Me quedé toda la noche dando
vueltas a aquella extraña historia con la que cerré la anterior entrada del
blog…
Los trágicos hechos ocurridos en
el siglo XIX -1848- en la sima de Nules. Despeñados vivos. El muerto y ella rescatada
con vida. Vida que poco le duró, quince días después asesinada a tiros,
rematada a golpe de sable cuándo iba a declarar. Pero además de todo eso,
extraña y curiosamente quemaron su cuerpo inerte. Consumida por el fuego
redentor, y reducida a cenizas por un grupo de hombres con sus caras tapadas y
con “desconocidos” trajes…
No hay más datos. Sólo se sabe
que ambos crímenes nunca pudieron ser esclarecidos…Hermandades, sociedades
secretas, brujería, hechicería…un auténtico misterio.
Rebuscando en historias de la
época que nos arrojaran más luz sobre simas o cuevas de Castellón y extraños
sucesos como el descrito, me topé con enclaves definidos como “malditos” o impregnados
de un halo de “oscuridad”.
Uno de ellos es el enclave dónde
se sitúa el santuario de la cueva de Balma, en el maestrazgo Castellonense. El
santuario de los endemoniados. Por aquella época –finales del XIX y hasta bien
entrado el siglo XX-, se realizaron innumerables rituales de exorcismo en la
cueva de Balma. Los realizaban unas extrañas mujeres procedentes de Caspe
–Aragón- a las que se les denominaba “caspolinas” por su procedencia. Mujeres
enlutadas, secas, de mirada sombría, que acudían con las lecciones bien
aprendidas de brujería.
“Poca gente sabe que
hasta un pequeño santuario, horadado en la roca viva de las montañas del
maestrazgo castellonense, acudían cada mes de septiembre miles de personas en
busca de desesperado auxilio. Durante treinta días, amparados en la oscuridad
de la angosta sima que hace las veces de eremitorio, comandados por las
brujas caspolinas y al ritmo de cantos ancestrales, lo imposible e
inexplicable, lo divino y diabólico, lo racional e irracional cobran vida y
forma. Levitaciones, comunicación con los muertos, don de lenguas,
posesiones... fueron parte de las manifestaciones que rodearon a los hombres y
mujeres que peregrinaba hasta la Cueva de la Balma. Y hoy, la oscura y
desconcertante historia de los malignes permanece viva aún... “
Sobre estos hechos, hay abundante
documentación histórica (según se relata hasta algún distinguido noble se interesó por estos temas describiendo en
sus escritos los sucesos que allí acontecían: levitaciones, actos de brujería,
etc…)
Por cierto esta nobleza tan
aficionada al esoterismo –costumbres o aficiones que según nos relatan en el
artículo parece que se perpetúan y trasmiten a otras generaciones- se vieron
inmersos de lleno, en un extraño y macabro asunto (el caso de la mano cortada)
que muchos de vosotros ya conoceréis, pero os dejo un enlace que viene a refrescarnos la memoria:
Retomando el crimen histórico de
la sima de Tales, podemos preguntarnos: ¿Quién despeñaba o quemaba por aquel
entonces –principalmente mujeres en el caso de los delitos denominados de
“superstición”- y cuales eran sus razones para tal escarnio y aberración?
Entre los siglos XV y XIX, Valencia se convirtió en punta de lanza de
la Inquisición en España. El tribunal del Santo Oficio en la ciudad era uno de
los más sangrientos. Se ejecutó a 60 acusados de sodomitas, a 13 a los que se les imputaban
actos de zoofilia y a unos 1.000 judíos en apenas 50 años. Hubo 337
procesamientos por brujería –delitos de superstición-. Cientos de años después,
las huellas de los inquisidores siguen presentes en las calles del centro de la
ciudad.
En España fueron juzgadas por brujería 3.532 personas. Se condenó a
muerte en hoguera al 1% de los juzgados (151).
Pero no sólo perseguían a brujas
o hechiceras:
El tribunal de Valencia quemó a más de mil judíos en 50 años, envió a
galeras a 700 homosexuales, procesó a 3.000 moriscos y castellanizó el reino. El
asesinato de familias enteras, hizo que a partir de 1530 casi no quedaran
judíos en Valencia.
Después del hereje y el judío, el personaje más odiado por la
Inquisición fue el «sodomita». El tribunal de Valencia procesó a 3.661 por este
«delito»: entre cincuenta y sesenta fueron quemados en la hoguera, doce de
ellos en un brutal auto de fe de 1625; y más de 700 homosexuales fueron
enviados a galeras por el Santo Oficio
Porque el Santo Oficio no sólo
acosaba a los homosexuales. Por zoofilia («pecado» en el que incurrían
moriscos, pastores, enfermos mentales y hombres frustrados) el tribunal de
Valencia procesó a 845 personas: quemó a trece y envió a galeras a varios
centenares.
