fosa, en dirección a la caseta.
Caso Macastre: hallazgo cadáver de Valeriano: “El cuerpo de Valeriano está en un terraplén, con la cabeza dirigida hacia la caseta. Como si estuviera escondido, vigilando la caseta. El cuerpo estaba encima de un plástico. También se encuentra una vela al lado del cuerpo sin usar


Adivinación:

El arte de adivinar el futuro, el mundo de los videntes, la realización de magia blanca o la actuación de una medium para contactar con personas fallecidas estuvieron presentes desde muy antiguo en las sociedad valenciana, formando parte de la superstición popular tan característica de la zona, muy especialmente entre las gentes de interior.
Algunos astrólogos gozaban de popularidad y honradez, por lo que sus pronósticos eran admitidos como solución a consultas de ciertos problemas. El caso de una niña desaparecida en junio de 1632. La niña vivía en la calle Bolsería y desapareció de su casa. Sus padres afligidos y cansados de buscarla, acudieron a un astrólogo conocido que tras preguntarle por el nacimiento de la pequeña, respondió que buscaran en un pozo, porque según la figura y la hora de la interrogación así lo señalaba. La encontraron. La noticia inserta en un antiguo dietario, no indica si viva o muerta. 

En Valencia aunque sus prácticas estaban prohibidas y perseguidas de forma alterna según la época siempre existió quienes se dedicaron a estas actividades…la más perseguida era la demoníaca porque se hacía con el auxilio del diablo, invocado expresa o tácitamente con el fin de saber las cosas ocultas.

Otros métodos de adivinación eran la nigromancia, la que adivina los casos futuros por sombras o locuciones fingidas de los muertos.
La nigromancia es una rama de la magia, considerada generalmente negra, que consiste en la adivinación mediante la consulta de las vísceras de los muertos y la invocación de sus espíritus, requiriendo según sea el caso del contacto con sus cadáveres o posesiones.



La nigromancia es la disciplina o rama de la adivinación que se dedica al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus. Es una práctica antigua común a la tradición mística o sobrenatural de varias culturas, entre ellas la egipcia, mesopotámica, persa, etc. Se ejercita aún en la actualidad, en donde se busca responder preguntas mediante la intervención de un espíritu. Este es un ejemplo de nigromancia moderna.

La cábala: el cálculo supersticioso de la cábala fue utilizado para adivinar las cosas, sobre todo en materia de suertes, aplicando los números que constituyen, según dicen, el mundo invisible como modelo de lo visible. En Valencia la práctica cabalística fue difundida por la población judía que existía en Valencia desde antes del siglo VIII. A partir de 1530 el judaísmo tuvo una presencia mínima en Valencia y la desintegración de su cultura fue casi total. Pese a todos estos inconvenientes los judíos que permanecieron en la ciudad resistieron y nunca renunciaron a sus creencias. Siguieron ejerciendo secretamente el judaísmo con sus prácticas religiosas. La cábala estuvo muy presente en la sociedad valenciana hasta casi finales del siglo XIX.
En algunos rituales –sanación- y en la composición de algunas oraciones se advertía el número tres o sus múltiplos, claros signos cabalísticos que tenían por ello virtudes mágicas.

La numerología está presente muy presente también en el caso Alcásser y Macastre por igual: tres son las víctimas, tres años distan entre ambos casos, y tienen el mismo rango de edad. La fecha de la desaparición de las tres niñas también es muy peculiar y especialmente señalada: Viernes 13. No menos curioso es el hallazgo del pie procedente de la joven hallada mutilada en Turís,  en la calle Alcácer de Valencia, el 27 de enero de 1989. Que viene a ser como una especie de extraña “coincidencia imposible” y premonitoria, al señalar en el calendario la fecha exacta del hallazgo -cuatro años después-, de las tres niñas –originarias de la misma población que da nombre a la calle-, en la fosa de la Romana.


La época de máximo esplendor en la práctica de la magia ritual corresponde al periodo que va entre 1480 y 1680 años en que se editaron muchas obras clásicas de magia. Circulaban por ciudades y pequeñas poblaciones, copiadas a mano en secreto ante el evidente peligro que tenía la posesión de este tipo de tratados. El empleo de este tipo de libros estuvo reducido siempre a los ámbitos cultos y eclesiásticos ya que las clases populares no sabían leer.

Con la llegada del modernismo las prácticas mágicas adivinatorias se pusieron de moda y su popularidad fue en aumento. Ya en el siglo XIX los editores valencianos apostaron por obras de este tipo se vendían ante la aceptación general…



La inquisición/el santo oficio

San Pedro Mártir, de la orden de Predicadores, inquisidor de origen italiano  que vivió en el siglo XIII, se convirtió en un acérrimo enemigo de los herejes y los nigrománticos practicantes, por su confuso caos de pecados, sus diabólicos errores y abominables torpezas. Grande fue la devoción en Valencia hacia este santo, cuyo reflejo fue la creación de una cofradía en su nombre, llamada de los Cruzesignados del Santo Oficio de la Inquisición en Valencia, tristemente recordada por su directa relación en todo proceso inquisitorial. Tenía sede en el convento de Predicadores. La cofradía llegó a ser tan numerosa que tuvo que limitarse el número de sus integrantes a cien hombres y otras tantas mujeres. Su divisa fue el propio escudo de la inquisición (ver fotografías).






