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jueves, 20 de abril de 2017

Revisando el Caso Macastre (3). Los primeros hallazgos.



“En un círculo de 20 kms alrededor de Macastre en 10 años ha habido 23 desapariciones y han aparecido 18 cadáveres.” (La sexta. Más vale tarde/ tras la pista)


El hallazgo de los cadáveres:

El día 19 de enero de 1.989 –cuatro días después de haber sido vistos por última vez en la zona de Montroy-Catadau-  un pastor encuentra el cuerpo de uno de los tres componentes de la pandilla.  Rosario es hallada en el interior de una caseta, propiedad del autor del macabro hallazgo,  en medio de los montes de Cuerna (Fuente Cuerna) en la localidad de Macastre.



   En rojo: ubicación " Fuente Cuerna" -Macastre.

“…Una caseta junto a Fuente Cuerna, el lugar donde un pastor encontró el cadáver de una joven de 15 años. Fue el 19 de enero de 1989, hace ya 20 años. "Mi cuñado se levantó pronto esa mañana y salió al campo", relata Almendritas, vecina de Macastre, tras el postigo de su casa. "Él no quiere hablar de ese tema porque se pone muy nervioso. Ha tenido pesadillas y le sienta mal recordarlo. Está muy mayor". El pastor se dirigió a la caseta, un cobertizo en la zona de Cuerna junto a la carretera donde guardaba utensilios para el oficio. "Entró y vio a una chica en la cama que él tenía allí, le tocó con un pie y estaba muerta" (diario El País)

Entre el lugar dónde son vistos y el lugar del hallazgo media una distancia de más de treinta kilómetros. No existía transporte público en aquella época. ¿Cómo llegan hasta allí? ¿porqué aparecen en esta caseta tan alejada?. 
Alguien tuvo que trasladarlos.

  
La caseta tenía la cerradura forzada. El candado que cerraba la puerta, nunca apareció, sobre este particular ya hablamos anterioremente –parece tratarse de un «acto de precaución-» Se tomaron la molestia de hacer desaparecer este objeto de la escena dónde se produjo el hallazgo.





El cadáver de Rosario yacía apaciblemente tumbada en una cama, cómo dormida. No existe desorden en la caseta, todo está en su sitio. Los investigadores no encuentran nada anómalo. No hay evidencias de interés criminalístico*. La joven tiene la cabeza colocada sobre una almohada** y el pantalón vaquero tiene la cremallera bajada, dejando ver una parte del abdomen –como en el caso descrito de la chica de Beniferri-. Con aspecto de placidez, según lo describe el pastor que halló el cuerpo.

*Al igual que en el caso Alcásser observamos la presencia de una caseta de aperos de usos agrícolas, como escenario «supuesto» dónde se  desarrollan los sucesos trágicos. Sin embargo en las citadas casetas no fueron encontradas evidencias biológicas -lo que podría reforzar la idea de un posible «traslado de los cuerpos de las víctimas» desde otro lugar intermedio -la verdadera escena del crimen dónde se podrían haber desarrollado los hechos-. Escenarios finales posiblemente «preparados» o simulados, para facilitar el descubrimiento de los cuerpos.



Staging’ o escenificación /escenas simuladas o amañadas
“…El ‘staging’ o escenificación (escena simulada) se define como la organización de la escena del crimen por parte del autor. Cuando un delincuente “dispone” el escenario del crimen a su voluntad, puede deberse a dos motivos principales: que quiera desorientar a los investigadores, obstaculizando su tarea, o que quiera conmocionar a la persona que se encuentre el cuerpo de la víctima y a los investigadores del delito… Las ‘banderas rojas’ o inconsistencias también pueden hallarse a nivel forense. Cuando los resultados de la autopsia no encajan en el crimen, se puede estar ante un caso de escenario simulado…”

“el objetivo fundamental por el que un perpetrador simula una escena del delito es el de dirigir las investigaciones policiales lejos de su identificación” (Manual de investigación psicologica del delito)


¿Podría ser la caseta de Macastre un escenario “simulado” y no corresponderse con el verdadero escenario donde se suceden los hechos?. Es una posibilidad a tener en cuenta en base a la falta de indicios criminalísticos, la especial “colocación de la víctima”, y el forzamiento de la entrada. La aparición del segundo cuerpo, como veremos más adelante, no hará sino aumentar esta percepción –los cuerpos fueron depositados allí de forma sucesiva, tras ser trasladados desde otro lugar distinto-.



Respecto a la especial “colocación o disposición”, que presenta el cadáver de Rosario, nos surgen algunas preguntas:

La víctima falleció en esa posición tan "ordenada", situada o "colocada" sobre la cama con tal alineamiento, que parecía apaciblemente dormida –como es descrita por el pastor- o ¿Pudo ser colocada por terceros en esa posición tan incomprensiblemente "perfecta" -boca arriba, la cabeza sobre un almohada, y los brazos pegados al cuerpo-?. Aparentemente esa preparación o escenificación, atendería -o pretendería aparentar-  una muerte no violenta. Pero no era para nada normal que una adolescente de tan corta edad, falleciera por “causas naturales”. Sobre este peculiar forma de posicionamiento del cadáver, existe bibliografía de psicología criminal, que puede aportar datos de mucho interés sobre este aspecto, relativos a los actos de remordimiento del criminal o “undoing”. Datos muy relevadores:





** La posición de la víctima
La posición en la que se encuentra la víctima también tiene que ser tomada en especial consideración. El agresor tiene dos motivos principales para modificar el estado de la víctima en el lugar de los hechos.
El primero es porque se siente culpable de sus hechos. Es lo que se conoce como ‘undoing’ y se trata de una conducta de remordimiento que lleva al criminal a tratar de ‘deshacer’ su delito lavando el cadáver, colocándole bien la ropa, situándolo en la cama con la almohada bajo la cabeza o rodeándolo de sus objetos más preciados. En muchas ocasiones, estas conductas delatan que víctima y agresor tenían una relación previa.

El segundo motivo se referiría a actos hostiles o de despojamiento –no es el caso-.

El undoing: un ejemplo muy ilustrativo:

El siguiente caso ejemplifica una “reparación”: un hijo apuñaló a su madre hasta matarla durante una tremenda discusión.


La cubrió con una manta y plegó sus manos encima de su pecho para que pareciese que estaba durmiendo plácidamente. El demostró su arrepentimiento, tratando de anular emocionalmente el asesinato. Otras formas de “reparación” incluyen, un ofensor que baña, limpia el cuerpo, cubre el rostro de la víctima, o cubre totalmente el cuerpo con algo.


Sobre este mismo aspecto ya hablamos al estudiar el Caso Alcásser, especialmente refiriéndonos al “curioso” e “inusual” acto de vestir al cadáver o colocar bien la ropa. En el caso de Rosario, el pantalón se encuentra con la cremallera abierta, pero la ropa interior se encuentra manchada y en los genitales se descubren restos de una materia desconocida que por algún “medio” indeterminado han sido depositados en esos órganos (cómo veremos más adelante, en el apartado de la autopsia, estos restos desconocidos, no parecen tener origen en la propia víctima). 
Es decir, podría haber existido una manipulación “previa” del cuerpo –desnudo o en ropa interior-  con las citadas sustancias que evidenciarían algún tipo de connotación sexual o ritual sobre el citado cuerpo. La pregunta es ¿pudo ser vestida de nuevo Rosario después de fallecer? Y respecto a la cremallera ¿porqué aparece abierta y dejando ver parte del abdomen ?, siempre se barajó la posibilidad de que la joven se sintiera indispuesta y se desabrochara el pantalón por sí misma. Cabría otra opción, que en ese acto de vestir de nuevo su cuerpo post-mortem–con intervención de terceros-, estos se encontraran con demasiadas dificultades a la hora de subir o cerrar la cremallera completamente, debido al tipo de prenda, y  a los cambios de naturaleza físico-química que tienen lugar una vez se ha producido el fallecimiento – rigidez, como detalla la autopsia “que ya se había resuelto en el cuello y en los miembros superiores, pero que se mantenía todavía en los inferiores…”.-. Respecto a la prenda en cuestión, según el sumario la joven llevaba puesto un pantalón muy ceñido: “… pantalón vaquero negro muy ceñido…”


A su alrededor también aparecen sus enseres u objetos de valorno son sustraídos al igual que en el caso Alcásser-. Lo más llamativo -si medió la intervención de terceros en la colocación del cuerpo- podría ser ese “conocimiento previo” entre la víctima y su agresor-es. Se conocían, parece querernos decir con este tipo de actos el agresor-es, por eso “colocan” a la víctima en una posición apacible, vestida –postmortem- y bien colocada sobre la almohada de la cama, como amortajada – en una acción típica de la conducta de remordimiento-. Actos claramente “diferenciadores” y “exclusivos” , por lo tanto de gran interés criminalístico. Podrían ser indicadores valiosos de la “firma” –actos inconscientes- que no son necesarios para perpetrar la secuencia del acto criminal, y que describen esa parte psicológica, introspectiva u oculta que los asesinos seriales plasman en sus crímenes, sin pretenderlo.


