Revisando nuevas pistas. En el lugar dónde todo ocurrió.

Hemos esperado un tiempo prudencial para volver a publicar. Había demasiadas cosas en el “aire”: la famosa entrevista, el famoso programa que tantas expectativas había generado.

Pistas nuevas, reafirmaciones, teorías alternativas pero más “localizadas”.

Todo es poco, después de tantos años, millones de ciudadanos-as seguimos desconcertados por el impacto de este horrible y macabro crimen.

Los que siguen este blog, saben que nosotros hemos puesto la lupa desde hace años en una zona concreta de la provincia de Valencia.  Hemos hablado de un alto conocimiento del terreno por parte de los personajes que intervienen en estos crímenes. También de la existencia de una infraestructura localizada en el lugar que permitiría cometer esta cadena de crímenes con impunidad. Y de una mano de obra también local,  que  facilitaban o proveían de menores  una red o grupo que actuaba en la zona.

Son conclusiones que se desprenden, después de analizar durante muchos meses la criminalidad latente y existente en este contexto geográfico durante aquellos años. Los registros históricos nos ponen sobre esa pista, pero también el análisis del comportamiento criminal, el modus, la firma, la parte psicológica/expresiva de los autores de estos hechos.

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También hablamos sobre el rastro de una probable actividad “serial” en la zona, con una tipología de víctimas concreta: menores y mujeres jóvenes. Muchas de ellas víctimas “sin riesgo aparente” o personas totalmente normales, que fueron escogidas por alguna razón que a día de hoy se nos escapa.

Otras por el contrario, parecen haber coqueteado con el lado oscuro en algún momento de su corta existencia. Drogas, centros de menores, etc.

Todo está muy cerca, quizás todo es más sencillo. Reducido o localizado, como apuntan esas nuevas informaciones. O quizás no, quizás esta mano de obra local sean simples conseguidores, intermediarios, de “algo” de mayor extensión o  implicaciones más importantes.

¿Es una anomalía un triple crimen como Alcásser? Sí. En cualquier lugar de Europa, sería una gran anomalía criminológica. Sin embargo al sur de la capital valenciana todo es distinto. Los crímenes grupales parecen resituarse ahí, y no parece que sea por caprichos del azar. Tiene que existir una razón, una motivación, un porqué. Es como si un gps los ubicara en esta parte del mapa, con una inquietante exactitud. Una especie de “imán” como dijimos en otro post, que atrae a las víctimas hacia un destino insospechado y cruel.

Por eso intentamos buscar el nexo común que conecta todos estos casos sin resolver ocurridos en la zona.

Esta es nuestra principal motivación a la hora de afrontar nuevos artículos para el blog, buscar ese pequeño detalle o eslabón perdido, que ha podido pasar desapercibido, al analizar tantos crímenes.

A veces es imposible visualizar algo concreto, en medio de la ingente cantidad de información acumulada. Información derivada de la alta frecuencia criminal detectada en estos lugares.

Siempre nos hacemos preguntas, nos replanteamos las cosas una y otra vez. Tantas veces como sea necesario, para hacernos una composición de lo que pudo llegar a suceder. Es como algo “en constante evolución”, dónde nada está escrito de antemano, y dónde el objetivo es conocer “la verdad”, no una verdad a medias o una verdad prefijada de antemano en base a teorías subjetivas.

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Sería caer en la misma trampa que cayó la investigación oficial del triple crimen. Seguir una pista dejada por terceros sobre la fosa, seguir un vestigio de una escena "amañada" de forma interesada, para llegar a X personas, y X testigos. Para luego paradojicamente desechar lo que dicen alguno de esos testigos –Dolores Badal- porque su testimonio rompe frontalmente con esa verdad preconstituida, una bomba en la línea de flotación de la verdad oficial, testimonio ratificado en el juicio oral por la citada testigo.

Coger lo que sí vale, pero desechar aquello que hace tambalear todo el relato oficial de los hechos –un coche distinto al de los acusados, y la existencia de más personas que las encausadas-. ¿Es esto una investigación coherente y bien planteada o por el contrario es "justo lo que un investigador no debe hacer" y se encuentra por lo tanto viciada desde el minuto uno?. 

Una especie de "Caso Waninnkhof" dónde el instinto equivocado, las prisas mediáticas y las hipótesis prefijadas pueden más que las dudas razonables y un relato racional de los hechos. Y no se trata de tirar piedras contra las FCSE que hoy en día cuentan con excelentes profesionales, medios técnicos, y resuelven un alto porcentaje de los delitos graves. Pero a veces existen también errores, o investigadores con procedimientos incorrectos. O enchufados sin preparación en puestos de altísima responsabilidad. Y en aquellos años, todo era infinitamente peor en muchos aspectos, y muchísimo más mejorable.  

