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sábado, 13 de abril de 2019

El ultimo viaje de Cristina (2ª parte). Rafol d'Almunia. Viernes. Año 1992: Los menores son el "objetivo". Línea del tiempo.






Sobre Cristina Ll. P. sabemos realmente poco. El lugar dónde fue hallada –junqueral de Bétera- día del hallazgo: viernes 28 agosto 1.992, fecha en que es asesinada: indeterminada, tipo de muerte: violenta/homicida (seis puñaladas, degollada y maniatada con cuerdas). La chica tenía que coger un autobús que la iba a llevar hasta un pueblo de la provincia de Alicante. El Rafol de Almunia. Pero jamás llegó a cogerlo. Algo se interpuso en su camino. Algo desconocido hasta la fecha.







Es un crimen lo suficientemente importante, por la fecha en que se produce, y por las circunstancias que rodean al hallazgo de la joven: maniatada con unas cuerdas idénticas a las encontradas en el Caso Alcásser.

Ese fatídico año 1.992 estuvo precedido por otros acontecimientos, sumamente inquietantes, en la provincia de Valencia. Para entender ciertas cosas, es conveniente echar la vista atrás. Tan sólo necesitamos mirar por el retrovisor.


Antes del episodio del encapuchado que intentó asaltar y posiblemente raptar a  Mirian en el portal de su casa de Alcásser, hecho ocurrido entre los días 15 al 25 de agosto de 1.992 por coincidir este con las fiestas mayores del pueblo, se produjo otro secuestro de una menor en un lugar muy cercano a Alcásser. El Saler. Una zona lindante con el lugar de Pinedo –sobre este lugar hablaremos en el próximo post-. Puntos “estratégicos” en el mapa de sucesos.  Todos bien próximos al pueblo de las tres niñas. Ocurrió además en el invierno de ese fatídico año 1.992.











En esta ocasión el secuestro se consumó, pero se vio frustrado en su destino, por la acertada actuación de la Guardia Civil valenciana.

Fue un jueves 27 de febrero de 1.992. Una madre acompañada por su hija pequeña de sólo seis años de edad, se disponía a entrar en el portal de su domicilio en El Saler-Valencia cuando fue abordada sorpresivamente por un hombre que propinó un fuerte golpe a la mujer y le arrebató a la niña. La madre impotente presenció como el secuestrador introducía a la niña en un automóvil y se daba a la fuga. Tras interponer la denuncia de forma inmediata, la Guardia Civil estableció un dispositivo que dio sus frutos, deteniendo al autor del rapto en las inmediaciones de Cuatretonda –a unos 70 kms de El Saler-. Población situada en la zona sur de la provincia de Valencia, casi en el límite con la zona norte de Alicante. El detenido vecino de la citada localidad, delincuente habitual con antecedentes por robo, había salido recientemente de prisión. La Guardia Civil investigaba el móvil y los pormenores del caso. Pero nada más ha trascendido de esta historia. Lo único que se dedujo, en la investigación, era que el móvil no era económico, porque no fue realizada ninguna llamada solicitando un rescate por la niña. Sólo parecía quedar otro tipo de móvil: el sexual. Por fortuna el rapto fue frustrado a tiempo.

¿Existía una red de secuestradores de niñas menores y adolescentes “por encargo” en esta zona?.¿Utilizaban delincuentes comunes recién salidos de la cárcel con antecedentes comunes, pero “sin antecedentes sexuales” para llevar a cabo el trabajo sucio? ¿ Hay algún nexo común entre todas estas historias?

Desconocemos –por desgracia- tantos datos sobre este caso, que es muy difícil trazar un perfil victimológico de la niña secuestrada en el Saler. Secuestrada sólo unos meses antes de que abordaran sorpresivamente en el portal de su casa a Mirian.







Lo que sí sabemos “objetivamente” es que son dos hechos muy próximos en el tiempo, y con un “modus operandi” bastante similar. Atacan a las víctimas en el portal de sus casas de forma “relámpago” asaltándolas, y no dudando en  utilizar la violencia para consumar el rapto. Da la impresión de que son objetivos “marcados” o “estudiados”.

