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viernes, 16 de octubre de 2015

LA SIMA DE LOS ENDEMONIADOS/ BRUJERÍA / NIGROMANTES/ EL TRIÁNGULO DEL MAL (CASTELLÓN)





















Me quedé toda la noche dando vueltas a aquella extraña historia con la que cerré la anterior entrada del blog…
Los trágicos hechos ocurridos en el siglo XIX -1848- en la sima de Nules. Despeñados vivos. El muerto y ella rescatada con vida. Vida que poco le duró, quince días después asesinada a tiros, rematada a golpe de sable cuándo iba a declarar. Pero además de todo eso, extraña y curiosamente quemaron su cuerpo inerte. Consumida por el fuego redentor, y reducida a cenizas por un grupo de hombres con sus caras tapadas y con “desconocidos” trajes… 

No hay más datos. Sólo se sabe que ambos crímenes nunca pudieron ser esclarecidos…Hermandades, sociedades secretas, brujería, hechicería…un auténtico misterio.



Rebuscando en historias de la época que nos arrojaran más luz sobre simas o cuevas de Castellón y extraños sucesos como el descrito, me topé con enclaves definidos como “malditos” o impregnados de un halo de “oscuridad”.

Uno de ellos es el enclave dónde se sitúa el santuario de la cueva de Balma, en el maestrazgo Castellonense. El santuario de los endemoniados. Por aquella época –finales del XIX y hasta bien entrado el siglo XX-, se realizaron innumerables rituales de exorcismo en la cueva de Balma. Los realizaban unas extrañas mujeres procedentes de Caspe –Aragón- a las que se les denominaba “caspolinas” por su procedencia. Mujeres enlutadas, secas, de mirada sombría, que acudían con las lecciones bien aprendidas de brujería.

“Poca gente sabe que hasta un pequeño santuario, horadado en la roca viva de las montañas del maestrazgo castellonense, acudían cada mes de septiembre miles de personas en busca de desesperado auxilio. Durante treinta días, amparados en la oscuridad de la angosta sima que hace las veces de eremitorio, comandados por las brujas caspolinas y al ritmo de cantos ancestrales, lo imposible e inexplicable, lo divino y diabólico, lo racional e irracional cobran vida y forma. Levitaciones, comunicación con los muertos, don de lenguas, posesiones... fueron parte de las manifestaciones que rodearon a los hombres y mujeres que peregrinaba hasta la Cueva de la Balma. Y hoy, la oscura y desconcertante historia de los malignes permanece viva aún... “

Sobre estos hechos, hay abundante documentación histórica (según se relata hasta algún distinguido noble  se interesó por estos temas describiendo en sus escritos los sucesos que allí acontecían: levitaciones, actos de brujería, etc…)


Por cierto esta nobleza tan aficionada al esoterismo –costumbres o aficiones que según nos relatan en el artículo parece que se perpetúan y trasmiten a otras generaciones- se vieron inmersos de lleno, en un extraño y macabro asunto (el caso de la mano cortada) que muchos de vosotros ya conoceréis, pero os dejo un  enlace que viene a refrescarnos la memoria:  




Retomando el crimen histórico de la sima de Tales, podemos preguntarnos: ¿Quién despeñaba o quemaba por aquel entonces –principalmente mujeres en el caso de los delitos denominados de “superstición”- y cuales eran sus razones para tal escarnio y aberración?

Entre los siglos XV y XIX, Valencia se convirtió en punta de lanza de la Inquisición en España. El tribunal del Santo Oficio en la ciudad era uno de los más sangrientos. Se ejecutó a 60 acusados de sodomitas, a 13 a los que se les imputaban actos de zoofilia y a unos 1.000 judíos en apenas 50 años. Hubo 337 procesamientos por brujería –delitos de superstición-. Cientos de años después, las huellas de los inquisidores siguen presentes en las calles del centro de la ciudad.
En España fueron juzgadas por brujería 3.532 personas. Se condenó a muerte en hoguera al 1% de los juzgados (151). 



Pero no sólo perseguían a brujas o hechiceras:

El tribunal de Valencia quemó a más de mil judíos en 50 años, envió a galeras a 700 homosexuales, procesó a 3.000 moriscos y castellanizó el reino. El asesinato de familias enteras, hizo que a partir de 1530 casi no quedaran judíos en Valencia.