Escudo de la Inquisición. A ambos lados de la cruz, la espada simboliza el trato a los herejes y la rama de olivo la reconciliación con los arrepentidos. Rodea el escudo la leyenda «EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM», que en latín significa Álzate, oh Dios, a defender tu causa






Sus miembros estaban presentes en los autos de fe, que se celebraron en la ciudad. Incluso asistían a los reos durante el encarcelamiento, interrogatorio, tortura, hasta su absolución o ejecución. (Los reos eran conducidos a cárceles secretas de la Inquisición próximas a la iglesia de Sant LLorenc, la casa de la Penitencia, junto al portal de la Trinidad. Una vez allí los reos eran sometidos a un corto o largo interrogatorio, en ocasiones tan dilatado y cruel que a veces los reos acababan allí sus vidas.


En una de ellas, la calle Navellos, se encontraba el antiguo Palacio del Santo Oficio, donde se llevaban a cabo las torturas que arrancaban una confesión de los labios de los reos tras horas de tormentos. La Inquisición valenciana, punta de lanza del Santo Oficio en España, aplicaba torturas como la garrucha (una polea de la que se colgaba al reo por las manos y que producía dislocación de brazos y piernas), la toca (un trapo que se metía en la boca del reo mientras se le obligaba a tragar agua para producirle sensación de ahogo), el potro (donde se le presionaban los miembros) y el guante de hierro (que se ponía en la mano del reo y se presionaba lentamente).


Autos de fé: Se organizaba una procesión formada por clérigos y monjes, que portaban cirios encendidos y encabezada por una cruz envuelta en un paño negro. Si uno de los reos era absuelto los dibujos del sanbenito eran llamas apuntando hacia abajo y en ambas manos sostendría un rosario y una vela.

Si la sentencia era de muerte, e iba a ser quemado, estos símbolos se convertían en demonios, la cabeza de Jano y lamas encendidas. Si previamente una de estas personas había muerto en las cárceles secretas, salía en su lugar una estatua a la que tenían que ejecutar irremediablemente para así pagar su mal. Conservaban sus huesos que iban puestos en dicha estatua, junto a otras insignias del condenado. Una comitiva aterradora.

Causas instruídas por el tribunal de Valencia: De 1540 a 1700 hubo 337 procesados por este motivo –hechicería-, cuantía sensiblemente superior a otros lugares de la península. Entre los siglos XV y XIX, Valencia se convirtió en punta de lanza de la Inquisición en España. El tribunal del Santo Oficio en la ciudad era uno de los más sangrientos. Se ejecutó a 60 acusados de sodomitas, a 13 a los que se les imputaban actos de zoofilia y a unos 1.000 judíos en apenas 50 años. Hubo 337 procesamientos por brujería. Cientos de años después, las huellas de los inquisidores siguen presentes en las calles del centro.


Las torturas también estuvieron muy presentes en los distintos casos existentes en Valencia:
Las niñas de Alcásser fueron sometidas a todo tipo de torturas, a cada cual más espantosa. Permanecieron “cautivas”, por lo que, pudieron prolongarse en el tiempo, además de requerir de un instrumental adecuado para cometer tales aberraciones. Así se desprende de las palabras del padre de una de las niñas:

“…Pero es que en la mano que le queda, las uñas se las han arrancado, y para arrancarle las uñas a una mano hace falta un instrumento; no se puede hacer con cualquier objeto. Pienso que eso no es obra de Anglés y Ricart, no es obra de unos, como nos han contado, que llegan, cogen a las niñas, las llevan a un huerto, las violan repetidas veces y las matan. No. Las lesiones se han producido con un ensañamiento, un regocijo... y unos materiales, instrumentos determinados que no se llevan en el coche. Las niñas fueron empaladas vivas, así lo demuestran las dilataciones de hasta siete centímetros en sus anos y vaginas. Y les arrancaron los pezones con tenazas.
P. ¿Cuánto tiempo cree que duró el martirio?
R. Quizás seis, siete, ocho o nueve días. Así lo cree el profesor [Luis] Frontela [catedrático de Medicina de la Universidad de Sevilla, que realizó un análisis pericial de los cadáveres a petición de Fernando García]. Tienen cicatrices en las muñecas... y sabemos que una herida no puede cicatrizar en un cuerpo muerto. Cicatrizaron porque estaban vivas…”

Esta misma cicatrización es  igualmente observada en el pie hallado en la calle Alcácer de Valencia, que pertenecía a la joven hallada en la tubería de Turís. Según los análisis practicados, el pie con la pantorrilla –cinco a siete cm por encima del tobillo- le fue amputado “perimortem” es decir “próxima a la muerte pero con vida” dado que existía esa cicatrización. Algo realmente atroz, desconcertante. Dirigido a infligir el mayor daño y dolor posible a la víctima -apenas una adolescente-. Aquí se vuelve a poner en evidencia la necesidad de un instrumental concreto, y de un lugar o base, dónde llevar a cabo todas estas torturas aberrantes.


Muchos de estos métodos los podemos observar en el extenso y cruento cátalogo de torturas y barbaridades ejecutadas por los verdugos del tribunal de la Santa Inquisición:









                                                                                      
Espiritismo:

A mediados del siglo XIX procedente de Francia proliferaba el espiritismo y su práctica realizada en mesas que giraban a voluntad de las almas que acudían a la llamada de los ejecutantes.