El Santo Oficio en España entre 1478 y 1834, con 150.000 procesados y
34.000 asesinados. «Con su control sobre las ideas, su imposición de un régimen
de delaciones, de terror, tortura y exterminio físico de los disidentes, la
Inquisición practicaba el genocidio y el terrorismo de Estado
En Valencia fue punta de lanza. Según el historiador Henry Kamen, uno
de los principales estudiosos de la Inquisición, el tribunal de Valencia fue
uno de los más severos y crueles de la península, sólo por detrás de Sevilla y
Toledo.
Existen otros episodios
históricos dónde mujeres acusadas de brujería han sido “despeñadas” en el siglo
XIX –y tan sólo dos años después de los hechos de las sima de Tales ocurridos
en 1848-, esta es de la
comarca de Tarazona y el Moncayo en Aragón.
La leyenda cuenta, que la tía Casca era muy conocida en Trasmoz. Fue
acusada, de ser la ejecutora de males de ojo y todos los hechizos imaginables,
por los vecinos del lugar, quienes la persiguieron hasta el precipicio en
cuestión, y a pesar de los ruegos y súplicas de la anciana, fue arrojada al
arroyo donde murió. En realidad este personaje existió, y fue despeñada el año
1850, según se narra en los periódicos de la época, ya que se le presumía
practicante de las malas artes de la brujería, tan arraigadas en estas tierras.
Otras reseñas nos hablan de
procesos en el norte de España, dónde las acusadas eran quemadas incluso
después de muertas.
Poco después de la gran persecución de las brujas de Labort, en el País
Vasco francés, en 1609, donde 80 supuestas brujas fueron quemadas, el pánico se
trasladó a los valles del norte de Navarra. El foco de brujería se encontró en
Zugarramurdi y el proceso fue llevado por un tribunal de la Inquisición
española. Durante los días 7 y 8 de noviembre de 1610, se celebró el auto de fe
en el que 18 personas fueron reconciliadas porque confesaron sus culpas y
apelaron a la misericordia del tribunal, pero las 6 que se resistieron fueron
quemadas vivas y 5 en efigie porque ya habían muerto. Debido a la dureza
de las penas que se aplicaron éste se convirtió en el proceso más grave de la
Inquisición española contra la brujería.
No sólo la inquisición tenía
potestades para realizar tales ejecuciones sumarias, también se citan los
denominados “consejos locales”
Sin embargo, este holocausto “brujeril” no fue sólo cosa de la
Inquisición. Por eso son menos famosos los enjuiciamientos que se llevaron a
cabo en Aragón y Cataluña, donde los Consejos Locales tenían mucha autonomía en
la toma de decisiones, y donde la Iglesia tuvo menos poder político. De este
modo, estudios recientes demuestran que posiblemente las persecuciones civiles
a estas mujeres fueron más numerosas y tremendamente más crueles en estas
zonas, que en el resto de la Península Ibérica.
“El pasado, siempre vuelve.”
La provincia de Castellón seguía
siendo “foco” de extrañas actividades “ocultistas” en los años 90, según las
crónicas de la época –año 1987- .
Sectas diabólicas, bruixes,
círculos negros de energía cósmica, en el Vall de Uxó.
El artículo comienza relatando la
sensación de pavor, respeto y miedo de los vecinos del lugar, cuándo cae la
noche. Algunos se niegan a pronunciar el nombre –apodo- de una mujer de la
localidad por temor a ser objeto de alguna práctica oscura o diana de una maldición.
El asunto salta a la prensa
cuándo una exadepta o mienbro de una secta satánica radicada en esa zona,
denuncia una serie de extrañas prácticas y rituales. La policía local niega
tales hechos, y dice que se trata de un grupo de mujeres que realizan prácticas
sexuales a través de la nigromancia (La nigromancia o necromancia es una rama de la magia, considerada
generalmente negra, que consiste en la adivinación mediante la consulta de las
vísceras de los muertos y la invocación de sus espíritus, requiriendo según sea
el caso del contacto con sus cadáveres o posesiones.
La nigromancia es la disciplina o rama de la adivinación que se dedica
al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus. Es una práctica
antigua común a la tradición mística o sobrenatural de varias culturas, entre
ellas la egipcia, mesopotámica, persa, etc. Se ejercita aún en la actualidad,
en donde se busca responder preguntas mediante la intervención de un espíritu.
Este es un ejemplo de nigromancia moderna.)