Sabemos que en el primero de los casos, la niña secuestrada en el Saler era transportada al lugar de Cuatretonda, al sur de la provincia de Valencia, y también sabemos que Mirian García apareció salvajemente asesinada junto a sus dos amigas, precisamente en la zona sur de Valencia, en el término municipal de Tous.  Entre ambas poblaciones median sólo 28 kms en línea recta.  Por el medio tenemos además, las acequias de Sumacárcer dónde serán halladas muertas dos mujeres jóvenes maniatadas y con bolsas en la cabeza. Una de ellas, vecina de Mirian. Del mismo pueblo de Alcásser.














 



Siguiendo la cronología del nefasto año 1.992, llegamos al mes de Agosto. Como ya hemos desgranado en otras entradas del blog, el mes del episodio del “encapuchado”.

Entre el día 15 y 25 de agosto, un encapuchado intenta secuestrar o asaltar a Mirian, una de las tres niñas de Alcásser. Un intento “fallido”. Un hecho que se pasó por alto, y al que deberíamos poner más atención –como nos recordaba el propio padre de Mirian, Fernando García, en una entrevista de la época-.

Se pasó por alto, porque sin duda las intenciones eran claramente “hostiles”. Se trataba de un ataque premeditado contra la niña. Un “antecedente” o antesala de lo que sucedería apenas dos meses y unos días después. Estamos por lo tanto ante un suceso de “extraordinaria gravedad” visto desde la perspectiva criminológica y policial.

Si analizamos este episodio del encapuchado, podría indicarnos varias cosas:

Mirian parecía ser un “objetivo” estudiado y elaborado. El autor de la agresión tomó demasiadas precauciones para evitar ser reconocido y llevar a cabo un asalto sorpresivo sobre la víctima.

Una serie de “actos de precaución” para  cometer la acción criminal - iba encapuchado en pleno mes de agosto, vestido de “negro” y se encontraba escondido o agazapado a la espera- para abalanzarse sobre la niña con alguna intención de índole criminal indeterminada: secuestro, agresión sexual, etc.. Posiblemente para sorprenderla, reducirla e introducirla en un vehículo con el objetivo de trasladarla a un lugar “seguro”. Todo ello denota elaboración y planificación.







La niña  –por desgracia- parecía “predeterminada” a ser secuestrada. Si fallaron en la primera ocasión, no fallarían en el segundo intento: el viernes 13 de noviembre, apenas dos meses y unos días después de la tentativa del portal.

Recordemos las palabras de la malograda Mirian, por boca de su madre: Matilde. Unas palabras que cada vez que las revisamos, y vistos los antecedentes de ese año con el caso de El Saler, parecen cobrar más significado.

Ella misma se lo advertía a su madre. El encapuchado no estaba allí para robar en un piso. Estaba allí esperándola, agazapado. Esperando su ocasión para sorprenderla, cogerla, y llevársela a algún lugar indeterminado.

"...No mamá, no me lo he imaginado, y además ha venido a cogerme”..." 

Entrevista a Fernando y Matilde, padres de Mirian García. 

Si la niña era el objetivo, alguien tenía “estudiado” sus movimientos. Había realizado un seguimiento de esta, o conocía muy bien sus costumbres y el lugar dónde vivía.
Pero lo realmente inquietante, es que parecía conocer a la perfección las rutinas de la niña. Ya que esperaba a una hora determinada que la niña bajase al portal, para llevar a cabo la agresión o tentativa de rapto. Es decir conocía el día a día de la niña, y la hora a la que solía bajar para reunirse con su grupo de amigas.







El cazador, esperaba “al acecho” que su presa bajara a la calle,  “a la hora” que la niña acostumbraba a bajar. Como un furtivo espera pacientemente la llegada de una pieza de caza mayor a su querencia o lugar que acostumbra a frecuentar, siempre a la misma hora.