Después del hereje y el judío, el personaje más odiado por la Inquisición fue el «sodomita». El tribunal de Valencia procesó a 3.661 por este «delito»: entre cincuenta y sesenta fueron quemados en la hoguera, doce de ellos en un brutal auto de fe de 1625; y más de 700 homosexuales fueron enviados a galeras por el Santo Oficio
 Porque el Santo Oficio no sólo acosaba a los homosexuales. Por zoofilia («pecado» en el que incurrían moriscos, pastores, enfermos mentales y hombres frustrados) el tribunal de Valencia procesó a 845 personas: quemó a trece y envió a galeras a varios centenares. 
El Santo Oficio en España entre 1478 y 1834, con 150.000 procesados y 34.000 asesinados. «Con su control sobre las ideas, su imposición de un régimen de delaciones, de terror, tortura y exterminio físico de los disidentes, la Inquisición practicaba el genocidio y el terrorismo de Estado

En Valencia fue punta de lanza. Según el historiador Henry Kamen, uno de los principales estudiosos de la Inquisición, el tribunal de Valencia fue uno de los más severos y crueles de la península, sólo por detrás de Sevilla y Toledo. 






Existen otros episodios históricos dónde mujeres acusadas de brujería han sido “despeñadas” en el siglo XIX –y tan sólo dos años después de los hechos de las sima de Tales ocurridos en 1848-, esta es de la comarca de Tarazona y el Moncayo en Aragón.

La leyenda cuenta, que la tía Casca era muy conocida en Trasmoz. Fue acusada, de ser la ejecutora de males de ojo y todos los hechizos imaginables, por los vecinos del lugar, quienes la persiguieron hasta el precipicio en cuestión, y a pesar de los ruegos y súplicas de la anciana, fue arrojada al arroyo donde murió. En realidad este personaje existió, y fue despeñada el año 1850, según se narra en los periódicos de la época, ya que se le presumía practicante de las malas artes de la brujería, tan arraigadas en estas tierras.






Otras reseñas nos hablan de procesos en el norte de España, dónde las acusadas eran quemadas incluso después de muertas.

Poco después de la gran persecución de las brujas de Labort, en el País Vasco francés, en 1609, donde 80 supuestas brujas fueron quemadas, el pánico se trasladó a los valles del norte de Navarra. El foco de brujería se encontró en Zugarramurdi y el proceso fue llevado por un tribunal de la Inquisición española. Durante los días 7 y 8 de noviembre de 1610, se celebró el auto de fe en el que 18 personas fueron reconciliadas porque confesaron sus culpas y apelaron a la misericordia del tribunal, pero las 6 que se resistieron fueron quemadas vivas y 5 en efigie porque ya habían muerto. Debido a la dureza de las penas que se aplicaron éste se convirtió en el proceso más grave de la Inquisición española contra la brujería.

No sólo la inquisición tenía potestades para realizar tales ejecuciones sumarias, también se citan los denominados “consejos locales”

Sin embargo, este holocausto “brujeril” no fue sólo cosa de la Inquisición. Por eso son menos famosos los enjuiciamientos que se llevaron a cabo en Aragón y Cataluña, donde los Consejos Locales tenían mucha autonomía en la toma de decisiones, y donde la Iglesia tuvo menos poder político. De este modo, estudios recientes demuestran que posiblemente las persecuciones civiles a estas mujeres fueron más numerosas y tremendamente más crueles en estas zonas, que en el resto de la Península Ibérica.



“El pasado, siempre vuelve.”

La provincia de Castellón seguía siendo “foco” de extrañas actividades “ocultistas” en los años 90, según las crónicas de la época –año 1987- .
Sectas diabólicas, bruixes, círculos negros de energía cósmica, en el Vall de Uxó.
El artículo comienza relatando la sensación de pavor, respeto y miedo de los vecinos del lugar, cuándo cae la noche. Algunos se niegan a pronunciar el nombre –apodo- de una mujer de la localidad por temor a ser objeto de alguna práctica oscura o diana de una maldición.
El asunto salta a la prensa cuándo una exadepta o mienbro de una secta satánica radicada en esa zona, denuncia una serie de extrañas prácticas y rituales. La policía local niega tales hechos, y dice que se trata de un grupo de mujeres que realizan prácticas sexuales a través de la nigromancia (La nigromancia o necromancia es una rama de la magia, considerada generalmente negra, que consiste en la adivinación mediante la consulta de las vísceras de los muertos y la invocación de sus espíritus, requiriendo según sea el caso del contacto con sus cadáveres o posesiones.

La nigromancia es la disciplina o rama de la adivinación que se dedica al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus. Es una práctica antigua común a la tradición mística o sobrenatural de varias culturas, entre ellas la egipcia, mesopotámica, persa, etc. Se ejercita aún en la actualidad, en donde se busca responder preguntas mediante la intervención de un espíritu. Este es un ejemplo de nigromancia moderna.)


