Translate

lunes, 6 de abril de 2020

Alcásser: Post-Mortem. El Mensajero.




"Cuando los hechos están llenos de coincidencias, no se pueden descartar las coincidencias"   (The Outsider-HBO)






En esta época de cuarentenas, dónde nos atiborramos de series gracias a Netflix y HBO, hay un par de ellas, que me han llamado especialmente la atención.

Hoy les hablaré de una, porque de alguna manera viene a relación con lo que vamos a tratar en este post.

Hacía tiempo –desde la primera temporada de True Detective- que una serie no me dejaba tan profundamente perturbado. Una especie de desasosiego, que te llevas contigo a la cama, y que se ve incrementado de forma exponencial al apagar la luz.

La oscuridad imperturbable.

A veces, antes de cerrar los ojos, vuelvo una y otra vez sobre algún libro de cabecera que aborda Alcásser. Libros que releo después de decenas de lecturas, y que cada vez me sorprenden con nuevos e inesperados detalles que antes me habían pasado desapercibidos.

Las investigaciones criminales también funcionan así. La constancia es algo fundamental.  El mismo dossier pasa por distintas manos, por distintos ojos, hasta que alguien da con la pequeñita “pijada” que te lleva a solucionar un crimen o una desaparición sin causa aparente.


Si algo llama la atención en el triple crimen de las niñas de Alcásser, es el hallazgo de evidencias forenses que son “altamente inquietantes”. Una de ellas, es la más que posible actividad post-mortem con uno de los cuerpos de las niñas. La parafilia más oscura de todas las parafilias. 

En la serie “The outsider” (HBO)  un niño es asesinado de forma brutal y anormal. Un crimen que te lleva a pensar que ese acto, encierra algo mucho más oscuro, que la cuota de oscuridad “esperada” en el corazón de cualquier criminal.

Matar a un menor es el mayor horror criminal. Por suerte, muy pocos-as son capaces

La serie en cuestión nos sorprende con una criminalidad "esotérica" o "paranormal" -aunque eso sí, elevada a la enésima potencia-. 

Criminalidad que a muchos en nuestro país, todavía les parece auténtica “ciencia ficción”. A todos ellos, les aconsejaría un buen repaso a las hemerotecas de nuestra prensa histórica. Se llevarían una gran sorpresa.







Matar a tres menores juntas, de forma “grupal” en un solo acto, es todavía mucho más  “extraño” e “inaudito”. Mutilar sus cuerpos y profanarlos desciende sin ningún género de dudas, un montón de escalones más, hasta el rincón del sótano más lúgubre y tétrico.

Muy pocos son capaces de hacer algo así. Contados con los dedos de una mano.

En “The outsider” hay algo que mueve los hilos desde otra dimensión “paralela”. Es de estas series, dónde se entremezcla investigación criminal y esos mundos poco transitados del ocultismo,  de los que tanto hemos tenido que hablar en el blog. Decenas de casos reales que darían para hacer cien series todavía más escalofriantes que la descrita.

Como nos hizo llegar un buen día un lector del blog, con experiencia en estas temáticas. Existen dos realidades:

       “Lo que ves y lo que no ves”     


 ¿Qué tiene que ver “The Outsider” con el crimen de Alcásser?. Aparentemente nada. Crímenes de menores, en un pequeño pueblo del entorno rural. Pocas coincidencias más.

Pero en ambos crímenes desde el primer visionado, desde el primer capítulo, intuyes que hay “algo más” que se nos escapa de las manos. Totalmente distinto a todo lo que has visto o imaginado hasta el momento.

¿Quién es capaz de introducir un objeto en el interior de la vagina del cuerpo “sin vida” de una niña torturada sexualmente y ejecutada?

¿Quién es capaz de amputar un pezón de una niña en el periodo de incertidumbre, en ese momento cercano al óbito?

¿Cuántos criminales así conoces en la historia criminal patria?

Sólo mentes profundamente trastornadas y enfermas son capaces de hacer algo semejante. De esto no nos cabe la menor duda.

De ahí que el perfil de este tipo de criminales, sea especialmente inusual.








Nos enfrentamos en el crimen de Alcásser a un perfil extremadamente raro, macabro, y único.