Recordemos las palabras de Fernando García el padre de Mirian. Bajaba a reunirse con sus amigas. Y muy probablemente bajaba a la hora que acostumbraba a hacerlo. Por eso el encapuchado estaba allí.  Porque conocía sus horarios, sus rutinas.


“ella bajaba a reunirse con sus amigas, porque estábamos en la semana de fiestas de Alcácer, y le sucedió esta anécdota, que bueno, parece que no se le dio demasiada importancia


Sólo le salvó -en aquella ocasión- una bolsa de basura que portaba, y su capacidad de reacción, que instintivamente hicieron que la cría arrojara la bolsa a su agresor, consiguiendo librarse de este.

Si Mirian era el objetivo, y además conocían sus movimientos y rutinas. El edificio dónde vivía –al cual accedieron para esperarla en el portal-. Habría que preguntarse también: 

¿Dónde nació anteriormente esa fijación por la niña?

Tenemos varios escenarios posibles, sin descartar “otros” de los que no existe constancia o noticias:

-el propio pueblo, los lugares que frecuentaba: recreativos, parques, etc.
-su colegio
-algo relacionado con sus actividades o aficiones preferidas*

(de especial interés a nivel “criminológico”  son siempre las aficiones de la víctima, y se estudian especialmente en el perfil victimológico. Muy útiles en casos “seriales” por las “preferencias” que muestran los agresores “en serie” por determinados rasgos físicos de sus víctimas, y también para conocer los lugares dónde “interaccionan” o entran en contacto con estas).

Los investigadores, a las pocas horas del hallazgo lo tenían bastante claro. Todo apuntaba a alguien “conocido” de las niñas. Sin embargo, luego, la investigación discurrió por “otros derroteros” bien distintos.

“…Los investigadores del crimen dan por sentado que los asesinos son personas que tenían algún tipo de amistad con las víctimas o al menos una relación superficial…”

“…Especialistas en criminología han comentado que el enterramiento del cadáver es una técnica utilizada por algunos asesinos con algún tipo de vinculación afectiva hacia la víctima…”      (Diario “El País”29/1/93)








Las aficiones de Mirian

Mirian era fallera. Sentía devoción por las fallas, como cualquier joven de un pequeño pueblo valenciano, muy cercano a la capital. La niña además era físicamente muy llamativa, con unos preciosos ojos azules. Muy atractiva. La escogieron a ella.





Durante estas fiestas, las falleras desfilan en público por las calles del pueblo, y participan en todo tipo de actos, mostrando sus elaborados y preciosos vestidos tradicionales. 
Precisamente el día de autos, aquel nefasto viernes 13, según el teniente alcalde de Alcásser, Mirian había quedado con su hija, para probarse un traje de fallera –el mismo con el que la niña fue enterrada-. Y había quedado, justo aquella fatídica tarde noche del viernes en que la niña desaparece para siempre junto a sus dos amigas. 
¿Porqué falló a la cita? ¿Qué poderosa razón evitó que la niña se probara el ansiado y deseado traje de fallera aquella tarde-noche?. ¿Qué podía haber más importante aquel día, para una adolescente de un pequeño pueblo, cuyo acontecimiento más importante del año son precisamente las fallas y las fiestas grandes de agosto?

Fue engañada. Fue secuestrada. Esta vez, desgraciadamente, sus captores tuvieron éxito. Más éxito, que el día del portal.





                                           Google/lawebdelassombras



Importante también, su afición al ballet, el baile clásico. Academia de baile. Una de las hermanas del desaparecido Anglés, reconoce haber presenciado una clase de baile en la citada academia. La misma academia a la que acudía Mirian.



                                       diario ABC
                              

-El pueblo vecino que frecuentaron con asiduidad aquel último verano de 1.992: Silla. Lugar en el que según la prensa –ABC, El país- se realizaron las primeras detenciones, poco después de hallarse los cuerpos. O los periodistas estaban muy mal informados, o se trataba de otras personas distintas a los acusados.


