“…Nacemos desnudos, con las manos vacías. Con el primer llanto nuestra
alma desciende a la dimensión del mundo terrenal, un auténtico laberinto para
ojos que no pueden ver más allá del plano físico….
Liu Zheng
Existe muy poca información sobre
los orígenes de ese estrecho vínculo o relación
de la Comunidad Valenciana con las ciencias ocultas. Sin embargo, de todos es
conocido lo enraizadas que están allí
este tipo de creencias.
En mis manos cayó por casualidad
un ejemplar titulado “La Valencia del más allá” (editorial carena). Un libro
muy bien documentado escrito por Rafael Solaz, que repasa distintos episodios de
ese mundo oculto o esotérico en la ciudad de Valencia y las zonas rurales,
realizando un recorrido histórico desde la época medieval.
Es un libro “denso” de los que
dan para leer y releer. En esa segunda lectura he podido apreciar algunos de esos detalles, a los que en un
principio no había dado importancia.
Por su interés para los
seguidores del blog, y por la vertiente mágica o esotérica que ha sido atribuida a determinados sucesos
criminales ocurridos en toda esta zona, he recopilado algunos extractos de los
pasajes, que a mi modo de ver, puedan tener algún viso de relación –aunque solo
sea “casual”- con la temática que nos ocupa.
Desgranaré alguno de los relatos
condensados en el libro citado, ampliados con palabras del propio autor
recogidas en entrevistas de prensa, y algunas aportaciones del blog, que no son
más que meras “curiosidades” referidas a determinados elementos hallados en
alguno de los crímenes ocurridos en Valencia.
Veamos entonces, de forma
resumida, el contexto histórico dónde se
empieza a larvar la fuerte conexión histórica de Valencia con ese “otro lado”
oculto o sobrenatural.
Superstición valenciana:
Siempre la ha habido y mucha
¿Valencia es supersticiosa?
Lo fue, y bastante, a pesar de su carácter abierto, festivo y luminoso.
Quizá heredamos esta superstición tan arraigada de los musulmanes. Muchos de
los viajeros extranjeros, en sus crónicas, dejaron constancia de las costumbres
más supersticiosas. Por ejemplo: a principios del siglo XIX el literato alemán
Augusto Fischer, dedicó un extenso capítulo a la superstición valenciana en su
libro de impresiones sobre la visita a Valencia.
“…El viajero y literato alemán Fischer ya advirtió, en su viaje a
Valencia a principios del siglo XIX, la especie de superstición que era el
mal de ojos. Decía que su presencia era más fuerte en Valencia que en
ningún otro lugar.
¿Y qué nos asustaba más?
Quizás sea el mal de ojo, que estuvo muy arraigado y que ya
venía de la Valencia musulmana. Fischer decía que le llamaba poderosamente la
atención que casi todos los ciudadanos se valían de las "nóminas" y
de las manecillas protectoras contra el mal de ojo que llevaban colgadas en su
vestimenta. También las bolsas con oraciones elaboradas por los santeros, e
incluso santificadas por curas.
¿Cómo nos protegíamos?
A los niños nada más nacer se les dejaba unas horas en total oscuridad,
porque decían que en las primeras horas de vida estaba expuestos a ser
cautivados por algún ser maligno. Era una protección que seguía con la propia
vestimenta y los sonajeros y lazos que preservaban de los malos espíritus.
Esas creencias marcaron incluso la forma de vestir a los bebes, y de ahí el
origen de los «bolquers», las capuchas que les tapaban la cabeza, cuya primera
misión fue proteger a los niños del mal de ojo.
“Las practicas no han cesado…la superstición valenciana que está
viva y subsiste como embarcada en poderosa estela, no sólo en la conciencia
pagana, sino en la arraigada devoción religiosa. Devociones y rituales se
siguen realizando para solicitar ayuda exterior, la sobrenatural y la
divina.