Alguien que se recrea con el dolor más tétrico –sadismo- y que introduce “cosas” en los cuerpos post-mortem. Manipula los cuerpos. No está claro con que finalidad lo hace. Pero lo hace. Hasta los autores más escépticos por aquel entonces, lo acabarían reconociendo en sus libros.

“Es posible que no hubiera abuso de los cadáveres, aunque una de las niñas presentara muestras de que habían clavado algo en su vagina una vez muerta”. (Alcásser Punto Final-Paco Pérez Abellán)


Claro que habían clavado o introducido “algo” en los genitales de una de las tres niñas. ¿Para qué? No lo sabemos. Pero sabemos que sus mentes enfermas, lo llevaron a cabo. Los hallazgos forenses lo confirman. Actividad post-mortem. Y la describe como la introducción vía vaginal de un objeto que deja desgarros elípticos de morfología regular.


 “… A nivel de vagina, se encuentran lesiones de tipo contusivo a nivel de las inmediaciones del orificio vaginal, que aparece fuertemente dilatado. Por otra parte, en el interior de la cavidad se encuentran cuatro desgarros de forma elíptica, con diámetro mayor de 5 centímetros y menor de 3 centímetros, estando el mayor situado en posición vertical. El conjunto de lesiones encontradas, sugiere la introducción forzada de un objeto o parte anatómica… no parecen susceptibles de haber sido producidos únicamente con la introducción de una parte anatómica, y en cualquier caso no habrían tenido una morfología tan regularlos bordes de los desgarros repetidamente citados no presentan ningún tipo de reacción inflamatoria. Tampoco se observan restos hemorrágicos. Todo ello sugiere que dichas lesiones fueron producidas después de la muerte…”


Entonces, existe un grave falta de concordancia con el relato del único condenado, ya que como podemos observar no se ajusta para nada a los hallazgos o evidencias forenses. Las tres niñas según nos cuenta el relato oficial de los hechos, es decir los “hechos probados”, murieron ejecutadas a pie de fosa, siendo arrojadas de inmediato al interior de la fosa -una a una y apiladas sobre la moqueta- para ser recubiertas de tierra y ramas.

Todo ello vuelve a ratificar la idea, de que las niñas no murieron allí,  a pie de fosa, sino que a esa tumba, llegaron ya cadáver. Y fueron “porteadas” por terceros hasta la cima de la montaña de La Romana, el inhóspito lugar dónde se ubica el "escenario final".


Nos falta por lo tanto, ese escenario intermedio. Sabemos el lugar de dónde partieron aquella tarde noche, y el escenario final de la fosa dónde fueron enterradas. Pero nos falta lo más importante. Ese escenario intermedio, dónde las tres niñas, además de torturadas y agredidas sexualmente, tuvieron que ser también ejecutadas.
Desnudadas previamente por completo, para luego ser malvestidas de forma apresurada. 

Por lo tanto las torturas sexuales se tuvieron que producir en otro lugar desconocido, dónde después de masacrarlas y rematarlas, las vistieron con sus ropas de forma incompleta o errónea –faltaban calcetines, ropa interior cambiada, botas anudadas de forma anómala –posiblemente por terceros-



                                                     




"... El cordón de la bota izquierda está mal introducido; su extremo izquierdo debió ser extraído, o se salió de su posición, de los 2 agujeros superiores del mismo lado y del agujero central del lado derecho y al proceder a recolocarlo en los 2 agujeros centrales se hizo con una disposición diferente a la observada en la bota derecha; esta manipulación del cordón se correspondería con la que tendría de ser colocado, apresuradamente, por una persona diestra, que introdujese los cordones estando situada delante de quien vistiese las botas..."(estudio de la ropa cadáver número 1/informe Dr. Frontela)




Posteriormente a la ejecución, sabemos que hubo actividad post-mortem con alguno de los cadáveres, en el cual introdujeron una serie de objetos extraños. Algunos serían encontrados de forma sorpresiva durante las segundas autopsias.


Pero “el mensajero” parece que no hace nada al azar. Quizás entonces, nos pretenda trasladar una  especie de mensaje. Para ello utiliza distintos elementos con connotaciones religiosas o pseudoreligiosas*. Y lo hace alojando o introduciendo en el interior de cada uno de los cuerpos una serie de distintos objetos :

-Dos piedras pequeñas que no se sabe como llegan al interior de las coanas del cráneo –inexplicable-. Hallado en el cadáver número 1.
-Una cruz de caravaca que se aloja en el interior de la cavidad –en las vértebras- y que no se sabe a ciencia cierta como llega hasta esta  ubicación. Hallada en el cadáver número 2.
-Objeto que describe espirales  y que es introducido en la vagina de una de las niñas post-mortem. Actos puramente necrófilos.  Hallazgos realizados en el cadáver número 3.

