“En un círculo de 20 kms alrededor de
Macastre en 10 años ha habido 23 desapariciones y han aparecido 18 cadáveres.” (La sexta. Más vale
tarde/ tras la pista)
El
hallazgo de los cadáveres:
El día 19 de enero de 1.989 –cuatro días después de haber sido vistos por última vez en la zona de Montroy-Catadau- un pastor encuentra
el cuerpo de uno de los tres
componentes de la pandilla. Rosario es hallada en el interior de una
caseta, propiedad del autor del macabro hallazgo, en medio de los montes de Cuerna
(Fuente Cuerna) en la localidad de Macastre.
En rojo: ubicación " Fuente Cuerna" -Macastre.
“…Una caseta junto a Fuente Cuerna, el lugar donde un pastor
encontró el cadáver de una joven de 15 años. Fue el 19 de enero de 1989, hace
ya 20 años. "Mi cuñado se levantó pronto esa mañana y salió al
campo", relata Almendritas, vecina de Macastre, tras el postigo de su
casa. "Él no quiere hablar de ese tema porque se pone muy nervioso. Ha
tenido pesadillas y le sienta mal recordarlo. Está muy mayor". El pastor
se dirigió a la caseta, un cobertizo en la zona de Cuerna junto a la carretera
donde guardaba utensilios para el oficio. "Entró y vio a una chica en la
cama que él tenía allí, le tocó con un pie y estaba muerta" (diario El País)
Entre
el lugar dónde son vistos y el lugar del hallazgo media una distancia de más de
treinta kilómetros. No existía transporte público en aquella época. ¿Cómo
llegan hasta allí? ¿porqué aparecen en esta caseta tan alejada?.
Alguien tuvo que trasladarlos.
La
caseta tenía la cerradura forzada. El candado que cerraba la puerta,
nunca apareció, sobre este particular ya hablamos anterioremente
–parece tratarse de un «acto de precaución-» Se tomaron
la molestia de hacer desaparecer este objeto de la escena dónde se produjo el hallazgo.
El
cadáver de Rosario yacía apaciblemente tumbada en una cama, cómo dormida.
No existe desorden en la caseta, todo está en su sitio. Los investigadores
no encuentran nada anómalo. No hay evidencias de interés
criminalístico*. La joven tiene la cabeza colocada sobre una almohada** y el
pantalón vaquero tiene la cremallera
bajada, dejando ver una parte del abdomen –como en el caso descrito de la chica de Beniferri-.
Con aspecto de placidez, según lo describe el pastor que halló
el cuerpo.
*Al
igual que en el caso Alcásser observamos la presencia de una caseta
de aperos de usos agrícolas, como escenario «supuesto» dónde se desarrollan
los sucesos trágicos. Sin embargo en las citadas casetas no
fueron encontradas evidencias biológicas -lo que podría reforzar la
idea de un posible «traslado de los cuerpos de las víctimas» desde otro
lugar intermedio -la verdadera escena del crimen dónde se podrían haber
desarrollado los hechos-. Escenarios finales posiblemente «preparados» o simulados,
para facilitar el descubrimiento de los cuerpos.
Staging’
o escenificación /escenas simuladas o amañadas
“…El ‘staging’ o escenificación (escena
simulada) se define como la organización de la escena del crimen por parte del
autor. Cuando un delincuente “dispone” el escenario del crimen a su voluntad,
puede deberse a dos motivos principales: que quiera desorientar a los investigadores,
obstaculizando su tarea, o que quiera conmocionar a la persona que se encuentre
el cuerpo de la víctima y a los investigadores del delito… Las ‘banderas
rojas’ o inconsistencias también pueden hallarse a nivel forense. Cuando los
resultados de la autopsia no encajan en el crimen, se puede estar ante un caso
de escenario simulado…”
“el objetivo fundamental por el que un
perpetrador simula una escena del delito es el de dirigir las investigaciones
policiales lejos de su identificación” (Manual de investigación psicologica del delito)
¿Podría
ser la caseta de Macastre un escenario “simulado” y no corresponderse con el
verdadero escenario donde se suceden los hechos?. Es una posibilidad a tener en
cuenta en base a la falta de indicios criminalísticos, la especial “colocación
de la víctima”, y el forzamiento de la entrada. La aparición del segundo cuerpo,
como veremos más adelante, no hará sino aumentar esta percepción –los cuerpos
fueron depositados allí de forma sucesiva, tras ser trasladados desde otro
lugar distinto-.