Es por entonces cuando vemos la presencia en la ciudad de Valencia de una extensa colonia de mujeres llamadas sonámbulas que ejercían funciones de adivinadoras y curanderas. Contaban con una numerosa clientela, femenina en su gran mayoría, gente trabajadora, llana y sencilla, entre la que se encontraba un gran número de personas que acudían procedentes de la huerta. “…desarrollaban sus prácticas en pequeñas viviendas…estas sonámbulas ejercían de medium, para comunicarse con los espíritus de las personas fallecidas. También ofrecían la liberación del mal de ojo.

A finales del XVIII y principios del XIX se publicaron en Valencia muchos libros dedicados al espiritismo en los que se explicaba cómo invocar a los muertos. Esta creencia tuvo muchos practicantes y seguidores en la ciudad, de hecho he localizado varios anuncios de sesiones de espiritismo en la calle Ribera y alrededor de la Estación del Norte (detalla el autor del libro)

Y es que en los últimos años han proliferado médiums debido al incremento de consultas y consultantes. Se ha producido este aumento por la incorporación de emigrantes a la población valenciana sobre todo africanos y sudamericanos personas fieles a la tradición supersticiosa de sus países de origen.

En la Valencia, del año 1992, no parecía necesaria ninguna incorporación foránea para que ya existiera de por sí un enorme tejido o circuito dedicado al ocultismo. Como hemos visto en el caso Alcásser, durante el periodo en que las pequeñas se encontraban desaparecidas,  fueron innumerables los testimonios y llamadas de videntes, mediums y adivinadores a las autoridades, para indicar el posible paradero o desenlace que podían haber sufrido las menores. Y si repasamos esos testimonios, observaremos que en algunos casos, estuvieron muy cerca de acertar en sus pronósticos.

Ojalá sea este el año, 25 años después de su desaparición, dónde se consiga estar un poco más cerca de la verdad. Una verdad que a día de hoy, permanece “oculta”.




“…Llegado el momento de irnos, nos damos cuenta de que nada de lo conseguido durante la vida podrá ser llevado para el próximo viaje. Con las manos de nuevo vacías, como cuando venimos…”


jueves, 5 de enero de 2017

Crímenes Olvidados: Picassent-Alfaz del Pi.











“Ve al origen Amaia… y podrás ver con claridad”
(El Guardián invisible-Dolores Redondo)








  


Todos hemos oído hablar infinidad de veces de esa idea o concepto acerca de “la existencia de algo maligno” que pareciera impregnar determinados lugares. Sitios dónde se vienen sucediendo desde el pasado reciente, una serie de trágicos acontecimientos.

Sobre esta idea hilvanaremos dos historias que nos vuelven a trasladar a escenarios ya conocidos y visitados en numerosas ocasiones por este blog.

Poblaciones, que son como dianas en la que los dardos negros y rojos se quedan clavados, una y otra vez, por alguna razón desconocida. Auténticos imanes para los crímenes o desapariciones que no dejan rastro.






Picassent un pueblo ligado para siempre a la desgraciada desaparición de las tres adolescentes de Alcásser. Lejos de ser un hecho o suceso anecdótico, parece existir una auténtica nube negra cernida sobre esos campos, que ha venido sembrando de cadáveres sus huertos y barrancos durante muchos años. También sus campos de naranjos. Como un inmenso cementerio "rural".
Un escenario importante,  porque es supuestamente en toda esta zona, dónde se difuminan para siempre los pasos de las tres jóvenes del vecino pueblo de Alcásser aquella tarde-noche del 13 de noviembre de 1992.





Hemos visualizado en las hemerotecas, que en este preciso lugar han sucedido historias estremecedoras:
Mujeres muy jóvenes que aparecían muertas en extrañas circunstancias, exmonjas que eran degolladas certeramente hasta morir desangradas -sin un móvil aparente-, traficantes descuartizados y esparcidos por los campos, prostitutas y mafiosos con negocios sadomasoquistas que se veían inmersos en truculentos sucesos. Conventos, que eran auténticos fortines sectarios, con cientos de adeptos que veneraban, entregaban sus bienes y grandes cantidades de dinero a falsos profetas del Apocalipsis. Accidentes inexplicables, dónde miembros de los equipos de búsqueda de las niñas desaparecidas eran arrollados por un vehículo -que sigue siendo una incógnita-, en tramos de carretera recta y con amplia visibilidad, cuándo se disponían a inspeccionar precisamente “esos mismos barrancos” en busca de algún vestigio de las menores. Barranco, dónde según indican los datos de la prensa, aparecería semienterrado y cubierto con plásticos, un vecino del pueblo lindante, propietario de una tienda de electrodomésticos, que se encontraba desaparecido desde hacía unos cuantos años. Barrancos impregnados de tanto dolor y muerte, al igual que sus pozos.







Madres e hijos arrojados a un maldito pozo, asesinados de la manera más cruel e infame. Pozos y más pozos, llenos de otros cadáveres. Cubiertos con piedras y maderos.

 ¿Qué poderosa razón hace que tantos casos criminales se acumulen en un territorio tan pequeño?. ¿Porqué el “mal” escoge unos sitios “concretos” para instalarse durante tantos años y con tanta impunidad?.


