Carretera al infierno (I)

 

“La base de un asesino en serie es... que no llama la atención... si lo hiciese lo arrestarían enseguida. Precisamente por ser tan normal, puede seguir haciendo las cosas que hizo durante tanto tiempo”
Gerard Chemla -abogado- El caso Fourniret. Los Ogros de las Árdenas (Netflix)

El coche blanco de cuatro puertas, con las tres niñas dentro y cuatro personas más en su interior, abandona tranquilamente y sin acelerones la calle Pare Guaita de Picassent, y según la testigo, enfila la carretera en dirección a Venta Cabrera. Un coche repleto de gente, demasiada gente. Dos adelante, y cinco atrás.

Un detalle importante.

Cuando el vehículo blanco de cuatro puertas, se detiene a la altura de las tres crías para recogerlas, dos individuos van en la parte delantera y otros dos en la trasera, según lo descrito por la testigo. Un avistamiento factible, corroborado por la única reconstrucción policial de todo el caso. Un testimonio que paradójicamente contradice a la versión oficial -la del coche blanco de dos puertas de Miguel Ricart-.

Si tenemos en cuenta este dato, al menos una de las tres crías que sube a ese coche, tuvo que montar sobre las piernas de uno de los dos individuos que ya estaban sentados en la parte trasera del vehículo, dada la disposición más lógica de esas cinco personas en ese habitáculo posterior del vehículo (2 que ya están + 3 que se incorporan). Además lo hicieron sin pensarlo demasiado según nos relató la testigo de mayor edad. ¿Es posible que conocieran a alguno de los individuos que iban en aquel coche blanco?. Todos estos detalles, parecen señalar en esa dirección: confianza, conocimiento, amistad.

*El antropólogo Reverte cita tres hombres, pero la testigo, ve llegar a cuatro individuos en el interior del vehículo, dos adelante y dos en la parte de atrás. 

Algo que no parece coincidir con el perfil de los autores oficiales de los hechos. Dos delincuentes comunes, conocidos en la comarca por traficar con drogas y cometer robos o atracos. Lo que hubiera implicado: desconfianza, recelo y precaución por parte de las víctimas.

Por lo tanto, un coche del mismo color pero muy distinto al Opel corsa blanco de Miguel Ricart,  cargado hasta los topes, con siete personas -las tres niñas de Alcásser y otros cuatro sujetos desconocidos-, transitó esa tarde-noche de autos, por la carretera maldita, hacia un lugar indeterminado.

Un lugar que a día de hoy no conocemos. De hecho, sólo hay dos cosas seguras en este caso. Las tres niñas desaparecen al salir de sus domicilios en Alcásser -posiblemente en Picassent- y sus cuerpos aparecen destrozados 75 días despúes en el paraje de La Romana-Llombay. Pero ¿dónde estuvieron las niñas y sus verdugos en ese intervalo entre la desaparición y el hallazgo de sus cadáveres?. Esta es la pregunta del millón, y la clave de todas las claves. El lugar intermedio. La base. La vivienda o lugar bajo techo, donde son mantenidas cautivas, y donde se perpetran todas esa ingente cadena de aberraciones en forma de torturas sádicas & agresiones sexuales. El lugar en medio de ese periplo de casi 40 kilómetros que separan ambos puntos.

Si partimos de la base, de que un coche tan sobrecargado, no es el medio más eficaz, ni la forma más discreta, de llevar a cabo un secuestro y asesinato de tres menores, podemos intuir que el destino inmediato, tras ser recogidas en Picassent, no debía, ni podía, estar demasiado lejos de esta localidad.

Lo contrario hubiera supuesto innumerables riesgos para los secuestradores de las tres menores. Desde ser parados por una patrulla policial ante la comisión de una infracción de tráfico -sobrecarga vehículo por exceso de ocupantes- hasta haber llamado la atención de cualquier conductor, o vecino del lugar, por el hecho de avistar un vehículo tan atiborrado de gente -de hecho es precisamente esto mismo, lo que llama poderosamente la atención de la testigo de mayor edad.- Además existe un mayor riesgo de sufrir una avería, pinchazo, o cualquier suceso imprevisto, que desbarataría por completo los planes de los captores y agresores.