Respecto
a la especial “colocación o disposición”, que presenta el cadáver
de Rosario, nos surgen algunas preguntas:
La
víctima falleció en esa posición tan "ordenada", situada o "colocada" sobre la cama con tal alineamiento, que parecía apaciblemente dormida –como es descrita por el pastor- o ¿Pudo
ser colocada por terceros en esa posición tan incomprensiblemente "perfecta" -boca arriba, la cabeza sobre un almohada, y los brazos pegados al cuerpo-?. Aparentemente esa preparación
o escenificación, atendería -o pretendería aparentar- una muerte
no violenta. Pero no era para nada normal que una adolescente de
tan corta edad, falleciera por “causas naturales”. Sobre este peculiar forma de posicionamiento
del cadáver, existe bibliografía de psicología criminal,
que puede aportar datos de mucho interés sobre este aspecto, relativos a los
actos de remordimiento del criminal o “undoing”. Datos muy relevadores:
**
La
posición de la víctima
La posición en la que se encuentra la
víctima también tiene que ser tomada en especial consideración. El agresor
tiene dos motivos principales para modificar el estado de la víctima en el
lugar de los hechos.
El primero es porque se siente
culpable de sus hechos. Es lo que se conoce como ‘undoing’ y se trata de
una conducta de remordimiento que lleva al criminal a tratar de ‘deshacer’ su
delito lavando el cadáver, colocándole bien la ropa, situándolo en la cama con la almohada bajo la cabeza o rodeándolo
de sus objetos más preciados. En muchas ocasiones,
estas conductas delatan que víctima y agresor tenían una relación previa.
El segundo motivo se referiría a actos
hostiles o de despojamiento –no es el caso-.
El
undoing: un ejemplo muy ilustrativo:
El siguiente caso ejemplifica una
“reparación”: un hijo apuñaló a su madre hasta matarla durante una tremenda
discusión.
La cubrió con una manta y plegó sus
manos encima de su pecho para que pareciese que estaba durmiendo plácidamente.
El demostró su arrepentimiento, tratando de anular emocionalmente el asesinato.
Otras formas de “reparación” incluyen, un ofensor que baña, limpia el cuerpo,
cubre el rostro de la víctima, o cubre totalmente el cuerpo con algo.
Sobre
este mismo aspecto ya hablamos al estudiar el Caso Alcásser, especialmente
refiriéndonos al “curioso” e “inusual” acto de vestir al cadáver o colocar bien
la ropa. En el caso de Rosario, el pantalón se encuentra con la cremallera
abierta, pero la ropa interior se encuentra manchada y en los genitales se
descubren restos de una materia desconocida que por algún “medio” indeterminado
han sido depositados en esos órganos (cómo veremos más adelante, en el apartado de la autopsia, estos restos desconocidos, no parecen tener origen en la propia víctima).
Es decir, podría haber existido una
manipulación “previa” del cuerpo –desnudo o en ropa interior- con las citadas sustancias que evidenciarían
algún tipo de connotación sexual o ritual sobre el citado cuerpo. La pregunta
es ¿pudo ser vestida de nuevo Rosario después de fallecer? Y respecto a la cremallera
¿porqué aparece abierta y dejando ver parte del abdomen ?, siempre se barajó la
posibilidad de que la joven se sintiera indispuesta y se desabrochara el
pantalón por sí misma. Cabría otra opción, que en ese acto de vestir de nuevo
su cuerpo post-mortem–con intervención de terceros-, estos se encontraran con demasiadas
dificultades a la hora de subir o cerrar la cremallera completamente, debido al tipo de
prenda, y a los cambios de naturaleza
físico-química que tienen lugar una vez se ha producido el fallecimiento –
rigidez, como detalla la autopsia “que
ya se había resuelto en el cuello y en los miembros superiores, pero que se
mantenía todavía en los inferiores…”.-. Respecto a la prenda en cuestión,
según el sumario la joven llevaba puesto un pantalón muy ceñido: “… pantalón vaquero negro muy ceñido…”
A
su alrededor también aparecen sus enseres
u objetos de valor –no son sustraídos al igual que en el caso Alcásser-. Lo
más llamativo -si medió la intervención de terceros en la colocación del cuerpo- podría ser ese “conocimiento previo” entre la víctima y
su agresor-es. Se conocían, parece querernos decir con este tipo de actos el
agresor-es, por eso “colocan” a la víctima en una posición apacible, vestida
–postmortem- y bien colocada sobre la almohada de la cama, como amortajada – en
una acción típica de la conducta de remordimiento-. Actos claramente “diferenciadores”
y “exclusivos” , por lo tanto de gran interés criminalístico. Podrían ser
indicadores valiosos de la “firma” –actos inconscientes- que no son necesarios
para perpetrar la secuencia del acto criminal, y que describen esa parte psicológica,
introspectiva u oculta que los asesinos seriales plasman en sus crímenes, sin
pretenderlo.
Según los insvestigadores el
cuerpo de Rosario, tenía la cabeza
apoyada en una almohada, y el cadáver se encuentra en la posición decúbito
supino, con la cabeza ligeramente inclinada hacia la izquierda. No existía desorden, ni datos de interés criminalístico. Salvo la tienda de campaña, la cual aparece en el
interior de la caseta, intacta. No estaba abierta.