"...Los principales sospechosos son dos hombres, de 28 y 30 años, residentes en Silla, localidad próxima a Alcásser. Uno de ellos tiene antecedentes penales. Del tercer detenido no se tenía ningún dato al cierre de esta edición. Los sospechosos fueron interrogados ayer en la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia. A la pista de los papeles encontrados junto a la fosa se añade el hecho de que uno de los detenidos posee un Seat Panda ..." (El País 29/1/93)


En los hechos criminales casi siempre hay un lugar de “intersección” entre víctima y agresor/es. Un lugar dónde ambas partes cruzan sus caminos o coinciden con anterioridad al hecho criminal –salvo que este suceda de forma aleatoria o espontánea, un ataque repentino. Algo propio de psicóticos/ homicidas desorganizados-.

Esta parte por lo tanto es de especial interés, y está muy poco o nada estudiada.

Atendiendo al “conocimiento” exacto de los movimientos de la víctima, en el suceso del portal –la tentativa de rapto de Mirian-  y a las medidas de precaución que tomó el agresor –cubrir su rostro- estos factores también podrían indicarnos que el autor o agresor, era de alguna forma conocido o había interaccionado anteriormente con la niña. 

La propia investigación así lo reconocía, como hemos visto antes, y otros indicadores también apuntan en esta misma dirección*

(*acciones como “vestir los cadáveres”  o “enterrarlos” parecen indicar algún tipo de afectividad o conocimiento entre víctima y agresor, son los denominados actos “undoing” o de “remordimiento” que estudia la psicología criminal/relativas al comportamiento criminal)



Del suceso del encapuchado –volvemos a “insistir” a riesgo de repetirnos, en este punto concreto- , al suceso del hallazgo del cuerpo de Cristina en el junqueral de Bétera, apenas tres días después de finalizar las fiestas de Alcásser –las fiestas dónde acontece la inquietante tentativa de rapto a Mirian-. Sólo 3 días. Demasiado cerca, demasiado próximo. Espacio-tiempo. 


Un 28 de agosto de 1992 es descubierto el cuerpo de Cristina. Maniatado y cosido a puñaladas. Las cuerdas eran misteriosamente “idénticas” en su composición y color, a las encontradas en el triple Crimen de Alcásser.





Las extrañas desapariciones. El entorno geográfico del Rafol de Almunia.


Cristina se dirigía a coger un autobús, que la trasladaría desde Bétera-Valencia, al pueblo del Rafol de Almunia-Alicante. Nunca llegó a coger ese autobús.

“…se dirigía a coger el autobús para pasar el fin de semana en El Ràfol d'Almúnia, donde le esperaba su abuelo. La joven llevaba una vida ordenada y no tenía novio…”

Cristina aparece el viernes 28 de agosto de 1992 asesinada y maniatada. Si iba a pasar el fin de semana, ¿la asesinaron ese mismo viernes?. Es factible, pero no hay datos certeros. Si fue así, fue otro viernes negro, como el muy cercano y próximo en el tiempo: viernes 13 de noviembre de 1992.

Pero esta secuencia macabra de tentativas de secuestro, crímenes, secuestros consumados, no cesará durante aquel fatídico año 1.992. Cristina era de Alicante. Otra joven alicantina, desaparecerá también en extrañas circunstancias. Tenía 17 años. La misma edad, que el chico de Pego, un pueblo alicantino pegado a Rafol d’Almunia, que curiosamente también desaparecerá otro viernes. El primer día del año 1.993.




El pueblo de Cristina –Rafol d’Almunia-, linda con otros lugares dónde también han sucedido asuntos realmente llamativos y extraños, que merecen la pena ser puestos en contexto. 









 


Del lugar dónde aparece Cristina, Bétera -con una clínica psiquiátrica que llenó las páginas de sucesos de la época por las extrañas muertes y desapariciones-, nos vamos hasta otra clínica psiquiátrica sita en Alfaz del Pi-Alicante.