  

Prácticas sexuales y nigromancia prácticas que parecen asentadas históricamente en la región …(Santuario de los endemoniados de Balma)

…“Venían miles de personas. Se aniquilaba el orden público. La mayoría de ellas se unían a la romería de los endemoniados con el fin de saciar sus más bajos instintos y apetencias. Aquello, con el espiritismo y los endiablados como fondo, se convirtió en una manifestación anticlerical en la que imperaba el desenfreno y lo prohibido. Se hacía espiritismo y se recreaba apariciones de difuntos”…



La denunciante habla también de la existencia de un sumo sacerdote, residente en un pueblo de la localidad de Alcocéber, pueblo próximo a Tarragona (provincia dónde durante los años 90 también ocurrieron crímenes con tintes de tipo ritual en el poblado del Marmellar )



El relato de Aurlia V. T. residente en Moncófar-Castellón, –denunciante de los hechos- describía prácticas de ritos satánicos y prácticas nigrománticas con consumo de alucinógenos, por un grupo de mujeres en las localidades de Vall de Uxó y Vilareal, ambas de Castellón. Al parecer este grupúsculo dependía de una la secta afincada en Barcelona, dónde se encontrarían las altas jerarquías que gobernaban a los adeptos.
Según esta,  el culto al diablo y las misas negras se practicaban en las afueras del pueblo en un lugar conocido como “el fosaret” –cementerio- , un lugar cercano a una plaza –dónde curiosamente se habían producido cuatro suicidios-  y un apartamento de Vilareal.




Tanto el obispado como algunos de los vecinos restaban importancia a los hechos, y lo circunscribían a puro “sensacionalismo”. El periodista o cronista del artículo sin embargo relata un extraño episodio, cuando concreta una cita con la exadepta y denunciante.
Tras citarse con ella en una solitaria playa del litoral Castellonense, se le presentó a la hora indicada,  una mujer a la que describe como: de aspecto sereno, estatura mediana, pelo castaño y ojos de igual color.
La mujer ante la mirada atónita del periodista, extrajo de un bolso restos humanos.
Tras comprobar que no había más testigos ajenos en la playa, procedió a colocar sobre una chaqueta azul una calavera, un cuerno de cabra, y otros utensilios utilizados en los rituales satánicos. Entonces introdujo el cuerno en una de las cuencas vacías del cráneo humano. Dispuso una extraña baraja, una pequeña figurilla, y una navaja alrededor de los restos. No quiso dar más explicaciones.

Se trataba sólo de demostrar que pertenecía a una secta demoníaca.
También relató al periodista, que los rituales nigrománticos se habían realizado no sólo en esos dos enclaves. Aportó más datos. Indicando otra ubicación. Chilces o Xilxes –a tan sólo 6 kms, del Vall de Uxó-. Curiosamente en ese pueblo un año antes habían profanado el cementerio. Lo más terrible de este asunto, es que la profanación había consistido en decapitar los cadáveres que albergaban esas tumbas.
La testigo, afirmó que en otras ocasiones los restos humanos eran extraídos de fosas comunes y que estos eran sacados legalmente ¿?.
Aportó muchos más datos. Según ella, el piso de Vilareal era dónde se iniciaba a las principiantes –mujeres-, reteniéndolas durante varios minutos (6) en uno de esos círculos del mal.
El eco de estas prácticas malignas se expandía hasta la localidad de Nules. Al parecer los dueños de dos inmuebles dónde sucedían algún tipo de fenómeno extraño que impedía a estos que lo habitaran, se pusieron en contacto con una catedrática en parapsicología, la cual pudo comprobar la existencia de rastros de misas negras en el lugar, posiblemente vinculados a esta secta. También se cita la existencia de un templo en el Grao, para la realización de estas misas negras.




Sea como sea, el asunto pervive. En el año 2009 la prensa seguía haciéndose eco de estos hechos:

…”Todos los entendidos "hablan de la pervivencia de un triángulo territorial conformado por la Vall d´Uixó, Nules y el Grao de Castellón, donde operarían sectas satánicas. Unas organizaciones cuyo hermetismo es tan fuerte que es prácticamente imposible acceder a ellas, si no hay por medio una denuncia.
Añade que son "grupos fuertemente anticristianos, claramente destructivos, que practican misas negras, orgías sexuales, cuyos miembros consumen drogas y leen una biblia satánica, en contraposición a Dios".

A este grupo concreto, se le atribuyen también actividades en la zona de Madrid. Prácticas de zoofilia, durante las misas negras, y algunos investigadores le atribuyen un homicidio ritual. 

Pequeños grupúsculos «que practican ritos erótico-sexuales» y sesiones de brujería. Aunque en Madrid esté fenómeno no está tan extendido como en Valencia, cada mes se registra, al menos, un par de rituales de esta corte, que finalizan con bailes junto a una hoguera.


Por último se hace alusión a que en el pueblo se hablaba –de lo ya citado-, procesos de la inquisición, brujería, moriscos, ejecuciones. La negativa de las FCSE a la posible existencia de estas sectas.
El periodista, finalmente deja en el aire, otro contacto con una adepta de la secta, que le indica  o “aconseja” lo siguiente:
“No matamos a nadie, pero no es prudente buscarnos ni perseguirnos”.

Que así sea…





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