Según los insvestigadores el cuerpo de Rosario, tenía la cabeza apoyada en una almohada, y el cadáver se encuentra en la posición decúbito supino, con la cabeza ligeramente inclinada hacia la izquierda. No existía desorden, ni datos de interés criminalístico. Salvo la tienda de campaña, la cual aparece en el interior de la caseta, intacta. No estaba abierta. 
Si iban a pernoctar en casetas, y tenían garantizado “un techo”,  para qué llevaban entonces una tienda de campaña. Lo más idóneo sería llevar sacos de dormir, utensilios para cocinar, etc. La época del año –invierno- además no invitaba a pernoctar en una tienda de campaña.

Junto al cuerpo de la joven se encuentran sus enseres o pertenencias:  dos pulseras con dos inscripciones. Ambas contienen datos de dos individuos desconocidos.
Al levantar el cadáver caen dos notas, una con un teléfono –de la persona para la que trabajaba la joven como canguro- y otra con el número de teléfono de la madre de Valeriano. También aparece una alianza con una inscripción y una fecha.
Dado que la joven, estaba indocumentada –es este, otro dato muy curioso, tres jóvenes menores de edad “errantes” deambulando sin el documento nacional de identidad se arriesgaban a ser trasladados a un cuartel para su identificación, ya que en esa época era obligatorio portarlo, (de hecho en el caso de las niñas de Alcásser, parece que sí
iban documentadas, -llama la atención que una de ellas llevara incluso el pasaporte-: 

 “…EN ALZIRA A DOS DE FEBRERO DE MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y TRES
Ante S.Sª asistido de mi el Secretario comparece el Guardia Civil, adscrito a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, con carnet nº 20.XXX, y en este acto hace entrega al Juzgado de los siguientes efectos:
Tres bolsas de efectos personales de las fallecidas.
El D.N.I. de las fallecidas Antonia y Maria Deseada y el pasaporte de la fallecida Miriam…"
  
(Sobre este aspecto hay algunas discrepancias porque estos documentos identificativos no figuran en las reseñas de objetos hallados a las tres niñas -aunque en este caso existen también objetos no reseñados, otros que han desaparecido, e incluso mal descritos). Además estos documentos de identidad son entregados al juzgado junto a otras pruebas halladas, y los efectos personales de estas)

Volviendo al caso que nos ocupa, el caso Macastre, el cuerpo de Rosario aparentemente no presentaba signos de violencia.
Los investigadores, pensaron que había fallecida de forma natural o como consecuencia de una sobredosis de alguna sustancia. En un primer momento los investigadores desconocían que la joven pudiera ir acompañada. Tampoco había denuncias de desaparición de los otros dos jóvenes –acostumbraban a estar largos periodos fuera de sus hogares, por lo que era “normal” que no los echaran en falta-. Por si fuera poco nadie parece reconocer a la víctima en la zona de Macastre dónde se realizaron pequisas para averiguar la identidad del cadáver –algo normal ya que los tres jóvenes parecían moverse principalmente en la localidad de Catadau como hemos visto- . Nadie, salvo una vecina, próxima al lugar dónde son hallados, que sí los recordará, como veremos más tarde.

Los investigadores tardan casi dos días en identificar a la víctima. Es entonces cuándo se tiene constancia de que la niña no iba sóla.
Pero al parecer no se hicieron demasiadas gestiones para localizar al resto de los compañeros. Algo realmente llamativo, tratándose de menores de edad. Además existían elementos “inquietantes” en el lugar del hallazgo: un candado roto, que no aparecía, y que evidenciaba dos posibilidades:

-la joven había buscado refugio en la caseta, y había roto el candado para acceder a esta.
-Los autores de los hechos –pisadas de cuatro personas distintas con números de botas pertenecientes a personas “adultas”-  tras forzar el candado de la caseta, acceden al interior con la joven, y dejan el cuerpo sobre la cama perfectamente “colocado”.




La autopsia de Rosario:

Detecta algunos aspectos anómalos y que llaman la atención de los forenses:
-La presencia de sangre en la ropa interior a la altura de los orificios vaginales y anales. No existían lesiones en el aparato digestivo, que justificaran esos sangrados. Los médicos forenses, aseveran en el informe que “les llama la atención” la aparición de ese
líquido sanguinoliento en la mucosa vaginal dónde aparentemente no existían lesiones. Rarísimo también.  ¿Cómo había llegado la sangre allí entonces, sino existía sangrado interno, ni había lesiones en los órganos que justificasen su presencia?. Algo no cuadraba.  En la ampolla rectal además se detecta abundante líquido blanquecino similar al semen.

El liquido blanco se analiza en el Toxicológico de Valencia y en Madrid.
En primera instancia –Toxicología-Valencia- parece que detecta que la sustancia es compatible con semen, pero la sorpresa salta  en el Toxicológico de Madrid dónde se descarta que la muestra se trate de semen. El caso es que  tampoco aclara qué era ese líquido blanquecino. Extrañísimo. ¿Cómo puede haber esta divergencia entre ambos Institutos?. ¿Se degradó la muestra durante el envío a Madrid? ¿Qué ocurrió entonces?

Respecto a la presencia de semen en agresiones sexuales, según la bibliografía existente se detallan algunos aspectos de interés:

“..En los casos de agresión sexual, no siempre se encuentra semen, puede ser debido a una eyaculación fallida, azoospermia, o incluso al uso de un preservativo.
-Pueden recogerse espermatozoides de un cadáver durante varios días después de la muerte –caso de Rosario-, o al menos hasta que se encuentre en avanzado estado de descomposición…” Manual de Patología Forense







Si los restos biológicos no pertenecían a la víctima o lo que es lo mismo, no provenían del interior de su organismo, existía la posibilidad de que pertenecieran a terceros, o que este tipo de restos «indeterminados o desconocidos» hubiesen sido colocados o dispuestos, impregnando los órganos sexuales de la joven. Pero ¿Porqué y para qué?.

En este caso se apuntó directamente al consumo de una planta visionaria «el beleño» (utilizada en rituales de brujería desde tiempos inmemoriales)

"...Cuando se estudia la historia de las ciencias, especialmente sus puntos de contacto con la brujería y con la magia, hay que comprender que el uso de sustancias vegetales, minerales o animales combinadas entre sí en algunas de sus partes a menudo eran más molestas que inofensivas; ejercían un papel muy importante sobre los órganos de las personas que se creían embrujadas, la imaginación y el ánimo de los que están influenciados por esta planta del beleño parecen ser transportados a otro mundo, experimentan sentimientos particulares en su cerebro, los músculos faciales se contraen, todo en ellos describe una situación de terror, sin embargo hay algunos que despiertan bruscamente y huyen lanzando gruñidos, jadeando y se encierran presos del miedo, la influencia del enervamiento los lleva a la situación de sueños fantásticos debido a la absorción de los filtros mágicos..."






"...Los magos se servían de la infusión de los granos del beleño, los usaban principalmente para procurar locura momentánea..."

De hecho el beleño no sólo era sólo consumido por vía interna, inguiriéndolo o inhalándolo para obtener estados de euforía y alucinación durante el transcurso de los rituales esotéricos.

"...Respecto a sus aplicaciones mágicas, las hojas se usaban para preparar tés o decocciones. Las bayas, en forma de cápsulas con numerosas semillas en su interior, se utilizaban en rituales en los que se aspiraba el vapor que producen al quemarse.
Según la leyenda, el beleño crecía en los lugares donde caía el semen a veces eyaculado por los ahorcados (durante las últimas convulsiones antes de la muerte o por erección)..."

Precisamente este tipo de plantas visionarias eran también utilizados como emplasto en rituales de brujería, untando o impregnando los órganos genitales.

Los datos que manejan los historiadores revelan que las brujas untaban el jugo del estramonio, la mandrágora y la belladona en un palo o directamente en la vagina, lo que les llevaba a creer que volaban subidas a una escoba y les provocaba alucinaciones y orgasmos.

O utilizando esta pócima para generar un desenlace totalmente distinto: la confesión de actos de brujería:

El ungüento de Beleño está reconocido como el arma que se utilizaba a la hora de conseguir que las mujeres se declarasen culpables de brujería, se les ponía en axilas, bajo vientre, recto, etc. y ellas confesaban tras vivir la experiencia que les provocaba la droga.