Parece evidente que existe una “manipulación” de los cadáveres de las niñas. Una manipulación que en los tres supuestos se antoja post-mortem.

   
*(Cuando nos referimos a connotaciones religiosas/pseudoreligiosas: además de la citada cruz de caravaca, las dos piedras* se han descrito en hallazgos ocultistas o en casos criminales relacionados con pseudoreligiones con una importantísima implantación en la comunidad valenciana, cuyo nombre no vamos a citar por nuestra consabida máxima prudencia al tratar estos temas tan “delicados”). Tenemos al menos “tres casos” con connotaciones de muerte violenta de etiología criminal dónde nos encontramos de nuevo con la presencia simbólica de “dos piedras”.



“…Una conocida halló el cadáver de la niña, que estaba tapado con una toalla blanca y dos pequeñas piedras encima…” (La voz de Galicia) Pseudoreligión. Santiago de Compostela.

“…El cráneo de una mujer-que tenía un fuerte golpe en la parte frontal- una mandíbula y otros huesos fueron descubiertos el jueves por trabajadores del servicio de limpieza de la playa. Junto a los restos óseos también había dos piedras…” (Las provincias) Relacionada con prácticas ocultistas. Valencia.

“…No se entendía entonces como es que tenía dos piedras metidas en la nariz y porque estaba flotando a un metro de la orilla de la playa…había sido asfixiada y el crimen ocurrió en un lugar distinto a aquel en que se encontró el cadáver…” “… Además, una de las mangas del vestido que llevaba estaba desgarrada, lo que puede dar a entender que la vistieron después de la muerte…” (periodista digital-Ultima Hora). Caso criminal. Mallorca.









Pero también fueron hallados “otros objetos” y sustancias anómalas en el interior de las niñas:


-Objeto hallado en el interior estómago cadáver número 3 (según los análisis se trata de una sustancian “no identificada” pero que podría estar relacionada con las “purinas”)**. En la vagina del cadáver número 2 también aparece un material amarillento y pastoso.

Análisis solicitado:
- Identificación del material encontrado en el interior del estómago del Cadáver 3.
- Investigación del material encontrado en la vagina del Cadáver 2.

Resultados: 

– Estudio del material encontrado en la vagina del cadáver 2.

Consiste en un material amarillento y pastoso, que recuerda al material encontrado en el estómago del cadáver 3, contenido en el bote 7.

El análisis realizado por la Sección de Química dio igualmente ácidos grasos y grasa y una sustancia relacionada con las purinas.
Por último se realizó el test del urobilinógeno para comprobar si se trata de heces, dando resultado negativo.

                         
Las conclusiones al respecto, es que tanto en la vagina del cadáver núm2 como en el estómago del núm 3 había presencia de “purinas” junto a grasas, ácidos grasos y aire, producto de la putrefacción.


**En el Caso Macastre recordemos que se encontró también un líquido parecido al esperma, además de otro de aspecto sanguinoliento en los órganos genitales del cadáver de una de las menores –Rosario-. Sin embargo toxicología –Madrid- descartó que fuera esperma. ¿Qué era ese extraño líquido descrito como “abundante sustancia blancuzca coagulada”? Nada más se sabe al respecto, pero si no era semen, parece claro que alguien manipuló el cuerpo de la menor introduciendo una sustancia “extraña o desconocida” en el interior de los órganos sexuales.
En el caso de la niña aparecida en las marismas de Rio Tinto en Huelva en el año 91 tras desaparecer una “noche de carnaval” –como las cuatro chicas del Alcásser Francés-, también se tuvo noticias de un posible arrepentido, muy relacionado con actividades esotéricas, que narró en una carta póstuma, un macabro ritual ocultista llevado a cabo con la niña asesinada, en el que habrían participado varias personas,  y que describía la introducción en los genitales de la menor, de hierbas impregnadas en una pócima de sangre de gato negro.   