Si iban a pernoctar
en casetas, y tenían garantizado “un techo”, para qué llevaban entonces una tienda de
campaña. Lo más idóneo sería llevar sacos de
dormir, utensilios para cocinar, etc. La época del año –invierno-
además no invitaba a pernoctar en una tienda de
campaña.
Junto
al cuerpo de la joven se encuentran sus enseres o pertenencias: dos
pulseras con dos inscripciones. Ambas contienen datos de dos individuos
desconocidos.
Al
levantar el cadáver caen dos notas, una con un teléfono –de la persona
para la que trabajaba la joven como canguro- y otra con el número
de teléfono de la madre de Valeriano. También aparece una alianza con una inscripción y una fecha.
Dado
que la joven, estaba indocumentada –es este, otro dato muy curioso,
tres jóvenes menores de edad “errantes” deambulando sin el documento
nacional de identidad se arriesgaban a ser trasladados a un cuartel
para su identificación, ya que en esa época era obligatorio portarlo,
(de hecho en el caso de las niñas de Alcásser, parece que sí
iban
documentadas, -llama la atención que una de ellas llevara incluso el pasaporte-:
“…EN
ALZIRA A DOS DE FEBRERO DE MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y TRES
Ante S.Sª asistido de mi el Secretario comparece el Guardia Civil, adscrito a
la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, con carnet nº
20.XXX, y en este acto hace entrega al Juzgado de los siguientes efectos:
Tres bolsas de efectos personales de las fallecidas.
El D.N.I. de las fallecidas Antonia y Maria Deseada y el pasaporte de la fallecida Miriam…"
Tres bolsas de efectos personales de las fallecidas.
El D.N.I. de las fallecidas Antonia y Maria Deseada y el pasaporte de la fallecida Miriam…"
(Sobre este aspecto hay algunas discrepancias porque estos documentos identificativos no figuran en las reseñas de objetos hallados a las tres niñas -aunque en este caso existen también objetos no reseñados, otros que han desaparecido, e incluso mal descritos). Además estos documentos de identidad son entregados al juzgado junto a otras pruebas halladas, y los efectos personales de estas)
Volviendo
al caso que nos ocupa, el caso Macastre, el cuerpo de Rosario aparentemente no
presentaba signos de violencia.
Los
investigadores, pensaron que había fallecida de forma
natural o como consecuencia de una sobredosis de alguna sustancia.
En un primer momento los investigadores desconocían que la joven pudiera ir
acompañada. Tampoco había denuncias de desaparición de los otros dos jóvenes –acostumbraban
a estar largos periodos fuera de sus hogares, por lo que era “normal” que no
los echaran en falta-. Por si fuera poco nadie parece reconocer a la
víctima en la zona de Macastre dónde se realizaron pequisas para averiguar la
identidad del cadáver –algo normal ya que los tres jóvenes
parecían moverse principalmente en la localidad de Catadau como
hemos visto- . Nadie, salvo una vecina, próxima al lugar dónde son hallados,
que sí los recordará, como veremos más tarde.
Los
investigadores tardan casi dos días en identificar a la víctima. Es entonces cuándo se tiene constancia
de que la niña no iba sóla.
Pero
al parecer no se hicieron demasiadas gestiones para localizar al resto
de los compañeros. Algo realmente llamativo, tratándose de menores
de edad. Además existían elementos “inquietantes” en el lugar del
hallazgo: un candado roto, que no aparecía, y que evidenciaba dos posibilidades:
-la
joven había buscado refugio en la caseta, y había roto el candado para
acceder a esta.
-Los
autores de los hechos –pisadas de cuatro personas distintas con números
de botas pertenecientes a personas “adultas”-
tras forzar el candado
de la caseta, acceden al interior con la joven, y dejan el cuerpo
sobre la cama perfectamente “colocado”.
La
autopsia de Rosario:
Detecta
algunos aspectos anómalos y que llaman la atención de los forenses:
-La presencia de sangre en la ropa
interior a la altura de los orificios
vaginales y anales. No existían lesiones en el aparato digestivo,
que justificaran esos sangrados. Los médicos forenses, aseveran
en el informe que “les llama la atención” la aparición de ese
líquido
sanguinoliento en la mucosa vaginal dónde aparentemente no existían
lesiones. Rarísimo también. ¿Cómo había llegado la sangre allí
entonces, sino existía sangrado interno, ni había lesiones en los órganos que
justificasen su presencia?. Algo no cuadraba. En la ampolla
rectal además se detecta abundante líquido blanquecino similar al semen.
El liquido
blanco se analiza en el Toxicológico de Valencia y en Madrid.
En
primera instancia –Toxicología-Valencia- parece que detecta que la sustancia es
compatible con semen, pero la sorpresa salta
en el Toxicológico de Madrid dónde se descarta que la muestra se trate
de semen. El caso es que tampoco aclara
qué era ese líquido blanquecino. Extrañísimo. ¿Cómo puede haber esta divergencia
entre ambos Institutos?. ¿Se degradó la muestra durante el envío a Madrid? ¿Qué ocurrió entonces?