De hecho existe constancia de «hechos con connotaciones esotéricas muy similares» en otros casos criminales de la época. El caso de la joven Ana María J.C. desaparecida en Huelva en febrero del año 1991 y hallada dos meses después horriblemente asesinada, pudo tener como transfondo un extraño acto ritual –según la carta de un arrepentido que falleció poco tiempo después, apodado “El brujo” en la que se autoinculpa -aunque también habla de un grupo de gente, a los que no delata-. En la misiva se cita también la existencia de una pócima que es introducida en los órganos genitales. “…Impregnaron el cadáver con una sustancia y «por el culo le metí en la ceremonia hierbas impregnadas en una "pocinga" de sangre de un gato negro», dijo Barrera.
En su informe ante la Sala, los médicos forenses mostraron su extrañeza por el tamaño y características de las manchas de sangre («llama la atención el tamaño de la mancha -4 cmts-, es demasiado para una gota que se desprende y va goteando»). Los peritos dieron por sentado y por descontado que se trataba de sangre humana y no la analizaron…”.

Nunca se supo cómo llegaron esas sustancias –la sangre y el "abundante" líquido blanquecino “desconocido”-  a los órganos genitales de Rosario. Ni el cómo, ni el porqué, ni el para qué. 







Otros hallazgos de interés médico legal en el cuerpo de Rosario:

También se detecta la denominada “mancha verde” en el cuerpo de la joven Rosario. Lo curioso es que se describe que esta aparece en un lugar anómalo –en el pecho, cuello y hombro- y no como cabría esperar, en el abdomen.
Esa anomalía en la distribución de la mancha verde, es compatible con una muerte por sumersión y abre otro tipo de hipótesis.




  “…El periodo colorativo o cromático se inicia con la mancha verde que se localiza en la fosa ilíaca derecha extendiéndose después a todo el cuerpo, este periodo se inicia 24-36 horas después de la muerte. (a las 14 hs del fallecimiento en tiempo caluroso, en torno a las 48 hs del fallecimiento en condiciones normales y a los 12 días en las condiciones de tiempo frío). No siempre la mancha verde comienza en la fosa ilíaca derecha, en ocasiones puede empezar en otros lugares, así en las muertes por sumersión empieza en pecho y cuello”   Manual de Criminalística y CCForenses-.










Según la autopsia, Rosario había muerto tres días antes por parada cardiorrespiratoria.

Se apuntó a algún tipo de asfixia como causa de la muerte, pero finalmente la causa que provocó el óbito de la joven no se  logró determinar. Asfixia no mecánica  producida supuestamente por algún tóxico “desconocido” -se habló de intoxicación por monóxido de carbono posiblemente por el uso del benzol o disolventes-


Determinar este tipo de muertes es sumamente complicado:
(Extraído de una tesis doctoral de la Universidad de Valencia):

El diagnóstico de asfixia como causa de muerte, sigue siendo hoy día uno de los problemas más complejos de la patología forense.
Clásicamente se han establecido dos grandes grupos las denominadas “asfixias mecánicas” y “no mecánicas“. Las “mecánicas” incluyen todas aquellas situaciones en las que existe un impedimento puramente “físico” al paso del aire (presencia de objetos o material extraño en vías respiratorias, compresión extrínseca del cuello, etc.) y las “no mecánicas” o sutiles (2) serian todas aquellas en que se interrumpe el intercambio del oxígeno por otros medios.

Entre estas hay algunas de especial interés criminalístico:
SOFOCACIÓN POR BOLSA DE PLÁSTICO Se produce tras introducir la cabeza por completo en una bolsa de material no transpirable (generalmente de plástico), pudiendo quedar ésta ajustada al cuello o abierta y existiendo o no otros factores aceleradores o coadyuvantes del proceso de muerte (gases, tóxicos, compresión cervical) (12).
¿Y este tipo de asfixia a qué tipo pertenece?
Respecto a su fisiopatología hay controversia (13) puesto que habitualmente se incluye entre las sofocaciones producidas por oclusión de orificios respiratorios (10) pero también cabe la posibilidad de que el mecanismo letal consista en la carencia de oxígeno por agotamiento de aire respirable (14) (13) (6). Incluso por un mecanismo inhibitorio (15) debido a la estimulación del sistema nervioso simpático que termina en una arritmia fatal (11).






La causa probable de la muerte de la joven fue una parada cardiorespiratoria/asfixia no mécanica.
Siguiendo sobre la pista de este tipo de sofocación por bolsa de plástico, podríamos preguntarnos: ¿A qué etiología se corresponde?:
Su etiología puede ser suicida, accidental u homicida (16). Como método suicida es poco frecuente en nuestro entorno (aunque al parecer ha sufrido últimamente un repunte)
Lo realmente interesante, sin embargo está en otros grupos de edad:
En adolescentes jóvenes se puede producir por inhalación de disolventes ("sniffers") y en adultos en el curso de prácticas autoeróticas.* Las muertes homicidas son poco comunes y acontecen en grupos extremos de edad o en situación de indefensión.


*Este tipo de prácticas nos lleva a otro submundo: Concretamente nos referimos a una práctica que suele formar parte dentro del BDSM (Bondage, Dominación/sumisión y Sadomasoquismo). La asfixia erótica, también conocida como hipoxifilia:  es la práctica sexual que consiste en interrumpir, en obstruir durante unos minutos la respiración mientras se practica la masturbación o el acto sexual, para potenciar las sensaciones durante el orgasmo. Esta práctica implica que quien la realiza, se ate un pañuelo, cordón, cuerda, etc... al cuello. Incluso hay quien realiza la asfixia con bolsas plásticas, el uso de gas o disolventes, o ejerciendo comprensión en el pecho.


Existen casos similares como ya hemos apuntado: el de la joven hallada en el campo de naranjas de Picassent con una naranja en la boca**, muerte en muy extrañas circunstancias por asfixia no mecánicas atribuidas a tóxicos –aunque finalmente quedó descartada esta hipótesis-. En el caso de Alfaz del Pi, fallecimiento de una mujer joven durante un extraño ritual en un chalet, también se produce una situación parecida –parada cardiorespiratoria-.


**Relativo al tema de la naranja, ya hablamos en otra ocasión de la extraña muerte de un importante político inglés en un extraño juego de BDSM.
En el año 1994 un diputado conservador británico, fue hallado muerto en extrañas circunstancias:
“…los policías de Scotland Yard el lunes 7 de febrero encontraron  el cuerpo sin vida de un hombre, tirado en el piso de la cocina de su apartamento, vestido únicamente con unas medias de mujer y unas ligas, y con la cabeza metida en una bolsa de plástico, un cable enrollado en el cuello y una naranja en la boca... La sorpresa se tornó en estupor cuando identificaron el cadáver. Se trataba de Stephen M, de 45 años, uno de los más brillantes congresistas conservadores. Era graduado en Oxford, ex editor de The Economist y editor internacional de The Sunday Times. Además, su reciente postulación como secretario privado del Ministro de Defensa lo había puesto a un paso de ser ministro.
Antes de la autopsia la Policía dijo que no se podía establecer si había sido un suicidio, un asesinato o un accidente durante el acto sexual con o sin compañía.
En un principio se especuló que la naranja contenía nitrato de amilo, sustancia que produce un alto grado de estimulación. Pero las autoridades no encontraron rastro del fármaco.
Finalmente la muerte se atribuyó a un accidentado juego erótico



En la caseta no son hallados restos de disolventes -benzol, o bolsas para inhalarlo-.


El cadáver de Rosario estaba sucio o falto de higiene. Especialmente los pies. Podía ser indicador del tipo de vida ambulante que llevaban, o indicar algún otro tipo de actividad sexual o criminal sobre el terreno con la víctima desnuda antes de su fallecimiento–lo que entraría de lleno en la posibilidad antes apuntada de vestir a la víctima postmortem-. De hecho a pesar de esa suciedad en los pies,  la joven aparece completamente vestida también en esta parte del cuerpo: “…llevaba unas zapatillas deportivas y dos pares de calcetines finos en cada pie…”


El pie seccionado hallado en la calle Alcácer pocos meses después,  curiosamente también estaba sucio, tenía tierra. De color rojiza. Algo muy  llamativo, cómo ya hemos apuntado en otras ocasiones.





También las livideces rosadas, que presentaba el cuerpo de Rosario llaman poderosamente la atención de los forenses debido a que su coloración es “anormal” –el color normal de las livideces es azul violáceo-
Entre las causas que provocan este tipo de livideces más claras, están las siguientes:
-Monóxido de carbono: color: rosa, rojo cereza. Mecanismo: Carboxihemoglobina.
-Cianhídrico: color: rosa, rojo cereza. Mecanismo: sangre oxigenada debido a la inhibición de la citocromo oxidasa.
-Fluoroacetato: color: rosa,  rojo cereza. Mecanismo: igual que el anterior.
-Refrigeración/hipotermia: rosa, rojo cereza. Mecanismo: retención del oxígeno en sangre a nivel de piel debido al aire frío.