Unas niñas que nunca se subirían con dos delincuentes habituales de la zona, estando a tan sólo unos cientos de metros de su hipotético destino: la discoteca Coloors. Unos delincuentes sin antecedentes sexuales. Sin pulsiones o parafilias previas conocidas. Un condenado que una vez cumplida la condena no ha vuelto a reincidir en su pulsión sexual, al contrario que la mayoría de los excarcelados en base a la famosa “doctrina Parot”. 

Nada parece sostenerse. No hay base científica -ni en el comportamiento criminal de los autores oficiales- ni tampoco en los vestigios biológicos hallados en los cuerpos de las niñas -la única escena del crimen conocida, el resto es "humo" y cábalas, algo impropio de una investigación e instrucción judicial en un caso de una envergadura y gravedad como el que nos ocupa-. No hay testigos que los describan junto a las niñas en ningún momento, ni en el periplo de esa tarde noche. Y los que hay dan datos que "no coinciden" ni las características del vehículo ni con el número de autores.

Unos delincuentes comunes que no encajan en el perfil sádico y de alta actividad sexual extrema, aberrante y parafílica que parecen apuntar los autores de los hechos. Algo que ineludiblemente deja un “rastro” previo en el historial delictivo, o en las relaciones o interacciones de estos individuos con su contexto social y su círculo más íntimo. Máxime cuando no existía internet, y este tipo de parafilias o sexo anómalo, sádico y brutal habría que buscarlo en sitios concretos. Tiene que haber "rastros" o registros de actividad previa de estos individuos y sus parafilias. No parece un acto espontáneo o explosivo de rasgos psicóticos, sino algo larvado, evolucionado y perfeccionado en el extraño ritual y comportamiento sexual de los verdugos a lo largo de muchos años. 

¿Quién se fijó en aquellas tres niñas “normales” de un pequeño pueblo de la Horta sud?. Vinieron de lejos o por el contrario estaban allí entre ellas. Más cerca de lo que pensamos.

¿Dónde interaccionan los verdugos con las niñas? ¿En que momento? ¿Qué relación podía existir entre las víctimas, sus aficiones, sus rutinas y los sádicos asesinos?.¿Dónde coincidieron? ¿Dónde se cruzan fatalmente sus caminos?.

El rapto o captación de tres niñas en un solo acto, nos indica que existe una motivación grupal tanto en lo relativo al número de víctimas “necesarias” como en cuanto al número de partícipes en las agresiones sexuales y físicas que sufrieron las tres menores durante su cautiverio.

¿Tres menores secuestradas o captadas para qué? ¿Para un fiesta salvaje, para una orgía de depravados que acaba mal, para una reunión de personajes de la zona?. ¿Para qué y porqué tres niñas?.

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Quien había hecho “esto”, tenía que haber hecho anteriormente más actos crueles y sin piedad como este. En el mundo criminal como en cualquier otro orden de la vida, no vale improvisar. Al criminal algo se le puede torcer o salir mal, algo le puede fallar. Hacerse con tres crías era un trabajo de demasiada "enjundia" para dos chorizos sin delitos de sangre, ni secuestros, ni nada demasiado grave en su historial. Dos estúpidos que se olvidan de una receta encima de la fosa, o que suben tranquilamente con una bolsa de naranjas hasta la boca del lobo, cuando están viendo con sus propios ojos que la casa de Catarroja está rodeada por decenas de efectivos de la Guardia Civil. Rematada e inverosímilmente estúpidos. 

¿Se rastrearon determinados submundos del sexo valenciano? ¿Se rastrearon determinadas actividades con menores ocurridas en esta zona?. ¿Se siguió la pista de la gente que producía y grababa material aberrante en Valencia?

Gente con gustos macabros, sádicos, sadomasoquistas, que sí tuvieron que dejar un rastro importante. Que sí contaban con un historial altamente sospechoso y cuyo perfil podía encajar a la perfección, en alguna parte de esta historia truculenta.  

Parece que muy pocos peridodistas, investigadores, se hacen las preguntas adecuadas o parecen tenerlo todo rematadamente claro. Nosotros no. No tenemos absolutamente ninguna certeza, ni nos convence en absoluto, lo que nos cuenta el sumario, o la versión oficial de los hechos.

¿Porqué someter a las tres niñas a tanto sufrimiento? ¿Porqué ejecutarlas cuando podrían haber consumado las violaciones sin asesinarlas? ¿Porqué torturarlas y mutilarlas? ¿Qué esconde este calvario? ¿Qué enfermos pueden “disfrutar” viendo agonizar a tres menores? ¿Quién puede ser capaz de descerrajar un tiro en la nuca a tres niñas?.

Ese es el perfil más interesante de rastrear. El más oscuro. Como los propios crímenes. Precisamente el perfil que nadie parece querer investigar.

Como ya hemos visto en el blog, existen precedentes en la misma  zona de casos grupales con tintes homicidas o plagados  de interrogantes: el Triple Caso Macastre, el triple Caso Montortal, o el Caso de la acequia de Moncada-Burjassot dónde están implicados dos primos menores, además de numerosos casos de extraña y anómala criminalidad grupal -dos víctimas- y "otros" homicidios cuyas víctimas son menores o mujeres muy jóvenes “sin esclarecer” en esta parte la provincia.