El delincuente siempre tiende a “asegurar” la acción criminal, minimizando riesgos, para llevarla a cabo con éxito. Transita por lugares conocidos, con vías de escape alternativas, que le permitan reaccionar ante cualquier situación inesperada que se cruce en su camino. Más si cabe, ante un hecho criminal de la envergadura que nos ocupa y con tres víctimas a las que asegurar/controlar.

Todo esto nos habla de que esa tarde, el destino tenía que ser relativamente cercano. Al menos, no demasiado lejos de Picassent. Fuera un rapto o fuera un engaño/trampa. De hecho las crías tenían horarios muy estrictos, especialmente dos de ellas. No había por lo tanto, demasiado margen de maniobra esa tarde noche, para grandes desplazamientos de ida y vuelta, ni para aventuras “inciertas”. Tenía que ser algo apetecible, y a la vez relativamente cercano. Accesible. Realizable.

Sabemos o intuimos, que el coche blanco se esfuma con las tres crías en dirección a lo que denominaremos el “escenario intermedio”. Una guarida. Un lugar seguro. Un refugio “bajo cubierta”. Un sitio aislado pero con una pista de acceso en buenas condiciones. Un lugar donde los agresores tuvieron la oportunidad, el tiempo necesario, y la seguridad suficiente para ejecutar el hecho criminal. Uno de los crímenes más elaborados y truculentos de la historia criminal española y europea. Ahí es nada.

Una carretera al infierno, plagada de sucesos inexplicables.

Una ruta maldita con “accidentes” inexplicables en tramos rectos con buena visibilidad -atropello mortal (¿accidental o intencionado?) por parte de un todo terreno no identificado, de los dos miembros de la patrulla motorizada de protección civil que participaba en el rastreo y localización de las menores desaparecidas, justo cuando se disponían a inspeccionar los barrancos de Picassent, un lugar especialmente propicio y sensible por la cantidad de hallazgos de cadáveres realizados en esta zona-.

Siempre nos sobrevolará esa pregunta ¿Quería alguien evitar a toda costa que esa zona fuera rastreada por alguna razón de peso? Para que esto fuera así, tenían que conocer los movimientos de los motoristas esa tarde o sino disponer de información de “dentro” del operativo (en este caso existen una serie de llamadas “maliciosas” a las familias, absolutamente crueles e impresentables, que son dignas de estudio, especialmente por algunos de los sujetos emisarios por estos actos, identificados tras ser pinchada la línea telefónica de destino). Todo en este caso es tremendamente extraño y repleto de sorpresas.

Aunque también podemos plantear la pregunta de otra forma más rotunda ¿Es posible que el primer enterramiento de las tres niñas citado por el Dr. Frontela, se situase en esa amplia zona o zonas limítrofes susceptibles de ser rastreadas?.

Un primer enterramiento realizado por los verdugos, en el área lindante con Picassent o municipios adyacentes, tendría cierta lógica. ¿Porqué?. Por la presión ejercida durante la búsqueda de las niñas los primeros días. Especialmente el padre de una de las niñas, que ante una serie de informaciones que recibe, dirige sus pesquisas hacia esta zona concreta, dedicándose a verificar varios chalets de una urbanización situada a la salida del pueblo de Picassent, -curiosamente situada en el margen derecho de la carretera que va a Venta Cabrera-. Una búsqueda incesante e intensa que se salta todos los protocolos y leyes existentes en la época. En ese refugio inexpugnable de los agresores, tuvieron que encenderse todas las alarmas.

