Que después de ventisiete años, se continúe hablando del crimen de Alcásser, se debe, en gran medida, a la labor desarrollada por ese “equipo paralelo” que conformó el padre de Mirian,
Fernando García junto a Juan Ignacio Blanco y Paco Emilio. Un equipo de
investigación que trabajó sin descanso rastreando cualquier pista e información
que llegaba a sus manos, en relación al salvaje asesinato de las tres niñas.
Un
trabajo extremadamente arriesgado. Peligroso. Porque quien busca la verdad que se esconde, detrás
de los turbios asuntos relacionados con los menores, pone en juego su
seguridad, su integridad, y también la de los suyos.
En
esa compleja búsqueda de la verdad, como en la vida misma, se encadenan errores
y aciertos.
Una
lucha contra el tiempo, para evitar a toda costa que el caso se enfriara
definitivamente. Haciendo lo que hiciera falta hacer. Bordeando la legalidad,
porque en este tipo de investigaciones, casi siempre hay que traspasar normas y leyes. ¿El
fin justifica los medios? En casos tan estremecedores como fue el salvaje asesinato de estas tres niñas, no nos cabe la menor duda.
El
hecho de publicar el sumario, con sus horribles fotos -que no hacen más que
mostrarnos la cruda realidad, y la magnitud de la maldad y oscuridad que se
cierne sobre este triple crimen-, fue un
punto de inflexión. El país entero se sobrecogió ante los detalles escalofriantes
de un crimen que se nos había querido mostrar como un suceso más. Del montón. Pero a poco que se profundizara en ese sumario
“público”, enseguida se podía comprobar que no estábamos ante un crimen
cualquiera. Más bien todo lo contrario. Estábamos ante algo de mucha más
envergadura.
Secuestrar,
torturar y violar sádicamente a tres niñas en un solo acto, de forma grupal, no
es “normal”. Pero ejecutar a esas tres niñas -como auténticos sicarios- de un
tiro en la nuca a corta distancia, es algo que lo convierte en un suceso
criminal claramente “atípico” a nivel policial-judicial en todo el continente
Europeo.
Más
bien, podríamos afirmar que estamos ante una gran anomalía criminológica,
como tantas veces hemos recalcado desde este
humilde blog.
Cuando
todo era “seguidismo” de un relato inverosímil y absurdo de los hechos. Con
periodistas que parecían ovejas mansas que
obedecían sin rechistar la vara del pastor -¿dónde estaba y está el espíritu crítico
de los periodistas de investigación?,¿ dónde se ha quedado?.
Cuando
los medios se dedicaban a buscar altas cuotas de “share” a cuenta de retratar
de forma infame el dolor y las emociones de unas familias destrozadas. Esto sí fue una “conspiración” en toda regla. Maquiavélica. Dolor y morbo a cambio de cuotas de
audiencia. A cambio de dinero. La prostitución del periodismo de investigación. Basura.
Cuando
no había un solo criminólogo, psicólogo, policía o juez discordante. Que se cuestionara
absolutamente nada. Porque todo estaba al parecer “clarísimo”.
Entonces
aparecieron ellos.
Fernando
García, Juan Ignacio Blanco y Francisco Emilio. Respaldados por los demoledores
informes de un catedrático forense inconformista, que pecaba según sus colegas,
de hacer “unas autopsias muy minuciosas”.
Y ya
nada fue igual. Desde aquel mismo día, este país sigue con la “mosca detrás de
la oreja”. Intuyendo, que algo sumamente oscuro y podrido está detrás de este
macabro crimen.
Sin
la publicación de ese sumario. Sin sus apariciones en los medios de comunicación,
tan criticadas y polarizadas. Sin sus
estrategias, acertadas o equivocadas. El Caso Alcásser, hubiera sido otro caso "Macastre" más. Otro
triple crimen sin explicación. Otro “Alcudia de Carlet” con tres muertes de
adolescentes en extrañas circunstancias. Tiempo, olvido e impunidad.
O habría
sido cualquier otro caso sin resolver, como los que se amontonan desde hace décadas
o desaparecen de forma inexplicable de los archivos judiciales de la Comunidad
Valenciana.