“…Son usados para prácticas de rituales, en donde se ofrecen como sacrificio derramando su sangre, ya que se llegó a pensar que eran representantes de las brujas.
…Suelen matar a animales como rito de iniciación a un nuevo miembro, observándose un incremento considerable en el “asesinato” de animales, los cuales son tirados en parques y jardines públicos junto con utensilios y hierbas… 
…Son los “brujos” quienes utilizan a los gatos blancos para la purificación de alguna persona, mientras que los negros son para realizar actos de magia negra…”
(milenio-hechizos brujería gatos negros)













De nuevo esa visión “esotérica” de los casos criminales. Brujería, ocultismo, ese submundo críptico y el “gran desconocido” para los profanos en la materia. Seguimos insistiendo desde el blog en estos aspectos, porque creemos que podrían tener relación con no pocos casos criminales “extraños” y sin resolver, ocurridos en nuestro país.

“El mensajero”, nos trasladó una serie de mensajes con las tres niñas, pero no fueron las únicas “portadoras” de extraños objetos en sus cadáveres, en esta peculiar geografía de la zona sur de Valencia. Desconocemos si se trata del mismo mensajero, pero de nuevo tenemos que insistir en ese “paradigma criminal”. Muy pocos individuos son capaces de hacer algo semejante en nuestro país. Y todavía tendríamos muchísimos menos candidatos si nos centramos en una zona geográfica tan acotada.  Podríamos hablar por lo tanto, de una hipotética actividad “serial” frenética en la citada zona, del que hemos optado por llamarlo: “el mensajero”.

¿Qué nos quiere decir?

-Una naranja en la boca hallada en el cadáver de una adolescente encontrada muy cerca del pueblo de las niñas. Concretamente en el pueblo dónde se ubica la desaparición de las tres niñas.
-Un mechero entre los dientes hallado en el cadáver de  otra adolescente encontrado cerca del pueblo de las niñas, vecina de las mismas localidades de “los tres de Macastre”.
-Una rama incrustada en la vagina del cadáver de la adolescente antes citada.
-Dilataciones anales bestiales, tremendamente similares a las halladas por los forenses en las autopsias de las niñas de alcásser, que fueron encontradas en el cadáver de otra mujer joven, cuyo cuerpo aparece a muy escasa distancia del pueblo de las tres niñas. 







Pero por si quedaba alguna duda, “el mensajero” nos dejó un reguero de abundante actividad previa y posterior a estos actos criminales, para conforma un puzzle genealógico y un mapa geográfico. Una especie de actos premonitorios, o recordatorios de hechos muy luctuosos acaecidos en la provincia de Valencia. Nos va diciendo de forma progresiva el lugar, el día, y el mes en que desaparecerán las tres niñas. (Alcácer,13/11)
  

-Un pie seccionado hallado en la calle Alcácer –señalando el pueblo de las tres niñas, el lugar de dónde serían escogidas las víctimas del próximo crimen “grupal”- un pie que pertenecía a una adolescente mutilada hallada en el interior de una tubería, en el kilómetro 13 de la acequia canalizada que discurre por la localidad de Turís. (número que se corresponde con el día de la desaparición de las tres niñas de Alcásser)

-Una mano amputada en la calle Fernando el Católico. Mano descrita como de pequeño tamaño, de una mujer joven. 

-Un cráneo en la calle Marqués de Caro

-Una bolsa repleta de huesos humanos hallada en el autobús de la línea 11, que hace el barrio de Patraix. (número que se corresponden con el mes que desaparecen las tres niñas y el lugar dónde se ubica el cuartel desde dónde se dirigió la investigación del triple crimen)

-Un corazón en una copa ritual en la calle Marqués de Montortal –que se corresponde con la vía del tren Montortal-Alcudia de Carlet dónde son hallados otra triada de menores muertos en “extrañas circunstancias”-

-Una mano*** momificada dentro de un guante encontrada por un vigilante en las inmediaciones “puente de Giorgeta” de la estación de tren Joaquín Sorolla de valencia.

-Huesos humanos –falanges- encontradas recientemente por  un particular en las inmediaciones de la fosa de la Romana.


***Los cadáveres de las niñas de Alcásser y de la adolescente hallada mutilada en Turís,  fueron hallados sin alguna mano. Caso Alcásser: cadáver número dos falta mano izquierda, cadáver número tres falta mano derecha, cuerpo de otra adolescente hallado en Turís al que mutilaron mano izquierda y pie derecho. Las manos de estos tres cuerpos nunca aparecieron, el pie de la cría de Turís, fue el "mismo" que el asesino mutilador dejó “colocado” en la calle Alcácer de Valencia.