En definitiva:

¿Es posible que ante esta búsqueda desesperada y sin control por parte del padre de una de las niñas y ante la posibilidad cierta de ser registrado su base o refugio los agresores optasen por deshacerse de los cuerpos de las tres niñas, enterrándolas en un lugar relativamente cercano a esa base, para evitar desplazamientos a mayor distancia, minimizando así los riesgos de ser detectados?.

Es una hipótesis. Pero es interesante ponerla sobre la mesa. Porque sabemos que algo grave tuvo que suceder, para precipitar el primer enterramiento de las crías, en un lugar -nunca localizado- , para posteriormente -con mayor calma y precisión- planificar un lugar seguro donde enterrar definitivamente los tres cuerpos. Un plan B que incluiría amañar la escena del crimen para dirigir a los investigadores en una única dirección. Catarroja. Familia Anglés. Delincuencia de baja estofa. Hampa.

Curiosamente en esta misma carretera y muy cerca de esa urbanización que levantó las sospechas del padre de una de las víctimas, las tres niñas fueron vistas por una testigo, poco tiempo después de desaparecer. Un testimonio que nos deja perplejos, y que apenas ha tenido trascendencia. Testimonios desechados o silenciados, porque no encajaban en la línea oficial. Es decir, los testimonios que más nos interesan para construir una hipótesis alternativa, a esa línea única de investigación, línea de investigación oficial, que como ya sabemos, conduce a un callejón sin salida. A un bucle infinito repleto de interrogantes, donde es imposible avanzar.

Se trata de una diligencia que figura en el sumario del Caso Alcásser, y que viene a ser una transcripción de la declaración original -la cual no figura en el sumario publicado en internet-. Una transcripción que se nos antoja “demasiado escasa e inconcreta” dada la repercusión que podría tener lo que cita la testigo. Sería por lo tanto, de gran ayuda, cotejar la declaración íntegra y firmada por la vecina de Picassent, la cual debería contener más detalles de interés. Dado que según manifestó esta testigo al instructor, no sólo avistó a las tres niñas, sino que llegó incluso a entablar conversación con ellas. ¿Qué hacían allí las crías? Porqué se encontraban en ese punto de la carretera.

 Mapa carretera CV-415, antigua carretera VP-3065, con indicación del lugar aproximado del atropello de los  voluntarios de protección civil -icono coche- y del lugar aproximado, donde la testigo avistó a las tres niñas de   Alcásser -icono rosa testigo-. 

La testigo va a declarar al cuartel a las 17'30 horas. En la manifestación se cita un punto kilométrico exacto* donde supuestamente ve y habla con las tres niñas la madrugada anterior. Y aquí empieza lo curioso de este asunto. Apenas una hora después de prestar esa declaración, los dos voluntarios de Protección Civil que se disponían a rastrear los barrancos de Picassent, son atropellados mortalmente. Y por si fuera poco, este extraño “accidente” sucede a escasos dos kilómetros del lugar que la testigo describe en su declaración, como la ubicación donde se encuentra con las tres menores desaparecidas. Sucesos inexplicables, que se suceden a lo largo del tramo de carretera que comprende Picassent hasta el lugar de Venta Cabrera.

*la ubicación exacta del punto kilométrico puede ser una acotación o apunte del instructor de la diligencia ya que los cuarteles y comisarías, por entonces, contaban con planos de detalle y relaciones de los puntos kilométricos de las carreteras sitas en cada demarcación territorial/policial.

No serían las únicas, ni las últimas sorpresas por descubrir.

Recientemente en las inmediaciones de otra urbanización, muy cerca de donde se produjo el citado atropellado a los voluntarios de protección civil, en un ramal de esa carretera maldita a Venta Cabrera, y más concretamente en una pista forestal, se realizó un macabro hallazgo, que nos retrotrae de nuevo treinta años atrás.

Por lo tanto en la misma zona de los tres avistamientos, treinta años después aparecen restos de al menos tres cadáveres desconocidos. Por si fuera poco esos restos cadavéricos son datados en la misma época de los crímenes de Alcásser y Macastre. Espeluznante. ¿Que sucedía en esta zona de la provincia de Valencia, para tener tanta actividad extraña y para concatenarse esta serie de sucesos tan trágicos e inexplicables?