 

Siguiendo el discurrir de ese año 1992, un mes después del hallazgo de Cristina, y apenas 14 días antes de la desaparición de las tres  niñas de Alcásser, concretamente el día 29 de octubre de 1.992 desaparece de la clínica de Alfaz del Pi-Alicante otra joven Alicantina,  de tan sólo 17 años.  Gloria Martínez. Una desaparición que a día de hoy sigue siendo un auténtico enigma.

Un dato realmente llamativo, sale a la luz, años después de la desaparición de la cría. Una mujer envía un anónimo informando de que ha visto a Gloria salir de una casa en el pueblo de Tibi pocas horas después de su desaparición, en brazos de dos enfermeras.

“…La reactivación del caso se produce después de que una testigo anónimo haya asegurado que vio cómo sacaban a la joven de una vivienda de Tibi (L"Alcoià) horas después de que se denunciara su desaparición…”

La carta manuscrita y anónima llega al despacho del abogado de la familia de Gloria.

"Vimos a la chica más alta [supuestamente Gloria] salir con ellas como desmayadita, y nos dijeron que la llevaban al hospital".

Lo que describe es interesante, porque en la citada casa, al parecer vivía una chica que era enfermera, junto a otra mujer. La testigo anónima, cita la dirección y el nombre de la enfermera.






Dos datos de interés, la testigo dice verla en esa casa de Tibi pocas horas después de haber sido denunciada su desaparición, y además en la casa vive una joven que es enfermera –Gloria desaparece en una misteriosa clínica psiquiátrica-. Lo cierto es que el abogado remitió en un sobre cerrado -para conservar las huellas dactilares-, la carta manuscrita al Juzgado. Pero la prensa, recoge su indignación por la inacción del citado juzgado ante una información de tal calado.

“…admite su "sorpresa" por la falta de iniciativas por parte del juzgado benidormí hasta el momento, ya que en el documento se da un nombre y datos sobre el lugar donde supuestamente se vio a Gloria Martínez…”


La informante anónima, mantuvo todos esos años aquella información en secreto, porque tenía miedo, y su marido le aconsejó no meterse en líos. Era un asunto “peligroso”. Pero la conciencia le pudo, y al final informó a la familia. Hay algo intrigante en estas afirmaciones ¿Porqué creía que era un asunto “peligroso”?. ¿Sabía algo más? ¿Tenía constancia de algún otro tipo de actividad extraña o ilícita en aquella casa?. ¿Eran peligrosos sus residentes? ¿A que se refería?





Cultture.com/ la isla mínima



"...La anónima remitente, tras justificar que mantuviera la información en secreto durante siete años, cree que se trata de un asunto peligroso pero acepta hablar ahora para que la familia de Gloria "no sufrá más"..."


La Guardia Civil según la prensa realizó alguna pesquisa, pero no encontró rastro de la joven. Pero ¿se llevó realmente a cabo un registro judicial de la casa? ¿Hubo una orden de registro por parte del juzgado? ¿Se tomaron muestras de ADN en el interior de aquella vivienda?. Si fue así, lo desconocemos. Nada de lo que se hizo, ha trascendido.

Gloria escribió unas inquietantes palabras en un papel hallado en la clínica de Alfaz del Pi, dónde fue ingresada por recomendación de la psiquiatra que la regentaba.

Gloria fue ingresada por recomendación su psiquiatra, Victoria Soler, que pensaba que le vendría bien una temporada de reposo. La joven llevaba una vida relativamente normalizada, era estudiante de COU y tocaba el piano, pero padecía anorexia y había tenido brotes psicóticos aislados desde los catorce años. Además estaba viviendo en aquel momento un episodio de insomnio. Una situación que la familia esperaba que pudiera revertirse en una clínica rodeada de árboles, con instalaciones deportivas y que se vendía como un espacio de descanso para famosos y gente acomodada (cobraban a sus residentes hasta 6.000 euros al mes).