“..Por lo que en tierras Valencianas se desarrollaba la bruixería,
o mejor dicho, la hechicería de ir por casa, aquella en la que la fama de sus
practicantes, no sobrepasaba los límites de un círculo reducido de creyentes
que se dejaban llevar por la ignorancia y la superstición. Predominaban las
prácticas populares, con su estela de adivinaciones, conjuros, supersticiones y
hechizos amatorios o curativos, con sus rituales que se ajustaban a un modelo
mediterráneo, que podríamos titular como “brujería doméstica”, aquella que nos
era común. No obstante, su ciencia mágica variaba según las épocas y la
procedencia de sus habitantes, según fueran cristianos, judíos, o musulmanes.
“
“…Sus practicantes eran mujeres y hombres que hacían pactos con el
maligno, adorándole y sirviéndole en sus empresas maléficas a cambio del
sobrehumano poder que de él recibían…”
“…En el antiguo reino de Valencia, fue en el Maestrat* dónde existieron
numerosos creyentes de prácticas y rituales procedentes de épocas antiguas,
conviviendo la fe, el paganismo y la propia superstición. También en pueblos y
zonas rurales cercanas a Valencia se detectaron creyentes en la superstición y
la práctica agorera…”
*El nombre de
Maestrazgo (El Maestrat en valenciano) deriva del término maestre, ya que estos
territorios se encontraban bajo la
jurisdicción del Gran Maestre de las órdenes militares del Temple, San Juan y
Montesa.
*Los talismanes / amuletos:
las monedas, la enigmática cruz de Caravaca:
“ También utilizaban talismanes, del árabe “talasim”, que eran igualmente
amuletos que se guardaban cuidadosamente. Se construían con el metal que
se deseara, según el planeta cuyo influjo se pretendía recibir. Podían
fabricarse de diferentes tamaños, siendo preferible el de una moneda grande.
En el centro llevaban grabado un escorpión encima de una cruz doble.
Se
habían de construir en época de luna llena y en vueltos en un pergamino
virgen y tenerlos por espacio de cuarenta días –esto ya es magia
negra- en el sepulcro de un suicida o de un ajusticiado”..
“…el talismán designaba un objeto: una joya, un
mineral, una tabla de madera o metal, con caracteres misteriosos,
signos o representaciones simbólicas que le conferían ciertos poderes”…”debe
sus poderes particulares a las condiciones que se dieron en el momento de de
ser elaborado, teniendo que ver con la influencia astral o el ritual
realizado”… La Valencia supersticiosa muy pronto se decantó por los
sortilegios, amparados en las oraciones que de boca en boca circulaban,
empleando amuletos de todo tipo así como la realización de rituales basados en
una creencia popular cada vez más arraigada.
En el triple
crimen de Alcásser, son hallados durante el desenterramiento unos extraños
maderos y piedras -Dos piedras de río/ luego descritas “eran piedras
regulares, lisas, o sea que eran unas
piedras que no formaban parte del entorno” (desaparecidas)
halladas en el interior de una camiseta. MUESTRA 20-F: Dos trozos de madera
de 65 x 6 x 7
centímetros , y 60 x 9 x 2 centímetros ,
recogidos en el borde la fosa, presumiblemente procedentes del interior de ésta,
que son descritas así “aparece una madera, un poquitín próximo a esto, una
madera triangular/ un trozo de madera con una cuerda como de uno
sesenta/Y luego una tercera madera que tenía unas zonas correspondientes a la
entrada de otra madera como una tabla. Como cuando se pone como si fuera
una estantería, un travesero”. (ni fotografiadas ni exhibidas durante el
juicio) -.
También las
niñas portan diversas monedas, y en uno de los cadáveres –durante la
realización de la segunda autopsia, pues en la primera no es detectada- es localizada
una misteriosa “cruz de Caravaca” con su cadena situada sobre la cara anterior
de la cuarta vértebra lumbar-. Un hallazgo increíble por el lugar dónde fue
depositada y por ser un objeto ajeno a la niña -la cruz no pertenecía a la víctima
según el padre de esta-.