Tiempo atrás existió otro horrible crimen, también “entre naranjos”, en esos mismos terrenos. Una historia que nos habla de un viejo asunto. Extraño y  especialmente “macabro”.

  
Corría el año 1966. Unos comerciantes de naranjas, que recorrían las inmediaciones de Picassent, descubren casualmente semienterrado en una fosa improvisada en el terreno, el cuerpo de una joven de tan sólo diecisiete años.
No estaba sóla, junto a ella se descubrirán los restos de un pequeño -un feto- en avanzado estado de descomposición. La joven Dolores. D.B. llevaba desaparecida varios días. Su padre había denunciado los hechos.

No existe mucha información sobre las causas de este horrible crimen.  Según la prensa, el principal sospechoso era el marido de la víctima, que se encontraba en otra población, con una sobrina menor de edad. Al parecer fueron detenidos por haber robado una motocicleta en Castellón.
Del informe de las causas de la muerte no hay datos, sólo se cita que pudo ser debido a una violenta disputa.
Un extrañísimo suceso. Al que se suma el hecho de que la joven estuviera embarazada, y el cuerpo del bebé apareciese a su lado. Enterrados.






Años atrás desaparecerá otro joven: José P.A. de tan sólo 11 años en esta misma localidad. La prensa se hizo eco de la noticia, mencionando que llevaba tres días desaparecido y que no había noticias de él. El niño residía con los abuelos en la localidad de Picassent, y su padre era jornalero agrícola y residía en Algemesí –el mismo pueblo de dónde era originaria la joven que aparece en un campo de naranjas de Picassent con una naranja en la boca-. No hay más noticias sobre este pequeño. He intentado rebuscar algún dato más, pero no hay rastro de él.  Desconocemos la suerte que pudo correr, pero tres días desaparecido a tan corta edad, no es “a priori” un buen indicador.









Otro lugar especialmente “señalado” dónde ya hemos recalado en más de una ocasión es Alfaz del Pi en Alicante. La misma población, recordarán, en dónde se pierde el rastro de la joven Gloria Martínez apenas dos semanas antes de desaparecer las tres niñas de Alcásser. Una población que cuenta con un abultado listado de casos criminales. A los que hay que añadir la presencia de movimientos sectarios en la zona en los que participaba activamente un matrimonio de Alzira-Valencia, y cuyos extraños rituales tuvieron mucho que ver con el fallecimiento de una mujer joven.

Si echamos la vista atrás descubrimos un antiguo crimen que nos había pasado desapercibido.





La noticia se publica en los diarios el día 27 de enero de 1977.
Un turbio asunto que tiene como víctima nuevamente a un joven adolescente. El crimen presenta claros indicadores criminalísticos de algún tipo de transfondo o móvil de tipo sexual –el cuerpo del infortunado joven aparece sin el pantalón  y desnudo de cintura para abajo-.
El cadáver del adolescente, de tan sólo 14 años de edad, Joaquín B.C. es descubierto por un agricultor en un campo de Alfaz del Pí. El cadáver semidesnudo está debajo de un naranjo. Otro escenario final –los campos de naranjos- común en un buen número de casos como hemos podido ir comprobando a lo largo de toda esta macabra singladura.

El joven había desaparecido el día anterior, sus padres que eran propietarios de un establecimiento de electrodomésticos, ante la tardanza del menor, emprendieron su búsqueda acompañados de numerosos vecinos,  durante toda la noche. Una búsqueda infructuosa. 
Por desgracia, al día siguiente el adolescente fue hallado muerto por un agricultor –los descubridores de los cuerpos siempre son agricultores, apicultores, esparrageros, etc, gente relacionada con ese “medio rural” o escenarios finales-. El cuerpo del joven presentaba señales de haber sufrido una muerte “violenta”, -arañazos, signos de estrangulamiento-. El pantalón de pana que llevaba puesto ese día, apareció a pocos metros del cadáver del menor. Las hipótesis de trabajo, hablaban del traslado del cadáver desde otro lugar hasta el citado campo –otro “protocolo criminal” común en todos los casos, -no cometían sus crímenes en esos escenarios finales, esto nos viene a confirmar la existencia de algún escenario “intermedio” o base dónde eran perpetrados estos crímenes-. De hecho en las noticias como veremos, se recoge la hipótesis de la existencia de algún “chalet” cercano, desde dónde podía haber sido trasladado. Otro denominador común es la participación en estos crímenes de varias personas –de un grupo” de criminales actuando en mayor o menor medida de forma coordinada- de hecho en otros noticias se habla de un sádico asesinato, realizado por varias personas, debido a la envergadura y fuerza que tenía el menor –muy desarrollado para su edad-.
El crimen quedó sin esclarecer, no hubo detenidos, ni más noticias sobre el estado en que quedaron las investigaciones, o los resultados de la autopsia.





Todo son preguntas. Como siempre, tenemos muy pocas certezas.

El paso del tiempo ha borrado sus nombres, su corta existencia, su triste final. Sus historias vitales, se desvanecieron para siempre, como trozos de leña joven y verde ardiendo en una chimenea. Sólo podemos divisar un pequeño rastro de humo, a lo lejos. Muy a lo lejos, que todavía nos habla de las víctimas.