Las livideces de color rosado se pueden ver en cadáveres recuperados del agua, o que han fallecido y tienen los vestidos mojados o húmedos durante largo tiempo.  (Manual de Criminalística y CCForenses)

En las asfixias, las livideces son de un color rojo oscuro, excepto en la sumersión, en que tienen una tonalidad rojo claro.  Son también más claras en los individuos que han tenido pérdidas sanguíneas antes de la muerte.



De hecho estas dos posibilidades son llamativas porque también nos recuerda a algunos pasajes del caso Alcásser. El profesor Frontela –catedrático forense- se refiere a la completa ausencia de livideces en las tres niñas de Alcásser motivadas por dos posibles causas:

“…Frontela contraatacó con un nuevo argumento: el de la ausencia de livideces (manchas violáceas del contacto del cuerpo con una superficie) en los cadáveres. Así, sugirió que esta circunstancia sería explicable si hubieran sufrido una fuerte hemorragia o sus cuerpos hubiesen estado sumergidos en el agua, pero no dispone de ningún dato que lo avale…” (Diario El País)


Pérdidas sanguíneas o sumersión. La sumersión vuelve a aparecer como posible candidata –mancha verde-, pero tendría que tratarse de una sumersión muy parcial, debido a que el cuerpo no presentaba otros signos propios de una sumersión completa –maceración de la piel, hongo de espuma, lesiones contusas, etc).

“Por los orificios nasales se veía líquido sanguinolento…Por otros orificios naturales, boca, vagina y ano, existía también dicho líquido sanguinolento.
 Los pulmones se hayan ligeramente congestivos, con una coloración rojizo-rosácea.


Relativo a la sumersión en agua dulce, algo que puede parecer inusual en estos casos criminales, es conveniente recordar en este punto la existencia de varios hallazgos de cadáveres de mujeres en la provincia de Valencia en ese mismo medio –agua dulce-, concretamente localizados en los denominados “azudes” o acequias. Entre ellas la de la una joven vecina de Alcásser en la localidad de Sumarcárcer –próximo a Tous-, que aparece con las manos maniatadas en 1997, en el azud del río Júcar. Cinco años después otra mujer joven vecina de Sumarcárcer, aparece en la misma zona, también en una acequia maniatada y con una “bolsa en la cabeza”.


Todo lo más que podemos plantear son hipótesis o conjeturas. Sin duda, sería de gran interés la opinión de un forense con experiencia sobre este asunto, para poder extraer alguna conclusión más certera.

De hecho todas las hipótesis oficiales apuntaban en un principio a una sobredosis de drogas o un accidente provocado por el consumo de estas–por ser policonsumidores-, pero la realidad era muy distinta.

Legalmente todo quedó en un “limbo”, no se pudo determinar la causa de la muerte. La joven no había consumido ningún tipo de droga. No había rastro de tóxicos. No había tampoco rastros de venopunción en el cuerpo. En la caseta tampoco había ningún resto que indicara la existencia de algún consumo de este tipo de estupefacientes –envases, o restos propios de la inhalación de estas sustancias-. De hecho este tipo de sustancias –benzol, disolventes- tienen tres formas de consumo: esnifándolas, calentándolas, o poniendo directamente el producto en un recipiente.





 Si todo esto se debió a una “fiesta” que se fue de las manos, como es sostenido por muchos, ¿dónde están los restos de esa “fiesta”?. Tuvieron que ser “limpiados” por terceros, porque no aparecen en la caseta o la "fiesta" se produjo en otro lugar distinto. Pero lo más importante, es que en el cuerpo de la joven no parece haber rastro de ese consumo de tóxicos.
 Algo más tuvo que suceder.

Todo parecía apuntar a una muerte no violenta, pero si recapitulamos tenemos demasiadas incógnitas por resolver:  el tema del candado que no aparece –cerradura forzada-, la juventud de la víctima y la presencia de huellas de calzado de cuatro personas distintas a los tres jóvenes en el exterior de la caseta –son del número 43 y 44, por lo que es de suponer que pertenecen a personas adultas o de cierta envergadura-. Si a esto le sumamos las anomalías detectadas durante la autopsia, parece como si algo no "cuadrase" en esta investigación. También cabe la posibilidad de que algún tóxico no fuese detectado debido a sus especiales características.

De hecho plantas como el beleño tienen entre sus componentes una sustancia prácticamente indetectable y que por desgracia está tristemente de actualidad por sus usos relacionados con la criminalidad sexual: La escopolamina que actúa como depresor de las terminaciones nerviosas y del cerebro. (En la literatura científica, a la burundanga se la conoce también como hioscina, que proviene del nombre científico del beleño, Hyoscyamus niger, también conocido como hierba loca.)
 “…Se conoce como burundanga a distintos preparados que pueden obtenerse apartir de plantas de la familia de las solanáceas como el beleño…”







Segundo hallazgo. El cadáver de Valeriano.


El 6 de abril de 1989 –dos meses y medio después-, encuentran el cuerpo de Valeriano, unos hombres que buscan espárragos por la zona.
El cadáver es hallado a unos 400 metros de la caseta dónde apareció Rosario. ¿Porqué no se descubrió antes?. La zona fue ampliamente batida. La Guardia Civil en el momento que se identifica a Rosario, sabe perfectamente que la joven no iba sóla. Le acompañaban otros dos jóvenes –Valeriano y Pilar- que tampoco aparecen.

“…Los amigos del trío cuentan a los agentes que otras veces habían ido a una casa abandonada de ese pueblo –refiriéndose a Catadau- y otros testimonios sitúan a los jóvenes bailando en una discoteca de esa zona-Montroy-. Así que la Guardia Civil empieza a rastrear en los alrededores de la caseta de Macastre en busca de lo que, ya en esos momentos, parece inevitable: encontrar los cuerpos de Francisco y Pilar, o al menos uno de ellos..." (diario "El País")



¿Cómo es posible que no apareciera el cuerpo de Valeriano? –que se encontraba a tan sólo unos pocos cientos de metros de la caseta-. 
Dos menores de edad desaparecidos; lo normal en estos casos es realizar una búsqueda perimetral con distintos grupos partiendo de la caseta en todas direcciones.

¿ Pudo ser trasladado por terceros desde otro lugar, para depositarlo en el lugar dónde fue hallado, una vez transcurrieron semanas, y se disiparon los equipos de búsqueda, o los esfuerzos por encontrarlos? Parece la opción más lógica.

En el caso de Valeriano se mantienen las mismas hipótesis que se barajaron en el caso de su compañera –Rosario-, posible causa del fallecimiento: cóctel de drogas fatal.

El cuerpo de Valeriano, tiene la cabeza dirigida hacia la caseta. Sin embargo se descarta que el cuerpo cayese en la huida, como también se llegó a especular. El cadáver estaba tumbado encima de un plástico*, boca abajo, con los brazos –uno mirando hacia arriba y otro hacia abajo-, en otras informaciones  se cita “en cruz”. 

*En Valencia existen más casos criminales dónde los plásticos están presentes junto a los cadáveres en el momento del levantamiento. El caso Alcásser, o el empresario hallado en el barranco de Picassent, etc.

Dos días después del levantamiento del cadáver, encuentran a cuatro metros de distancia del lugar dónde estaba el cuerpo un pico .Adherido al pico, hay varios fragmentos de pelo –tres- de color pelirrojo. Al parecer de origen animal. (también en el caso Alcásser se encuentran pelos de origen “animal” con atípicas “coloraciones”)


El cuerpo de Valeriano llevaba “supuestamente” 85 días a la intemperie, pero incomprensiblemente, no había fauna cadavérica en el cadáver. Ningún tipo de insecto en un cuerpo expuesto al aire libre, es decir expuesto a la acción de la naturaleza y el clima…algo realmente sorprendente. Además el cuerpo de Valeriano al parecer, no estaba tan descompuesto como cabría esperar –otra anomalía que podría indicar claramente que el cadáver no estuvo  durante todo ese largo periodo de tiempo -casi tres meses- al aire libre;  lo que unido a la incomprensible tardanza en su hallazgo, estando a tan escasa distancia de la caseta, podría ser un indicador de que el cuerpo fue trasladado desde otra ubicación-.






Los forenses, de nuevo no logran determinar la causa del fallecimiento.  Lo que no hace más que añadir un montón de incógnitas a todo este asunto. Incomprensible, que tratándose de dos menores, fallecidos en «extrañas» circunstancias no se hubiese profundizado más en este asunto desde la perspectiva judicial, policial y médico legal. Desde la propia instrucción, cuya misión es investigar el cómo y el porqué estos dos menores aparecen en estas condiciones. Más incomprensible es todavía que existiendo tal proliferación de casos en toda la zona**, no se hubiese tenido en cuenta otras variables:  la posibilidad de una autoría común o serial de los hechos, o la implicación de algún grupo medianamente organizado en la misteriosa desaparición y muerte de estos jóvenes.