El mensajero no deja de sorprendernos nunca. Si estudiamos un poco el significado de esos lugares que se ha encargado de "marcar o señalar" de la forma más macabra, veremos que los títulos nobiliarios que dan nombre a las calles de algunos de estos hallazgos, están todos directamente conectados con Alcácer/Alcásser. La población de las tres niñas asesinadas.


  





La perfilación

Complejo perfilar a alguien capaz de llevar a cabo estos hechos tan truculentos: actividad post-mortem con los cadáveres, además de dar muestras de un gran sadismo con las víctimas "todavía en vida", para luego proceder a dejar mensajes en los cuerpos, o desperdigar sus restos mutilados por calles. No hace falta ser un especialista en la materia, para visualizar que estamos ante una mentalidad profundamente perturbada.

¿Es entonces esta la personalidad patológica del condenado por el triple crimen de Alcásser? Según los informes psiquiátricos/psicológicos: rotundamente NO. Nos describen al condenado de las siguiente manera:

-Sus rasgos de personalidad no permiten establecer un diagnóstico psiquiátrico de trastorno de la personalidad
-Estado de salud mental: dentro de la normalidad.
-Carece de trastorno mental de tipo psicótico
-No se encuentran rasgos que hagan pensar en una psicopatología.


“…Su actitud es de tranquilidad, con ausencia de ansiedad, temblores, tics, u otras expresiones somáticas de angustia. No se constataron alteraciones emocionales significativas a lo largo de las entrevistas, en las que mantuvo un buen tono desde el punto de vista físico y una notable estabilidad psicológica…” (informe psicológico)



El único condenado por el Caso Alcásser, es un mentiroso compulsivo, engaña, manipula. Es también impulsivo, con comportamientos antisociales –a partir de la adolescencia y juventud- y tiene importantes carencias afectivas en su infancia –su madre murió prematuramente cuando era niño, su padre era alcohólico, se crió a caballo entre internados religiosos y la universidad laboral, para luego “torcerse” y adentrarse en la delincuencia común y el consumo de drogas-.


Pero no parece que estemos ante el perfil de un necrófilo. Ni tampoco ante el de un sádico.
  
En el crimen de Alcásser subyace “otro perfil criminal” muy distinto al del acusado. 

Y este otro perfil criminal, sí estaría directamente implicado en la autoría material del triple crimen de Alcásser, y más que probablemente  en algunos otros asuntos criminales sin resolver y con connotaciones “comunes” ocurridos en esta zona sur de Valencia.




     composición artística fotográfica -pinterest-



Además todos esos comportamientos criminales citados anteriormente,  esas conductas anómalas, “que tienen que poner en alerta al investigador” forman parte de “la firma del asesino”, muy relacionados con la fantasía violenta que alberga.

El asesino siente necesidad de expresarlas a medida que estas fantasías se van madurando, y por ello cuando se decide a convertirlas en realidad, tiene necesariamente que mostrarlas en su forma de ejecutar los crímenes. De ahí que se exprese mediante:

-la violencia brutal o sádica –Alcásser, Caso acequia de Turís-
-La mutilación –Alcásser- Turís-
-el dejar mensajes –Casos: Alcásser, Turís, Beniferri, Picassent, Pinedo-.
-el modo de atarlas y los materiales empleados para controlarlas que en muchos casos va más allá del puro control de la víctima, y expresa otras cosas: dominación y sadismo –Casos: Alcásser, Bétera, Sumacárcer.
-El tipo de víctima elegida: también se incluye en la firma: adolescentes o mujeres muy jóvenes. 

También la disposición de los cuerpos o hacer que las víctimas realicen unas determinadas conductas, sean todas ejemplos de conducta de la firma.

Son aquellos actos innecesarios para la consumación del crimen, pero que implican una parafernaria o atrezzo alrededor de la escena criminal, especialmente con la propia víctima. Implican también un “tiempo extra” para completarse. 

Estamos por lo tanto ante un perfil de un asesino que se expresa. Y esta firma o huella psicológica que deja en sus crímenes puede evolucionar en el tiempo. Así por ejemplo, un asesino necrofílico como el que nos ocupa, realiza cada vez un mayor número de actos de mutilación postmortem a medida que va matando.