Sirvan estas páginas al menos, para rescatar ese rastro perecedero, para recordarlos y tenerlos presentes. Para espolear nuestras adormiladas conciencias. Para  recordar de nuevo, una vez más y todas las que hagan falta, que sus asesinos quedaron impunes, y posiblemente siguieron danzando su macabra danza durante mucho tiempo. 







lunes, 26 de diciembre de 2016

Feliz Navidad.























Feliz Navidad y próspero año nuevo.


En 2017, cuándo se cumplen 25 años de uno de los crímenes más dantescos y misteriosos de todas las épocas: el triple crimen de Alcásser; regresamos con nuevos contenidos de interés sobre este y otros casos. Gracias por estar ahí, al otro lado.         
The Preacher.  




viernes, 18 de noviembre de 2016

El "chico" de Alicante.















Se que te estás haciendo
una cabaña, en el desierto
y que vives con nada
espero, que aún guardes recuerdos.


Hey Jane, trajó con ella un mechón,
diciendo el me lo dio
la noche que ibas a hablar
¿lo hiciste al final?








El día 1 de enero de 1993, día de año nuevo, con los ecos de las celebraciones de nochevieja todavía resonando en las calles, ecos que daban por finiquitado un año lleno de fastos y también de desgracias. Cuándo todavía no se habían localizado los cuerpos de las tres niñas de Alcásser-Valencia desaparecidas desde el 13 noviembre de 1992 y se continuaban buscando pistas sobre la reciente y misteriosa ausencia de Gloria Martínez  la joven desaparecida de la clínica de Alfaz del Pi en Alicante un 29 de octubre de ese mismo año, 1992. Una nueva desaparición venía a poner de nuevo el foco en la provincia de Alicante, en el pueblo de Pego, cerca del lugar dónde desaparece Gloria.

Una trágica racha encadenada de tres extrañas desapariciones en las que se veían inmersos cinco adolescentes; todo ello en un pequeñísimo intervalo de tan sólo tres meses, en dos provincias limítrofes, y a escasos kilómetros de distancia.
  
¿Qué ocurría entonces en esa Comunidad Valenciana, que los menores desaparecían sin rastro, como si se los tragase la tierra? No lo sabemos. Podemos ser bien intencionados y decir que son cosas del azar, pero también tenemos que ser lo  suficientemente inteligentes y reflexivos para poder intuir que ese tipo de  casualidades se suceden sólo en muy contadas ocasiones.

De esa escasa distancia entre los puntos antes citados, y la cercanía de las fechas en que se suceden las desapariciones, son fiel reflejo las palabras de uno de los apicultores al hallar los cuerpos de las tres niñas de Alcásser en la fosa de la Romana el 27 de enero de 1993. Cuándo se procede a sacar la tierra de esa fosa, y aparece el primer cuerpo, uno de los apicultores llega a pensar que los restos hallados pueden ser los de ese joven desaparecido en Alicante:

  

  “… Que con mi consuegro comentamos que tal y cual, y yo dije, eso tiene que ser la mano del chico aquel que había por la parte de Alicante que se marchó a mediodía. Tiene que ser que a lo mejor ese chico lo han traído aquí. Le han hecho cualquier cosa y lo han puesto ahí. Y él dijo sabe Dios lo que es…”




¿Quién era ese chico de Alicante?

Ese día 1 de enero de 1993 se pierde el rastro de un joven en la localidad de Pego-Alicante. Pego es una localidad paradójicamente a medio camino entre los otros dos lugares citados: a unos 70 kilómetros de Alcásser, y a unos 60 kilómetros de Alfaz del Pi. El muchacho Andrés M. de tan sólo 17 años de edad –la misma que Gloria- desaparece en la mañana del primer día del año, cuándo realizaba un trayecto en bicicleta desde Pego hasta el paraje de Forna, dónde la familia tenía un huerto. Cómo el joven se ausentó a la hora de la comida, sus familiares emprendieron su búsqueda y se trasladaron al lugar. En una caseta de aperos* hallaron la chaqueta del chandall y la bicicleta del joven. Nada más. De Andrés, sin embargo, no había rastro.




*Las casetas de aperos, o casetas para usos rurales,  son realmente un punto trágico en esta comunidad siempre en relación a los crímenes más impactantes acaecidos por entonces. Sólo hace falta echar un ojo atrás para recordarnos de las casetas de La Romana, o la caseta de Macastre. Si bien más que una intuición -en estas casetas no sucedió lo que nos cuentan-, parece una certeza que allí no fueron hallados ningún tipo de restos biológicos. Simples decorados de un escenario final. Lugares de depósito o tránsito. Espectadores impasibles del trajín y el paso de los obreros del crimen. Porteadores de cuerpos. Poco más.


El joven Andrés fue buscado en toda la zona infructuosamente, con helicópteros, batidas, una y otra vez. Lo normal en estos casos dónde hay un menor desaparecido, y la desaparición no tiene tintes de ser voluntaria,  como mantenía la familia. Finalmente su cuerpo fue hallado sin vida, casi un año después,  a finales del año 1993.