¿Si los asesinos pudieron actuar antes, porqué no fueron detectados? ¿Investigaciones defectuosas, o contaban con algún tipo de cobertura corrupta en algunos organismos de la comarca o la capital?  ¿Quién parapetaba y porqué, a este grupo de sádicos que disfrutaban asesinando menores en la provincia de Valencia? ¿Qué infraestructura poseían? ¿Porqué nunca fue detectada la “escena principal” de estos crímenes o el lugar, la base, el emplazamiento dónde se cometieron “en realidad” estos actos aberrantes?

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Un escenario geográfico compartido o común: la zona sur, sus montañas, acequias y casetas. Su peculiar “coto de caza”. Dónde las víctimas caían en su “trampa”. Victimas que a veces llegaban desde la capital pero que muy curiosamente tenían “nexos” o “vínculos” que les unían a esta comarca. Como en el caso de “los tres de Macastre” y el vínculo familiar de una de las víctimas de este triple crimen, que la conectaba directamente con la localidad de Catadau. 

Vinieron de fuera para morir allí, entre aquellas montañas cercanas y malditas. Las mismas montañas dónde también encontraron su trágico  final, las tres niñas de Alcásser y otras muchas. Un auténtico cementerio de menores o mujeres jóvenes.

¿Nadie se plantea dudas razonables ante la existencia de una serie de certezas absolutas?.
Fiscales, Jueces, Policías judiciales, Perfiladores, Forenses, Psicólogos, Criminólogos. 

Me llama poderosísimamente la atención, que no haya voces cualificadas, discordantes con la teoría oficial, en la opinión pública. Por desgracia las pocas que quedaban o se han ido, o han sido acalladas. Y los que intentan reescribir esta historia son tildados de "conspiracionistas".

¿Es acaso ser conspiracionista, mantener que en la misma zona existen casos “similares” ocurridos en la misma época y que están sin esclarecer.?

Lo verdaderamente conspiracionista es ocultar esta "realidad latente" al resto de la sociedad valenciana y española. 

Todo parece confluir ahí,  en una misma cuadrícula. Una zona bien acotada, aunque de gran extensión geográfica.

Allí tenían su lugar seguro los verdugos.

Allí trampeaban y cazaban a las víctimas, las aseguraban o inmovilizaban, para prolongar un cautiverio terrible, repleto de torturas y abusos sexuales. Allí posiblemente también las ejecutaban.

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Maniatar, acuchillar, asfixiar, y disparar. Violar, abusar, golpear repetidamente, lacerar, fustigar, inmovilizar, introducir objetos, mutilar.

Para luego desperdigar los cadáveres en esos escenarios finales rurales con “seguridad”, es decir no demasiado lejos de ese santuario o lugar seguro para los criminales.  Un punto intermedio entre el sitio dónde cazaban y los lugares dónde abandonaban los cadáveres de las víctimas. Un lugar que nunca fue detectado.

   GOOGLE MAPS / RECREACIÓN APROXIMADAS DE ZONAS DE ACTUACIÓN.

Poder y control. Degradación y perversión.  Seguridad y tiempo. Experiencia.

Seguiremos hablando de todas estas cuestiones en un post que esperamos publicar pronto. En concreto, parafilias o actividades que pudieron tener algún tipo de relación con en esta cadena de crímenes.

Nuestra intención es publicar, con una cierta regularidad, pero ante todo somos un blog en el que lo que nos mueve, es la labor de investigación/indagación. No se trata de publicar datos de relleno, sino de ofrecer contenidos del mayor interés posible para los lectores, y también para nosotros mismos. Contenidos que nos motiven a avanzar en la búsqueda de datos novedosos, o aspectos desconocidos de estos casos criminales.

En esta ocasión, nos encontramos trabajando de nuevo sobre una red de producción de material aberrante con menores que actúo en las inmediaciones de la zona dónde se movían las tres niñas en los años ochenta y noventa. Una red que pusimos sobre la mesa, cuando era una "gran desconocida" para los seguidores de este y "otros" casos, rescatando noticias de la epóca, reconstruyendo su engranaje criminal e indagando en los principales responsables, destapando una auténtica caja de pandora -por el posible lugar de origen de alguno de sus componentes-.

Una novedosa información volvió a captar nuestra atención recientemente, para volver a tirar del hilo, y seguir indagando sobre la pista de la actividad de esta diabólica red de filmación de cientos de menores valencianos entre los años 1984-1994 con contenidos tan aberrantes como la zoofilia. Seguimos trabajando sobre el rastro de alguno de sus peculiares componentes y las distintas ramificaciones nacionales e internacionales de esta red. 

En ello estamos. Muchas gracias por la confianza depositada en este humilde blog y por seguir ahí, al otro lado de la pantalla, leyéndonos e interaccionando con el blog, después de todos estos años de largo viaje. 

 “Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender”  

Ortega y Gasset