Entramos en una especie de
letargo estival, que desacelera los ritmos y la actividad, de ahí la tardanza
en actualizar las entradas del blog. Poco a poco iré retomando la rutina, con
la publicación de nuevos artículos.
Aprovechar también para daros las
gracias por las más de 50.000 visitas a este humilde blog. En esta nueva etapa, añadiré una colaboradora al blog -también criminóloga- que irá aportando diversas indagaciones muy interesantes, además de novedosas.
Este blog, tuvo claro desde un primer
momento su objetivo: intentar abrir nuevas vías en el abordaje de los temas que
nos ocupan, tratando de aportar datos nuevos o poco conocidos, basados en
hechos constatados por fuentes documentales, o con un respaldo lo más objetivo posible sobre las informaciones publicadas.
A la vez que hemos ido
descubriendo esas informaciones, esos nuevos datos, que nos ilustran sobre el sorprendente
contexto sociológico y criminógeno de la época, las hipótesis también van explorando nuevos caminos; como una especie de brújula que intenta encontrar el rumbo más adecuado y certero.
Se hace necesario por tanto, no
partir de premisas preconcebidas, ni tener finales escritos, para poder otear
el horizonte con la mayor claridad posible.
Hemos abordado casos criminales
muy complejos, no resueltos, o resueltos en caliente, de forma parcial o muy precaria. Esa es la causa de que existan tantas incógnitas,
y a la vez tanto interés por conocer más detalles sobre estas trágicas
historias. Un conocimiento por desgracia, al que tenemos un acesso muy limitado y estancado.
Anulado a veces. Borrado.
Volver sobre los pasos mal dados,
reiniciar investigaciones, abrir nuevas vías de investigación, son deudas contraídas con la sociedad de este país, principalmente con las víctimas y sus familias, pero también con el resto de los ciudadanos. Así debería ser, pero no parece el caso.
Seguiremos por lo tanto caminando hacia ese rumbo deseado, adentrándonos por caminos sórdidos y oscuros, utilizando para ello las mejores y únicas armas de las que nos podemos dotar: fuentes escritas, el sentido común y la lógica razonada.
Porque nada debería ser un hecho aislado o casual, dónde la casualidad parece no existir. Hablamos de triples crímenes de adolescentes, en
apenas un pequeño puñado de kilómetros, en una zona muy concreta, sembrada también
de otros casos sin resolver.
En las próximas entradas, iremos analizando
y desglosando algunos paralelismos, que nos trasladan a unos hechos realmente
dantescos, y retorcidos que corren paralelos en el tiempo.
Iremos desgranando ciertos aspectos de una teoría, “conspiranoica”
para los detractores, o por contra la más acertada y aproximada -para una inmensa mayoría-,
sobre las motivaciones que se esconden tras estos crímenes sádico sexuales.
Leyendas urbanas, conspiraciones,
informaciones interesadas, teorías descabelladas, o por el contrario un endiablado
entramado con amplias ramificaciones, protegido, inalcanzable, insondable.
“Remover y rebuscar debajo de tantas piedras, es demasiado peligroso. Siempre
hay alguna serpiente agazapada, cargada de veneno, y desperezándose del letargo
invernal”
Hemeroteca > 02/03/2004 >
Dutroux afirma que sólo fue el peón de una red mafiosa de
explotación sexual
Empieza en Bélgica el juicio contra la banda de pederastas que asesinó a
cuatro niñas en 1996, un caso que conmocionó a toda la opinión pública europea
“La investigación en Bélgica paralizada. El juez que quería saber la
verdad “.
…Jean-Marc Connerotte, el juez original de la causa, rompió a llorar
ante los medios cuando tuvo que describir los coches blindados y los
guardaespaldas armados que lo protegían de oscuras y muy poderosas
personalidades que querían detener que la verdad saliera a la luz, agregando
que nunca antes en Bélgica un magistrado había sufrido tanta presión. También
llorando describió cómo la policía les había advertido a él y a otros jueces
vinculados a la causa, que se habían contratado a sicarios para asesinarlos.
Connerotte también confesó que la investigación estaba seriamente obstaculizada
por la protección que el gobierno ejercía en favor de varios sospechosos. "Raramente
ha sido puesta tanta energía en contra de una investigación", agregó
el juez. Connerotte creía que la Mafia había tomado control del caso por
lo que se creía que Dutroux y secuaces pertenecían a una organización.
El equipo policial que investigaba y cotejaba los testimonios de las
testigos protegidas del caso, también fue apartado sin explicación.
Al menos 25 testigos directos
del caso, algunos de los cuales se disponían a contar a las autoridades
lo que sabían sobre la supuesta red de sádicos, fallecieron en extrañas
circunstancias: suicidios, extraños accidentes…el juez tenía más que razones
para estar preocupado por su integridad…”
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