En las
inmediaciones de la fosa también fue hallado por un testigo en octubre de 1993 –después
de haber sufrido un incendio forestal el paraje- otro objeto llamativo: “…a mi izquierda vi algo que brillaba entre
los matorrales, y me dijo el concejal, mira a ver qué es esto, una moneda
de veinte duros y un estuche y dentro una medalla con unas bolitas
semiderretidas, y en esta medalla había una cruz y TRES vírgenes y el Cristo en
medio,* llamé a la guardia civil a la policía judicial vinieron dos policías
y les hice entrega de todo el tema este. Que comentamos un poco por encima lo
que era eso, y lo que ellos me dijeron que en la descripción que habían dado
los padres de las chicas no habían dicho nada de esto, o sea que probablemente
no sería de ellas…”
* Es realmente "curioso" este detalle de la medalla, las TRES vírgenes. Además de curiosa, es escasa y rara esta iconografía que se detalla. (No he podido encontrar una medalla similar, para ilustrar estos hechos). ¿Podía contener algún simbolismo especial aquel extraño hallazgo?. El hecho de estar semiderretidos parece confirmar que estos objetos se encontraban allí -inmediaciones de la fosa- antes citado incendio forestal que desoló la zona .
* Es realmente "curioso" este detalle de la medalla, las TRES vírgenes. Además de curiosa, es escasa y rara esta iconografía que se detalla. (No he podido encontrar una medalla similar, para ilustrar estos hechos). ¿Podía contener algún simbolismo especial aquel extraño hallazgo?. El hecho de estar semiderretidos parece confirmar que estos objetos se encontraban allí -inmediaciones de la fosa- antes citado incendio forestal que desoló la zona .
Lo confirma el propio testigo que halla el estuche con la
medalla: "Que eso debía estar ahí antes del incendio. Ahí en el
93, en el verano del 93 hubo un incendio que venía de la zona de Buñol -
Alborache, casi Tous, esa zona se quemó toda, incluso hacia dentro del pueblo,
vino el incendio y no llegó a lo que es el pueblo. Uno de los
apicultores que encuentra a las niñas lo cita también: "...Que
después de encontrar a las muchachas hubo un incendio que destruyó la arbolada
..."
Incendio forestal en la "Sierra del Caballón" que
recoge la prensa, fechado el día 28/8/1993
Por cierto, este mismo testigo aporta unos detalles sumamente “inquietantes” sobre otros hallazgos macabros en
este mismo área "Que es un trozo de
metal fundido, son las 3 cosas que yo encontré ahí. Que esa cruz que acabo
de ver, en Catadau que yo sepa no ha tenido significación. Que en el
pueblo la existencia de la cruz y de estos símbolos al lado la fosa, no ha
extrañado. Que en la zona de Catadau, con síntomas de decapitación, lo
único que recuerdo así es un señor mayor que desapareció del pueblo, y apareció
meses después en un estado de esqueletización, y se comentó que las manos
estaban separadas y la cabeza también, eso fue bastante antes de ocurrir lo de
las niñas.
Precisamente relativo a la cruz de Caravaca, encontramos un pasaje
muy interesante en el libro:
Ya en el siglo XX un libro que tuvo mucha aceptación en Valencia fue el llamado de La cruz de Caravaca “Unico y verdadero
tesoro de milagros y oraciones de la SS Cruz de Caravaca”. Que según decía su
título era un verdadero tesoro de milagros y oraciones para curar todo tipo de
dolencias y para librarse de hechizos y encantamientos. Anónimo, constaba
editado en Roma, ciudad e imprenta falsas, para así despistar a las autoridades
eclesiásticas, ya que el libro no era en absoluto autorizado por la iglesia.
Existían remedios diversos, que había que repetir tres veces, y rezar tres
padres nuestros a la santísima trinidad. También
se incluían exorcismos y el modo de hacerlos expulsar a los demonios, los
espíritus inmundos y las potestades satánicas. De esta obra se imprimieron
varias ediciones, todas ellas secretas.
Dientes y muelas:
Entre los amuletos que servían para
alejar los malos espíritus o los sucesos nefastos se encontraban los
indispensables ajos, la inestimable ruda, sal, herraduras, cordones rojos,
cintas verdes, determinadas piedras…uno de los objetos más apreciados
eran los dientes y muelas, que arrancados a los reos ahorcados, les
parecían constituir unos amuletos poderosos.”