Respecto
a la presencia de semen en agresiones sexuales, según la bibliografía existente
se detallan algunos aspectos de interés:
“..En los casos de agresión sexual, no
siempre se encuentra semen, puede ser debido a una eyaculación fallida,
azoospermia, o incluso al uso de un preservativo.
-Pueden recogerse espermatozoides de un
cadáver durante varios días después de la muerte –caso de Rosario-, o al menos
hasta que se encuentre en avanzado estado de descomposición…” Manual de
Patología Forense
Si
los restos biológicos no pertenecían a la víctima o lo que es lo mismo, no
provenían del interior de su organismo, existía la posibilidad de que pertenecieran
a terceros, o que este tipo de restos «indeterminados o desconocidos»
hubiesen sido colocados o dispuestos, impregnando los órganos
sexuales de la joven. Pero ¿Porqué y para qué?.
En
este caso se apuntó directamente al consumo de una planta visionaria
«el beleño» (utilizada en rituales de brujería desde tiempos inmemoriales)
"...Cuando se estudia la historia de las
ciencias, especialmente sus puntos de contacto con la brujería y con la magia,
hay que comprender que el uso de sustancias vegetales, minerales o animales
combinadas entre sí en algunas de sus partes a menudo eran más molestas que
inofensivas; ejercían un papel muy importante sobre los órganos de las personas
que se creían embrujadas, la imaginación y el ánimo de los que están
influenciados por esta planta del beleño parecen ser transportados a otro mundo,
experimentan sentimientos particulares en su cerebro, los músculos faciales se
contraen, todo en ellos describe una situación de terror, sin embargo hay
algunos que despiertan bruscamente y huyen lanzando gruñidos, jadeando y se
encierran presos del miedo, la influencia del enervamiento los lleva a la
situación de sueños fantásticos debido a la absorción de los filtros mágicos..."
"...Los magos se servían de la infusión de
los granos del beleño, los usaban principalmente para procurar locura
momentánea..."
De
hecho el beleño no sólo era sólo consumido por vía interna, inguiriéndolo o
inhalándolo para obtener estados de euforía y alucinación durante el transcurso
de los rituales esotéricos.
"...Respecto a sus aplicaciones mágicas, las
hojas se usaban para preparar tés o decocciones. Las bayas, en forma de
cápsulas con numerosas semillas en su interior, se utilizaban en rituales en
los que se aspiraba el vapor que producen al quemarse.
Según la leyenda, el beleño crecía en
los lugares donde caía el semen a veces eyaculado por los ahorcados (durante
las últimas convulsiones antes de la muerte o por erección)..."
Precisamente
este tipo de plantas visionarias eran también utilizados como emplasto en rituales de
brujería, untando o impregnando los órganos genitales.
Los datos que manejan los historiadores
revelan que las brujas untaban el jugo del estramonio, la mandrágora y la
belladona en un palo o directamente en la vagina, lo que les llevaba a creer
que volaban subidas a una escoba y les provocaba alucinaciones y orgasmos.
O
utilizando esta pócima para generar un desenlace totalmente distinto: la confesión
de actos de brujería:
El ungüento de Beleño está
reconocido como el arma que se utilizaba a la hora de conseguir que las mujeres
se declarasen culpables de brujería, se les ponía en axilas, bajo vientre,
recto, etc. y ellas confesaban tras vivir la experiencia que les provocaba
la droga.
De
hecho existe constancia de «hechos con connotaciones esotéricas muy similares» en otros casos
criminales de la época. El caso de la joven Ana María J.C. desaparecida en
Huelva en febrero del año 1991 y hallada dos meses después horriblemente
asesinada, pudo tener como transfondo un extraño acto ritual –según la carta de
un arrepentido que falleció poco tiempo después, apodado “El brujo” en la que se autoinculpa -aunque también habla de un grupo de gente, a los que no delata-. En la misiva se cita también la existencia de una pócima que es introducida en los órganos
genitales. “…Impregnaron el cadáver con
una sustancia y «por el culo le metí en la ceremonia hierbas impregnadas en una
"pocinga" de sangre de un gato negro», dijo Barrera.
En su informe ante la Sala, los médicos
forenses mostraron su extrañeza por el tamaño y características de las manchas
de sangre («llama la atención el tamaño de la mancha -4 cmts-, es demasiado
para una gota que se desprende y va goteando»). Los peritos dieron por sentado y
por descontado que se trataba de sangre humana y no la analizaron…”.
Nunca
se supo cómo llegaron esas sustancias –la sangre y el "abundante" líquido blanquecino
“desconocido”- a los órganos genitales
de Rosario. Ni el cómo, ni el porqué, ni el para qué.
