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miércoles, 11 de marzo de 2015

ZONA SUR (3) SECUESTROS CON FINAL FELIZ.





















Este relato arranca un mes de febrero del año 1992 -el mismo año en que desaparecen las tres niñas de Alcásser-. Eran las ocho de la tarde cuándo la niña de 6 años de edad M.D.M.L se disponía a entrar en el portal de su casa acompañada de su madre, en zona de El Saler-Valencia -zona en la que existía una inusual actividad criminal en aquellas épocas, como veremos en su momento-. 
En ese momento fueron abordadas por un individuo que sin mediar palabra dio un fuerte golpe a la mujer, y se llevó a la niña. La madre impotente tuvo que contemplar como el hombre introducía a su hija en un turismo y emprendía la huída. Inmediatamente alertó a las FCSE. Se activó en ese instante un protocolo que cercó las salidas de Valencia. Igualmente todas las patrullas rurales de Valencia y Alicante, estaban alertadas del citado hecho. 
Gracias a ese cerco, el vehículo del secuestrador fue interceptado cuándo se aproximaba a la localidad de Quatretonda (población sita entre Gandía y Onteniente). El individuo detenido tenía antecedentes -por robo-. La niña estaba en perfecto estado.El secuestrador no había realizado ninguna llamada solicitando rescate, no había un móvil aparente. ¿Para que quería un delincuente común -sin antecedentes por agresión sexual- una niña de seis años?. Otra hipótesis sería plantearse ¿A quien o a quienes llevaba la niña este delincuente común?. Por suerte en esta ocasión todo se resolvió rápidamente y felizmente. En sólo cuatro horas fue solucionado el caso. 
Este hecho pone de manifiesto la extrema "dificultad" para desplazarse entre poblaciones muy distantes (de Valencia a la zona de Gandía hay unos 70 kms.) con una víctima retenida, y la eficacia de las FCSE en las operaciones de cierre a nivel provincial e interprovincial en caso de un hecho grave como el descrito. En el caso de las niñas de Alcásser, esa dificultad se incrementa notablemente, pues eran tres las niñas secuestradas. Pero la criminología nos indica que existen distintas formas de abordar a una o varias víctimas en caso de secuestro o rapto. Por sorpresa, mediante un ataque denominado relámpago, con intimidación -armas cortas o de fuego-  o mediante "engaño". 

Esta otra acción transcurre en el año 1995, L.M. una niña de sólo 8 años de edad de la localidad de Moixent-Valencia muy próxima a Onteniente, que se encontraba de campamento en Guardamar del Segura-Alicante, fue raptada. La niña no opuso resistencia ya que pensó que su captor era un monitor del citado campamento. La menor apareció sin haber sufrido daños, al cabo de dos días. Con la descripción facilitada fue detenido un hombre de 38 años que frecuentaba aquella zona. Según la noticia de prensa, el secuestrador afirmaba que "no sabía que hubiera hecho con la niña de haberla tenido un día más". Afortunadamente no fue así. 
Una de las niñas de Alcásser, Mirian, semanas antes de que sucedieran los trágicos hechos acudió con sus compañeros de clases a un campamento en la zona de Lliria. Zona también especialmente "sensible" y "activa" en aquellas épocas. Lo veremos también en su momento.

Para finalizar esta secuencia de secuestros de menores con final feliz, relatar un hecho ocurrido muy recientemente -lo que viene a evidenciar que continúa habiendo "algo", en toda esa zona que demanda menores con alguna finalidad desconocida, pero que  sin mucho esfuerzo podemos imaginar que podría tener que ver con una finalidad macabra y a todas luces ilícita. 

El 22 de mayo de 2013, una chica de 15 años hacía footing por un camino cerca del río vinalopó cercano a la población de Banyeres de Mariola -población por cierto "pegada" a Onteniente-. Una furgoneta color gris plata se paró a su altura, y el conductor le preguntó algo a la joven. Mientras la chica estaba distraída, otro individuo bajó de la furgoneta y la agarró por detrás.Los dos hombres de entre 20 y 30 años de edad la metieron en la furgoneta a la fuerza y emprendieron la huída. Los raptores llevaban gafas de sol y el conductor un piercing en la oreja. Uno de los captores sacó entonces un líquido de la mochila, que podía ser para sedar o adormecer a la víctima. Aprovechando una parada de la furgoneta en un stop. La chica propinó un mordisco y una patada a uno de sus captores, abrió la puerta de la furgoneta y escapó monte a través. La chica se coló por un agujero en una zona vallada, y se ocultó en el monte, construyendo una especie de refugio con ramas, dónde esperó a que anocheciera. Su inteligente estrategia y la sangre fría que demostró le salvaron de caer de nuevo en manos de aquellos desalmados. Una vez comprobó que no había peligro, regresó a casa donde relató lo sucedido. La G.C. de la población, tras recibir la pertinente denuncia, pudo comprobar que el relato de la joven era del todo coherente. Pudieron comprobar las huellas dejadas por los neumáticos de la furgoneta en el camino. El agujero en la valla, las ramas que le sirvieron de refugio, y un arañazo en el brazo de la joven que el secuestrador le hizo durante el forcejeo para evitar que huyera.
La joven declaró que la furgoneta empleada en la tentativa de secuestro sólo tenía una fila de asientos, y la zona de carga separada de la cabina del conductor. 
La P.J. -policía judicial g.c.- planteó la posibilidad de que se tratara de un secuestro exprés para obtener dinero con un rescate. Pero la familia aparentemente no tenía un perfil que se ajustara a esta hipótesis -el padre de familia tenía un taller mecánico- 
Se plantean aquí varias cuestiones. ¿Tenían a la niña vigilada y aprovecharon el momento más oportuno para lleva a cabo la acción? o por contra fue algo casual, aleatorio, salieron de "caza" por una zona dónde chicas jóvenes acostumbran a practicar deporte o pasear.
Sea como fuere, esa zona concreta parece ser un punto de destino final, dónde convergen secuestros con víctimas jóvenes. ¿Casualidades? 

  fotograma película "aparecidos".



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