A las niñas de
Alcásser le faltan numerosos dientes que nunca fueron hallados en la fosa de La
Romana. Nunca aparecieron. En uno de los cadáveres de las niñas, son
localizadas en el cráneo dos extrañas piedras de color negro y rojizo,
algo que llamó particularmente la atención a los expertos de toxicología: "Al limpiar la muestra, aparecieron dos
piedras de aristas marcadas de 11 y 12 mm , una impactada en la
zona posterior de la fosa nasal izquierda, y otra en coanas. No encontramos
otras piedras de mayor o menor calibre, ni tan siquiera tierra, ni en el magma
de las fosas nasales que recubría a las anteriores, ni en cuencas orbitarias, por
lo que es difícil explicar cómo llegaron allí, ya que son demasiado grandes
como para haber atravesado la apertura piriforme y la zona media de las fosas
nasales sin romper los cornetes".
De estas dos
enigmáticas piedras ya hablamos en otras ocasiones, y en concreto destacamos su
particular “parecido” morfológico, con los denominados “jacintos” hematoideos –por
su color “sangre”- hallados por buscadores de minerales en montañas, cuevas y
oquedades de la zona de Real de Montroy.
Trozos de
prendas:
“También los trozos procedentes de prendas
de un ajusticiado, traídos del cementerio cercano a la calle de Transits
o del mismísimo barranco de Carraixet, según las épocas, se utilizaban para
realizar conjuros que evitaran las muertes violentas”.
Cuenta que los amuletos más codiciados estaban
relacionados con los ejecutados.
En torno a la horca, que estaba en el
Mercado Central, había siempre quien se dedicaba a coger cualquier prenda de
los ahorcados. También iba mucha gente al barranco del Carraixet, que era donde
estaba el cementerio de los ajusticiados. Allí, antes de enterrarlos, permanecían
colgados durante mucho tiempo, hasta que los huesos caían al suelo y la
gente se aprovechaba de ello. Creían que los restos de los ajusticiados
tenían poderes extraordinarios. Incluso en los años 30 del pasado siglo era
muy famosa la Tía Toneta, que afirmaba poseer el rosario de Manolet, el último
verdugo de Valencia, un amuleto muy requerido por las embarazadas para tener un
buen parto.
Como curiosidad en esta misma zona
se han realizado macabros hallazgos:
Una semana después de que unos
huesos humanos fueran encontrados en la playa valenciana de la Patacona, la
Policía Nacional halló el viernes en
una calle del distrito de Trànsits de
Valencia –Marqués de Montortal- un
corazón dentro de una especie de copa sobre un vehículo.
Sobre la utilización de prendas de
ahorcados en muchos grimorios y manuales de magia podemos citar la mano
de gloria, objeto espeluznante que aparece en muchos procesos por brujería.
El hechicero envolvía la mano del ajusticiado en un trozo de sudario, lo
estrujaba para escurrir la sangre que quedara y ponía a macerar el miembro en
un recipiente de barro con sal y salitre. Al cabo de dos semanas sacaba la mano
y la ponía al sol hasta que se cuarteaba o la secaba en un horno con verbena y
helechos. Según una antigua receta debía utilizarse la mano como candelabro
para sujetar velas fabricadas con la grasa de un hombre ahorcado, cera virgen y
ajonjolí. De hecho, por mediación de la mano de gloria se podía dejar inmóviles
a cuantos eran iluminados con su luz. El empleo de miembros u objetos que
pertenecieron a personas sentenciadas a muerte, se convirtió en algo muy
común para las practicas de hechicería, tanto, que incluso buscaban en
los lugares más insospechados.
El padre de una
de las niñas de Alcásser cita lo siguiente:
“…A mi hija le falta una mano, una mano que no
se encuentra en ningún sitio; no está. Algunas personas entendidas me han
dicho que al final de la orgía, los más fetichistas desembolsan una suma de
dinero y se llevan una parte del cuerpo. La mano de mi hija está en
el cajón de alguien, que la tiene de trofeo…”
El cuerpo
hallado en una tubería próxima a Turís, atribuído a una de las víctimas del
Caso Macastre –cadáver que nunca fue reconocido por los familiares como tal- estaba
mutilado con una sierra mecánica –faltaba un pie, y una mano, además de tener
el rostro totalmente desfigurado-. El pie se correspondía con el hallado posteriormente
en la calle “Alcácer de Valencia” pero la mano nunca fue encontrada.