Casos
"desconocidos" para la mayoría de los ciudadanos. Ciudadanos que desconocen
por completo la endiablada “frecuencia
criminal” que se daba en esta zona de Valencia.
Lo
desconocen porque no se les informa. Y sin información, uno se convierte en una
oveja. En una oveja más de un inmenso rebaño manso y dócil.
Busquen,
lean, cotejen las hemerotecas. Nosotros lo hemos hecho, por eso estamos aquí,
cuatro años después. Porque todavía tenemos cosas que decir, y datos que
aportar.
Casos
plagados de lagunas, con investigaciones mediocres que obtienen resultados
mediocres y en muchas ocasiones con la sombra de “tramas organizadas” planeando
sobre ellos. Casos que parecen reconectarse en demasiadas ocasiones, como si
fueran eslabones de una misma cadena.
Sin
el trabajo de ese equipo “paralelo” nada, absolutamente nada, hubiera
trascendido a la opinión pública.
Quizás
fuéramos más inocentes, o más felices, sin conocer los detalles exactos de ese
horrible crimen que nos marcó a toda una generación, jóvenes todavía por aquel
entonces. Pero sin duda, seríamos bastante más fáciles de doblegar, y mucho
menos conscientes de la realidad que nos rodea.
Sirvan estas páginas como homenaje a todo ese equipo paralelo de investigadores, a sus familias, y especialmente en un día tan señalado
como hoy, queremos recordar la figura de D. Juan Ignacio Blanco. Todos nuestros
respetos y admiración.
"Cada uno de nosotros
está destinado a salvar el mundo".
Confucio.
No creo que existiera esa gran conspiración.Creo que lo hicieron para que no cayera en el olvido...Y lo han logrado,a tenor de lo visto en las últimas fechas.
ResponderEliminarCreo que todo es muy local.
D.E.P
Pepeldelpopulacho
Nosotros también creemos que todo está más focalizado en esta parte de la provincia de Valencia. Pero el trabajo que hicieron fue inmenso, con luces y sombras, como todas las investigaciones difíciles, retorcidas y enrevesadas como es este crimen tan complejo. Una noticia sin duda muy triste para todos los que llevamos tantos años siguiendo este caso. Ojalá esa investigación que llevaron a cabo de sus frutos algún día, y tengamos nuevas revelaciones, o nuevas pruebas que fuercen a REABRIR EL CASO. Algo que se ha convertido en un clamor popular. Deberían replantearse muchas cosas, y revisar el caso desde distintas perspectivas. No entiendo, como es posible que excelentes profesionales como hay en este país, sean tan conformistas, y asuman una "verdad" imposible, o una media verdad, en un tema tan grave como este. Pero lo que está fuera de toda duda, es que si se sigue moviendo o removiendo algo, a día de hoy, es gracias a la labor que hicieron en su día, este equipo "paralelo". D.E.P.
ResponderEliminarDescanse en Paz.
ResponderEliminarGracias JIB.
DEP Juan Ignacio .
ResponderEliminarQuién es Paco Emilio ? El párroco de Alcàsser ?
ResponderEliminarNo, es uno de los integrantes -el más desconocido o menos mediático- de ese equipo "paralelo" que montó el padre de Mirian, junto a Juan Ignacio. Si ha visto el documental del Netflix, sale en él. Saludos.
ResponderEliminarNarra por cierto en dicho documental de forma muy coherente un episodio que vivieron en primera persona durante esa investigación in situ, que da mucho que pensar...relata la persecución de su vehículo por una serie de coches llamémosle "opacos" -con matrículas "dadas de baja"- que los intentan intimidar, echar de la carretera o algo peor. Unos personajes digamos "opacos", muy opacos -los que hacen "el trabajo más sucio"- que parece que no les gustaba nada, que esta gente metiera sus narices en la zona, e investigara sobre el terreno lo que había sucedido "de verdad" con las tres crías de Alcásser. Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.
EliminarEso no quiere decir que fueran espias o algo similar.
ResponderEliminarPepeldelpopulacho
Excelente blog. Gracias al autor por la gran labor.
ResponderEliminarD.E.P Juan Ignacio Blanco
Gracias por sus palabras, nos sumamos a ese homenaje a Juan Ignacio Blanco. Un saludo¡¡¡
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