En el triple crimen de Alcásser, estamos ante un perfil criminal muy complejo, pero claramente alejado de un delincuente común sin antecedentes, por homicidios o agresiones sexuales anteriores.

Quienes actuaron en el crimen de Alcásser, probablemente tenían experiencia criminal, y una mente profundamente perturbada. Esos actos “innecesarios” que hemos relatado, constituyen la plasmación de sus fantasías más bizarras. Necrofilia, mutilación, dominación, sadismo extremo. Podríamos decir, que requiere de “rastros previos específicos” en el currículum criminal. En los comportamientos sexuales vitales. Un pasado bastante “oscuro”.

Lo cual no quiere decir, que alguno de los implicados, o relacionados en el sumario oficial de los hechos, no hayan tenido nada que ver, con el crimen, en algún momento concreto.

Como citaba el propio Pérez Abellán en alguna de sus obras:

“…las niñas habrían sido raptadas por unos delincuentes comunes menores que las llevarían a un grupo de personajes conocidos…”      

“…podríamos decir que hay dos tipos de responsables, los que actuaron a pie de obra, torturando y matando a las pequeñas, y los que en su caso, les mandaron que lo hicieran. Es perfectamente posible que alguien diabólico y poderoso decididiera recoger en imágenes todo lo que allí pasó, ojo que no estamos diciendo que ocurriera, sino que no debe descartase nada. No es óbice el hecho de que no se haya encontrado ninguna cinta snuff en el ancho mundo para que aquí, precisamente, se fabricara una, la peor. Esos serían los grandes canallas de este asunto complejo con tantas preguntas por responder…”



En el caso de los actos post-mortem esto es todavía más específico o extraño de encontrar en la literatura criminal. Además parece por veces incompatible con el perfil sádico, que también está presente en el crimen de Alcásser, y que trataremos en otro post del blog.
            
Por lo tanto cabría la posibilidad de tener una serie de distintos perfiles implicados, pertenecientes también a distintas personas partícipes en las torturas sexuales y muerte de las niñas –algo que parece corroborado con los hallazgos de distintos vellos púbicos pertenecientes a distintas personas nunca identificadas, encontrados en zonas “no susceptibles de contaminación”, ropa interior y genitales  de las tres niñas. Vellos púbicos que además no pertenecían al condenado-.

Así al hablar de la agresión anal la literatura criminal, nos dice lo siguiente:

“…Es cierto que algunos agresores hacen la penetración anal –o la introducción de objetos por el ano- para hacer sufrir a las víctimas y así obtener mayor goce sexual –perfil sádico- sin embargo otros actúan así cuando la víctima ha muerto, o como forma de venganza. En estos dos últimos casos no se cumplirían los criterios del sadismo, porque la víctima no será consciente del dolor, y porque el agresor no buscaba aumentar su placer….” (La investigación criminal-Vicente Garrido-Jorge Sobral)









Es decir esos actos post-mortem, no parecen encajar con el perfil sádico autor del otro rosario de torturas sexuales y golpes inflingidos a las tres niñas. Aparentemente, porque en las perfilaciones, no hay verdades absolutas ni perfiles únicos, muchas veces  son del tipo “ mixto”. Ya que el comportamiento criminal como hemos visto “evoluciona” y no se ciñe a unos parámetros concretos o a cada epígrafe descrito en los manuales confeccionados a tal efecto.

Sin embargo sí parece atender a pautas de comportamiento de asesino serial-homicida sexual (lust murderer) asesino erótico o de lujuria. Alguien que se complace en asesinar de modo sádico y brutal a su víctima, para obtener la máxima satisfacción sexual.

Dado que tiende a repetir los crímenes por el placer que obtiene de ello, no es infrecuente que se convierta en asesino en serie. Erotonofilia. Una de las formas más extremas de parafilia.

Una parafilia se describe como una desviación sexual en la que el individuo busca objetos sexuales, rituales o situaciones específicas inusuales para alcanzar la satisfacción sexual plena. Las fantasías son un componente vital, y cada vez incluyen más escenas violentas.

Los homicidas sexuales asocian el sexo con la agresión y los temas comunes de sus fantasías son: el poder, la dominación, la violación, la venganza y el asesinato.