Casualmente unos cazadores* que se encontraban metidos en faena, pateando el terreno, descubrieron el cuerpo del infortunado chaval, debajo de un árbol. Se encontraba en un paraje conocido como “las balsas de Pego” a unos cuatro kilómetros de distancia de la caseta de aperos dónde aparecen los efectos antes descritos. Este fue hallado el domingo por dos cazadores debajo de un pino, en un paraje de la pedanía de L'Adzúvia, muy próxima a Pego, donde fue buscado durante semanas.  El cadáver se encontraba prácticamente esqueletizado, “a la vista” según se cita y encima de unas piedras. Se encontraba en una zona escarpada, en una ladera de una montaña. (con todos estos datos he intentado en la medida de lo posible acotar la posible zona del hallazgo para visualizarlo en un mapa que es dónde mejor se ven muchos detalles. Los mapas también nos “hablan”, y pisar ese terreno nos cuenta todavía más detalles específicos, de qué o quien se mueve por allí –caza, ganado, u otras actividades)




Posible zona del hallazgo según los datos extraídos de la prensa:







Causa de la muerte:

El joven presentaba un fuerte golpe en el cráneo, un traumatismo craneoencefálico que según los primeros informes forenses era debido a una posible “caída accidental” un resbalón en la montaña. Tenemos que confiar en el buen hacer de los forenses, y en su seguridad a la hora de determinar un traumatismo craneal debido a una caída diferenciándolo de otro traumatismo de las mismas características pero con tintes homicidas. Sin embargo la realidad es que algunas autopsias, al igual que determinadas investigaciones policiales de tinte “científico” o criminalístico de aquella época,  como hemos podido comprobar dejaban mucho que desear.   La data del óbito no era posible determinarla.
Era curioso también lo de la existencia de una balsa en esos parajes –como hemos visto las acequias también han sido escenario final de otros hechos criminales  p.ej. en Sumacárcer, muy cerca de Tous-.
También los descubridores de los cuerpos son siempre gente o personajes  relacionados con el medio rural dónde transcurren los sucesos: desde los apicultores que descubren las niñas de Alcásser, los esparrageros de Macastre, etc. Hablamos de usos, tradiciones, oficios,  parajes, eminentemente “rurales”. 
Otra curiosidad es que en este paraje de Forna y cercano al lugar donde, si reagrupamos los datos que se citan en la prensa, pudieron sucederse los hechos descritos, se ubica un antiguo castillo.

Las preguntas que quedan en el aire son varias respecto a este caso. Con los escasos datos que contamos poco más se puede añadir o analizar pero sí podemos preguntarnos varias incógnitas: ¿qué hacia el cuerpo a cuatro kilómetros de la caseta dónde es hallada la bicicleta? Si se desplazó andando hasta ese punto final, ¿porqué no utilizó la bicicleta para llegar o acercarse?.  La existencia de una balsa –eso se intuye al intentar aproximarnos a la posible ubicación, además del nombre del paraje- en las inmediaciones, tampoco parece apuntar a una hipótesis razonable que el joven fuera a bañarse a ese lugar, en una fría mañana de un mes de Enero.  Si los restos estaban “a la vista” ¿cómo no fueron descubiertos antes? si toda la zona había sido ampliamente batida en varias ocasiones a pie. Si estos aparecen en una zona escarpada y de escaso o nulo tránsito, ¿porqué precisamente el joven aparece ahí?, es totalmente contradictorio. Nadie transita esa zona, pero él precisamente acaba sus días resbalando y golpeándose la cabeza en esa zona tan inhóspita.
   

Si este tipo de “accidentes” ocurren en cualquier otro lugar, pasarían totalmente desapercibidos, como tantos otros que por desgracia acontecen cada día en el resto del país. El problema es que en esta provincia, ocurrían cosas “extrañas” con los menores, al igual que en Valencia y Castellón, Alicante –como hemos venido desgranando- tiene algunos sucesos criminales con menores, que plantean cuándo menos “dudas razonables” sobre la existencia de algún tipo de trama actuando en toda esta zona, durante aquellos años “oscuros”.

Nuevamente a finales de los ochenta, observamos la presencia de redes de menores actuando en la zona, y asociado a estas noticias, la consiguiente desaparición de jóvenes.





No existen más noticias al respecto de esta joven, desconocemos que pudo ser de ella.


Hay que recordar que en aquella época las menores destinadas a la esclavitud, tráfico, y explotación sexual, en nuestro país eran jóvenes nacionales, muchas veces provenientes de familias normales. En muchas ocasiones estas redes, optaban por secuestrarlas y destinarlas a esos circuitos “privados” o más elitistas de fiestas, chalets, y lugares más “discretos” que los prostíbulos –sometidos a un mayor control policial- y a su vez con una mayor confidencialidad para una clientela, conformada como hemos podido ver en otras ocasiones, por empresarios o políticos. Mucho más tratándose de jóvenes que figuraban como “desaparecidas” y que tenían que permanecer “ocultas” para evitar inspecciones policiales. Menores que muchas veces eran sometidas a todo tipo de trato degradantes, prácticas sadomasoquistas, torturas, palizas, etc, como hemos podido comprobar en más de una ocasión.
Eran gente sin escrúpulos, cuya crueldad no conocía límites.





Se habla en otros artículos de hasta treinta niñas con edades entre los doce y los quince años, que eran explotadas sexualmente por esta red. Todos los datos apuntan siempre en la misma dirección y dejan claro un secreto a “voces”: existía una “gran demanda” de menores en la comunidad Valenciana para este tipo de prácticas depravadas. No podemos extrañarnos entonces que existiera también una actividad “paralela” criminal anormalmente elevada en esta zona concreta,  dónde por alguna razón, hasta el momento “desconocida”, las víctimas formaban parte de ese mismo grupo o espectro de edad:  jóvenes menores.