Otros
hallazgos de interés médico legal en el cuerpo de Rosario:
También
se detecta la denominada “mancha verde” en el cuerpo de la joven Rosario. Lo
curioso es que se describe que esta aparece en un lugar anómalo –en el pecho,
cuello y hombro- y no como cabría esperar, en el abdomen.
Esa
anomalía en la distribución de la mancha verde, es compatible con una muerte
por sumersión y abre otro tipo de hipótesis.
“…El
periodo colorativo o cromático se inicia con la mancha verde que se localiza en
la fosa ilíaca derecha extendiéndose después a todo el cuerpo, este periodo se
inicia 24-36 horas después de la muerte. (a las 14 hs del fallecimiento en
tiempo caluroso, en torno a las 48 hs del fallecimiento en condiciones normales
y a los 12 días en las condiciones de tiempo frío). No siempre la mancha
verde comienza en la fosa ilíaca derecha, en ocasiones puede empezar en otros
lugares, así en las muertes por sumersión empieza en
pecho y cuello…” Manual
de Criminalística y CCForenses-.
Según
la autopsia, Rosario había muerto tres
días antes por parada cardiorrespiratoria.
Se apuntó a algún tipo de asfixia como causa de la
muerte, pero finalmente la causa que provocó el óbito de la joven no se logró determinar. Asfixia no mecánica producida supuestamente por algún tóxico “desconocido” -se habló de intoxicación por monóxido de carbono posiblemente por el uso del benzol o disolventes-
Determinar este tipo de muertes es sumamente
complicado:
(Extraído de una
tesis doctoral de la Universidad de Valencia):
El
diagnóstico de asfixia como causa de muerte, sigue siendo hoy día uno de los
problemas más complejos de la patología forense.
Clásicamente
se han establecido dos grandes grupos las denominadas “asfixias mecánicas” y
“no mecánicas“. Las “mecánicas” incluyen todas aquellas situaciones en las que
existe un impedimento puramente “físico” al paso del aire (presencia de objetos
o material extraño en vías respiratorias, compresión extrínseca del cuello,
etc.) y las “no mecánicas” o
sutiles (2) serian todas aquellas en que
se interrumpe el intercambio del oxígeno por otros medios.
Entre estas hay algunas de especial interés
criminalístico:
SOFOCACIÓN POR BOLSA DE PLÁSTICO Se
produce tras introducir la cabeza por completo en una bolsa de material no
transpirable (generalmente de plástico), pudiendo quedar ésta ajustada al
cuello o abierta y existiendo o no otros factores aceleradores o coadyuvantes
del proceso de muerte (gases, tóxicos, compresión cervical) (12).
¿Y este tipo de asfixia a qué tipo
pertenece?
Respecto a su fisiopatología hay
controversia (13) puesto que habitualmente se incluye entre las sofocaciones
producidas por oclusión de orificios respiratorios (10) pero también cabe la
posibilidad de que el mecanismo letal consista en la carencia de oxígeno por
agotamiento de aire respirable (14) (13) (6). Incluso por un mecanismo
inhibitorio (15) debido a la estimulación del sistema nervioso simpático que
termina en una arritmia fatal (11).
La
causa probable de la muerte de la joven fue una parada cardiorespiratoria/asfixia
no mécanica.
Siguiendo
sobre la pista de este tipo de sofocación por bolsa de plástico, podríamos
preguntarnos: ¿A qué etiología se corresponde?:
Su etiología puede ser suicida,
accidental u homicida (16). Como método suicida es poco frecuente en nuestro
entorno (aunque al parecer ha sufrido últimamente un repunte)
Lo realmente interesante, sin embargo
está en otros grupos de edad:
En adolescentes jóvenes se puede producir por inhalación de disolventes
("sniffers") y en adultos
en el curso de prácticas autoeróticas.* Las muertes homicidas son poco
comunes y acontecen en grupos extremos de edad o en situación de indefensión.
*Este
tipo de prácticas nos lleva a otro submundo: Concretamente nos referimos a una
práctica que suele formar parte dentro del BDSM (Bondage, Dominación/sumisión y
Sadomasoquismo). La asfixia erótica, también conocida como hipoxifilia: es la
práctica sexual que consiste en interrumpir, en obstruir durante unos minutos
la respiración mientras se practica la masturbación o el acto sexual, para
potenciar las sensaciones durante el orgasmo. Esta práctica implica que quien
la realiza, se ate un pañuelo, cordón, cuerda, etc... al cuello. Incluso hay
quien realiza la asfixia con bolsas plásticas, el uso de gas o
disolventes, o ejerciendo comprensión en el pecho.
Existen
casos similares como ya hemos apuntado: el de la joven hallada en el campo de
naranjas de Picassent con una naranja en la boca**, muerte en muy extrañas
circunstancias por asfixia no mecánicas atribuidas a tóxicos –aunque finalmente
quedó descartada esta hipótesis-. En el caso de Alfaz del Pi, fallecimiento de
una mujer joven durante un extraño ritual en un chalet, también se produce una
situación parecida –parada cardiorespiratoria-.