Junto a esta desviación sexual –erotonofilia- van asociadas normalmente otras como necrofilia –activación y gratificación sexual con un cuerpo muerto-, antropofagia –comer carne humana- sadismo- gratificación sexual lograda mediante la  humillación o el sufrimiento de los otros-, piquerismo –intenso deseo de acuchillar, herir o cortar la carne de otras personas-, vampirismo –intenso deseo de beber la sangre del otro- y flagelación –intenso deseo de golpear o azotar-. También pueden observarse conductas fetichistas.


Todas estas conductas, han sido descritas en mayor o menor medida por distintos investigadores o probadas mediante las autopsias en el caso Alcásser (actividad post-mortem, sadismo mayor, acuchillamientos, laceraciones, amputaciones, y falta de extensas zonas de piel como si fueran “cortadas”, sin descartar flagelación o conductas extremas como la antropofagia –que ha llegado a ser  citada por algún investigador del caso-. Faltan prendas, y partes de los cuerpos, se pueden considerar actos fetichistas, o de toma de trofeos.



En cuanto al vampirismo, si algo llama también la atención en el caso Alcásser, es que los cuerpos de las tres crías, carecen casi por completo de sangre –es encontrada en muy poca cantidad en una de las cavidades de uno de los cuerpos-.

Estamos por lo tanto ante un auténtico catálogo de los horrores, de alguien que está experimentado. Que ha matado, y posiblemente siguió matando después del triple crimen.

Estos asesinos además, tienen una progresión “in crescendo”, con una necesidad intensa no sólo de matar, sino de desfigurar –Caso Turís, Alcásser¿? (lo desconocemos por el estado anormal de descomposición de los cráneos, que estaban en sólo dos meses completamente “esqueletizados”), o despedazar –Turis/Alcásser- a las víctimas. Manifiestan por lo tanto, una progresión de brutalidad en los crímenes, y en cada uno de ellos se aumenta el sadismo. Los autores de estos hechos viven sentimientos de plenitud sexual con las acciones que realizan, son impulsivos, y no se sienten con fuerzas para escapar de su mundo de fantasía.

Y esta parte es especialmente importante:

“…Esa es la razón por la que buscan a sus víctimas entre las personas con las que previamente han establecido una relación, y sobre las cuales van elaborando sus fantasías y ensayando los crímenes en su imaginación…”


Qué significa esto: que los asesinos, de este tipo pueden tener un conocimiento de la víctima-s previo. Y fantasean con ellas, porque las conocen. Son por ello su “objetivo”, y con estas víctimas, son con las que darán rienda suelta a sus fantasías más perversas.


Conocimiento y proximidad.

Algo que ya abordamos en el blog al hablar de la perfilación geográfica. Implícito en el gran conocimiento del terreno a la hora de depositar los cadáveres de las victimas. Algo de lo que dan sobrada muestra, los autores de estos hechos macabros. Y es que no todo el mundo conoce esa intrincada geografía y orografía, por dónde se mueven estos demonios de carne y hueso.








Tenemos por lo tanto una aproximación muy provisional al perfil de los autores materiales de estos hechos.

El FBI encuadra a los necrófilos dentro del perfil de los asesinos en serie “desorganizados”  debido a posibles patologías mentales (psicóticos, esquizofrénicos). Pero al parecer también se da notoriamente en los asesinos “organizados” o en los “mixtos”, con lo cual es complejo apuntar en una única dirección.
 Lo que sí queda muy claro, es que son actos extremos e inusuales, y que como hemos descrito, este tipo de parafilia –actos sexuales con cadáveres- requieren de una mente profundamente perturbada.
Esta extrañísima conducta, se realiza con actos de masturbación o cópula que llevan a cabo, algunos asesinos en serie después de haber asesinado a la víctima. En otros casos incluso tienen relación con el mundo de las funerarias, para poder tener acceso a los cadáveres, y así dar rienda a sus perversas fantasías.
La necrofilia, representa la sumisión absoluta de la víctima. Algunos psicólogos históricamente la asociaron a relaciones incestuosas en la infancia.
Algunos pacientes con necrofilia han tenido una vida en común con la persona fallecida y, tras su muerte, desean seguir copulando con ésta. De nuevo observamos ese componente de proximidad (autor-víctima) en esta horrible parafilia.