Prácticas sexuales y nigromancia
prácticas que parecen asentadas históricamente en la región …(Santuario de los
endemoniados de Balma)
…“Venían miles de personas. Se aniquilaba el orden público. La mayoría
de ellas se unían a la romería de los endemoniados con el fin de saciar sus más
bajos instintos y apetencias. Aquello, con el espiritismo y los endiablados
como fondo, se convirtió en una manifestación anticlerical en la que imperaba
el desenfreno y lo prohibido. Se hacía espiritismo y se recreaba apariciones de
difuntos”…
La denunciante habla también de
la existencia de un sumo sacerdote, residente en un pueblo de la localidad de
Alcocéber, pueblo próximo a Tarragona (provincia dónde durante los años 90
también ocurrieron crímenes con tintes de tipo ritual en el poblado del Marmellar )
El relato de Aurlia V. T. residente
en Moncófar-Castellón, –denunciante de los hechos- describía prácticas de ritos
satánicos y prácticas nigrománticas con consumo de alucinógenos, por un grupo
de mujeres en las localidades de Vall de Uxó y Vilareal, ambas de Castellón. Al
parecer este grupúsculo dependía de una la secta afincada en Barcelona, dónde
se encontrarían las altas jerarquías que gobernaban a los adeptos.
Según esta, el culto al diablo y las misas negras se
practicaban en las afueras del pueblo en un lugar conocido como “el fosaret”
–cementerio- , un lugar cercano a una plaza –dónde curiosamente se habían
producido cuatro suicidios- y un
apartamento de Vilareal.
Tanto el obispado como algunos de
los vecinos restaban importancia a los hechos, y lo circunscribían a puro
“sensacionalismo”. El periodista o cronista del artículo sin embargo relata un
extraño episodio, cuando concreta una cita con la exadepta y denunciante.
Tras citarse con ella en una
solitaria playa del litoral
Castellonense, se le presentó a la hora indicada, una mujer a la que describe como: de aspecto
sereno, estatura mediana, pelo castaño y ojos de igual color.
La mujer ante la mirada atónita
del periodista, extrajo de un bolso
restos humanos.
Tras comprobar que no había más
testigos ajenos en la playa, procedió a
colocar sobre una chaqueta azul una
calavera, un cuerno de cabra, y
otros utensilios utilizados en los rituales satánicos. Entonces introdujo el
cuerno en una de las cuencas vacías del cráneo humano. Dispuso una extraña
baraja, una pequeña figurilla, y una
navaja alrededor de los restos. No quiso dar más explicaciones.
Se trataba sólo de demostrar que
pertenecía a una secta demoníaca.
También relató al periodista, que
los rituales nigrománticos se habían realizado no sólo en esos dos enclaves.
Aportó más datos. Indicando otra ubicación. Chilces o Xilxes –a tan sólo 6 kms,
del Vall de Uxó-. Curiosamente en ese pueblo un año antes habían profanado el
cementerio. Lo más terrible de este asunto, es que la profanación había
consistido en decapitar los cadáveres
que albergaban esas tumbas.
La testigo, afirmó que en otras
ocasiones los restos humanos eran extraídos de fosas comunes y que estos eran
sacados legalmente ¿?.
Aportó muchos más datos. Según
ella, el piso de Vilareal era dónde se iniciaba a las principiantes –mujeres-,
reteniéndolas durante varios minutos (6) en uno de esos círculos del mal.
El eco de estas prácticas
malignas se expandía hasta la localidad de Nules. Al parecer los dueños de dos
inmuebles dónde sucedían algún tipo de fenómeno extraño que impedía a estos que
lo habitaran, se pusieron en contacto con una catedrática en parapsicología, la
cual pudo comprobar la existencia de rastros de misas negras en el lugar,
posiblemente vinculados a esta secta. También se cita la existencia de un
templo en el Grao, para la realización de estas misas negras.
Sea como sea, el asunto pervive.
En el año 2009 la prensa seguía haciéndose eco de estos hechos:
…”Todos los entendidos "hablan de la pervivencia de un triángulo
territorial conformado por la Vall d´Uixó, Nules y el Grao de Castellón, donde
operarían sectas satánicas. Unas organizaciones cuyo hermetismo es tan fuerte
que es prácticamente imposible acceder a ellas, si no hay por medio una
denuncia.
Añade que son "grupos fuertemente anticristianos, claramente
destructivos, que practican misas negras, orgías sexuales, cuyos miembros
consumen drogas y leen una biblia satánica, en contraposición a Dios".
A este grupo concreto, se le
atribuyen también actividades en la zona de Madrid. Prácticas de zoofilia, durante las misas negras, y
algunos investigadores le atribuyen un homicidio
ritual.
Pequeños grupúsculos «que practican ritos erótico-sexuales» y sesiones
de brujería. Aunque en Madrid esté fenómeno no está tan extendido como en
Valencia, cada mes se registra, al menos, un par de rituales de esta corte, que
finalizan con bailes junto a una hoguera.
Por último se hace alusión a que
en el pueblo se hablaba –de lo ya citado-, procesos de la inquisición,
brujería, moriscos, ejecuciones. La negativa de las FCSE a la posible
existencia de estas sectas.
El periodista, finalmente deja en
el aire, otro contacto con una adepta de la secta, que le indica o “aconseja” lo siguiente:
“No matamos a nadie, pero no es prudente buscarnos ni perseguirnos”.
Que así sea…
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