**Misma ubicación geográfica, mismo patrón o modus operandi: traslado de los cuerpos desde otra posible ubicación cercana a escenarios rurales, casetas, campos de naranjos, acequias, o fosas en lugares inhóspitos o mínimamente transitados. Jóvenes con un mismo perfil victimológico -adolescentes del mismo rango de edad- o mujeres jóvenes fallecidas en extrañas circunstancias o con evidencias criminales.

Si a esto sumamos que el cuerpo presentaba un boquete enorme en la zona del hombro, que comunica las cavidades interiores del cuerpo con el exterior. También le falta una de las manos, ha desaparecido, al igual que algunas vértebras de la columna. Algo que no se aclara en la autopsia –qué vértebras faltan-  Y en la otra mano, faltan parte de los dedos o falanges. Elementos que son muy similares al triple crimen de Alcasser, cuya fosa se ubica en esas montañas valencianas, a tan sólo unas decenas de kilómetros del lugar del hallazgo de Rosario y Valeriano.

Parecía que no existían testigos, que situaran a Rosario en este punto concreto de la montaña de Macastre, pero alguien que poseía una casa de campo cercana a la caseta dónde se realiza el macabro hallazgo, estaba en disposición de aportar algún dato de mucho interés.
Al parecer esta testigo, declaró haber visto a los jóvenes en varias ocasiones en una caseta cercana, propiedad del mismo hombre que fue visto por última vez con las jóvenes en un bar de Catadau. Este dato –que parece obrar en el sumario, según alguna de las personas que han tenido acceso a él- vendría a confirmar que la presencia de las víctimas, en la misma zona de Fuente Cuerna dónde aparecen muertas en extrañas circunstancias, no era “casual” o anecdótica, y que acudieron allí en varias ocasiones antes del fatal desenlace, por alguna razón desconocida. Un dato, sin duda, muy revelador.




En la siguiente entrada del blog, hablaremos sobre otra serie de hallazgos muy interesantes, que complementan al denominado “Caso Macastre”. A esto se suma la incógnita sobre el paradero de la tercera componente de la pandilla -Pilar-. Un caso ya de por sí sumamente complejo, que como veremos no hace más que complicarse, a medida que se van sucediendo nuevos y misteriosos hallazgos.





viernes, 24 de marzo de 2017

Revisando el caso Macastre (2). El último viaje. Valencia-Catadau.


Sin duda, parece que la brutal ejecución de la joven Yolanda, en el parque Camales, pudo marcar un punto de inflexión entre los jóvenes que acostumbraban a ir al citado parque de Benimamet. Muchos de esos jóvenes tenían miedo, y se batieron en retirada. Los tres adolescentes del caso Macastre, también parecen intuir algún peligro. Según dan fé algunos testimonios, a los tres jóvenes se les observa un mayor nerviosismo, como si estuvieran amenazados. Lo confirma la hermana de Rosario, y a Valeriano en el reformatorio le es incautada  una navaja, que el joven dice portar para defenderse. De hecho antes de escapar de la ciudad de Valencia se pasan por la casa de Rosario, y tratan de llevarse una serie de objetos –joyas y cosas de valor- pero el padre de la joven impide que consigan llevárselos. En esa huída precipitada, esta acción parece dar cuenta de la necesidad rápida de dinero en efectivo, u objetos valiosos para vender a un receptador.




    Benimaclet-Valencia  año 1990

  
De nuevo toman la decisión de regresar a la misma zona de Catadau, dónde ya habían estado acampados durante la muy reciente navidad del año 1988.
Apenas unos cuántos días después -el 14 de enero de 1.989- se vuelven a escapar a las mismas montañas de Catadau. Paradojas de la vida, si los críos huían de algún peligro, otro peligro mayor les acechaba en esas mismas montañas. Probablemente alguien les esperaba de regreso, o sabía de antemano que tenían pensado volver en breve.

Quizás esta sea esta una de las grandes “claves” del caso. ¿Qué es lo que realmente motivaba que los jóvenes fueran a Catadau y no a otro lugar.? o formulándonos la pregunta desde otra vertiente ¿qué o quien había en esa zona que atrajese especialmente la atención de tres adolescentes sin coche y sin dinero?.

 Un lugar aparentemente inhóspito, rural, alejado del bullicio de la ciudad. El lugar menos atractivo para tres jóvenes de esa edad.
Unas casetas abandonas –casetas de la “Amelia”- refugio de toxicómanos –lo que vendría a constatar un lugar de consumo y por lo tanto, también de tráfico o mercadeo de esas sustancias estupefacientes-. Algo más tenía que haber allí, porque ellos regresaban una y otra vez a este lugar concreto. Pasaron incluso las fechas navideñas en ese lugar, lejos de su familia. ¿Qué poderosa razón puede existir para que esas fechas tan especiales elijan pasarlas allí? en esa zona apartada, sin medios,  y sin comodidades aparentes:

La pregunta sin duda es:  ¿Porqué y para qué regresaron allí?. La respuesta pudiera encerrar los oscuros recovecos de este caso sin resolver.


La única razón de peso, que se podría esgrimir, la tenemos en algún vínculo pasado de una de las jóvenes de la pandilla con esa población:
Pilar pudo vivir allí una temporada. Así se desprende de algún testimonio. Pero para ello tenemos que trasladarnos unos cuantos años más adelante. Al año 1997, el año del juicio del triple crimen de Alcásser.

Nuevamente volvemos a observar como durante el juicio del caso Alcásser, el tema de Macastre sale a relucir, y es citado en el juicio oral:

Un Policía Local de Catadau declarará como testigo durante el juicio del caso Alcásser:
(Declaración del Policía Local refiriéndose al Caso Macastre):
“…Que relativo a dos niñas y un niño, lo que ocurrió fue, habían dos chicas y un chaval de unos 14 años o así, y estaban por la zona de Catadau, y curiosamente desaparecieron de ahí, y aparecieron el chico y una de las chicas en Macastre en una caseta muertos, y la otra de las chicas que era de por ahí de Catadau, o había estado viviendo en Catadau su familia, no. Aparecía, se comentaba si había aparecido una mano, o un pie, pero el cadáver de la chica no apareció..."   - de lo que se deduce que se está refiriendo a Pilar-
   
Podemos interpretar en base a este testimonio de un miembro de las fuerzas de seguridad locales –con un conocimiento amplio de todos los entresijos de Catadau- que la joven Pilar era de esa zona de Catadau o había estado viviendo/residiendo con su familia allí.


    Barranco de la Romana -ruta desde Catadau-.

Catadau, precisamente no es una población cualquiera. Su ubicación geográfica, la viene a situar en un lugar “clave” para el devenir de algunos sucesos. De hecho es conveniente recordar  la cercanía entre Catadau –la población que eligen los tres adolescentes de Macastre como destino “de preferencia” y la fosa de La Romana dónde aparecen enterradas las tres niñas de Alcásser -viene a ser una de las poblaciones habitadas más cercana a la fosa del caso Alcásser-, lo cual no deja de ser un detalle muy llamativo e interesante.


*La cronología del periplo de la pandilla del caso Macastre. De Valencia a Catadau:

Durante las navidades del año 1988 los tres jóvenes recalan en Catadau y pasan esas fechas tan familiares y entrañables lejos de sus familias.
 El día de reyes, ya del año 1989, Valeriano regresa a Valencia, para reintegrarse al Centro de Menores. Las dos chicas se quedan unos días sólas en Catadau, y posteriormente  regresan a Valencia. Un dato de mucho interés, que vuelve a recalcarnos la “idea” de que prefieren Catadau a Valencia, hasta el punto de que las dos chicas optan por quedarse allí sin la compañía de Valeriano, y no lo acompañan en el viaje de regreso. Es curioso porque luego vuelven a Valencia pudiendo haber esperado el regreso de Valeriano a Catadau. ¿Quién lleva a las dos jóvenes a Valencia de vuelta?



El día 13 de enero de 1989, Valeriano, obtiene otro permiso del centro de menores.
El día 14 de enero de ese mismo año, los tres jóvenes tras visitar a la madre de Rosa ingresada en el Hospital la Fe de Valencia, emprenden de nuevo viaje desde Valencia, hasta Catadau. El medio de transporte empleado es una incógnita. Los billetes de autobús encontrados en el cuerpo de Valeriano, pertenecían al anterior viaje realizado durante las navidades del 88. Se interrogó a los conductores de autobús de esa línea, y no reconocieron a ninguno de los jóvenes. Parece confirmarse la idea de que en ese último viaje, alguien los llevó –bien haciendo autostop, o habiendo previamente acordado el traslado-








Al abordar este tema de “los billetes de autobús” se hace nuevamente necesario recordar un aspecto que pudiera ser “concordante” con otros hallazgos ocurridos en otros casos:
En una de las prendas de vestir de las tres niñas de Alcásser se encuentra un papel “apelmazado” introducido dentro de la prenda, y se envía a toxicología para su análisis:

INFORME: 657/94
 I.- PROBLEMA
Determinar, si es posible, las inscripciones que pudieran existir en la muestra de papel que se remite.
 II.- MUESTRA REMITIDA
 Restos de papel apelmazado y endurecido como consecuencia de haber sido lavado previamente introducido en una prenda de vestir, referencia 7-F.