 Mapa carretera CV-415, antigua carretera VP-3065, con ubicación aproximada del lugar del hallazgo de los restos cadavéricos -icono huesos- de al menos tres personas. Restos datados en los años 90.

"El macabro hallazgo tuvo lugar el pasado 25 de abril en un pinar cerca de la urbanización de l'Alteró de Mompoi y a escasos metros de la carretera CV-415 (Silla-Alborache).

Los restos óseos, entre los que se encuentran dos cráneos y tres fémures de diferente tamaño, estaban enterrados a poca profundidad junto a un sendero y pertenecen a tres personas, al menos, según los primeros análisis.

Tras un primer examen de los restos óseos en el lugar del hallazgo, el forense de guardia estimó que podrían tener una antigüedad de unos 30 años. También determinó que pertenecen a tres personas, al menos, ya que el tamaño de cada fémur corresponde a una edad diferente, sin descartar la posibilidad de un cuarto individuo.  (Las Provincias)

Tenemos por lo tanto otra tríada de cadáveres enterrados en esta área “sensible” o “proclive” a este tipo de hallazgos horribles. Un mismo número de víctimas. Casos grupales. Escenarios dispares pero encardinados en la misma zona (La Romana-Llombay, Fuente Cuerna-Macastre, Montortal- Alcudia de Carlet). ¿Puede existir algún tipo de relación en todos estos casos o se trata de una casualidad espacio temporal?.

Enterramientos. Tierras de colores. Piernas amputadas en vida.

¿Es posible conocer por las tierras adheridas a su cuerpo, donde estuvo una víctima con vida, en el momento de ser torturada y ejecutada?. La respuesta es sí. Los edafólogos, estudian los suelos y la composición de esas tierras.

En el caso de la cría mutilada hallada en el interior de la tubería -acequia canalizada- de Turís, conocemos detalles por la prensa, que nos hablan de la presencia de tierras rojizas en el pie serrado una joven no identificada, todavía en vida y depositado por el “mutilador” o sus secuaces, en la calle Alcácer de Valencia.

Pero si buscamos más a fondo, nos encontramos que las tierra rojizas que citaba la prensa -que nos podrían hablar perfectamente de zonas como Montroy- en realidad se trataban de tierras rosáceas. Algo corroborado por el informe de la autopsia. Con lo cual, lógicamente tomamos esta última fuente como las más fiable.

Y por supuesto, esta pista es tremendamente interesante, y curiosa. Porque nos habla del paraje o terreno donde estuvo la joven cautiva, en el momento en que fue mutilada por unos sádicos especialmente diabólicos -la mutilaron todavía con vida-. Es decir antes de que introdujeran sus restos desmembrados y con indicios de brutales torturas, en la tubería acequia de Turís, y también previamente al traslado de la pantorrilla amputada, para ser depositada, a modo de mensaje o advertencia a alguien indeterminado, en la calle Alcácer de Valencia.

Esas tierras rosáceas, parecen además más difíciles de rastrear o localizar, por lo que tendrían un gran valor identificativo, para determinar esa ubicación. Un lugar intermedio, a día de hoy desconocido, como en la mayoría de los casos sin resolver de la comarca. 

Hay un dato interesante, en la misma zona “sensible” donde suceden tantas cosas extrañas, en la confluencia de la carretera de Venta cabrera-Torrent, es decir en el tramo final-parcial de esa carretera que sale de Picassent -la misma que la testigo dice que enfila el coche blanco cargado con las tres niñas y cuatro individuos- existe un topónimo verdaderamente curioso. Monte Rosado (Mont-Rosat).

Confluencia de la carretera CV-415 antigua VP-3065 -la carretera maldita que parte de Picassent- con la CV-405 que lleva a Torrente. 