Han pasado 25 años desde aquella desaparición y Álvaro e Isabel ya no saben a qué atenerse. Su única certeza son los informes policiales y una nota manuscrita que su hija redactó con renglones torcidos el mismo día en el que se le perdió el rastro: “Me da miedo pensar que estoy muriendo y la única luz está cerca de mí, Dios mío”.

¿Qué quería decir Gloria con esta enigmática frase?. Muerte, luz, religión.





Tibi se sitúa justo al lado de la enigmática Sierra del Maigmó. En esta sierra, será hallada una joven sin vida, desnuda con los brazos en cruz. Un lugar inaccesible, en la cumbre de la citada montaña. Una muerte inexplicable.


La Guardia Civil relacionó este suceso, con la posible vinculación de la joven con grupos fanáticos pseudoreligiosos. La víctima escribió en su diario una serie de pasajes relacionados con algún tipo de creencia religiosa o esotérica. Obsesionada con la biblia.

Otro de los puntos en investigación es la posible relación con los hechos de unos pasajes subrayados en una Biblia que los familiares de María Dolores Yeste encontraron en su cuarto. Estos fragmentos hacían referencia a que la salvación "está en la montaña", comentó Castelló. De hecho, la Guardia Civil investiga la posible conexión de la muerte con grupos religiosos fanáticos. (Las provincias)

La joven, en los últimos días presentaba un comportamiento extraño. También se cita que había sufrido episodios de inestabilidad emocional –en esta parte el caso guarda cierta similitud con la joven desaparecida en la clínica de Alfaz del Pi, algo que también se constata en otras desapariciones.


Según el relato de su novio, días atrás realizaba acciones "extrañas". Otros allegados, según la investigación, detallan que la joven había sufrido episodios de inestabilidad emocional. (El País)


Un caso que también nos recuerda al de la chica desaparecida en Tarragona (Aurora) en el año 2004, una joven de la que no hay rastro en la actualidad, y que tiene similitudes. Connotaciones pseudoreligiosas, sectarias o esotéricas. La joven también presentaba un cuadro de desequilibrios psicológicos y la Biblia siempre le acompañaba.

Junto a las ropas aparece un pañuelo en cuyo interior están los pendientes de la mujer y una Biblia que Aurora siempre llevaba consigo. El ejemplar tenía algunas páginas rotas y otras, arañadas.


“…El principal sospechoso del caso “tenía un especial interés por la magia negra, hablaba del diablo, de puertas oscuras, de una estrella de cinco puntas de sacrificios”, según se recoge en las diligencias. También afirmó que le gustaban la violencia y el sadomasoquismo…” (extraconfidencial)







La autopsia de la joven hallada en la sierra del Maigmó no halló signos de violencia. Al parecer murió de hiportermia. De frío.  Se llegó a hablar de que la joven subió a la montaña a dejarse morir allí, en una especie de suicidio. Sin embargo los expertos en este tipo de temáticas, hablan de que algo “no cuadra”.


"...El psicólogo especialista en sectas de Atención e Investigación de Socioadicciones (AIS);, Miguel P, comenta que ha conocido a través de los medios de comunicación el caso de la joven de Agost que murió desnuda en la cima de una montaña de la sierra del Maigmó pero apunta que no aparenta ser el típico caso de suicidio inducido por una secta.
«En principio somos bastante prudentes sobre el caso debido a la falta de información que existe ya que el juez decretó el secreto de sumario, pero la forma en que ha fallecido no encaja con el patrón habitual de actuación de estos grupos pues se han dado casos de suicidios colectivos y no son habituales los individuales», señala el experto.
Como se recordará, la joven falleció tras despojarse de su ropa y escalar a lo alto de la cima. El cadáver de la chica fue hallado boca arriba, con las piernas cerradas y los brazos extendidos..."    (Diario información)







La joven desaparece el “día de navidad”.



