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viernes, 13 de noviembre de 2015

Viernes, 13 de noviembre.




















Veintitrés años han pasado desde entonces, y parece que fue ayer. Otro viernes 13 de noviembre. Aquí seguimos, más viejos, cambiados, cansados, pero con las mismas preguntas, las mismas dudas, y las mismas incertidumbres que entonces. Con la rabia de saber que muchos de los que estuvieron en aquel martirio, y participaron de él, han conseguido mantenerse impunes. Contando los días para que su atroz delito prescribiera. 
Vivimos en un país, dónde los delitos de sangre tienen fecha de caducidad. Dónde los asesinos juegan con ventaja. Dónde las familias de las víctimas cuentan los días en sentido inverso al de los asesinos, cruzan los dedos  y contienen la respiración. Un país dónde el aparato judicial y policial no han conseguido dar caza a los culpables, partícipes, y cómplices de torturar y violar sádicamente a tres niñas. Dónde "monstruos" que ejecutan de un tiro en la nuca a tres menores siguen libres. Un lugar dónde existen tantos y tantos casos meciéndose entre el olvido y la vergonzosa impunidad. Con 14.000 desaparecidos en paradero desconocido que exigen una respuesta.

Lo primero que los partidos políticos deberían anotar en su agenda, es revisar esa maldita prescripción, y ponerse las pilas para crear equipos, que revisaran o mejor dicho que "reiniciaran" este tipo de casos. Hay delitos que jamás, deberían caducar. Su única prescripción posible, viene de la resolución completa del caso y de la captura de los responsables. No vale dar carpetazo al dolor ni a la infamia. No es justo.

Cuándo la justicia no es capaz de alcanzar con su frío aliento la nuca de los verdugos, nada justo puede suceder. Es un fracaso. Y los fracasos en casos así, son simplemente,  inaceptables.

Tal día como hoy, hace ya, veintitrés años Toñi, Mirian y Desiree, las tres niñas de Alcásser, fueron víctimas de uno de los crímenes más atroces y brutales de la historia de la criminalidad. Un país, una sociedad entera, desde entonces viene pidiendo que este caso sea resuelto definitivamente, y que la verdad se imponga a tanta maldad. Mientras llega ese día, nuestro mejor homenaje es recordarlas. Y la mejor manera de tenerlas presentes es seguir trabajando para que su caso sea conocido. Divulgarlo. Rebuscar. Cerrar los ojos, y confiar en que algún día se hará la luz en medio de tanto horror. Contar los días...







"Hay recuerdos que no voy a borrar, personas que no voy a olvidar, silencios que prefiero callar" (Fito Páez)

1 comentario:

  1. Gran tributo este artículo a la memoria de las tres criaturas y al hecho contante y sonante de que faltó y falta JUSTICIA para Miriam, Toñi y Desirée.

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