**Relativo
al tema de la naranja, ya hablamos en otra ocasión de la extraña muerte de un
importante político inglés en un extraño juego de BDSM.
En el año 1994 un diputado conservador
británico, fue hallado muerto en extrañas circunstancias:
“…los policías de Scotland Yard el lunes
7 de febrero encontraron el cuerpo sin
vida de un hombre, tirado en el piso de la cocina de su apartamento, vestido
únicamente con unas medias de mujer y unas ligas, y con la cabeza metida en
una bolsa de plástico, un cable enrollado en el cuello y una naranja en la
boca... La sorpresa se tornó en estupor cuando identificaron el cadáver. Se
trataba de Stephen M, de 45 años, uno de los más brillantes congresistas
conservadores. Era graduado en Oxford, ex editor de The Economist y editor
internacional de The Sunday Times. Además, su reciente postulación como
secretario privado del Ministro de Defensa lo había puesto a un paso de ser
ministro.
Antes de la autopsia la Policía dijo que
no se podía establecer si había sido un suicidio, un asesinato o un accidente
durante el acto sexual con o sin compañía.
En un principio se especuló que la
naranja contenía nitrato de amilo, sustancia que produce un alto grado de
estimulación. Pero las autoridades no encontraron rastro del fármaco.
Finalmente la muerte se atribuyó a un
accidentado juego erótico
En la caseta no son hallados restos de disolventes -benzol, o bolsas para inhalarlo-.
El
cadáver de Rosario estaba sucio o falto de higiene. Especialmente los pies. Podía ser indicador del tipo
de vida ambulante que llevaban, o indicar algún otro tipo de actividad sexual o
criminal sobre el terreno con la víctima desnuda antes de su fallecimiento–lo que entraría de lleno en
la posibilidad antes apuntada de vestir a la víctima postmortem-. De hecho a pesar de esa suciedad en los pies, la joven aparece completamente vestida también en esta parte del cuerpo: “…llevaba unas zapatillas
deportivas y dos pares de calcetines finos en cada pie…”
El pie seccionado hallado en la calle Alcácer pocos
meses después, curiosamente también estaba sucio, tenía tierra. De color rojiza. Algo muy llamativo, cómo ya hemos apuntado en otras
ocasiones.
También
las livideces rosadas, que presentaba el cuerpo de Rosario llaman
poderosamente la atención de los forenses debido a que su coloración es
“anormal” –el color normal de las livideces es azul violáceo-
Entre
las causas que provocan este tipo de livideces más claras, están las
siguientes:
-Monóxido de carbono: color: rosa, rojo
cereza. Mecanismo: Carboxihemoglobina.
-Cianhídrico: color: rosa, rojo cereza.
Mecanismo: sangre oxigenada debido a la inhibición de la citocromo oxidasa.
-Fluoroacetato: color: rosa, rojo cereza. Mecanismo: igual que el
anterior.
-Refrigeración/hipotermia:
rosa, rojo cereza. Mecanismo: retención del oxígeno en sangre a nivel de piel
debido al aire frío.
Las
livideces de color rosado se pueden ver en cadáveres recuperados del agua, o
que han fallecido y tienen los vestidos mojados o húmedos durante largo tiempo. (Manual de Criminalística y CCForenses)
En las asfixias, las livideces son de un
color rojo oscuro, excepto en la
sumersión, en que tienen una tonalidad rojo claro. Son también más claras en los individuos que
han tenido pérdidas sanguíneas antes de
la muerte.
De
hecho estas dos posibilidades son llamativas porque también nos recuerda a
algunos pasajes del caso Alcásser. El profesor Frontela –catedrático forense-
se refiere a la completa ausencia de livideces en las tres niñas de Alcásser motivadas
por dos posibles causas:
“…Frontela contraatacó con un nuevo argumento: el de la
ausencia de livideces (manchas violáceas del contacto del cuerpo con una
superficie) en los cadáveres. Así, sugirió que esta circunstancia sería
explicable si hubieran sufrido una fuerte hemorragia o sus cuerpos hubiesen
estado sumergidos en el agua, pero no dispone de ningún dato que lo avale…”
(Diario El País)
Pérdidas
sanguíneas o sumersión. La sumersión vuelve a aparecer como posible candidata
–mancha verde-, pero tendría que tratarse de una sumersión muy parcial, debido
a que el cuerpo no presentaba otros signos propios de una sumersión completa
–maceración de la piel, hongo de espuma, lesiones contusas, etc).
“Por los orificios nasales se veía
líquido sanguinolento…Por otros orificios naturales, boca, vagina y ano,
existía también dicho líquido sanguinolento.
Los pulmones se hayan ligeramente congestivos,
con una coloración rojizo-rosácea.