Pero no sólo en la C.Valenciana sucedían cosas “extrañas”, había como una oleada de desapariciones de niñas en toda la geografía nacional, que llegaron a generar una honda preocupación y alarma, en las familias españolas. Quizás ahora podamos entender mejor “determinados” acontecimientos o hechos criminales que ocurren en la época. Insisto sobre este aspecto, porque entonces era “normal” y muy frecuente que este tipo de sucesos acontecieran. Como ejemplo a mediados del año 1991 el diario ABC ante la proliferación de sucesos anómalos llega a realizar una infografía sobre varios casos abiertos por entonces –la mayoría acabaron de forma trágica- en la geografía nacional. ¿Porqué se sucedían estos hechos con esa frecuencia desmedida? ¿Qué estaba pasando en España a finales de los ochenta y principios de los noventa?.




Existen muchos misterios insondables que se ciernen sobre este tipo de hechos que salpicaron la geografía nacional. En el año 1992, ese dónde también se multiplican las desapariciones de menores, sucede un hecho muy curioso en la zona de El Saler-Valencia. Un lugar al que ya acudimos en otras ocasiones por asuntos turbios relacionados con estos temas.







La pregunta del millón es ¿qué hacía un delincuente común con antecedentes por robo, recién salido de la cárcel, secuestrando a una niña de seis años de edad, tras arrebatársela a golpes a su madre? o quizás planteada de otra forma distinta ¿a quién o a dónde iba a entregar a esa niña este delincuente común?. Un secuestro por encargo para otra-s personas ¿?, es lo más lógico dado que parece que carecía de antecedentes por delitos sexuales. Por suerte la Guardia Civil interceptó al delincuente cuándo regresaba al pueblo del que también era vecino. Cuatretonda. Un lugar, por cierto, muy cercano a otras poblaciones dónde han sucedido horribles crímenes con menores. (Ontenient y Pego). La última pregunta que queda flotando en el aire es ¿qué hubiera pasado si la Guardia Civil no libera a la pequeña?.




Pero es que el asunto no queda aquí. Si seguimos buceando en la red, seguimos encontrando noticias sorprendentes de este pequeño enclave:
Año 2011, mismo lugar, distintos nombres, y nacionalidad.
La sección quinta de la Audiencia de Valencia está juzgando a doce personas por la prostitución de una menor de 16 años de origen rumano en Cuatretonda. Tres de los imputados están acusados de explotar como esclava sexual a la adolescente y los otros nueve de pagar por sus servicios.
Los procesados supuestamente tuvieron relaciones sexuales previo pago siendo conscientes de que era menor de edad. La adolescente fue liberada por la Guardia Civil en abril de 2011 y pasó a estar tutelada por la Generalitat Valenciana

  
En otras ocasiones las menores, podían escapar de sus captores y corrían mejor suerte. Gracias a eso nos enteramos de cómo funcionaba esta gente. Nuevamente nos encontramos con la presencia de menores nacionales “desaparecidas” –dadas las fechas en que suceden- que estaban siendo utilizadas por estos individuos para ofrecerlas a clientes en esos chalets o casas particulares “discretas”. También se observa algo interesante: de nuevo observamos el trasiego de menores desaparecidas en Valencia que acaban en esa zona sur o en la provincia de Alicante. Noticias muy pequeñas, que apenas ocupaban cuatro líneas, y que nos dan una idea de la “escasa” importancia que tenían entonces este tipo de hechos.

Para hacernos una idea, sólo en este pequeño artículo se citan hasta CINCO menores desaparecidas, que son halladas en una casa con la caída de una sóla red que tenía raptadas a las jóvenes. La noticia es de finales del año 1986. Dos de ellas vecinas de Ontenient –zona sur de Valencia-





Precisamente de ese mismo pueblo, de dónde procedían dos de las jóvenes liberadas al caer esa red, tan sólo un año después ocurrirá un trágico suceso con otra menor con ese rango de edad:

El 23 de julio de 1987 Francisca R.B. , de doce años, se fue por la tarde a la piscina municipal del pueblo de Ontenient-Valencia. Antes pasó por casa de una amiga, que no la pudo acompañar y se fue sola a la piscina. Allí se la vio por última vez bañándose con otras amigas del colegio. Alrededor de las seis de la tarde se fue, le preguntó al conserje de la piscina por el autobús para regresar, y no se supo más de ella.
Dos días después  su cadáver apareció en un pozo

Causa de la muerte:

La niña de 12 años murió por «una contusión cerebral con destrucción de zonas vitales», según la autopsia.

En este caso parecía que no existía ese componente “accidental” reseñado en el caso anterior.

Su crimen nunca fue resuelto.

No muy lejos de toda esta zona de Pego y Onteniente, concretamente en el lugar de Crevillente-Alicante, en Diciembre del año 1986 sucede otro extrañísimo crimen, dónde nuevamente la víctima es un menor:

El cuerpo sin vida del joven Andrés C. R, de 15 años, desaparecido de su domicilio de Crevillente (Alicante) el pasado día 9, fue encontrado ayer por la tarde por la Guardia Civil en un camino rural que conduce a una cantera. El cadáver tenía un cable de conducción eléctrica que presionaba el cuello, única muestra de violencia. Hoy le será practicada la autopsia para determinar las causas de su muerte y cuándo se produjo.