Hierbas o plantas empleadas para
todo tipo de rituales:
El
enfermo diabólico debía tomar un vomitivo, o sea, altramuz, betonia, beleño
y puerro.
La mandrágora: es un planta altamente
venenosa y que desde antiguo fue utilizada como especie medicinal. Pero sobre
ella se crearon fabulosos mitos y supersticiones que fueron introducidos en
Europa desde tierras orientales. Fue en la edad media cuando alcanzó gran
difusión e importancia en el mundo mágico, ya que se le atribuían ciertas
virtudes relacionadas con el entorno de la brujería. Algunos también la llaman
mano de gloria a la raíz de la mandrágora por esta forma considerada vagamente
humana o antropidea. Al ser una planta netamente mediterránea, se utilizó en
la zona valenciana para las practicas de hechicería. La mandrágora se
utilizaba tanto como ungüento de brujas, como para darnos buena suerte.
La ruda: era utilizada para quitar el mal de ojo. Se le ha considerado planta
mágica, para elaborar filtros o procesos mágicos, atribuyéndole efectos
alucinógenos utilizados como defensa contra hechizos y trabajos maléficos. En
zonas valencianas próximas a Aragón se la venera por tradición.
La sal: su empleo en las prácticas mágicas
es antiquísimo –sacrificios paganos-. También se utilizaba en rituales
dibujando un círculo con ella alrededor de quien se quisiera proteger del
demonio. El llamado círculo mágico.
En ocasiones a estos preparados se les
añadían otras plantas como la adormidera o cascall, beleño o plantatge,
la harina de liñaza o llinós, todo formaba parte esencial de cataplasmas y
emplastos.
El consumo o la
utilización con algún extraño fin del Beleño -como veremos en futuras entradas-
fue relacionado y atribuído a un consumo tóxico con fatales consecuencias, en
el caso “Macastre” dónde tres adolescentes son hallados muertos en extrañas
circunstancias.
Velas o cirios
Pero el objeto por excelencia que no podía
faltar en toda invocación benéfica o maléfica, era la figura de la cera,
aquella que se tenía que moldear con los restos de cirios que habían servido
para un funeral.
En las costumbres funerarias era constante
el empleo de luminarias y velas que se encendían en la tumba. Las velas
estarían presentes en todo ritual fuera religioso o mágico. La tradición
supersticiosa decía que la luz que desprende una lámpara iluminaba las
tinieblas alejando los espíritus…
Hasta tiempos recientes, en muchos lugares
de la costa mediterránea y también de su interior, todavía era costumbre decir
los responsos de a muerte para maleficiar. La ceremonia era llevada a cabo por
una mujer con poderes o conocimientos de hechicería. Se quemaba una vela con la
cabeza hacia abajo, salmodiando la fórmula mágica.
Caso Alcásser: MUESTRA 17 F . Cabo
de vela con mecha quemada, situado a unos 2 o 3 metros al borde de la
fosa por su parte próxima al camino. MUESTRA
2-H: Restos de cera derretida,
recogidos en el camino, a unos 300 metros de la fosa, en dirección a la
caseta.
Caso Macastre:
hallazgo cadáver de Valeriano: “El cuerpo
de Valeriano está en un terraplén, con la cabeza dirigida hacia la caseta. Como
si estuviera escondido, vigilando la caseta. El cuerpo estaba encima de un plástico.
También se encuentra una vela al lado del cuerpo sin usar
Adivinación:
El arte de adivinar el futuro, el mundo de
los videntes, la realización de magia blanca o la actuación de una medium para
contactar con personas fallecidas estuvieron presentes desde muy antiguo en las
sociedad valenciana, formando parte de la superstición popular tan
característica de la zona, muy especialmente entre las gentes de interior.
Algunos astrólogos gozaban de popularidad y
honradez, por lo que sus pronósticos eran admitidos como solución a consultas
de ciertos problemas. El caso de una niña desaparecida en junio de 1632.