Relativo
a la sumersión en agua dulce, algo que puede parecer inusual en estos casos criminales, es conveniente recordar en este punto la existencia de varios hallazgos
de cadáveres de mujeres en la provincia de Valencia en ese mismo medio –agua
dulce-, concretamente localizados en los denominados “azudes” o acequias. Entre ellas la de la
una joven vecina de Alcásser en la localidad de Sumarcárcer –próximo a Tous-,
que aparece con las manos maniatadas en
1997, en el azud del río Júcar. Cinco años después otra mujer joven vecina de
Sumarcárcer, aparece en la misma zona, también en una acequia maniatada y con una “bolsa en la cabeza”.
Todo
lo más que podemos plantear son hipótesis o conjeturas. Sin duda, sería de gran
interés la opinión de un forense con experiencia sobre este asunto, para poder
extraer alguna conclusión más certera.
De
hecho todas las hipótesis oficiales apuntaban en un principio a una sobredosis de
drogas o un accidente provocado por el consumo de estas–por ser policonsumidores-,
pero la realidad era muy distinta.
Legalmente
todo quedó en un “limbo”, no se pudo determinar la causa de la muerte. La joven
no había consumido ningún tipo de droga. No había rastro de tóxicos. No había
tampoco rastros de venopunción en el cuerpo. En la caseta tampoco había ningún
resto que indicara la existencia de algún consumo
de este tipo de estupefacientes –envases, o restos propios de la
inhalación de estas sustancias-. De hecho este tipo de sustancias –benzol,
disolventes- tienen tres formas de consumo: esnifándolas, calentándolas, o
poniendo directamente el producto en un recipiente.
Si todo esto se debió a una “fiesta” que se
fue de las manos, como es sostenido por muchos, ¿dónde están los restos de esa
“fiesta”?. Tuvieron que ser “limpiados” por terceros, porque no aparecen en la
caseta o la "fiesta" se produjo en otro lugar distinto. Pero lo más importante, es que en el cuerpo de la joven no parece haber
rastro de ese consumo de tóxicos.
Algo más tuvo que suceder.
Todo
parecía apuntar a una muerte no violenta, pero si recapitulamos tenemos
demasiadas incógnitas por resolver: el
tema del candado que no aparece –cerradura forzada-, la juventud de la víctima y la presencia
de huellas de calzado de cuatro personas distintas a los tres jóvenes en el
exterior de la caseta –son del número 43 y 44, por lo que es de suponer que
pertenecen a personas adultas o de cierta envergadura-. Si a esto le sumamos las anomalías
detectadas durante la autopsia, parece como si algo no "cuadrase" en esta investigación. También cabe la posibilidad de que algún tóxico no
fuese detectado debido a sus especiales características.
De
hecho plantas como el beleño tienen
entre sus componentes una sustancia prácticamente indetectable y que por desgracia está tristemente de actualidad por sus usos
relacionados con la criminalidad sexual: La
escopolamina que actúa como depresor de las terminaciones nerviosas y del
cerebro. (En la literatura
científica, a la burundanga se la conoce también como hioscina, que proviene
del nombre científico del beleño, Hyoscyamus niger, también conocido como
hierba loca.)
“…Se conoce como burundanga a distintos preparados que pueden
obtenerse apartir de plantas de la familia de las solanáceas como el beleño…”
Segundo hallazgo. El cadáver de Valeriano.
El
6 de abril de 1989 –dos meses y medio después-, encuentran el cuerpo
de Valeriano, unos hombres que buscan espárragos por la zona.
El
cadáver es hallado a unos 400
metros de la caseta dónde apareció Rosario.
¿Porqué no se descubrió antes?. La zona fue ampliamente batida. La Guardia
Civil en el momento que se identifica a Rosario, sabe perfectamente que la
joven no iba sóla. Le acompañaban otros dos jóvenes –Valeriano y Pilar- que
tampoco aparecen.
“…Los amigos del trío cuentan a los
agentes que otras veces habían ido a una casa abandonada de ese pueblo –refiriéndose
a Catadau- y otros testimonios sitúan a los jóvenes bailando en una discoteca
de esa zona-Montroy-. Así que la Guardia Civil empieza a rastrear en los
alrededores de la caseta de Macastre en busca de lo que, ya en esos
momentos, parece inevitable: encontrar los cuerpos de Francisco y Pilar, o al
menos uno de ellos..." (diario "El País")
¿Cómo es posible que no apareciera el cuerpo de Valeriano? –que se encontraba a tan sólo unos pocos cientos de metros de la
caseta-.
Dos menores de edad desaparecidos; lo normal en estos casos es
realizar una búsqueda perimetral con distintos grupos partiendo de la caseta en todas direcciones.
¿ Pudo ser trasladado por terceros desde otro lugar, para
depositarlo en el lugar dónde fue hallado, una vez transcurrieron semanas, y se disiparon los equipos de búsqueda, o los esfuerzos por encontrarlos? Parece la opción más lógica.