En este estado, se examinó el documento en un medio óptico de aumento y lo único que pudo observarse fueron restos de inscripciones y recuadros de tinta
negra, de las cuáles sólo se hace medio legible el número 67, así como también restos de tinta azul, que conforman el fondo, todo ello realizado en un taller de artes gráficas.
Por las características del papel y la longitud de la fibra, deducimos que se puede tratar de un papel tipo cartulina, usado comúnmente para billetaje,
tal como billetes de autobús, discotecas, cines, etc., sin que se pueda precisar exactamente en estos momentos.
Sometido el documento a diferentes radiaciones dentro del campo U.V., BLUE-GREEN e I.R., con objeto de excitar luminiscencias e intentar ver señales de escritura realizada a mano, no ha dado resultado positivo, no evidenciándose señal alguna de existencia de texto manuscrito.



No acaban aquí las extrañas “coincidencias” con el otro caso cercano en el tiempo, y demasiado cercano geográficamente: el caso Alcásser:

El domingo día 15 de enero  de 1989,  los propietarios de un bar de Catadau afirman ver sólo a las dos niñas en el bar, con un desconocido que las  invita a bebidas. Posteriormente abandonan el bar con este desconocido.  Desde entonces no se les vuelve a ver con vida. En esta zona concreta se les pierde el rastro, hasta su posterior hallazgo.  Este individuo, fue interrogado, y descartado por la investigación.


El citado bar,  saldrá a relucir en varias ocasiones durante el juicio oral del Caso Alcásser, por ser este frecuentado por algunos de los implicados en dicho crimen. Como confirmará su propietario por entonces, Ricart y Anglés frecuentaban el bar y un lugar cercano dónde acampaban. Su testimonio no deja lugar a dudas:

Que esas personas las he reconocido posteriormente porque solían venir por ahí bastante, son Miguel Ricart y Antonio Anglés, vinieron a recoger los bocadillos, entro Miguel Ricart, Antonio Anglés no entró  en el local

También cita una zona dónde solían estar “acampados” en compañía de más personas:

Que a unos 7 km de mi bar, en el Pla de Xeresso había comentarios de que estaban acampados ahí.

Que la gente de Catadau comentaba eso

Que en el verano del 92, en Catadau se sabía que los Angles Ricart y otros estaban en unas tiendas de campaña cerca, a unos 7 km del bar que nosotros teníamos

Que recuerdo que estaban los chicos ahí

Que estaban en el Pla de Xereso




Sin embargo ni Anglés estaban en el 89 cuándo las dos chicas de la pandilla de Macastre optan por frecuentar ese mismo bar –al parecer Anglés cumplía condena- y Ricart no transitaría por aquellos parajes hasta entrados los noventa, según se recoge de algunos testimonios. Pero en esa zona además de los citados, podía acampar más gente.

Que en ese campamento se comentaba que, recuerdo los que subían y bajaban, porque al estar en el cruce, recuerdo perfectamente, Miguel Ricart, Antonio Angles, Mauricio, otro hermano, no sabría decir Ricardo o Enrique, y había mas personas.

¿Podía haber gente acampada en el año 89 en esta misma zona?. Lo desconocemos.

*Lo cierto es que los tres adolescentes de Macastre portaban una tienda de campaña, que aparecerá sin abrir en la caseta de Macastre. Si su intención era pasar la noche en unas determinadas casetas ya conocidas por ellos, - abandonadas pero “techadas” o resguardadas-, se hace llamativo que portaran una tienda de campaña. Lo lógico sería llevar sacos de dormir y otros útiles para calentar comida, o sobrevivir tantos días en ese tipo de habitáculos. Aunque la tienda de campaña podría indicar también “la acampada itinerante” en algún punto intermedio y desconocido, distinto a las casetas abandonadas dónde solían pernoctar. Pero en pleno mes de Enero, con frío y lluvias no era la mejor opción para hacer noche. Existe también la posibilidad de que  alguien parapetara a los jóvenes en otro lugar o les ofreciera refugio.




Otros testimonios, también sitúan a las jóvenes bailando en una discoteca de Montroy, cercana a Catadau según datos obtenidos por un reportero de sucesos valenciano en la zona, y buen conocedor de los recovecos del caso, lo que le otorga credibilidad a este testimonio. Nuevamente las discotecas son auténticos “puntos negros” en las investigaciones de estos triples crímenes. Desde el punto de vista criminológico tienen muchísimo interés. Este tipo de víctimas: los adolescentes, muchas veces son seleccionados o captados por sus depredadores, en los lugares de ocio. Es algo que está estudiado y corroborado. Por no hablar de las redes de corrupción de menores, que campaban a sus anchas en Valencia por aquel entonces, y captaban a muchas de las jóvenes en estos lugares. De ellas hablaremos más adelante largo y tendido.


    Discoteca abandonada "ruta del bakalao" años 80-90 Valencia.


 No son pocos los casos dónde previamente a una desaparición de víctimas adolescentes, aparecen  este tipo de establecimientos, como el último lugar dónde son avistados antes de perderse su rastro.

Pero a Valeriano, al parecer no lo ven con ellas. De hecho no los ven juntos en ninguna de las ocasiones anteriores en el pueblo de Catadau, ni el bar. ¿Dónde estaba Valeriano? ¿Porqué no iban juntos?.

Las dos jóvenes no se ocultaban a la vista de los vecinos, de hecho, existen al parecer numerosos testimonios de la presencia de las dos chicas en Catadau:

Son vistos y descritos, como auténticos “sintecho”, pidiendo comida a los vecinos, y dinero al párroco. Hay un detalle nuevamente muy llamativo:   sólo ven a las dos chicas juntas. De Valeriano no hay rastro. De hecho a las dos jóvenes se las ve haciendo autostop desde Catadau  hacia localidades cercanas como: Carlet o Alcira, -según manifiestan algunos vecinos-. ¿Porqué se desplazaban sin el chico hasta estas localidades? ¿A qué iban allí?. ¿Porqué sólo ellas?. Se abren mil interrogantes.




Las dos chicas no parecían necesitar a Valeriano,  ni para ir a dedo a otras localidades, ni para seguir pernoctando en esa zona varios días más sin él, como hicieron en aquella ocasión que el muchacho tuvo que regresar a  Valencia –para reintegrarse en el centro de menores-.

                                 ruta que hacián las dos niñas del caso macastre "a dedo"


Lo que parece quedar meridianamente claro cruzando todos los datos existentes, sumarios, investigaciones, y datos aportados por periodistas;  es que el rastro de los tres jóvenes parece esfumarse ese domingo 15 de enero de 1989 en alguna zona comprendida entre Montroy y Catadau.


    zona dónde desaparecen o son vistos por última vez los tres adolescentes del caso Macastre el 15/1/89             


Un lugar “especial”:
Este mismo lugar del mapa, parece ocultarnos demasiados secretos:


…el paraje de La Romana, una zona de difícil acceso situada entre los términos municipales de Catadau y Tous por la que "no pasan ni los lobos", recuerda un testigo…

Los lobos sí pasaban por ese paraje y por otros cercanos, con demasiada frecuencia. Lo hacían en manada, la única diferencia era que se trataba de lobos de “dos patas”, hambrientos de sangre y de víctimas jóvenes e inocentes:

El primer indicador de que esta área puede tener interés criminalístico, es sin duda la existencia de dos “certezas” o datos objetivos:  la cercanía a la fosa de la Romana (Caso Alcásser) además de ser la ubicación posible dónde se le pierde la pista a los tres adolescentes del Caso Macastre. Marcaríamos entonces, con una flecha roja este pedazo del  territorio Valenciano, para delimitarlo como un lugar de “mucho interés” para la investigación de estos sucesos. 
Algo “desconocido” parece querer conectar a ambos casos  y algo extraño confluye en esta parte bien delimitada del mapa.

Pero además existen algunos testimonios –cuya credibilidad podemos poner en entredicho- que por alguna razón desconocida,  apuntan a esta zona una y otra vez. Podemos preguntarnos entonces:

¿porqué señalan este lugar y no otro?