La niña vivía en la calle Bolsería y desapareció de su casa. Sus padres
afligidos y cansados de buscarla, acudieron a un astrólogo conocido que
tras preguntarle por el nacimiento de la pequeña, respondió que buscaran en un
pozo, porque según la figura y la hora de la interrogación así lo señalaba. La
encontraron. La noticia inserta en un antiguo dietario, no indica si viva o
muerta.
En Valencia aunque sus prácticas estaban
prohibidas y perseguidas de forma alterna según la época siempre existió
quienes se dedicaron a estas actividades…la más perseguida era la demoníaca
porque se hacía con el auxilio del diablo, invocado expresa o tácitamente con
el fin de saber las cosas ocultas.
Otros métodos de adivinación eran la
nigromancia, la que adivina los casos futuros por sombras o locuciones fingidas
de los muertos.
La nigromancia es una rama de la magia, considerada generalmente negra, que consiste en la adivinación mediante la consulta de las
vísceras de los muertos y la invocación de sus espíritus, requiriendo según sea
el caso del contacto con sus cadáveres o posesiones.
La
nigromancia es la disciplina o rama de la adivinación que se dedica al
vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus. Es una práctica
antigua común a la tradición mística o sobrenatural de varias culturas, entre
ellas la egipcia, mesopotámica, persa, etc. Se
ejercita aún en la actualidad, en donde se busca responder preguntas
mediante la intervención de un espíritu. Este es un ejemplo de nigromancia
moderna.
La cábala: el cálculo supersticioso de la cábala fue
utilizado para adivinar las cosas, sobre todo en materia de suertes, aplicando los
números que constituyen, según dicen, el mundo invisible como modelo de lo
visible. En Valencia la práctica cabalística fue difundida por la población
judía que existía en Valencia desde antes del siglo VIII. A partir de 1530 el
judaísmo tuvo una presencia mínima en Valencia y la desintegración de su
cultura fue casi total. Pese a todos estos inconvenientes los judíos que
permanecieron en la ciudad resistieron y nunca renunciaron a sus creencias.
Siguieron ejerciendo secretamente el judaísmo con sus prácticas religiosas. La
cábala estuvo muy presente en la sociedad valenciana hasta casi finales del
siglo XIX.
En algunos rituales –sanación- y en la
composición de algunas oraciones se advertía el número tres o sus
múltiplos, claros signos cabalísticos que tenían por ello virtudes mágicas.
La numerología
está presente muy presente también en el caso Alcásser y Macastre por igual:
tres son las víctimas, tres años distan entre ambos casos, y tienen el mismo
rango de edad. La fecha de la desaparición de las tres niñas también es muy
peculiar y especialmente señalada: Viernes 13. No menos curioso es el hallazgo
del pie procedente de la joven hallada mutilada en Turís, en la calle Alcácer de Valencia, el 27 de
enero de 1989. Que viene a ser como una especie de extraña “coincidencia imposible”
y premonitoria, al señalar en el calendario la fecha exacta del hallazgo -cuatro
años después-, de las tres niñas –originarias de la misma población que da
nombre a la calle-, en la fosa de la Romana.
La época de máximo esplendor en la práctica
de la magia ritual corresponde al periodo que va entre 1480 y 1680 años en que
se editaron muchas obras clásicas de magia. Circulaban por ciudades y pequeñas
poblaciones, copiadas a mano en secreto ante el evidente peligro que tenía la
posesión de este tipo de tratados. El empleo de este tipo de libros estuvo
reducido siempre a los ámbitos cultos y eclesiásticos ya que las clases
populares no sabían leer.
Con la llegada del modernismo las prácticas
mágicas adivinatorias se pusieron de moda y su popularidad fue en aumento. Ya
en el siglo XIX los editores valencianos apostaron por obras de este tipo se
vendían ante la aceptación general…
La inquisición/el santo oficio
San Pedro Mártir, de la orden de
Predicadores, inquisidor de origen italiano
que vivió en el siglo XIII, se convirtió en un acérrimo enemigo de los
herejes y los nigrománticos practicantes, por su confuso caos de pecados, sus
diabólicos errores y abominables torpezas. Grande fue la devoción en Valencia
hacia este santo, cuyo reflejo fue la creación de una cofradía en su nombre,
llamada de los Cruzesignados del Santo Oficio de la Inquisición en Valencia,
tristemente recordada por su directa relación en todo proceso inquisitorial.