En nuestro país, tenemos casos muy contados, nos sobran dedos de una mano, y en todos ellos presente, un gravísimo trastorno mental.
El caso del “arropiero” Manuel Delgado Villegas, esquizofrénico con un cuadro de delirio megalomaníaco. Asesino en serie “necrófilo” (cometió un mínimo de 22 crímenes probables, si bien confesó ser el autor material de 48 asesinatos). El otro caso conocido es el del “matamendigos” Francisco García Escalero, asesino en serie, también esquizofrénico y alcohólico. Era  un homicida sexual canibal y necrófilo (copulaba con las víctimas), además de tener una querencia especial por los cementerios -de hecho llegó a cometer profanaciones de tumbas, como reconoció en varias entrevistas efectuadas en la cárcel-.
   
En Alcásser, tenemos en cambio a un único acusado, que según los informes de los psiquiatras y psicólogas no padecía ninguna patología psiquiátrica, ni ninguna parafilia extrema conocida
Además carecía en su historial delictivo –delitos comunes contra el patrimonio- de antecedentes por agresión sexual, o delitos prototipo de este rango de agresores sexuales de menores, tales como exhibicionismo, abuso de menores, producción o tenencia pornografía de menores, etc.
                      

Pero en esta zona geográfica –por cierto muy cercana a Tous, apenas veinte kilómetros- sí tenemos algunos asuntos realmente extraños y macabros en los años ochenta.






Parece evidente, que en este caso, no se ha llegado al fondo de la cuestión. Las preguntas siguen en el aire:
¿Quienes son los verdaderos autores materiales del triple crimen?
¿Quienes fueron los que torturaron sexualmente y con gran sadismo a las niñas?
¿Quiénes realizaron actos post-mortem con alguno de los cadáveres, o introdujeron objetos en los mismos?
¿Dónde se produjeron estos “actos centrales” –tortura/ejecución- del hecho criminal?. 










Como siempre repetimos sólo tenemos constancia certera de dos hechos:

-     el lugar de dónde parten las tres niñas para desaparecer esa tarde-noche del 13 de noviembre de 1992: Alcásser.

-         el lugar dónde son hallados sus cadáveres: La Romana, ayuntamiento de Tous. Un paraje que resulta más accesible desde el cercano ayuntamiento de Catadau.




El resto del relato- el periodo de cautiverio de las niñas- está todavía por descubrir.


Entre Alcásser y Tous, tenemos además, toda una amplia representación de casos extraños, atípicos y que se prolongan en el tiempo. Muchos de ellos sin resolver.

Nosotros hemos puesto nuestros ojos en ellos, desde el primer momento. Son auténticas banderas rojas sobre el terreno.  Algo que nos lleva a visualizarlos como “un todo”, y no como hechos aislados.


Puede ser un primer paso, para entender lo que sucedía en esta zona geográfica. Por eso desde el blog planteamos desde hace tiempo una serie de hipótesis o conclusiones, fruto del análisis durante años de esta peculiar geografía criminal:

-la existencia de una criminalidad que actuó de forma serial en esta zona.

-la existencia de una serie de casos sin resolver con  posibles puntos de conexión.

-la existencia de una serie de casos grupales -con tres víctimas-, únicos en todo el país

-la existencia de otros casos criminales en la misma zona que comparten una victimología muy similar y una "firma" criminal que presenta algunas “semejanzas”.


Las cuatro patas sobre las que asentamos nuestra larga investigación.  

Material suficiente para posibilitar una investigación mucho más profunda y amplia en esta zona bien delimitada.





A las tres niñas no les robaron el dinero. Tampoco sustrajeron sus cadenas, sus relojes, o los anillos que portaban.

El mensajero parece que no quería riquezas. 

El mensajero sólo quería causar sufrimiento. Saciar su apetito sexual oscuro y depravado, y dar rienda suelta a sus más diabólicas fantasías.








Como en “The outsider” el mensajero actúa para perpetuarse en el dolor ajeno. Para recrearse, y jugar a un juego macabro. 

Un juego al que sólo él sabe jugar. Dónde su siniestra mano sitúa cada ficha en el lugar apropiado del tablero. Jugando con ventaja. De hecho ha ganado a todos, en todas las ocasiones. 

Ha salido siempre victorioso. Impune.

Pero la partida, todavía no ha terminado.