El primer testimonio lo tenemos en uno de los condenados por el Caso Alcásser. Si tomamos la primera y segunda declaración realizada en presencia de un abogado observamos lo siguiente –referido al espacio geográfico que cita en la declaración-
El día 28/ 2 / 1993, un día después del hallazgo de las tres niñas de Alcásser enterradas en la fosa de la Romana –muy cercana a Catadau- Ricart relata lo siguiente:

Tras describir como en compañía de Antonio Anglés recoge a las tres niñas que hacían autostop y con el pretexto de acercarlas a la discoteca “coloors” de Picassent, según su relato se desvían del trayecto y sucede lo siguiente: “… continuando en dirección a Montroy  y Real de Montroy y antes de llegar a Llombay, Antonio le dijo que se metiera por un camino y una vez habían circulado por ese camino unos cinco kilómetros, parando el manifestante el vehículo

Nuevamente será interrogado sobre el nombre de este lugar concreto,
MANIFIESTA: Que no sabe como se llama el lugar, dibujando un croquis de la zona, el que se adjunta. Por las explicaciones dadas dice que a mitad de camino entre CATADAU y Llombay a la izquierda sale un camino de tierra que por este camino circularon sobre quince minutos llegando a un punto donde se ve un campo de algarrobos donde detuvieron el vehículo






En la segunda declaración vuelve a confirmar este mismo lugar –sito entre LLombay y Catadau-, en este caso describiéndolo en sentido de la dirección inverso, -pasando LLombay hacia Catadau- concordando con la orientación del desvío a la derecha.

“…pasaron por Venta Cabrera, Montroy, Montserrat Real de Montroy y Llombay, que en este trayecto no se detuvieron, indicándole Rubén que se metiera a la derecha por un camino de tierra y que transcurridos unos 5 o 10 minutos desde que circulaban por el camino de tierra se detuvieron al llegar a una fábrica antigua que tiene puertas correderas que tiene tejado...”

Será en la tercera declaración cuándo se desdice de lo anterior y sitúa la acción en la caseta de la Romana:
-Que no es cierto que pararan en ninguna fábrica ni en ningún campo de algarrobos sino lo cierto es que fueron a la caseta directamente a la caseta de Llombay que queda cerca del lugar de enterramiento y ello a indicación de Antonio





Evidentemente Miguel Ricart ha dicho más mentiras que verdades en sus numerosas declaraciones, pero “por alguna extraña razón” será precisamente en las dos primeras declaraciones cuándo ubique la zona antes referenciada como el lugar dónde llevan a las tres niñas, y no la caseta de La Romana –algo que no parece “cuadrar” a los investigadores, de hecho le llegan a preguntar o “insinuar” acerca de este dato “divergente” y contrario a sus tesis. Lo harán en pleno interrogatorio, delante de un abogado, durante la primera declaración”


PREGUNTADO: Si no es más cierto que estuvieron con las chicas en una caseta.
MANIFIESTA: Que ninguno de los dos estuvo en una caseta en compañía de las chicas.


Para posteriormente cambiar de versión -obligado o inducido, según manifiestará en sede judicial- para que finalmente el escenario de los hechos sea la caseta de La Romana (*)

F.8: "..Que a las 23,55 horas realicé una declaración, esa declaración fue sacada a la fuerza.." "... que quede claro también que en ese transcurso de tiempo fui torturado..".

-F.12: "Que me habían visitado fuerzas de seguridad a la cárcel para forzarme a hacer una declaración, en la prisión de Castellón en Febrero del 93, me visitó un Capitán y el que me interrogó por primera vez. Que el Capitán al que me refiero, es el tal XXXXX este..." "... a mi me dijeron que tenía que cambiar el lugar de los hechos, justo en esta visita y me dijeron que tenía que ser ahí arriba, ..."(*)

Es un detalle muy curioso: por alguna razón “indeterminada” se acaba trasladando toda la fase de torturas a la caseta de La Romana, a pesar de tener una confesión firmada y autoinculpatoria –pero declarando que los hechos habían sucedido en otro lugar distinto-. A estas alturas está de más reseñar que en la citada caseta de La Romana, no se encontraron vestigios, ni rastros biológicos de la macabra orgía de sangre y sexo con las tres niñas. Además de toda la secuencia inverosímil de subida con el turismo sobrecargado por un camino maltrecho, se suma el hecho de dejar a las niñas solas atadas, y hacerlas posteriormente subir maltrechas por un endiablado camino hasta la fosa dónde serían rematadas de un tiro –tampoco allí se encontró sangre-.
Esa falta de indicios razonables, llevan a descartar la caseta como la escena dónde se producen las violaciones y torturas. Poca o nula credibilidad ofrece también las inmediaciones de la fosa como el lugar dónde fueron ejecutadas las tres niñas.
 Una “escena del crimen” que jamás fue hallada. Se perdía así la posibilidad de encontrar la piedra filosofal de la investigación criminal. Pero además se perdía ,posiblemente para siempre, la posibilidad de encontrar el escenario real de los hechos, y con ello su completo esclarecimiento.
¿Dónde fueron torturadas las niñas, y en que lugar fueron ejecutadas?. A día de hoy sigue siendo una incógnita. Probablemente, La Romana fue tan sólo un escenario final, un lugar “de paso” dónde las tres pobres niñas llegaron ya muertas, y tras ser porteadas –alfombras, moquetas, plásticos- por varias personas hasta la fosa,  fueron finalmente “depositadas e inhumadas”.
Se pierde así toda posibilidad de conectar el escenario final, con ese otro escenario “intermedio” y crucial en la investigación.

Existe otro testimonio al que se ha dado poca visibilidad y que también coincide con el lugar que citamos. Se trata de una joven “anónima” –no es una vidente, es una testigo, una chica joven, que dice querer aportar información, recalca hasta en dos ocasiones que no se trata de una broma-. En una llamada telefónica relata a la Guardia Civil –inmersa en la búsqueda de las tres niñas- la descripción de un punto concreto del mapa. De hecho describe una amplia zona pero que la testigo tiene bien delimitada y describe como un triángulo con tres vértices: Buñol-LLombay y Montserrat- . Dentro de ese triángulo como comprobaremos también se sitúa la zona dónde se pierde el rastro de los críos del caso Macastre.  Porqué delimita esta zona la testigo anónima y no otra, es un auténtico misterio sin resolver:



  En color púrpura el triángulo descrito por la testigo situando a dos de las niñas de Alcásser/ color rojo: zona dónde       desaparecen o se pierde el rastro de los tres jóvenes de Macastre.                


El testimonio de la joven, y el triángulo.

"a las 15,55 horas se recibe llamada telefónica en este Acuartelamiento de una joven que no quiso identificarse, manifestando que dos de las chicas desaparecidas, estaban por Montserrat, que se buscara en forma de triángulo entre Buñol, Llombay y Montserrat, que no era una broma y que se encontraban bien pero muy asustadas, que la casa donde están está fuera del pueblo y cerca de un Monumento de Piedra o una Torre o algo parecido, que una de las chicas no se encontraba con ellas, concretamente la de ojos claros, la cual está por la zona de la playa (Saler, Cullera, etc.), repitiendo en varias ocasiones que no se trataba de una broma. (Comunicado al Puesto de Cullera quien practicó gestiones con resultado negativo)."


Esta llamada se produce el día 16 de noviembre a la Guardia Civil. Tan sólo cinco días después de la desaparición de las tres niñas de Alcásser. Curiosamente aporta también el dato del Saler y Cullera –playa-.


De hecho, una amiga de las tres niñas –Marisa R.E.- relatará lo siguiente acerca de la playa a la que solían acudir las niñas el año de la desaparición: “… El año pasado, o sea, en el 92, íbamos a Silla porque allí estaba un grupo de amigos que teníamos, y pasamos todo el verano con ellos en la piscina o en la heladería, y algunas veces también en la playa, íbamos en el tren desde Silla a Cullera…”

Los primeros días del año 1972, desaparece de Sueca una joven de 28 años. Amparo V.M. hija de un empresario, se le pierde el rastro cuándo se disponía a acudir a la iglesia de la localidad. La joven fue buscada intensamente pero nunca fue hallada –no hay noticias-. Lo que sí se encontró fueron pertenencias de la joven. En el “azud de Cullera”  junto al río Júcar, fueron encontrados diversas pertenencias de la joven: un abrigo, unas gafas, y unos zapatos.





El interior del triángulo: Las montañas rojas:


Volviendo a la zona antes citada, en el interior de ese triángulo -descrito por la joven testigo que aportó información sobre las niñas de Alcásser-, se sitúan las tierras rojizas de Montroy –las de los jacintos o minerales de coloración rojiza –hematies- tan similares a una de las dos piedras halladas inexplicablemente “depositadas” o “introducidas en el interior de las fosas nasales de una de las niñas de Alcásser-. Un lugar cuyo propio nombre nos indica la “característica” composición de sus tierras: Montañas Rojas.




Durante el hallazgo del pie seccionado y depositado por un desconocido en la Calle Alcásser de Valencia, los investigadores realizan un hallazgo de gran interés. El pie estaba sucio, y presentaba unas peculiares tierras descritas como “rojizas”.

Como hemos visto anteriormente en la discoteca de esa misma localidad –Montroy- son vistos por última vez los niños de Macastre.