Tenía sede en el convento de Predicadores. La cofradía llegó a ser tan numerosa
que tuvo que limitarse el número de sus integrantes a cien hombres y otras
tantas mujeres. Su divisa fue el propio escudo de la inquisición (ver
fotografías).
Escudo de la Inquisición. A ambos lados de la cruz, la espada simboliza
el trato a los herejes y la rama de olivo la reconciliación con los
arrepentidos. Rodea el escudo la leyenda «EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM»,
que en latín significa Álzate, oh Dios, a defender tu causa
Sus miembros estaban presentes en los autos
de fe, que se celebraron en la ciudad. Incluso asistían a los reos durante el
encarcelamiento, interrogatorio, tortura, hasta su absolución o ejecución. (Los
reos eran conducidos a cárceles secretas de la Inquisición próximas a la
iglesia de Sant LLorenc, la casa de la Penitencia, junto al portal de la
Trinidad. Una vez allí los reos eran sometidos a un corto o largo
interrogatorio, en ocasiones tan dilatado y cruel que a veces los reos acababan
allí sus vidas.
En una de ellas, la calle Navellos, se
encontraba el antiguo Palacio del Santo Oficio, donde se llevaban a cabo las
torturas que arrancaban una confesión de los labios de los reos tras horas
de tormentos. La Inquisición valenciana, punta de lanza del Santo Oficio en
España, aplicaba torturas como la garrucha (una polea de la que se colgaba
al reo por las manos y que producía dislocación de brazos y piernas), la toca
(un trapo que se metía en la boca del reo mientras se le obligaba a tragar agua
para producirle sensación de ahogo), el potro (donde se le presionaban los
miembros) y el guante de hierro (que se ponía en la mano del reo y se
presionaba lentamente).
Autos de fé: Se organizaba una procesión
formada por clérigos y monjes, que portaban cirios encendidos y encabezada por
una cruz envuelta en un paño negro. Si uno de los reos era absuelto los dibujos del sanbenito eran llamas apuntando hacia
abajo y en ambas manos sostendría un rosario y una vela.
Si la sentencia era de muerte, e iba a ser
quemado, estos símbolos se convertían en demonios, la cabeza de Jano y lamas
encendidas. Si previamente una de estas personas había muerto en las cárceles
secretas, salía en su lugar una estatua a la que tenían que ejecutar
irremediablemente para así pagar su mal. Conservaban sus huesos que iban
puestos en dicha estatua, junto a otras insignias del condenado. Una comitiva
aterradora.
Causas instruídas por el tribunal de
Valencia: De 1540 a
1700 hubo 337 procesados por este motivo –hechicería-, cuantía sensiblemente
superior a otros lugares de la península. Entre los siglos XV y XIX, Valencia
se convirtió en punta de lanza de la Inquisición en España. El tribunal del
Santo Oficio en la ciudad era uno de los más sangrientos. Se ejecutó a 60
acusados de sodomitas, a 13 a
los que se les imputaban actos de zoofilia y a unos 1.000 judíos en apenas 50
años. Hubo 337 procesamientos por brujería. Cientos de años después, las
huellas de los inquisidores siguen presentes en las calles del centro.
Las torturas
también estuvieron muy presentes en los distintos casos existentes en Valencia:
Las niñas de Alcásser
fueron sometidas a todo tipo de torturas, a cada cual más espantosa. Permanecieron
“cautivas”, por lo que, pudieron prolongarse en el tiempo, además de requerir de
un instrumental adecuado para cometer tales aberraciones. Así se desprende de
las palabras del padre de una de las niñas:
“…Pero es que en la mano que le queda, las
uñas se las han arrancado, y para arrancarle las uñas a una mano hace falta
un instrumento; no se puede hacer con cualquier objeto. Pienso que eso
no es obra de Anglés y Ricart, no es obra de unos, como nos han contado, que
llegan, cogen a las niñas, las llevan a un huerto, las violan repetidas veces y
las matan. No. Las lesiones se han producido con un ensañamiento, un
regocijo... y unos materiales, instrumentos determinados que no se llevan
en el coche. Las niñas fueron empaladas vivas, así lo demuestran las
dilataciones de hasta siete centímetros en sus anos y vaginas. Y les
arrancaron los pezones con tenazas.