En
el caso de Valeriano se mantienen las mismas hipótesis que se barajaron en el caso
de su compañera –Rosario-, posible causa del fallecimiento: cóctel de drogas
fatal.
El
cuerpo de Valeriano, tiene la cabeza dirigida hacia la caseta. Sin embargo se descarta
que el cuerpo cayese en la huida, como también se llegó a especular. El cadáver
estaba tumbado encima de un plástico*, boca abajo, con los brazos –uno mirando hacia arriba y otro hacia
abajo-, en otras informaciones se cita “en cruz”.
*En
Valencia existen más casos criminales dónde los plásticos están presentes junto a los cadáveres
en el momento del levantamiento. El caso Alcásser, o el empresario hallado en
el barranco de Picassent, etc.
Dos
días después del levantamiento del cadáver, encuentran a cuatro metros
de distancia del lugar dónde estaba el cuerpo un pico .Adherido
al pico, hay varios fragmentos de pelo –tres- de color pelirrojo.
Al parecer de origen animal. (también en el caso Alcásser se encuentran pelos
de origen “animal” con atípicas “coloraciones”)
El
cuerpo de Valeriano llevaba “supuestamente” 85 días a la intemperie,
pero incomprensiblemente, no había fauna
cadavérica en el cadáver.
Ningún tipo de insecto en un cuerpo expuesto al aire libre, es decir expuesto a la acción de la naturaleza y el clima…algo
realmente sorprendente. Además el cuerpo de Valeriano al parecer, no estaba tan descompuesto como cabría esperar –otra anomalía que podría
indicar claramente que el cadáver no estuvo
durante todo ese largo periodo de tiempo -casi tres meses- al aire libre; lo que unido a la incomprensible
tardanza en su hallazgo, estando a tan escasa distancia de la caseta, podría ser un indicador de que
el cuerpo fue trasladado
desde otra ubicación-.
Los
forenses, de nuevo no logran determinar
la causa del fallecimiento. Lo
que no hace más que añadir un montón de incógnitas a todo
este asunto. Incomprensible, que tratándose de dos menores, fallecidos
en «extrañas» circunstancias no se hubiese profundizado más en
este asunto desde la perspectiva judicial, policial y médico legal. Desde la
propia instrucción, cuya misión es investigar el cómo y el porqué
estos dos menores aparecen en estas condiciones. Más incomprensible
es todavía que existiendo tal proliferación de casos en toda
la zona**, no se hubiese tenido en cuenta otras variables: la posibilidad de una autoría común o serial de
los hechos, o la implicación de algún grupo medianamente organizado en la misteriosa desaparición y muerte de estos jóvenes.
**Misma
ubicación geográfica, mismo patrón o modus operandi: traslado de los cuerpos
desde otra posible ubicación cercana a escenarios rurales, casetas, campos de naranjos,
acequias, o fosas en lugares inhóspitos o mínimamente transitados. Jóvenes con
un mismo perfil victimológico -adolescentes del mismo rango de edad- o mujeres
jóvenes fallecidas en extrañas circunstancias o con evidencias criminales.
Si
a esto sumamos que el cuerpo presentaba un boquete enorme en la zona
del hombro, que comunica las cavidades interiores del cuerpo con el
exterior. También le falta una de las manos, ha desaparecido, al igual que algunas vértebras de la columna. Algo que no
se aclara en la autopsia
–qué vértebras faltan- Y en la otra
mano, faltan parte de los
dedos o falanges. Elementos que son muy similares al triple crimen de
Alcasser, cuya fosa se ubica en esas montañas valencianas, a tan sólo unas decenas de kilómetros del lugar del hallazgo
de Rosario y Valeriano.
Parecía que no existían testigos, que situaran a Rosario en este punto concreto de la montaña de Macastre, pero alguien que poseía una casa de campo cercana a la caseta dónde se realiza el macabro hallazgo, estaba en disposición de aportar algún dato de mucho interés.
Al parecer esta testigo, declaró haber visto a los jóvenes en varias ocasiones en una caseta cercana,
propiedad del mismo hombre que fue visto por última vez con las jóvenes en un bar de Catadau. Este dato –que parece obrar en el sumario, según alguna de las personas que han tenido acceso a él- vendría a confirmar
que la presencia de las víctimas, en la misma zona de Fuente Cuerna dónde aparecen muertas en extrañas
circunstancias, no era “casual” o anecdótica, y que acudieron allí en varias ocasiones antes del fatal desenlace, por alguna
razón desconocida. Un dato, sin duda, muy revelador.
En
la siguiente entrada del blog, hablaremos sobre otra serie de hallazgos muy
interesantes, que complementan al denominado “Caso Macastre”. A esto se suma la incógnita sobre el paradero de la tercera componente de la pandilla -Pilar-. Un caso ya de por sí sumamente complejo, que como veremos no hace más que complicarse, a medida que se van sucediendo nuevos y misteriosos hallazgos.