Y de Montroy también son los dos apicultores “halladores” de la fosa dónde aparecerán las tres niñas de Alcásser, además justamente ese mismo día del hallazgo, se produce otro trágico suceso en el pueblo de los apicultores:
De hecho, el juez de instrucción de Alcira, que tenía que acudir al hallazgo de la fosa de la Romana, para proceder a desenterrar lo que hubiese dentro y realizar las oportunas diligencias, se encontraba en otro levantamiento de cadáver en el mismo pueblo de donde eran originarios los apicultores, concretamente el de una persona que se había “suicidado”.
Resultó ser el 27 de enero de 1.993, un día “especialmente” aciago para este pueblo. Un suicidio, y dos de sus vecinos, que pasarán a la historia como los autores del hallazgo de las niñas de Alcásser enterradas a poca distancia del pueblo. Una verdadera concatenación de desgracias.

El apicultor declarará:
Que el juez subió cuando era casi de noche, que entonces serían sobre las 5 y pico o por ahí.
El juez de guardia de Alcira, encargado del levantamiento de los cadáveres de las tres niñas, tardó varias horas en llegar al lugar –fosa de la Romana-, pues estaba levantando otro cadáver, según se cita en el diario ABC:




Montroy y Real,  localidad dónde se han sucedido algunas hechos verdaderamente “extraños y misteriosos”



En el año 1982, curiosamente durante la época de navidad -23 de diciembre-, acontece un hecho cargado de incógnitas en la localidad de Real de Montroy-Valencia. La aparición de un niño de tan sólo nueve años, perdido en un campo –descubierto por un pastor- de dicha localidad, destapa la extrañísima desaparición de sus dos progenitores. Rondando la cuarentena, residentes en Valencia, se desplazaban con frecuencia a una pequeña casita que tenían en la citada localidad de Real de Montroy. Como consecuencia de la desaparición de los padres, el pequeño quedó ocho días a la intemperie, vagando por los campos de naranjas, alimentándose de frutas. Cuándo fue hallado el niño tenía signos de hipotermia, estaba tiritando de frío –era  pleno invierno-.


La investigación y los rumores existentes en el pueblo barajaron varias posibilidades:
-Un secuestro de los padres, que se descartó por tratarse de una familia normal de clase media.
-Un parricidio, o un crimen prototipo de violencia de género, dónde el padre habría asesinado a la madre del niño primero y luego se habría suicidado. Pero esta hipótesis fue rápidamente descartada, sobre todo con el paso del tiempo, dado que sus cuerpos jamás fueron encontrados. De hecho la zona fue ampliamente batida con perros y voluntarios. La investigación se extendió al resto de España, dado que el matrimonio era de origen navarro y gallego. Tampoco fructificó. Desaparecieron para siempre. Aquel bosque se los tragó para siempre.




Ampliando y rebuscando datos sobre la noticia, pude conocer algún dato más que resulta llamativo e inquietante. Al parecer habían llegado hasta la caseta sita en el bosque, a bordo de su vehículo particular. Lo verdaderamente curioso es que el vehículo había sido también abandonado en la caseta  por lo que no fue empleado para huir y abandonar al pequeño. Algo tuvo que sucederles en aquel bosque.

Descartado por lo tanto el abandono del pequeño –el niño fue trasladado a Galicia por unos familiares-, descartado el accidente –se batió toda la zona intensamente con perros sin hallar rastro- , descartado el secuestro –no había móvil económico y el niño no aportó dato alguno sobre este aspecto-, sólo nos queda plantearnos ¿qué pudo ocurrir a estas dos personas?.  Nunca encontraron sus cuerpos –no existen noticias de ello, ni de alguna explicación plausible-. ¿Crimen? ¿Sectas?.  Un auténtico expediente X.





En fechas recientes también en la zona de Turís fue localizada por la policía Local una mujer joven de tan solo 37 años de edad en un campo de naranjos, desorientada, y con hipotermia.


En la montaña de Montserrat, también dentro del triángulo un cazador halló los restos de una mujer esqueletizada por lo que llevaba tiempo fallecida –tampoco hay más recorrido con esta noticia, sólo una breve reseña, nada más (a pesar de ser una noticia reciente)-

El 22 de octubre de 2005, un cazador descubrió el cráneo y varios huesos de una mujer en un monte de Montserrat, justo al lado de Montroy


  
“La Guardia Civil reconoce que se trata de "una zona sensible" a la aparición de cadáveres”

No solo la Guardia Civil. El policía local de Catadau, que declara en el juicio de Alcásser refiere datos concretos de algunos de esos hallazgos:



El policía local de Catadau, que testifica durante el juicio de Alcásser,  además de no haber observado rastro de la fosa –según la v.o. en esa fecha las niñas ya estaban enterradas en la Romana- refiere un caso interesante relativo a un hombre esqueletizado. El otro caso que cita se refiere a los tres jóvenes de Macastre.

Testimonios que durante la celebración del juicio de Alcásser, nos hablan de hallazgos todavía más macabros:

Que en la zona de Catadau, con síntomas de decapitación, lo único que recuerdo así es un señor mayor que desapareció del pueblo, y apareció meses después en un estado de esqueletización, y se comentó que las manos estaban separadas y la cabeza también, eso fue bastante antes de ocurrir lo de las niñas.


El rastro de este crimen no he podido encontrarlo, de hecho no hay constancia escrita de todos los casos, por lo que los datos que manejamos en este blog,  parecen ser sólo una “aproximación” o porcentaje de la cifra real que pudiera existir en los diversos lugares sobre los que indagamos.

Pero existen otros asuntos de interés en todo este “triángulo”



En el lugar de Alfarp –justo al lado de Catadau- se produce una extaña desaparición en el año 1979. Un martes día 13 de marzo, desaparece un joven pastor de 18 años de edad. Se rastrea la zona infructuosamente sin encontrar rastro del joven. En la noticia se apunta a la “curiosa” posibilidad de que haya sido víctima de “abusos deshonestos”.
El joven finalmente es hallado en el mes de abril en el fondo de un pozo de gran profundidad –ochenta metros-. El hedor del cadáver hizo sospechar a unas personas que paseaban por el bosque. El hallazgo tuvo lugar en el término municipal de LLombay. Se atribuyó la muerte a un “accidente”, y se desterró la hipótesis del “secuestro sexual” que había cobrado fuerza durante toda la búsqueda.




  

Algunas cosas no acaban de “cuadrar” en esta noticia. Las batidas fueron descritas como muy intensas, pero el cuerpo no fue hallado anteriormente. La localización del cuerpo ya en el municipio vecino de Llombay también encierra algún interrogante. ¿Qué hacía el joven en aquel lugar? había encerrado el ganado en Alfarp, por lo tanto no transitaba por el monte con el ganado, no pastoreaba –que sería lo más lógico- cuándo supuestamente se cae al interior del pozo.






 Pero sobre todo la hipótesis del secuestro por motivos sexuales, es de lo más intrigante. ¿Porqué se barajaba con tanta fuerza esa posibilidad?. Lo desconocemos, pero les adelanto que no será la única muerte en “extrañas circunstancias” que repasaremos en otras entradas, ocurridas en bosques “cercanos”, con un “modus operandi” similar -connotaciones sexuales y el hallazgo tardío del cadáver en el interior de un profundo pozo-.


El municipio y otros cercanos al lugar dónde aparece el cuerpo del joven e infortunado pastor de 18 años, tienen también referencias en el pasado lejano.

 Como curiosidad, según un estudio con datos de la Universidad de Valencia, esta zona al parecer, ya presentaba hace muchos años una elevadísima tasa de criminalidad,  debido a supuestos arreglos privados.

Esa misma zona descrita en las primeras declaraciones de Ricart, y en ese mismo triángulo descrito por la joven testigo, parece que se sucedían crímenes con una denodada frecuencia:  hasta treinta muertes –la mayoría muchachos jóvenes- en el curso de cien años, prácticamente a un fallecido cada tres años. Hablamos del siglo XVIII pero el autor del estudio no deja de sorprenderle estas abultadas cifras para unas poblaciones con tan pocos habitantes.

Extraído del citado estudio:

“El estudio de la delincuencia en los siglos XVII y XVIII revela cambios históricos de gran transcendencia. A pesar de los fueros antedichos y la prohibición de ciertos tipos de armas, los arreglos privados de cuentas, fueron muy frecuentes en el XXXXX de LLombai, en el siglo XVII. En el siglo XVIII sin embargo disminuyeron de forma drástica como consecuencia en parte de la represión borbónica pero también de un ejercicio más atento y riguroso de la justicia criminal.






Los jóvenes del caso Macastre, son vistos por última vez el día 15 de enero de 1989, transcurrirán por lo tanto cuatro días hasta que tengamos nuevamente noticias de ellos.

¿Que sucede desde que desaparecen en la zona antes citada, hasta que son descubiertos por un pastor en los montes de Cuerna-Macastre?.