El hallazgo del cadáver se efectuó a las 17.30 de ayer, cuando efectivos de la Guardia Civil de Alicante rastreaban el paraje conocido como Castillo Viejo, en la sierra de Crevillente. Uno de los guardias advirtió la presencia de unos matorrales colocados sobre un pequeño foso semicircular. Allí se halló el cadáver de Andrés C, que se encontraba completamente vestido, tumbado sobre el costado izquierdo y ligeramente encogido. Un cable doble de plástico negro, de los usados para las conducciones eléctricas, rodeaba el cuello del joven formando un torniquete que presionaba la garganta.




La Guardia Civil efectuará esta mañana otro rastreo de la zona donde se encontró el cadáver, que pudo ser trasladado hasta dicho paraje por un vehículo, puesto que es muy difícil llegar a él por otro medio.




De nuevo tenemos un Castillo Antiguo –se cita que el joven es enterrado “frente al castillo viejo” y junto a una “ladera” de un barranco, zona escarpada y dificultad para llegar al lugar,  traslado del cuerpo desde otro punto. Enterrado en una fosa cubierta con matas o rastrojos… Videntes…
  

La familia estableció contacto también con una vidente para obtener por este medio posibles informaciones. Su familia, indicaban que el carácter de Andrés C. no era propenso a realizar fugas del hogar y reafirmaban que había sido separado a la fuerza de sus padres.
La vidente valenciana de nombre “Amparo” ya había actuado en otro caso de desaparición anterior. Las videntes, siempre presentes en este tipo de casos en la comunidad Valenciana. Curioso.

Sobre el lugar del hallazgo tenemos esto:
El Castillo Viejo de Crevillente, conocido como Castell Vell, de su denominación en valenciano, se encuentra situado a unos dos kilómetros al norte de la población y situado en el fondo de un valle que forma la sierra de Tabayal. Se encuentra derruido y apenas quedan estructuras, y escasos restos:





De este caso tampoco existe constancia de que fuera resuelto.



Si viajamos unos años atrás, nos encontramos con otro crimen misterioso cometido en Alicante sobre una menor.
Nuevamente en esas fechas entrañables sucede una extraña desaparición.
El día 22 de diciembre de 1975, Ana María L.S. una muchacha joven de dieciocho años de edad, desaparece en Alicante tras desplazarse hasta esa capital para efectuar unas compras. Tres meses después fueron encontrados sus restos enterrados con escombros en un lugar conocido como Babel. Unos terrenos solitarios cercanos a la capital. Los restos son descubiertos por el perro de un joven que al escarbar hace aflorar una mano. El cuerpo de la joven estaba completamente desnudo, presentaba la nariz deformada y un hematoma en la sien. Le faltaba un dedo de la mano que afloró al desenterrarla –¿había sido amputado?-. A la joven tampoco le habían sustraído las joyas. De hecho una cadena que colgaba del cuello con sus iniciales sirvió para identificarla…

En este crimen había más curiosidades. Una de ellas era el amplio margen de tiempo que medió entre su desaparición y su hallazgo. Según la autopsia la fecha de la muerte de la joven era muy posterior al día de la desaparición. La fortaleza de la joven y su capacidad de resistencia a la agresión indicaban que tenía que haber sido vejada por más de una persona. ¿Qué sucedió con esta joven durante tanto tiempo? ¿Dónde estuvo retenida? ¿qué fue lo que le hicieron durante todo ese cautiverio? ¿porqué además de violarla, la torturaron? ¿porqué le faltaba un dedo de la mano?.



No hay noticia alguna sobre la resolución del crimen.



Que cada cual saque sus propias conclusiones. Los hechos están ahí, la realidad es “tozuda”. Algunos querrían borrar todo rastro de sus fechorías hasta de las hemerotecas. De hecho algún crimen como veremos en otras entradas por alguna extraña razón  no ha tenido eco ni tan siquiera en esas  “cuatro líneas” miserables. Este dato es intrigante porque puede llevar a pensar que existen más casos sin reseña alguna de prensa, es decir casos "ocultos" que no han trascendido a la opinión pública -más allá del lugar concreto dónde fueron cometidos los crímenes-.
Una serie de acontecimientos  “inquietantes”, que a día de hoy siguen conformando un complejo y tenebroso laberinto de crímenes sin resolver, muchos de ellos con extrañas "similitudes". Una realidad ocultada, que poco a poco va saliendo a la luz.


«Ya se han cumplido veintitrés años desde que te fuiste para no volver jamás y me parece que fue ayer. Aún recuerdo tus juegos, tu risa contagiosa, y hasta la manera de contarme tus cosas, siempre saltando y riendo, con esas ganas de vivir que tenías. No es justo que te quitaran la vida y no haya un culpable pagando por ello. Y lo peor de todo es que ahora las leyes nos dicen que tu asesinato ya ha prescrito, y que la Justicia ya no te alcanzará en esta Tierra...» Así comienza el libro publicado por la madre de una niña asesinada en el verano de 1987 en Ontinyent.


“A las víctimas y sus familias, para que algún día puedan descansar en paz”. 
“A sus verdugos,  para que no encuentren jamás, ni el descanso ni la paz ”
                                                                                                          The Preacher.