P. ¿Cuánto tiempo cree que duró el martirio?
R. Quizás seis, siete, ocho o nueve días.
Así lo cree el profesor [Luis] Frontela [catedrático de Medicina de la
Universidad de Sevilla, que realizó un análisis pericial de los cadáveres a
petición de Fernando García]. Tienen cicatrices en las muñecas... y
sabemos que una herida no puede cicatrizar en un cuerpo muerto. Cicatrizaron
porque estaban vivas…”
Esta misma cicatrización
es igualmente observada en el pie
hallado en la calle Alcácer de Valencia, que pertenecía a la joven hallada en
la tubería de Turís. Según los análisis practicados, el pie con la pantorrilla –cinco
a siete cm por encima del tobillo- le fue amputado “perimortem” es decir “próxima
a la muerte pero con vida” dado que existía esa cicatrización. Algo realmente
atroz, desconcertante. Dirigido a infligir el mayor daño y dolor posible a la víctima
-apenas una adolescente-. Aquí se vuelve a poner en evidencia la necesidad de
un instrumental concreto, y de un lugar o base, dónde llevar a cabo todas estas
torturas aberrantes.
Muchos de estos métodos los podemos observar en el extenso y cruento cátalogo de torturas y barbaridades ejecutadas por los verdugos del
tribunal de la Santa Inquisición:
Espiritismo:
A mediados del siglo XIX procedente de Francia proliferaba el
espiritismo y su práctica realizada en mesas que giraban a voluntad de las almas
que acudían a la llamada de los ejecutantes.
Es por entonces cuando vemos la presencia en
la ciudad de Valencia de una extensa colonia de mujeres llamadas sonámbulas que
ejercían funciones de adivinadoras y curanderas. Contaban con una numerosa
clientela, femenina en su gran mayoría, gente trabajadora, llana y sencilla,
entre la que se encontraba un gran número de personas que acudían procedentes
de la huerta. “…desarrollaban sus prácticas en pequeñas viviendas…estas sonámbulas
ejercían de medium, para comunicarse con los espíritus de las personas
fallecidas. También ofrecían la liberación del mal de ojo.
A finales del XVIII y principios del XIX se
publicaron en Valencia muchos libros dedicados al espiritismo en los que se explicaba
cómo invocar a los muertos. Esta creencia tuvo muchos practicantes y seguidores
en la ciudad, de hecho he localizado varios anuncios de sesiones de espiritismo
en la calle Ribera y alrededor de la Estación del Norte (detalla el autor del libro)
Y es que en los últimos años han proliferado
médiums debido al incremento de consultas y consultantes. Se ha producido este
aumento por la incorporación de emigrantes a la población valenciana sobre todo
africanos y sudamericanos personas fieles a la tradición supersticiosa de sus países
de origen.
En la Valencia,
del año 1992, no parecía necesaria ninguna incorporación foránea para que ya
existiera de por sí un enorme tejido o circuito dedicado al ocultismo. Como
hemos visto en el caso Alcásser, durante el periodo en que las pequeñas se
encontraban desaparecidas, fueron
innumerables los testimonios y llamadas de videntes, mediums y adivinadores a las autoridades, para indicar el
posible paradero o desenlace que podían haber sufrido las menores. Y si
repasamos esos testimonios, observaremos que en algunos casos, estuvieron muy cerca
de acertar en sus pronósticos.
Ojalá sea este
el año, 25 años después de su desaparición, dónde se
consiga estar un poco más cerca de la verdad. Una verdad que a día de hoy, permanece “oculta”.
“…Llegado el momento de irnos, nos damos cuenta de que nada de lo
conseguido durante la vida podrá ser llevado para el próximo viaje. Con las
manos de nuevo vacías, como cuando venimos…”