    Llamativo el hecho de que la vidente visualice a las niñas en esta misma zona, en un chalet de piedra     de roca, y además citando que una de las crías tenía el periodo, algo que las autopsias confirmarían        meses después. 

Si retomamos las tierras rosáceas y Monte Rosado, ¿qué nos dice este último nombre, y que nos dice la toponimía al respecto?:

"Los topónimos usualmente derivan de términos que tienen que ver con la forma o la apariencia física del paisaje donde se sitúa el referente de los topónimos".

Por ejemplo Montroy -mont roig/ montaña roja- debido a la existencia de este tipo de tierras con ese color en la zona (del mozárabe ‘mont roi’, es decir ‘monte rojo’ debido a la coloración rojiza de la montaña donde se asienta la torre)

¿Es “Monte Rosado” una ubicación interesante desde el punto de vista criminologíco en este caso?

Sin duda, pero al igual que Montroy o las zonas de la Horta Sud susceptibles de contener estas tierras tan curiosas e “identificativas”. De hecho ambas tierras rojizas y rosadas parecen tener un origen común. Al parecer, las tierras rosadas, son fruto de combinaciones donde también están presentes las rojas.

"Terra rosa o tierra roja(del italiano:terra rossa) es un tipo de suelo arcilloso de color rojo producido por la meteorización de las margas y el lavado o lixividiación del carbonato cálcico que contiene este tipo de roca. Las margas son rocas que contienen una mezcla en distintas proporciones de arcilla y caliza. La arcilla es de color rojo por los óxidos que contiene, mientras que la roca caliza, que está formada por carbonato cálcico (con fórmula CaCO3), es de color blanco, de manera que la combinación de las dos rocas da un tono rosado. Las combinaciones de las dos rocas con muchos otros minerales, así como el efecto de la meteorización y erosión producida por la humedad y las lluvias, suele descomponer esas rocas en sus dos componentes originales (arcilla y caliza) que se habían mezclado previamente (en épocas pasadas) como sedimentos arrastrados por los ríos."

Tierras de “color” que debemos recordar, también fueron halladas en los cuerpos de las tres niñas de Alcásser. El propio padre de una de las crías así lo refirió en una ocasión, citando además que esas tierras rojas halladas en los cuerpos, no eran propias de la morfología del terreno de la Romana, y sí de otro lugar dónde fueron enterradas con anterioridad. Es decir el primer enterramiento.

“Por las tierras rojas que se encuentran pegadas a los cuerpos de las niñas, es más factible que las trajeran de otro enterramiento, a enterrarlas aquí -refiriéndose al lugar de La Romana-. (Fernando García padre de Mirian)

Por lo tanto nos planteamos lo siguiente:

¿Estuvieron ambos grupos de víctimas -joven hallada en Turís y las tres niñas de Alcásser- en una misma ubicación antes de ser diseminados sus cadáveres alrededor de la comarca?

¿Pudieron ser enterradas las tres niñas de Alcásser por primera vez -debido a la presión existente en la búsqueda-, en una ubicación con tierras rojizas/rosadas cercana a Picassent o ayuntamientos lindantes?

De haber existido ese primer enterramiento -algo que el propio Dr. Frontela corrobora- sería muy factible apuntar a esta zona intermedia. Un lugar que a su vez estaría situado cerca de la base o refugio de los captores, al objeto de minimizar riesgos en el traslado y enterramiento de los cuerpos. 

En el blog llevamos tiempo trabajando en la hipótesis de que distintos grupos de víctimas en la zona sur de Valencia pudieron estar cautivas y encerradas -durante un periodo de tiempo variable- en una misma ubicación. Una vivienda o lugar seguro, donde serían trasladas las víctimas, y donde serían sometidas a tortura, abuso y ejecución, antes de ser desplazadas/enterradas definitivamente en distintos puntos de la comarca?. A su vez esta teoría, podría apuntalar la idea de que muchas de estas jóvenes pudieron ser víctimas de un mismo grupo de sujetos, el cual actuaba de forma sistemática en la zona y que explicaría la sucesión de casos sin resolver existente en esta comarca, debido a algún tipo de actividad “serial”.