Pero es que justo al lado del pueblo al que se dirigía la malograda Cristina, El Rafol de Almunia, se sitúa Pego, otro  pueblo marcado por la tragedia. El día de año nuevo, otro fatídico viernes día 1 de enero de 1.993 –después de unas navidades  marcadas por la terrible desaparición de Toñi, Mirian y Desireé en Alcásser- otro menor, en este caso un joven de sólo 17  años, desaparece sin dejar rastro. Andrés, que contaba la misma edad que Gloria, iba el día de año nuevo en bicicleta desde Pego hasta el lugar de Forna. En una caseta de aperos, se pierde su rastro. Allí fueron encontradas la bicicleta y la chaqueta del chandall del joven.
Batidas, helicópteros, perros adiestrados. El protocolo de siempre. Su cuerpo no fue hallado hasta finales de año. Unos cazadores lo descubrieron casualmente en un promontorio montañoso, debajo de un árbol. En un paraje conocido como “Las Balsas de Pego”. A sólo cuatro kms de la caseta de aperos. En una zona que había sido ampliamente batida. El cuerpo estaba esqueletizado, y “a la vista” encima de unas piedras. El cadáver presentaba un fuerte golpe en el cráneo. Se determinó que había sido una muerte accidental. Nadie consiguió explicar que hacía el joven a cuatro kms de la caseta, y tampoco porqué y para qué se desplazó "andando" hasta este lugar inhóspito. Hasta la cima de la montaña, el lugar exacto, dónde fue encontrado su cuerpo un año después de su desaparición.




De Cristina, la chica de Alicante, que fue asesinada en Bétera, no sabemos nada más. Los investigadores que publicaron el libro ¿Qué pasó en Macastre? parecen estar sobre la pista de este caso “olvidado” y sin resolver. Intentando –no sin muchísimas dificultades-  acceder al sumario. Un sumario misteriosamente desaparecido de los archivos judiciales valencianos

Hasta entonces, nada sabemos, ni nada más conocemos sobre este crimen.

Como siempre recordamos, cualquier información, aportación –artículos de prensa local de la época o similar- o cualquier rectificación relativa al caso de Cristina o a “otros” tratados en el blog pueden enviarla de forma totalmente confidencial al correo electrónico: pisahormigas@outlook.es  Estaremos encantados de poder recibir cualquier tipo de información, que nos permita seguir trabajando en estos casos tan intrigantes.


Durante el proceso de creación de esta entrada del blog, en más de una ocasión nos hemos planteado la misma pregunta:

¿Porqué y para qué aquel hombre –un delincuente común, recién salido de la cárcel y sin delitos sexuales conocidos- secuestró de forma violenta y sorpresiva el día 27 de febrero de 1992 a aquella niña de seis años en un lugar tan cercano a Alcásser?

Nunca supimos nada más de aquel suceso.  Desconocemos el porqué escogió esta zona concreta para secuestrar a una menor, para luego proceder a trasladarla en vehículo hacía la zona sur de Tous y Alcira. Tampoco sabemos si el delito fue cometido “por encargo” de otras personas, ni que tipo de motivación estaba detrás de este secuestro. Aunque sí tenemos una certeza, la prensa lo cita: se descartó el móvil económico, por lo que todo parecía apuntar a un móvil de tipo sexual. Un móvil que de una u otra manera parece estar presente en la mayoría de los casos de esta zona.



Cultture.com/la isla mínima


En esta ocasión la Guardia Civil propició un final feliz para esta historia. No dejamos de preguntarnos, que hubiera pasado con aquella niña, sino hubieran llegado a tiempo…

La cronología o línea del tiempo de aquel año 1.992 en la Comunidad Valenciana, es sencillamente "aterradora".





*a finales del año 1992, otro "viernes negro", el  1 de enero de 1993 desaparece el joven de Pego-Alicante. (línea del tiempo/losotroscrimenesdealcasser.blogspot.com)




En el próximo post abordaremos la motivación sexual presente en el crimen de Alcásser, y en otros homicidios sexuales de la zona.