Si nos fijamos bien en el siguiente mapa, podemos observar una composición provisional, que hemos generado con datos reales. Abran bien los ojos, porque este mapa nos está contando una historia que ha pasado desapercibida para la mayoría de los investigadores del caso. En esta zona de la provincia de Valencia, se observan unas dinámicas extrañas, unos desplazamientos de las víctimas que además de llamativos podrían ser indicadores de altísimo interés. Desaparición y hallazgo del cuerpo. A un extremo y al otro. En medio de esos intervalos e itinerarios criminales, es muy factible que se sitúe nuestro buscado “escenario intermedio”, indeterminado pero como vemos, cada vez más acotado.

 Mapa donde ser observan dinámicas y desplazamientos de las víctimas en la comarca sur de Valencia (LOCDA). 

Leyenda del mapa:

1- Caso Alcásser. Lugar desaparición: Alcásser-Picassent. Fecha: Viernes 13 noviembre 1.992. Desaparición grupal de tres adolescentes.

+++ Hallazgo tres cuerpos, paraje de La Romana-LLombay-Tous. Fecha: 27 de enero de 1,993. 75 días desaparecidas.

2- Caso Francisca Iborra. Lugar desaparición: Alcásser. Fecha : Viernes 11 de abril de 1.997   Hallazgo de su cadáver. Lugar/paraje: Azud de Carcaixent -acequia- Sumacárcer -ayuntamiento lindante con Tous-. Fecha: 18 de abril de 1.997 El cadáver es hallado maniatado y con una bolsa en la cabeza flotando en el agua, en un lugar de escasa profundidad. 7 días desaparecida.

3- Caso Macastre. Lugar desaparición: Catadau/Montroy. Fecha: Domingo 15 de enero de 1.989. Desaparición grupal de tres adolescentes. 

++ Hallazgo de dos de los cadáveres de los jóvenes desaparecidos. Lugar: Fuente Cuerna-Macastre. Fechas: 19 de enero de 1989 (Rosario) y 6 de abril de 1989 (Valeriano).  Autopsias blancas, causa de la muertes indeterminada. Extraños hallazgos en zona genital de la joven. Cadáver de Valeriano faltan vértebras y dedos mano. A pesar de estar a la intemperie 85 días no existe fauna cadavérica. 

+Hallazgo del cuerpo de una joven horriblemente mutilado en el interior de una acequia canalizada en Turís. Cadáver no identificado. Fecha hallazgo: 26 de mayo de 1.989  Algunos investigadores mantienen que se trata de la tercera joven desaparecida de los tres de Macastre (Pilar). No verificado ADN, ni existe  reconocimiento positivo por parte de la familia. Lo único cierto es que el pie amputado y depositado de forma intencionada en la calle Alcácer el día 27 de enero de 1.989 correspondía a esta joven desconocida.

4-Caso Algemesí “la joven de la naranja en la boca”. Lugar desaparición: Algemesí población cercana a Sumacárcer y Tous. Fecha: Domingo 3 de abril de 1994. 

+ Hallazgo de su cadáver en un campo cercano a las vías del tren en la localidad de Picassent, cerca del centro penitenciario. Fecha: 4 de abril de 1.994. El cadáver de la joven presentaba una naranja insertada en la boca. Causa de la muerte indeterminada. Asfixia no mecánica de origen desconocido. La familia mantenía que la niña había sido asesinada. La autopsia parece que tampoco fue concluyente.

En el próximo post seguiremos profundizando sobre estos aspectos. Para ello utilizaremos fuentes y testigos que nos hablan de forma encriptada de toda esta zona, y cruzaremos datos/mapas para hacer una nueva composición de esa hipotética zona intermedia, intentando aproximarnos, aunque sea de forma circunstancial, al lugar más factible e idóneo, para ubicar la base o refugio de ese hipotético grupo de agresores seriales.